webnovel

Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
Not enough ratings
132 Chs

Capítulo 90: ¡Esto es un sueño!

Poco después de darse cuenta de que el chofer había parado el auto, bajo inmediatamente sin esperar ha nadie.

Estaba emocionada por vivir en un lugar nuevo.

Cuando finalmente relajó un poco sus nervios, miró hacia los lados...

—¿Dónde esta la casa?

Alrededor de ella había un montón de jardines y gigantescas casas. Nunca se hubiera imaginado que viviría en un lugar como ese, prefirió pensar que era un sueño y que en cualquier momento despertaría, era mejor no ilusionarse.

Seong-Jin bajo del auto un poco después que ella, seguía con su inexpresiva y tranquila mirada.

Dando ha entender, que no le importaba nada el lugar donde estaban, incluso parecía que estaba acostumbrado a ver lugares más increíbles que esos.

Lentamente se acercó hacia el otro lado del auto, luego intentó decirle algo ha su esposa que parecía pérdida en sus pensamientos:

—¿Vas ha quedarte ahí todo el día?—preguntó mientras miraba ha su esposa sorprendida por lo que estaba viendo.

Sun Hee se giró rápidamente cuando escuchó la voz de su esposo, observó como él tenía los brazos cruzados y esa mirada fría que parecía que nunca desaparecería.

—¡Voy! Pero primero, ¿cuál es la casa?

Había demasiadas y estaba cansada de intentar adivinar cuál era.

Casi al instante, su esposo señaló hacia un lado.

Sun Hee miró al lugar donde él había señalado. Comenzó ha frotar sus ojos, luego ponía sus manos sobre sus ojos y después quitaba sus manos, así continuamente.

Definitivamente, eso era un sueño.

Esa hermosa villa no era donde iban ha vivir, ni siquiera era posible para ella pensar eso.

Sun Hee miró ha Seong-Jin con una mirada que lo decía todo "¿es una broma?"

Seong-Jin simplemente encogió los hombros y comenzó ha caminar a la entrada de la mansión.

Ni siquiera se había dado cuenta de que la mujer detrás suyo no había comenzado ha caminar, seguía paralizada y nadie podría moverla si no despertaba de ese sueño.

—E-esperame—dijo mientras intentaba que su cuerpo reacciona para intentar caminar.

Poco después logró romper aquella capa invisible de hielo que le impedía caminar.

Fue corriendo hacia donde estaba su esposo antes de que esa capa de hielo volviera ha aparecer.

Enseguida, Sun Hee ya iba caminando al lado de Seong-Jin sin decir nada.

Solo podía observar felizmente la enorme villa frente a sus ojos.

La idea de que aquello era un sueño fue desapareciendo poco a poco.

Todo en la villa era hermoso, no podía decir que no le gustara algo, aunque hubiera un pequeño error, lo demás cubriría aquello perfectamente haciendo que el error fuera solo una molesta hormiga.

En la entrada, habían varios trabajadores en dos filas esperando ha que ellos entraran, todos iban con ropa elegante.

Incluso ellos llevaban ropa lujosa, podía notarse fácilmente para quien trabajaban.

Ahora todo parecía sacado de una película.

—¿Te gusta?—preguntó Seong-Jin mientras miraba el rostro asombrado de Sun Hee.

—Es imposible que no me guste, esto es increíble—respondió sin dejar de observar todo ha su alrededor.

¿Cómo no le iba ha gustar aquél lugar tan hermoso?

Ella sabía que para su esposo no era algo tan increíble pero para ella... Casi no se podía expresar con palabras.

Mientras caminaba felizmente detrás de su esposo, pensaba en que tendría que hacer para no perderse.

Era una villa gigante y quizás los trabajadores estarían disponibles en cualquier momento pero los alrededores no los conocía.

Si tenía que salir ha algún lugar, esta vez sí necesitaría ha alguien que la acompañara.

No pudo evitar mostrar lo feliz que estaba, su sonrisa era radiante.

Su esposo no pudo evitar sentirse bien al saber que a ella le gustaba ese lugar.