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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
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Capítulo 39: Es imposible que haya sido mi madre

Seong-Jin le miro arqueando una ceja, no se creía que aquella mujer se atreviera a coquetear con él de aquella manera y más si estaba casado.

—¿Cuánto dinero necesitas?

—¿Qué? no quiero dinero, solo quiero que te quedes conmigo.

—Kim no tengo todo el día, dime ya lo que necesitas.

Ella miró hacia el suelo, y luego comenzó a sollozar.

—¿Porqué piensas que solo quiero dinero? Yo te-

—Si no es eso lo que realmente quieres entonces me voy—se giró despacio sin mirarla ni siquiera una vez.

Kim apretaba los dientes por la rabia, golpeaba con sus frágiles manos la pared.

En ese momento ella sólo quería matar a aquella Sun hee con la que se había casado Seong-Jin.

No podia aceptar que le arrebatara al hombre que tanto había perseguido durante tantos años.

***

Sun hee estaba durmiendo plácidamente.

Pero una pesadilla hizo que se levantara de aquél profundo sueño.

Aquélla pesadilla era la peor en esos momentos, ella veía desde la parte de atrás de un auto como se estrellaba su padre contra un árbol.

Tenía todo el rostro cubierto de sudor como si hubiera sido real, algunas lágrimas ivan desde sus ojos hasta su cuello.

"Ya me a pasado dos veces, es insoportable"

Enseguida se dió cuenta de que llevaba un paño con agua tibia en la frente, vio sus manos cubiertas de una pomada.

Solamente pensar que quizás aquél hombre había tocado sus manos... hacía que las puntas de sus orejas se volvieran rojas.

Enseguida fue al baño para poder mojarse el rostro, tenía que calmarse de cualquier manera.

Poco después recordó cuándo le pidió a su esposo que la llevase en sus brazos... el olor de su cuerpo era demasiado agradable.

Volvió a mojarse el rostro una y otra vez.

—Señorita Sun hee, ¿está bien?—Min ho llamó a la puerta del dormitorio para comprobar que ella seguía dentro.

—V-voy—salió del baño.

Abrió la puerta del dormitorio para poder responder a Min ho.

—Señorita, debería descansar, no debe levantarse.

—Estoy perfectamente solo tengo unos simples moretones en las manos—dijo inspeccionando sus manos.

—Oh, pero si el joven amo la ve levantada...

—M-me voy a dormir.

Su rostro se había sonrojado completamente, sentía un nudo en la garganta y no sabía por que...

Cerró la puerta y volvió a tumbarse en la cama, esta vez miraba su teléfono...

Tenía dos llamadas perdidas una de su mejor amiga Hye, seguramente por que estaría preocupa y otra de Bon-Hwa, él ni siquiera tenía algún motivo para llamarla...

Ella ignoró completamente aquél nombre molesto en la pantalla.

Se apresuró a llamar ha su mejor amiga, nada más llamar al número ella contesto.

—¡Sun hee, casi me muero del susto!—preocupada.

—Oh... losiento, no entiendo muy bien lo que sucedió hace unas horas.

—¿Se te ocurre alguien capaz de acusarte de algo así?

—No...

Enseguida le vino una idea a la cabeza, le pareció estúpida pero a la vez era la más probable.

—Hye tengo que colgar ahora...

Tiro el teléfono hacia el otro extremo de la cama, puso las manos sobre su cara y comenzó a deprimirse demasiado.

"¿Porqué? Mi madre es incapaz de hacer algo así"

Todo se derrumbó para ella en un instante, pensar que su propia madre fuera capaz de algo así le partía el corazón.

Había una pequeña probabilidad de que no fuera ella... por alguna razón rogaba que así fuera.

Las lágrimas inundaron sus ojos en pocos segundos, miraba todo el dormitorio detalladamente, como si fuera a despertar de una horrible pesadilla.

Enseguida intentó a volver a dormirse, dejo aquellos malos pensamientos atrás y volvió a descansar.