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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
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Capitulo 73: Esforzándose demasiado

Cuando vio a Min ho llorando de la risa se enfadó.

Él sostenía su estómago con fuerza para evitar que le doliera al reírse tanto.

—¿Quién imaginaría al joven amo así? No puedo creer que haya logrado escuchar eso— explicó mientras se secaba las lágrimas.

Seong-Jin miró durante unos segundos a Min ho, la manera en la que él le miraba no era usual.

El ambiente cambio totalmente, aunque fuera de día, Min ho sentía que estaba en un callejón oscuro y sin salida. Pensar que por culpa de su risa había interrumpido aquella escena le producían escalofríos en todo el cuerpo.

—J-joven amo, porfavor no se enfade, no lo volveré a repetir se lo aseguró—le miró arrepentido.

Sun hee seguía apoyada en la pared, todavía congelada por lo ocurrido, ¿enserio él iba a besarla?

Estaba perdida en sus pensamientos y no prestaba atención a las súplicas de Min ho.

Para ella era imposible pensar que él había intentado besarla.

Enseguida se asuto al escuchar los pasos de Seong-Jin, pensó que se dirigía otra vez hacía ella, pero él camino hacía el lado contrario.

Se fue con las manos dentro de los bolsillos.

Cuando él se alejó unos pocos metros, ella sintió que podía respirar otra vez, había estado tan confusa que incluso le resultaba imposible decir siquiera una palabra.

Todo estaba en silencio, Min ho seguía paralizado, pensó que ese sería su último día en aquella mansión.

—Señorita, disculpe, no quería interrumpir aquél bonito momento—comentó mientras pasaba sus manos por su cabello.

—¿Bonito?

Sun hee no pensaba de la misma manera que él, en verdad no supo como reaccionar en ese momento.

No se creía que se hubiera quedado quieta mientras él se acercaba lentamente, si no hubiera llegado Min ho entoces quizás Seong-Jin la hubiera besado...

—Creo que... debería ir a leer los guiones.

Enseguida se apartó de aquélla fría pared y comenzó a caminar hacía la puerta de la mansión, ahora que pensó detalladamente la situación supo que sería demasiado incómodo dormir con él otra vez.

Esta vez decidió poner varias almohadas en el centro para evitar que él hiciera algo inesperado.

***

Pasaron las horas y ya era de noche.

Sun hee estaba sentada en una silla y tenía los codos apoyados en la mesa. Apoyaba su cabeza en sus manos para evitar dormirse, se podía notar que estaba muy cansada, llevaba toda la tarde leyendo guiones.

Quería demostrar que podía hacerlo perfectamente, aunque ella fuera una novata todavía, daría su mejor esfuerzo.

Finalmente decidió descansar y no sobreesforzarse .

Se levantó casi sin fuerzas de la silla, tenía que apoyarse sobré la mesa para no tambalearse, en pocos segundos cayó sobre la cama.

Casi al instante se quedó dormida, pero como siempre, alguien tenía que interrumpir en el momento menos indicado.

Seong-Jin abrió la puerta lentamente y entró, enseguida vio todo el desorden que había sobre la mesa y a su esposa tumbada cómodamente en la cama.

No fue muy difícil para él averiguar que había estado toda la tarde sentada en aquella silla.

—¿Estás cansada?—preguntó mientras se acercaba a Sun hee.

—Mmm.

Ella ni siquiera se iba a molestar en responder, prefirió que él averiguara lo que ella quería decir.

Seong-Jin agarró la sábana que estaba tirada en el suelo y la miró arqueando una ceja, luego la estiró y se la puso por encima a su esposa.

Sun hee estaba sorprendida, pero no lo suficiente como para hacerla hablar.

Poco después Seong-Jin se tumbó al lado suyo, esta ves no la molestaría durante la noche. Ella ya había colocado varias almohadas en el centro, la cama era bastante grande por lo que todavía quedaba bastante espacio.

—Mañana no estaré aquí, me voy durante una semana—dijo él, todavía seguía girado por lo que no pudo ver la reacción de su esposa.