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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
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132 Chs

Capítulo 72: ¿Él quería besarla?

Ella sentía como si estuviera atrapada en una jaula imposible de abrir, la mirada de él estaba fija en ella lo que provocaba que ella se sintiera un poco intimidada.

Sun hee no podía parar de preguntarse que quería hacer su esposo, ¿había dicho algo que le ofendiera antes o quizás solamente quería intimidarla?

Los nervios de ella aumentaban más a cada momento, era algo que se podía notar enseguida, su esposo no fue una excepción.

—¿Pasa algo?—dijo él mientras ocultaba su pequeña sonrisa y hacía como que no entendía la situación.

Sun hee no podía entender a su esposo, aquellos cambios repentinos en su actitud le ponían realmente furiosa.

Para ella era imposible comprender a alguien que primero la miraba con una mirada fría y tenebrosa, y que luego le hablará de una manera bastante provocadora.

Sun hee hizo lo primero que se le pasó por la cabeza, puso sus manos en el pecho de él para después empujarle con fuerza.

Se rindió al darse cuenta de que ni siquiera lo había movido un poco, todo lo que ella intentara en ese momento sería en vano, aquél hombre era un muro indestructible.

Seong-Jin se acercó poco a poco al rostro de ella, enseguida se acercó a su oído y le susurró algo lentamente.

—¿No te gusta?

Sun hee sintió un hormigueo recorriendo todo su cuerpo.

Seong-Jin se había despistado durante un momento, enseguida ella aprovechó la oportunidad y pasó por debajo del brazo de él para poder alejarse de aquél hombre provocativo.

Sun hee se rió, se sentía aliviada en aquél momento, ver a Seong-Jin todavia con las manos en la pared le provocó risa.

—¿Ahora que? Pensabas que me iba a quedar quieta observando como-

Otra vez, él le agarro de los brazos y volvió a pegarla a la pared, pero esta vez la sujetaba con más fuerza. Ni siquiera la dejó terminar su frase.

Ahora ella sentía que estaba esposada, pero desgraciadamente la llave que necesitaba no existía.

—Seong-Jin, déjame ahora—esta vez ella hablaba más sería, estaba comenzando a enfadarse de verdad, se movía bruscamente de un lado a otro para poder liberarse.

—No quiero.

Seong-Jin disfrutaba ver como su esposa arrugaba la frente, cuando veía que ella le pegaba con sus pequeñas manos no pudo evitar reírse, en verdad aquellos débiles golpes se sentían como un masaje para él.

Cuando ella finalmente se rindió escuchó como su esposo le dijo algo que la dejo completamente impactada.

—Si sigues moviéndote te besaré.

Sun hee quería tomar aquél comentario como una broma, pero la expresión de él indicaba totalmente lo contrario, no parecía estar jugando en aquél momento.

—Te juró que como te acerques un poco más, te dare una patada en una parte que te dolerá demasiado—dijo mientras señalaba su zona inferior.

Seong-Jin se sorprendió por su respuesta, esperaba cualquier cosa menos eso, la mujer que hace solo unos instantes estaba completamente aterrorizada ahora le estaba amenazando con patearle su zona inferior.

—¿Porqué quieres golpearme? Solo estoy cerca tuyo, no estoy haciendo nada malo—explicó tranquilamente.

Incluso parecía inocente, él cambió completamente su mirada, esta vez la miraba como si fuera un niño pequeño. De esa manera era difícil negarle algo.

Seong-Jin aprovecho la situación y se acercó rápidamente al rostro de ella, sus labios estaban a unos pocos centímetros de rozar los de ella.

—Jaja, no puede ser.

La fuerte risa de alguien se escuchó cerca, aquella persona no paraba de reír, había interrumpido aquél momento.

Seong-Jin se alejó de su esposa rápidamente, suspiro enfadado y se volteó para ver quién estaba allí, su rostro estaba completamente oscurecido y volvió a tener la misma mirada fría de antes.