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Harry Potter y las realidades deseadas de Samantha.

Samantha descubre el nuevo mundo de los viajes a diferentes realidades, es una huérfana, que descubre las aventuras de Harry Potter y piensa ser parte de ellas. Cueste lo que cueste. Créditos y todos los derechos reservados a J.K. Rowling por personajes, escenarios y trama. Lo único que hago es modificar las escenas y agregar nuevos personajes.

manzanaverde · Book&Literature
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9 Chs

Capítulo II: La mala reputación de la familia Jones y el tren.

Vista del escritor

-Buenos días - susurra la niña observando a unos estudiantes sumergidos en libros de ciencia.

-¡Buenos días Señorita!

-La directora dijo que tiene libros que pueden interesarme- agrega tratando de alcanzar el mostrador. En realidad había sido obligada a venir y a decir que no podría pisar la biblioteca nunca mas, por "malas influencias "

- ¡Claro! Me has abandonado las últimas semanas y vi que la última vez te llevaste un libro de meditación. Encontré estos que te pueden gustar... - ni siquiera la dejo terminar cuando salto de la felicidad, estaba convencida que ya no había libros de esos. Las tapas eran de cartón duro y no tenian titulo alguno, solo un diseño de color verde agua liso.- Habla de como relajarse y es un tomo de cinco pero no encontré mas, son muy viejos, ten cuidado

- ¡Gracias! Lo devolveré en cuanto lo termine - dijo Samantha, sin despedirse de la emoción, lleva consigo los nuevos tres libros. No podía esperar a leerlos todos y trabajar en su meditación, nunca pensó que sería tan difícil, pero valdría la pena cuando ya esté en su verdadero hogar.

Vista de Samantha:

"Los viajes a mundos cuánticos y a realidades deseadas, son esenciales si queremos viajar más allá de una simple meditación. Imagínate en una habitación blanca, completamente vacía con la excepción de una puerta en frente de ti. Respira profundo y suelta todo el aire que retienes, ¿Estas listo? ¿Estas lista? Cruza esa puerta y estarás, en tu verdadero hogar. "

-Lo intentare en la noche

-¿Intentaras que?- exclama Merry interrumpiendo mi lectura, con suerte, logro esconderlo debajo de Harry Potter y la piedra filosofal. Ella, observando mi cama y mi pequeña mesita de noche, dice:- No podrás salir a tus jueguitos de la madrugada, la directora puso nuevas cerraduras... gracias a mi.

Detestaba ver su cara llena de satisfacción por ser tan molesta, como si hubiera hecho la gran cosa, volteó mis ojos y me recuerdo esa promesa que me hice hace años. No llorar por lo que Merry me hiciera, ella me había delatado la ultima vez y lo haría todas las veces que pudiera. Aunque el jardín no estaba funcionando para mi meditación ¿Qué tan difícil será meditar en el cuarto?

-Y deja de leer esa basura, las vacaciones van a terminar pronto y no dan magos en la escuela preparatoria.

-Si Merry- agregue para que me dejara en paz, no vio con que otra cosa molestarme y se marchó fuera del cuarto.

Vista del escritor:

Alrededor de media noche aseguró que todas durmieran profundamente, compartir el cuarto con tres adolescentes mas, no era algo que te diera tranquilidad para meditar. Sam tenia todo preparado, su narración bajo la almohada, los libros de meditación releídos y la mente despejada para poder irse de una vez; se puso su mejor pijama y así despertar en el nuevo mundo, con el puesto.

Sus ojos se cierran por fin, Samantha esta concentrada en no dormirse pero a la vez, segura de estar atenta a su imaginación, su mente recuerda todo lo leído y no piensa en nada mas que cruzar el universo lleno de estrellas, para llegar a su esperado lugar. Su corazón no para de latir aceleradamente y veía como una luz blanca, la atravesaba de vez en cuando, su cuerpo se sentía volando como si estuviera sobre una nube y no la incomoda cama del orfanato. Ese universo lleno de galaxias y estrellas que estaba imaginando, se desvanece dejando ver un nuevo escenario: la dichosa habitación blanca y una puerta antigua frente a ella; era de una madera muy vieja teñida de rojo, con decoraciones en forma de hojas doradas a su alrededor y hasta la manija de esta era circular y al parecer bañada en oro.

-Estas cerca Sam, recuerda verte en la sala común de tu casa preferida, imagínate con la corbata de Gryffindor y...

Pero unos ruidos ajenos a la habitación vacía y lo que se esperaba de la sala común de su casa, bajo la puerta podía escucharse gente hablar, voces de todo tipo y hasta bocinas de autos. La sombra de los pies de la gente parecían pasar apurados y el olor a una calle la ponían inquieta. Ya no sentía que volaba, todos sus sentidos estaban en esa habitación blanca.

-Cruza la puerta Samantha, no seamos cobardes.

Sin hacer esperarse mas, camino rápidamente hacia la entrada, la abrió y al fin pudo apreciar su nuevo mundo. El lugar le era familiar, sin duda seguía en Londres, había mucho trafico y la gente vestía de una manera diferente, como si fueran los '90 otra vez.

-¡Samantha vas a perder el tren! - la niña voltea hacia la voz y se sorprende al ver a su narración en persona, su madre de la realidad deseada, Elizabeth Smith Jones de 32 años, alta y flacucha, pálida como su hija, con ojos oscuros y una diferencia muy característica: su cabello rubio. Sin hacerla esperar, corre hacia su madre quien tiene un carro con, lo que aparenta, el equipaje de Samantha; sobre el baúl negro yacía una lechuza marrón en una jaula. - Toma, sabes que no puedo entrar.

-La verdad es que no...- susurra la niña

Parece apurada, es la única mujer en la puerta de la estación que viste un vestido de terciopelo y esconde su rostro de los que pasan pero trata de seguir en su lugar.- Recuerda esto Sammy, no importa en que casa quedes, tu serás muy valiosa para ellos..

-¿Que? ¿No estoy en Gryffindor?

-¿Como?- agrega Elizabeth confundida, Samantha niega y abraza a su madre, nunca había sentido aquella emoción cuando comienza acariciarle su cabeza, el calor y su amor parecía tan real. Se separan y la rubia comienza a verificar que todo este en orden.- Por ultima vez Samantha Amelia Jones, que te dije de poner la varita en el cinturón, ¡Se puede caer!

Rápido baja la vista y se encuentra con una varita negra y con detalles de flores en el mango.

La niña parecía a apunto de caer al suelo, estaba abrumada, no podía creer como todo si dio resultado.

-Señoritas están obstruyendo el camino...- dice un guardia regordete, era muy alto que daba miedo.

-Si, si, ya me apuro. Como no me acostumbro a estos muggles- susurra la mayor, suspira harta porque parece que Samantha no es la única abrumada. Por ultima vez besa la cabeza de su niña y la mira con lagrimas en sus ojos, Sam solo observa su mirada y se siente afortunada. - Te amo, tratare de escribirte...

-Yo también te amo mamá.

Vista de Samantha

¿El sombrero me pondrá en Gryffindor, no? Era confuso, había puesto que era una leona y ahora no se ni a donde voy a terminar. Mi madre no pudo acompañarme hasta la entrada de la estación muggle pero por suerte no voy a tener problema para encontrar la anden 9 y 3/4.

Estaba tan emocionada que puedo saltar todo el camino hacia el tren, sonrió como tonta al ver la pared que voy a tener que cruzar con mi magia. Y al parecer no era la única, una fila de cuatro magos con sus respectivos padres esperaban cruzar el muro, me forme detrás de ellos y cuando llego mi turno no sabia como reaccionar. Conocía el método aunque si daba terror... cerré mis ojos y me deje llevar por mis pies.

¡Pase! Deje salir todo el aire que estuve reteniéndome y seguí a los demás chicos.

-¡La hija de Thomas Jones! Cuidado que puede matarnos de un cruciatus- grita un chico cubierto por una capucha y me empuja para pasar por delante con mas niños de su edad, todos reían y algunos padres me miraban con miedo. La timidez me envuelve otra vez, no sabía que debía ser tan especifica con mis narraciones, yo solo pensé que tenia que escribir como serian mis padres, no mi vida soñada. Ahora todos saben mi historia menos yo, ¿Thomas Jones un criminal? Con razón Elizabeth no quiso acompañarme.

-Deberían especificar eso en el libro...- susurro llevando lo poco que me dejaron a mano de mi equipaje, sabia que mi lechuza se llama Toby y que llevo una escoba de quidditch en mi bolso con un hechizo de expansión. - ¡Ultima llamada para los que tienen destino a Hogwarts!

Con mi lechuza nos adentramos al pasillo del primer vagón, estábamos atascados en una fila llena de niños esperando pasar a los compartimientos. Reconocí unos chicos altos y de cabellera roja, tanto como la de Merry, pero sabia que ellos eran simpáticos.

-Dijeron que El niño que sobrevivió empieza la escuela y también la hija de Jones...- agrega una niña detrás mío, sus ojos rasgados me miraban con asco- Miren, ya la encontré.

-Solo estas así de fastidiosa porque hasta su padre en Azkaban tiene mas dinero que toda tu generación junta, sangre mestiza.

-¡Cierra la boca serpiente!

Realmente necesitaba enterarme de mis antepasados y porque saben quien soy.

Llegue a un compartimiento, al fin, estaba vacío y parece que seguirá así. Sin nada que hacer decido ponerme el uniforme del colegio y esperar a que lleguemos al bendito lugar, me había ilusionado con tener amigos a esta altura pero, por lo que parece, no escribí bien mis intenciones antes de llegar a esta realidad.

-¡Este está vacío... olvídalo - susurra Ronald observando mi uniforme y luego hacia mi rostro, parece que también me ha reconocido y parece asustado. Sabia que en específico el, no podría ocultar sus muecas de disgusto- Ya no hay lugares Harry, yo opinó que vayamos con mis hermanos.

-¿Podemos sentarnos aquí? - pregunta Harry, El pelirrojo se ve espantado pero no le queda otra cuando sigue a su amigo a los asientos en frente mío. - Soy Harry Potter

-Lo se- susurro sin saber que decir, era tan impresionante ver personajes de una novela hechos realidad.- El niño que vivió, quien no lo sabría...

-Yo soy Ronald Weasley- se presenta su amigo sin mirarme a la cara. Debía enfrentarlo y averiguar sobre Samantha Jones.

-¿Por que tienes tanto miedo? No soy mi padre, tampoco termino de saber que hizo tan mal...

-¡Estas demente! ¿Qué no sabes que tanto mal hizo? Tu gran padre mortifago: delato hace 12 años, a todos los refugiados de sangre mestiza, hijos de muggles, squibs y hasta a los mismísimos muggles. Tu padre trajo mucha mala suerte al mundo mágico, mando al frente a todos los que no pensaban como El Que no debe ser nombrado.

-Gracias por tu aporte- digo apenada, ahora ni siquiera quería mirarlos a los ojos. ¿Mi familia era tan asquerosa?

-¿Es cierto que tu madre se salvo de Azkaban para cuidarte pero no sabe criarte, y ahora vives con tu abuela?

Genial. Hasta ahora las tres personas de mi familia que especifique, no saben cuidarme y dos son criminales.

-¡Ron!- exclama Potter parando a su amigo, traga un nudo de su garganta y me mira apenado- lo siento.

Me encojo de hombros sin saber que responder, al menos me dejaba tranquila, que mi padre esta encerrado en Azkaban desde que nací y mi madre fugitiva, que hace unos momentos me había dejado en la estación.

-Me parece un error tacharme, a mi, de criminal, cuando ni siquiera puedo matar una mosca con mi varita- hice reír a un Weasley y a Potter, suelto una risa y seguimos hablando por un rato. Creía saber todo sobre ellos, pero me sorprenden cada vez con cosas nuevas, los hace mas leones de lo común y pensar que tienen asegurado su pase a Gryffindor... - de todas maneras, ¿Podemos ver la cicatriz de tu frente?

Harry Potter asiente y no es tímida al mostrarla, debo parecer como si me impresionara, aunque ya lo haya leído.

-Y recuerdas algo, digo de esa noche. - pregunta Ron.

-No solo un destello verde

-Asombroso- susurro observando como baja su cabello. Parece que nos quedamos mirando al niño que vivió mas de la cuenta, por lo que movimos la cabeza hacia la ventana.

-¿Sus familias son todos de magos?- curiosea Harry.

-Si, excepto por un primo segundo de mi madre. No vayas a molestarme por eso...- dice el Weasley menor mirándome aterrada. Volteo los ojos y Harry oculta una risa.-

-Mi familia es muy pequeña y pura, no hay mucho que decir....- Los niños asienten. - Y tu Harry, viviste con muggles ¿Cómo se siente?

-¡Si! Cuéntanos...

-Horrible, mis tíos y mi primo son un dolor de cabeza, me hubiera gustado tener hermanos mayores y magos. - dice el de cabello azabache arrugando su nariz del disgusto.

-Si claro, yo tengo cinco hermanos- el tono de Ronald parecía deprimido- Y soy el sexto de la familia que asistirá a Hogwarts, me van arrancar la cabeza. Primero tenemos a Bill como delegado de clase y Charlie como capitán de quidditch aunque que ya terminaron, luego Percy que es prefecto, y por ultimo Fred y George, los gemelos que ya conoces: son revoltosos pero siempre sacan buenas notas y son la atención de todos. Además, todo lo mío fue de ellos, ser menor apesta. Con suerte Ginny tendrá cosas mejores por ser la única niña...

-Yo moriría por una familia tan grande como la tuya, seria muy feliz- agrego sonriendo, quería animarlo porque todos aquí sabíamos, que ser el menor era horrible y desalentador. - Seguro eres muy bueno en muchas cosas...

-Pues vaya, gracias, supongo- parecía desconcertado. Algo en el bolsillo de su chaqueta se movía descontrolado, sin esperar mas tiempo, Ron saca de su bolsillo una rata. - Ah y el es Scrabbers...

Petter Pettigrew, una rata gorda y gris.

-No sirve de nada y casi nunca se despierta, me la dieron porque no podíamos costear una lechuza... Percy se llevo la lechuza, como regalo de prefecto.

De nuevo, estaba avergonzado por hablar de mas. Yo nunca tuve dinero en mi vida, y ahora menos, es de mis padres de una realidad completamente nueva.

-¿No quisieras tirar esa rata? - quise acercarme a tocar su cabecita, pero el animal casi me muerde lo dedos de la mano derecha. -¡Ay!

-Ya no le caíste bien. Ha vivido en mi familia por doce años... Entiendo que no se vea fina pero pobre Scrabbers- susurra Ron acariciando la cabeza del animal, ahora dormido.

Mientras conversábamos, a través de la gran ventana, veíamos pasar valles, campos llenos de ganado y bonitas nubes en el cielo, que hicieron que guardáramos silencio por un rato. Sin embargos la paz no duro mucho, cuando la señora de los dulces apareció.

Con Harry observamos la cantidad de comida en su carro, nunca vi tanta variedad, sin duda mucho mas explicito que leerlo. Busque entre mis bolsillos, la bolsa de monedas que encontré en mi baúl, Elizabeth me había dado un montón. También, sabia que Ronald trajo los bocadillos que Molly había preparado, y que, Harry le daría de su comida aunque me gustaría contribuir. Compre seis ranas de chocolate, grageas, chicles, caramelos, empanadas de calabaza y hasta regaliz.

Pagamos bastante entre Potter y yo y volvimos a nuestros asientos, la señora quedo encantada cuando observo que nos llevamos de todo un poco.

-Yo tengo carne seca, sabiendo que no me gusta...

-Te cambio una carne por la empanada de calabaza, sírvete- agrega Harry sonriéndole pero Ron parece apenado.

-¿Estas seguro? Mira que no tiene sabor y...

-Creo que me pase con las ranas de chocolate, ¿Tu quieres Ron?- los ojos de nuestro compañero se iluminaron y nos observó sonriente.- Pues si insisten.

-¡Ten!- se las paso por el aire, tres cajas de chocolate y una bolsa de grageas, mientras que Harry le da empanadas de calabaza.

Estuvimos explicándole al chico con anteojos de lo que iban los dulces y admito, que acabo de ver el rostro de Dumbledore por primera vez, sin tener que imaginar de un libro. Su barba era tan larga que podías hacer un peinado completo, pequeños anteojitos de lectura y con muchas arrugas... parece agradable.

Probé los dulces y me encontré con grageas sabor a moco, Ronald recitaba hechizos que no eran reales, seguramente son bromas de los gemelos.

-O tal vez este sirva...- agrega el Weasley elevando su varita pero un niño regordete nos interrumpe, no me digas que es...

-¡Hola soy Neville! No vieron una rana por aquí- los tres negamos, sin despedirse corre por el pasillo en busca de su mascota. Toby estuvo muy callado durante todo este tiempo, a veces podía ver que me miraba sospechoso, sabrá que no soy de aquí. Se muy bien que estos animales son mas inteligentes de lo que aparentan.

-A lo que iba...- de nuevo, una famosa niña de cabello alborotado y dientes grandes nos interrumpe.

-¿Vieron el sapo de un niño llamado Neville?

-Ya le dijimos que no- suspira Ron pecoso harto.

-¿Estás seguro de que estas por hacer un hechizo apropiado? -preguntó la niña. Trato de evitar reír, claramente no lo era.- Pero primero, es un hechizo real ¿no? Yo probé muchos, como practica y funcionaron. Soy la primera bruja en mi familia, pero estoy satisfecha saben, ya que ésta es la mejor escuela de magia, por lo que leí. Ya aprendí todos los libros de memoria... Yo soy Hermione Granger. ¿Y ustedes son? ... - Dijo todo aquello muy rápidamente.

-Yo soy Ron Weasley -murmuró Ron.

-Samantha Jones

-Harry Potter -dijo Harry.

-¿Eres tú realmente? -dijo Hermione mirando al azabache- Lo sé todo sobre ti, conseguí unos libros extra para prepararme y tú figuras en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XX. También estas tu y por supuesto Thomas Jones y su árbol genealógico, dicen que su familia justifica mucho sus malas elecciones.

Debería leer esos libros...

-¿Estoy yo? -dijo Harry.

-Yo en tu lugar habría buscado todo lo que pudiera -dijo Hermione- ¿Saben a que casa quieren ir? Estuve preguntando y espero estar en Gryffindor, es la mejor de todas. Hasta Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw también esta persuadiéndome ... De todos modos, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville. Y ustedes dos deberían cambiarse ya, vamos a llegar pronto.

Vaya que su presentación fue rápido, Ron la ve alejarse abrumado.:- Espero no estar en la misma casa que ella...

-¿A que casa quieres ir? - pregunta Harry

-Gryffindor- hablamos Ronald y yo a la vez.

-¿Tu en Gryffindor? Ella definitivamente quedara en Slytherin. - Harry lo golpea con el codo, para nada sutil. - Toda mi familia ha sido y es de Gryffindor.

Y ahora introducíamos a Harry Potter en las cualidades de las casas, en el quidditch y hasta en el campeonato mundial. Sin embargo, la charla informativa es interrumpida por el príncipe de Slytherin, aunque todavía no lo sabe, junto a sus amigos gorilas.

-¿Es verdad? -preguntó- Por todo el tren están diciendo que Harry Potter está en este compartimento. Así que eres tú, ¿no?

-Si...

-Este es Crabbe y éste Goyle -dijo el muchacho pálido con despreocupación- Y mi nombre es Malfoy, Draco Malfoy

Ron dejó escapar una débil tos, que podía estar ocultando una risita. Draco Malfoy lo miró.

-Te parece que mi nombre es divertido, ¿no? No necesito preguntarte quién eres. Mi padre me dijo que todos los Weasley son pelirrojos, con pecas y más hijos que los que pueden mantener.- Draco escupe sus palabras sin filtro, eso era lo que no me gustaba de el, ni el los libros logro caerme ni una pizca de bien. Observa a Potter y luego a Ron con repudió, pero luego su expresión cambia hacia mi.- Sam te estuvimos buscando por horas, como lograste llegar a los últimos compartimientos y mas con un Weasley.

-¿Disculpa? - Ron me observo impresionado, sin entender lo que sucedía, a Harry ya no le cayo bien Draco y que este rubio me llame desde mi apodo, no me transmite confianza. Malfoy ignora mi palabra y continúa:- Muy pronto descubrirás que algunas familias de magos son mucho mejores que otras, Potter. No querrás hacerte amigo de los de la clase indebida. Yo puedo ayudarte en eso.

Extendió la mano, para estrechar la de Harry; pero este no la aceptó.

-Creo que puedo darme cuenta solo de cuáles son los indebidos, gracias -dijo con frialdad.

-Yo tendría cuidado, si fuera tú, Potter -dijo con calma- A menos que seas un poco más amable, vas a ir por el mismo camino que tus padres. Ellos tampoco sabían lo que era bueno para ellos. Tú sigue con gentuza como los Weasley y ese Hagrid y terminarás como ellos. Y Samantha que diría tu abuela por andar con esta gente, ven con nosotros.

Harry y Ron se levantaron al mismo tiempo. El rostro de Ron estaba tan rojo como su pelo. Yo también me levante pero era para frenar a mis compañeros de tren. ¿Cómo Draco Malfoy me conocía?

-Repite eso -amenazo Potter.

-Que, vas pelear con nosotros, ¿No? -se burló Malfoy.- Sam lo diré una vez mas ¡Vámonos!

-Si no se van ahora mismo... -dijo Harry, con más valor que el que sentía, porque Crabbe y Goyle eran mucho más fuertes que nosotros tres.

-Pero nosotros no tenemos ganas de irnos, ¿no es cierto, muchachos? Nos hemos comido todo lo que llevábamos y parece que todavía, ustedes tienen algo.

Goyle se inclinó para agarrar una rana de chocolate del lado de Ron. El pelirrojo saltó hacia él, pero antes de que pudiera tocar a Goyle, el muchacho dejó escapar un aullido terrible.

Scabbers, la rata, colgaba del dedo de Goyle, con los dientes clavados profundamente en sus nudillos. Crabbe y Malfoy retrocedieron mientras Goyle agitaba la mano para desprenderse de la rata, gritando de dolor, hasta que, finalmente, Scabbers salió volando, chocó contra la ventanilla y los tres muchachos desaparecieron. Tal vez pensaron que había más ratas entre las golosinas, o quizás oyeron los pasos porque, un segundo más tarde, Hermione Granger volvió a entrar.

-¿Qué paso? -preguntó, mirando las golosinas tiradas por el suelo y a Ron que cogía a Scabbers por la cola.

-Creo que se ha desmayado -dijo Ron a Harry. Miró más de cerca a la rata- No, no puedo creerlo, ya se ha vuelto a dormir.

Quizás esa rata no es tan mala, hasta el tercer libro...

-Bueno solo vengo a decir que falta poco ¡Vamos preparen sus cosas!

A veces Granger sonaba como Merry y lo detestaba.

-Necesita calmarse...- susurra Ron a lo que Potter asiente. Ya cuando los aires se calmaron, me observaron con atención .- Así que...

-Así que ¿Que? No soy amiga de Malfoy, el pretende que si. - digo rápidamente, Ron no parece estar convencido y vuelve a Harry.

-Los Malfoy son algunos de los primeros que volvieron a nuestro lado después de que Quien tú sabes desapareció. Dijeron que los habían hechizado. Mi padre no se lo cree. Dice que el padre de Malfoy no necesita una excusa para pasarse al Lado Oscuro. - agrega explicándoselo al nuevo.- Seguro Samantha esta tratando de remediar todas las malas acciones que su familia dejo, por eso dije que nos cambiáramos de compartimiento, los Jones son peores que los Malfoy. Ellos nunca cambiaron de bando.

-De nuevo, culparme por algo que no tengo nada que ver es...

-¡Hasta fuiste criada por ellos! Que haces en vacaciones ¿La pasas en la mansión de los Malfoy?

¿Será? Podría ocurrir que la vida de Samantha Jones ya estaba escrita ¿Siempre existí aquí?.

-¡Lo sabia!

-¡Ron!- advierte Potter, no puedo levantar la mirada, todo el lío me ha dejado pensando. Lo miro de reojo y me ve con pena- Yo creo que es buena, estuvo con nosotros todo el viaje y ni se fue con Malfoy y sus gorilas...

Ronald estaba a punto de agregar algo pero una voz retumbó en el tren.

-Llegaremos a Hogwarts dentro de cinco minutos. Por favor, dejen su equipaje en el tren, se lo llevarán por separado al colegio.

Gracias a Merlín que detuvimos esta conversación.