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El inspector Fondag

Tratar con capullos de vez en cuando no era algo nuevo, no tenían nada que temer, Bastian se había puesto un nuevo inhibidor, nada más se acabó el efecto del anterior, sabía qué el inspector llegaría, no podían correr riesgos. Todos activaron el bloqueador de Qi, era desagradable, y sería un suicidio si estuviesen en medio del bosque y no en la granja, pero era una orden.

"Bien, soy el nuevo inspector Kriel Fondag, como habrán adivinado, no sé cuanto produce una granja, ni si un lobo adulto da trescientas o cuatrocientas libras de carne, ni si con esos cerezos pueden hacer veinte o cincuenta botellas de licor a la semana. No solo no lo sé, sino que además me importa una mierda, se lo pondré fácil les cobraré un peaje estándar, un diez por ciento de todo lo que declaren en el mercado, el trapicheo de leche, de licor o de esa asquerosa carne de lobo me importa una mierda, mi misión en esta región perdida es otra muy distinta como para perder el tiempo contando boñigas"

"¡eso es un abuso!"

"Esto no es una negociación señor Marcs, puede elegir entre pagar cada semana a su salida de Ciudad Cawan o marcharse y abandonar, usted elige..."

El abuelo iba a replicar, pero la abuela le cogió la mano y le hizo un gesto con la cabeza.

"Está bien inspector Fondag, tendrá su pago..."

"Bien... ahora vamos a repasar que tenemos aquí, ya que esta es una familia muy curiosa para una granja... Por un lado, tenemos al sargento de primera y exfrancotirador Julius Abot, licenciado por heridas graves de guerra, perceptor del subsidio mínimo, sin embargo, le veo muy bien señor Abot para ser un minusválido..."

Julius no lo dudo, con su propia mano desgarró la piel de su brazo izquierdo y se podía ver el metal de la prótesis que había debajo, el inspector se sorprendió por el salvajismo del acto. Había estado a punto de sacar su arma, pero la mirada de Julius era elocuente, venía a preguntarle si seguía arrancándose piel o se creía, ya que era un veterano herido.

"No siga señor Abot, entienda que yo no le conozco y abundan los estafadores a la pensión del ejército imperial... Por otro lado, está usted el señor Zion Marcs, su expediente está en blanco antes de instalarse en la granja, lógicamente he intentado preguntar, pero me han dicho que todo lo relacionado con usted era clasificado así que asumiré que era un militar al igual que el señor Abot, no hace falta que me lo confirme aunque no deja de ser curioso que dos militares se retiren a una región remota para ser granjeros..."

La mirada de ese inspector era como la de un pez muerto, viscosa y resbaladiza, peligrosa, sus ojos se posaron en la abuela.

"Y aquí tenemos a la matriarca, Marisa Marcs, nombre de soltera, Marisa Elevin, doctora genetista y microbióloga, que ahora vive haciendo licor de guindas, estiércol, salazones y mermeladas, ¿no se aburre alguien como usted en este páramo incivilizado como este, señora Marcs?"

"En la granja siempre hay trabajo que hacer... estos tres no serían capaces de sembrar ni un tomate si no fuese por mí..."

"Si usted lo dice... bueno y por último el muchacho Bastian, diecisiete años, un polimago al que se le extrajeron nada menos que diez núcleos de mana cuando era un bebe, aunque curiosamente no tenía afinidad con la voluntad... Se salvo usted por los pelos muchacho, un núcleo más y lo hubiesen sacrificado... esterilizado a los catorce años e involucrado en diecisiete expedientes no concluyentes sobre posible uso de magia, tiene usted una marca de verificación continua de seguridad de grado B... ¿No son esos muchos expedientes para un chico tan joven?"

"Pruebe usted a cazar bestias mágicas en la zona salvaje y después me lo cuenta..."

El bofetón que recibió Bastian, lo tiró de espaldas, estaba claro que ese inspector tenía un cuerpo mejorado en varios grados...

"Creo que tienen que enseñarle modales y disciplina al pequeño salvaje... denme el informe del incidente que detectaron los drones y no me hagan perder el tiempo..."

Fue el abuelo el que se adelantó.

"Inspector Fondag aquí tiene las grabaciones si las quiere, no he tenido aún tiempo de transcribir el informe, pero puedo decirle de forma preliminar que eran veintisiete goblins, uno de ellos un chamán, por su equipamiento fueron los que atacaron al inspector Raud hace una semana, adentro están las gemas, las armas y los ojos en líquido conservante, puede comprobarlo usted mismo..."

"Como entenderá, no voy a pasarme a que oliendo a mierda tres horas viendo los videos, mándeme cuando pueda él informa y yo veré su cuadra con los registros de los drones. Ustedes tres se quedan fuera, enséneme esas gemas y armas, Señor Marcs..."

Aunque conocían a todos los guardias y normalmente no los tratarían así, tenían un nuevo jefe, tenían que ir con cuidado. Julius, la abuela y Bastian se quedaron fuera, encañonados por los guardias mientras el inspector y el abuelo entraban en la casa, sin embargo, alguna sonrisilla nerviosa estaba a punto de escaparse en alguno de los escoltas del inspector.

"No les faltan comodidades para ser unos granjeros señor Marcs..."

"La zona salvaje ofrece muchas posibilidades si se saben aprovechar, la caza de monstruos es buena aquí en el norte..."

El inspector estaba revisando las armas y las piedras de alma que estaban preparadas encima de una gran mesa, "Ese grupo de goblins debían de ser muy poderosos para tener las piedras de alma tan desarrolladas, ¿cómo dice que ocurrió el incidente?"

"El muchacho había salido para cazar a una de las manadas de lobos que teníamos controladas en la zona, estaban creciendo demasiado y ya había machos maduros, después de matar a los cuatro machos y espantar a las hembras los goblins les atacaron, el chico solo pudo huir, por suerte Julius y yo no estábamos lejos y escuchamos los disparos..."

"Entiendo...¿dónde están las piedras de esos lobos?"

"Aún no las hemos depurado, Bastian acababa de llegar con sus cuerpos cuando usted apareció, aún están manchadas de sangre y vísceras, pero se las puedo entregar ya si las quiere..."

El inspector hizo una mueca de disgusto al escuchar la palabra vísceras.

"No hará falta, tráigalas al puesto de control en su próximo viaje a Ciudad Cawan..."

Salieron de la casa, el inspector miró de arriba a abajo a Bastian, la muñeca izquierda estaba muy hinchada...

"Has tenido suerte de poder huir de esos goblins muchacho... eres fuerte y seguro que disparas bien, el ejército se alegrará de tener a un soldado como tú cuando el próximo mes te toque alistarte para servir al imperio..."

"El chico es nuestro único descendiente, es hijo único, es huérfano, no se me ocurren más motivos que esos para estar exento..."

"Bueno, ya veremos cuando llegue su evaluación..."

No había que ser muy estúpido para saber que eso significaba dinero.

"Tendremos oportunidad de discutirlo inspector Fondag..."

La comitiva del inspector se marchó, y en la granja pudieron por fin respirar... la primera en reírse fue la abuela...

"¿Una décima parte?... ese tío es tonto... bueno, hasta que averigüe que al anterior le pagábamos una sexta parte, podemos hacer una buena caja, ¿cómo te has atrevido a escamotearle veinticinco goblins y un lobo?"

"Bah... tú lo has dicho es un idiota, en el informe del ataque al grupo de Eramon solo se identificaron veintisiete goblins en las grabaciones, añadir uno más y esconder el resto solo era cuestión de ver como movía la nariz con el olor, ese tipo no ha pisado una granja ni la zona salvaje en su vida, ni quiere hacerlo... Por cierto, bien hecho Bastian, pero la próxima vez no exageres tanto cuando te den un golpe como para caerte, solo te dio un bofetón, no un puñetazo, si no fuese tan tonto se habría fijado en que no te dejó ni marca..."

Al final la historia no había acabado tan mal, habían ganado incluso dinero, sobre todo los pares de globos oculares permitirían a la abuela hacer muchos potenciadores de visión nocturna, eso se vendería bien en el mercado negro de Ciudad Cawan, aunque lo mejor eran las piedras de alma no registradas.