webnovel

Perdido en el infierno.

Qué es lo que puedes hacer al despertar en un lugar desconocido, tenebroso y ausente de vida hasta donde el ojo puede alcanzar. Esta es la situación planteada con nuestro protagonista, quien, sin poder recordar nada, ni siquiera cosas tan pequeñas como su nombre, busca respuestas y señales de vida en este lugar siniestro llamado infierno.

Rafael_Barraza · Fantasy
Not enough ratings
7 Chs

3: Primer encuentro.

"Llevo horas buscando una fuente de agua limpia o algo que se vea mínimamente comestible."

Cada vez me adentro más en este bosque desconocido.

"Creo que mi base improvisada ya se encuentra bastante lejos con lo que corrí y no sé dónde está exactamente." Me digo a mi mismo con preocupación y tratando de bajar este sentimiento de inquietud que me dejaron esas marcas de garras.

Logro escuchar un sonido familiar a lo lejos y me empiezo a acercar. Es otra fuente de agua, sin embargo, también está del mismo color rojizo que el anterior riachuelo.

"¿Debería probar un poco?" Niego con la cabeza. Aunque la sed hace que sienta la garganta y la boca muy reseca, tomar de esta fuente de agua será el último recurso al que pueda acudir.

Con una salida de emergencia para la sed pongo mi atención en el problema principal.

"No he visto ningún animal aún, de hecho, ni siquiera pude ver a ese supuesto oso. Sigamos la misma regla, donde hay agua habrá vida."

Opto por buscar otro refugio temporal como misión secundaria en lo que busco algo de comer, ya que empiezo a cansarme. Busqué durante bastante tiempo, pero no pude encontrar nada de comer, ni siquiera un refugio tan bueno como ese gran árbol de antes.

Fatigado por la búsqueda de alimento y refugio, opto por dormir en la altura segura de los árboles.

"Ni de broma me quiero encontrar con ese oso. No estoy seguro si con esta arma sea suficiente para encargarme de algo así. Creo que si me voy a una rama con el tamaño suficiente y tengo cuidado podré dormir bien ahí"

Un poco cansado de todo, busco un árbol al cual pueda subir y tenga buen tamaño. Miro uno en especial, es tan grande que las copas de algunos árboles no me dejan ver donde termina. Decido empezar a subirlo. Al subir la mitad del árbol y mirar alrededor, encuentro una rama que parece tener un tamaño perfecto para poderme acostar sin correr el riesgo de caer si me muevo un poco.

Antes de decidir irme dormir, la curiosidad me invade y le gana a mi razón que me dice guarde la mayor cantidad de energía posible. Me pongo a escalar el árbol hasta que logro salir de entre los otros árboles. Logro sobresalir entre los demás árboles y una gran vista entra en mis ojos, pero son principalmente dos cosas.

"¿Qué demonios?" De mis labios resecos sale sin querer una maldición.

Me siento sorprendido y confundido al mismo tiempo. Con un paisaje bastante impresionante, siento como el aire corre contra mi cara, un gran mar de árboles hasta donde alcanza la vista. Con básicamente ninguna salida, lo cual ya esperaba. Lo que verdaderamente me da un sentimiento extraño y me preocupa es otra cosa.

"¿Por qué sigue siendo un atardecer rojo? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que entre al bosque?"

Me quedo ahí aturdido durante bastante tiempo. Viendo ese "bonito" atardecer.

"Mira el lado positivo" Me susurro tratando de consolarme. El único lado bueno es que gracias a la posición del sol podré saber por lo menos hacia donde no ir. Esta parte me hace sentir un poco aliviado.

Empiezo a bajar el árbol con la mente en las nubes. Pensando aun si es casualidad que siga siendo de tarde. Pienso en subir de nuevo después de dormir y comprobar si esto es una casualidad.

"¡Auch!" Una pulsada de dolor me devuelve a mi lugar. Una rama me a rasgado el brazo izquierdo.

Reviso rápidamente mi brazo.

"Por lo menos no es nada profundo" Decido solo apretar los dientes y trato de enredar mi camisa alrededor de la herida.

"No quiero contraer una infección, por lo menos hare este intento de vendaje"

Con un poco de dolor, bajo hasta la rama que había visto antes y trato de dormir un poco. Con esperanza de que mañana tenga mejor suerte encontrando una fuente de agua limpia, comida y una salida de este bosque.

Mientras varios pensamientos recorren mi mente me voy quedando dormido.

Caigo en un suelo profundo. Abro los ojos y me encuentro de nuevo con esta habitación tan familiar y desconocida otra vez.

"¿De vuelta aquí eh?" antes de que pueda seguir con mis pensamientos veo que alguien entra por la puerta que se había abierto en el anterior sueño.

Es una mujer joven, imagino que tendrá máximo unos 28 años, probablemente menos.

Se acerca a mí y me susurra con mucho amor y un toque de preocupación "¿Hijo estas bien?"

"¿Qué? ¿Dijo hijo?" Pienso para mis adentros, confundido y con un sentimiento cálido dentro de mí al escuchar esas palabras.

Al no recibir respuesta pone cara de angustia y me dice "¿Estás enfermo? ¿Quieres faltar a la escuela? Tendré que avisar a la escuela, deja tomarte la temperatura."

Saca un termostato de un cajón a un lado de mi cama. Sin embargo, cuando se está acercando a tomar mi temperatura ¡CRACK! Lo encaja en mi brazo.

"¡AAAGH!" Un grito de dolor sale del fondo de mi garganta y me levanto de un salto, solo para encontrarme en el bosque oscuro de nuevo. Por un instante me quedo desconcertado, pero de inmediato el mismo dolor punzante del sueño me recorre el brazo, es un dolor casi insoportable.

Con ojos redondos miro mi brazo izquierdo. "¡¿QUÉ MIERDA?!" Esto es lo primero que sale de mi boca al encontrar exactamente es, solo mi brazo, sin mi mano izquierda, obviamente es una herida mucho mayor a la que me había hecho con la rama antes de dormir. El dolor punzante hace que me maree y tambalee. Tropiezo conmigo mismo y esto casi me hace caer de la rama del árbol. En medio de mi dolor dirijo la mirada hacia enfrente y lo que entra en mi visión es algo parecido a un gran perro negro, parece no tener pelo y con ojos rojos que brillan en la oscuridad, está masticando algo, acostado letárgicamente, después de enfocar mi mirada en su hocico parece ser la parte que me falta del brazo izquierdo. Sin pensarlo dos veces saco la pistola de mi cintura con mi mano restante y le doy un disparo justo en medio de la cabeza.

Parece que no esperaba que fuese una amenaza, ya que recibió de frente el disparo. Me quedo aún más confundido, "¿Con la situación en la que estoy y tan poca visibilidad le di a la primera? Sé que no se movió, pero aun así es demasiada precisión."

Esta puntería me desconcierta. Sin embargo, respiro hondo, trato de reprimir todas mis emociones que burbujean como un volcán. Dolor intenso, miedo, desconcierto y sin saber porque, un poco de emoción, como si mi sangre bombeara a toda potencia.

Me calmo un poco y después de tomar unas respiraciones para calmarme. Sosteniendo mi muñón me acerco con pasos lentos y tímidos a la criatura. Con cuidado le doy una patada y rápidamente doy un brinco hacia atrás, sin respuesta alguna.

Cuando me acerco de nuevo e intento mirar más de cerca la criatura. Esta da un gran salto hacia mí, abriendo su gran hocico y mirándome con unos ojos rojos llenos de ferocidad, sacándome un gran susto.

"¡Ahhh!" Suelto un grito lleno de miedo mientras aprieto el gatillo del arma una vez más.

El animal vuelve a caer como si no tuviera vida, sin embargo, esta vez no me acerco a él y con cierto odio por el susto y la falta de mi mano, desde mi lugar, le proporciono otros dos tiros a la cabeza para estar totalmente seguro de que no se vuelva a levantar.

Me quedo un momento en blanco jadeando por recuperar un poco de aire. Me invade una sensación de debilidad y caigo sentado, como si toda mi fuerza hubiese sido succionada.