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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
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Capítulo 7: Cena familiar

Ya había pasado un día desde qué Sun Hee se mudó a la casa de su esposo, todavía sin ver su rostro.

¿Qué pasaría si entraba a su dormitorio?

Decidida Sun hee se dirigió al dormitorio de su esposo, frente a la puerta respiro profundamente y entró...

—¿Hola?

—...

Un hombre alto se encontraba leyendo un libro sentado junto a la ventana, tenía un cuerpo musculoso, cabello negro cómo el carbón, sus ojos eran azules y profundos haciendo qué cualquier mujer se perdiera en su mirada, pero enseguida ese hermoso hombre desprendió un aura fría capaz de hacer huir a cualquiera demonio.

Sun Hee cegada por su belleza no se percató qué al apuesto hombre se le oscureció el rostro.

—...

—¿Qué quieres?

La voz del hombre sonó en toda la habitación haciendo que Sun hee volviera a la realidad.

—Y-yo soy tu-

—Lo sé.

La mirada fría del hombre seguía en su rostro, de vez en cuando fruncía el ceño, causándole a Sun Hee bastante temor hacía él.

No parecía muy dispuesto ha establecer una conversación.

—Ahh... ¿Cómo te llamas?— Sun Hee no parecía disputa a tirar la toalla, si se iba ahora, ¿quién sabe cuándo podría volver a hablar con él?

—Seong-Jin.

Sun Hee rápidamente cambió la expresión de su cara al escuchar su nombre, seguramente habría información sobre él en internet.

Seong-Jin observaba a su esposa desde la cabeza a los pies, no pudo negar qué no estaba mal.

Otra vez un largo silencio se apoderó de la habitación... Sun hee jugaba con sus manos mientras qué su esposo seguía leyendo.

—Entoces... ¿Qué te gusta hacer?

La pregunta de su esposa captó su atención inmediatamente, a lo qué respondió:

—Nada.

No parecía dispuesto ha establecer una conversación, era demasiado cortante.

Sun Hee se estaba quedando sin ideas, mientras pensaba como acabar con ése incómodo silencio el mayordomo Min Ho la llamó, haciendo qué ella tuviera la oportunidad perfecta para acabar la incómoda conversación.

Sun Hee hizo un gesto con la mano para decirle qué se marchaba, su esposo ni reaccionó...

—S-señorita Sun Hee, ¿se encuentra bien?

Realmente el mayordomo estaba sorprendido de qué no se hubiera armado un escándalo, no sé podia creer qué la señorita hubiera entrado al dormitorio.

En la mansión los trabajadores siempre decían qué nadie había sido capaz de entrar al dormitorio del joven amo.

—¿Porqué no estaría bien?—preguntó Sun Hee curiosa.

—Bueno...—el mayordomo cambió la conversación al acordarse de algo muy importante—Señorita Sun Hee, vuestra madre y la familia del joven amo se reunirán está noche aquí para cenar.

—Es extraño, no he cenado todavía con él, ¿y voy ha cenar hoy con su familia?—comentó Sun hee susurrando.

—Señorita, yo me retiro para qué pueda prepararse tranquilamente.

Min Ho hizo una reverencia y se marchó caminando despacio.

Todavía eran las cinco de la tarde, quedaba mucho tiempo hasta las nueve, Sun Hee decidió tomar una pequeña siesta. Se tumbó lentamente y cerro los ojos despacio...

***

—Señorita Sun Hee, su madre ya ha llegado—la voz de una mucama se escuchó desde la puerta.

—¿Eh?

Sun hee miro la hora, dio un gran salto y cayó de la cama haciendo qué se escuchara el fuerte golpe en toda la casa... Esas finas paredes.

—¡¿Señorita Sun hee se encuentra bien?!

—Sí, si.

Eran las nueve, Sun Hee se había quedado durmiendo toda la tarde, miro hacía abajo y todavía llevaba el pijama puesto, en ese momento corrió lo mas rápido qué pudo hacía el clóset, cogió el primer vestido qué vio y se lo puso, lo acompaño con unos tacones verdes, en ese momento se dió cuenta de qué iba con un conjunto verde entero, pero no tuvo tiempo de volver ha cambiarse ya qué la mucama entró pidiéndole por favor qué bajase.

En la gran mesa de comedor se encontraba una mujer y un hombre, tenían qué ser los padres de Seong-Jin, al otro lado se encontraba la madre de Sun Hee con la misma aura de superioridad de siempre.

Sun Hee saludó felizmente a los padres de su esposo, y enseguida se sentó en la larga mesa, justo al final de la mesa se encontraba su esposo mirándola con el ceño fruncido.

—Jaja— la risa de la madre de Seong-Jin se escuchó en toda la sala, miraba a Sun Hee con mucho cariño.

Enseguida Sun Hee se dio cuenta de lo qué pasaba, se le había olvidado peinarse y tenía un moño alto despeinado con pequeños pelos esparcidos en su rostro, ese vestido verde tampoco ayudaba mucho.