Capítulo VII: Cartas y de vuelta en Hogwarts.

Vista de Samantha:

-¡Vas a despertar al otro niño!- chilla Madame Poppy. Mire hacia mi izquierda y Seamus tenía los pelos alborotados, como si algo lo hubiera electrocutado. La enfermera reviso mis signos vitales con su varita, me reviso las manos y hasta mi corazón, para luego echarme de la incomoda cama de la enfermería y mandarme de nuevo a la sala Común de Slytherin. No fue la mejor bienvenida, pero ya en el pasillo a solas, salte y chille de la alegría.

-¡No debiste haberla dejado irse! - escucho los gritos furiosos de Albus. Cuando pienso en caminar lejos, evitando por ahora los problemas, el director de la escuela aparece en frente mío y me observa impresionado.- A mi despacho Sam.

Caminamos en silencio, pasamos de largo a los prefectos de Gryffindor (casi Percy me regaña), algunas pinturas chismosas gritan ¡Estudiante fuera de la cama! Pero aun así, llegamos a su oficina, en casi la misma vibra de hace dos semanas. La ultima vez que aparecí en el Mundo Mágico.

-¿Paso algo profesor?

-¡Ha dormido meses! ¡Ya será navidad! Llame a tu tutor y nadie se preocupo, tus amigos siguieron como si nada... Como no lo supe antes, no eres de por aquí...- sonaba bastante alterado, hasta por un segundo pensé que se arrancaría los pelos de la cabeza. Sin embargo, yo estaba de lo mejor, había perfeccionado tanto mis métodos , que ahora Albus es complice de estos. Lo mejor es que nunca tuve que decirle nada, solo escribirlo en el guion.- No se como lo haces pero nadie ha preguntado por ti en estos meses, como si... todo fuera normal. Ni Severus se ha percatado que le falta una alumna de primer año.

-Señor, le juro que no es magia negra ni nada maligno. Vengo de otra realidad, solo viaje a una mejor vida. Por favor no me expulse- exclame con un pequeño tono de tristeza falso, porque no mentía del todo, la pase fatal en mi Inglaterra pobre. El director parecía mas calmado, suspiro y se sentó en su gran silla, me miraba pensativo mientras que yo tomaba asiento también.

-Como usted sabrá, ninguna magia se puede escapar de mis manos... menos una como esta tan poderosa. - susurra sin poder dejar de analizarme- Me siento hechizado, nunca supe de esto pero cuando te despertaste hace una hora, la información de realidades aparecieron en mi mente.

¿Debería contarle lo que escribí? No creo que lo comprenda, sin embargo, Albus Dumbledore es un hombre muy inteligente.

-Señor...

-Necesito que me cuentes de que trata todo esto señorita Jones, ¿Esto es obra de tu padre aquí? - nunca hubiera imaginado al anciano de Dumbledore, amenazandome con su varita sobre su escritorio.

-Déjeme explicarle profesor...

"Vigila a Harry Potter por mi"

Fue lo único que me dijo luego de contarle toda la historia, no parecía abatido cuando le conté sobre Rowling (como si ya la conociera) aunque no creería mucho en eso, ya que Dumbledore no dejaría que le cuenten su vida a unos simples mortales. En cuanto a lo de Potter, no creo que haya sido la mejor opción: encargarme de su cuidado; sé perfectamente que Harry llega hasta cuarto año sano y salvo, quizás con algunos lentes rotos en el camino, pero llega.

No puedo saber absolutamente todo de Harry, el tiene su propia vida a parte de los libros y no es que tampoco sepa toda su vida, la escritora solo llego al cuarto libro...

-Debo hacerlo bien y tal vez, me lo recompense- me susurro, debía darme ánimos, esto no iba a ser fácil. Albus piensa que tengo todo resuelto porque leí unos libros, sin embargo, es distinto aplicar todo lo que lees. Si hago las cosas bien, podría pedirle que me ayude a quedarme en El Mundo Mágico para siempre.

...

Hacía mucho frío en el cuarto, por suerte era fin de semana y podía vestir algo mas abrigado que el uniforme. Espere a que Pansy salga del baño, entre yo y luego corrimos hacia la sala Común donde Snape nos detuvo a todas las serpientes. Tenía un aspecto ordenado pero con su cabello aun graso, nos miraba con asco a todos mientras sostenía un largo pergamino.

-¿Quienes se quedaran en Navidad? - agrega el profesor observando su hoja. Algunos alumnos comenzaron a levantar su mano y a decir sus nombres. ¿Que hago? Albus ordenó que cuide a Harry, deberé quedarme.

-¡Yo señor! Jones.- Draco al escucharme, se pone rojo de furioso y arruga su nariz, me parece graciosa su expresión pero me contengo.

-¡Pensé que vendrías a casa! Sam siempre complicas las cosas...

-Nadie te obliga a irte, puedes quedarte y pasar navidad conmigo en él castillo- agregue animada por la idea, no estaría nada mal pasarla aquí y mas con compañía. Aunque a Malfoy no le gusto mi idea, solo suspiro derrotado y abandono el tema, podía parecer enojado pero no quiso separarse de mi, ni de Blaise, camino al Gran Comedor.

Las vacaciones habían comenzado, me tuve que despedir de mis amigos en Slytherin y decidí que era hora de mandar una carta a mi familia. Solo debía buscar a Toby, no tenia una buena relación con mi mascota, a veces parecía que quería evitarme, hice ruido con mis dedos, desde mi sala Común para llamar su atención pero este seguía reposando sobre la chimenea, sin querer mirarme.

-Se que no soy la misma Samantha Jones que solías conocer, es complicado... Pero juro protegerte y ser tu amiga, tal como siempre lo fuimos.- la lechuza de ojos amarillos, por fin había girado su cabeza para verme. Me daba un poco de vergüenza hablarle al animal de aquel modo, suerte que casi nadie de Slytherin se queda en las fiestas...

Antes de que el animal se arrepienta, comencé a escribir una carta para mamá. : "Hola, te extraño, perdón por no mandarte ninguna señal de que estoy bien. El año ha sido un poco duro pero ¡Si quede en Slytherin! Como ustedes lo fueron. Decidí pasar las fiestas en el castillo, se que estas refugiada en la casa de los Malfoy pero este año no me apetece ir allí... lo siento. Nos veremos pronto, Sammy. "

Trato de releerlo y asegurarme de que no falte nada, pero nadie es perfecto: "Posdata: ¿Sabes si es seguro mandarle una carta a papá?". A punto de escribir el nombre de mi madre en el sobre, Toby me la arrebato de las manos e hizo un revuelo con sus alas, tratando de decir no.

-Es verdad, nadie puede saber donde se esconde mamá...

Por lo que entiendo, mi tutora legal a cargo es mi abuela materna, escribí mas a detalle sobre ella: Artemisa Anabelle Thomson, pero el apellido que usa, es el de casada Artemisa Smith. Es la única familia que esta viva a parte de mis padres, es dulce pero estricta, de cabello largo y blanco, con muchas arrugas al rededor de sus ojos. Vive en Francia porque no tolera ver a mi madre refugiada en casa de los Malfoy.

"Querida abuela:

Las cosas están yendo como esperabas, si no pude escribirte, fue por tanto trabajo que los profesores me encargan. Quede en Slytherin, así que no te preocupes. Pasaré las fiestas aquí, justo como acordamos, solo necesito una cosa, estamos armando un árbol genealógico mágico y necesito datos de la familia, cualquier cosa que puedas brindarme será lo mejor. Te amo y te extraño. Samantha."

Espere a que Toby volviera y esta vez, si pude poner tranquilamente el nombre de mi abuela en el sobre. Quería con ansias la respuesta de mamá, si era posible, mañana mismo estaría mandándole a Thomas Jones un sin fin de preguntas por pergamino.