Lo siento, Mianmian

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Con esa bofetada, una marca roja en forma de mano apareció en la bonita cara de Qiao Anxin.

La bofetada sorprendió a Qiao Anxin.

Se llevó una mano a la mejilla mientras una expresión de incredulidad surgía en su rostro. Cuando volvió en sí, levantó el brazo, lista para devolver la bofetada.

Entonces, una figura familiar apareció en el rabillo de su ojo. Se apresuró a retirar la mano y fingió tambalearse hacia atrás.

Qiao Mianmian no había comprendido lo que estaba ocurriendo, pero su hermana de repente parecía asustada, incluso traumatizada, mientras la miraba.—Hermana, lo siento, sé que estoy equivocada. Pero no puedo controlar mis sentimientos, realmente amo al Hermano Ah Ze. Hermana, por favor perdóname, por favor no le hagas daño a mi hijo.

Parecía que estaba a punto de caerse al suelo.

De repente, la puerta se abrió de golpe y un hombre entró corriendo.—¡Anxin!

El hombre sostenía a Qiao Anxin estrechamente y con prisa.—Anxin, ¿estás bien?

El hombre era Su Ze.

Qiao Anxin se apoyaba en él y miraba hacia arriba con los ojos llenos de lágrimas. Luego llamó de la manera más lamentable.—Hermano Ah Ze.

—Tengo tanto miedo. Nuestro bebé casi...

Empezó a temblar mientras hablaba, y ahora las lágrimas rodaban por sus mejillas.—Hermano Ah Ze, sé que he decepcionado a Hermana, y no me atrevería a esperar ni a pedir su perdón. Me puede regañar o incluso golpear y estaría dispuesta a aceptarlo todo. ¡Pero nuestro bebé es inocente! ¿Cómo pudo ella...?

La mejilla de Qiao Anxin aún estaba hinchada por el golpe.

La huella de la mano no había desaparecido.

Incluso sus ojos estaban hinchados.

Parecía tan asustada por lo que acababa de suceder mientras temblaba en su abrazo.

El corazón de Su Ze se conmovió al ver lo aterrorizada que parecía.

Cuando se volvió para enfrentar a Qiao Mianmian, su rostro estaba marcado por el desprecio y la decepción.—Qiao Mianmian, el bebé que Anxin lleva tiene apenas un mes. Este es el período más inestable. De la manera en que la empujaste, si realmente se hubiera caído al suelo, ¿sabes cuáles serían las consecuencias?

—Siempre pensé que eras amable y gentil, ¿por qué te has vuelto tan malvada?

—¿Yo malvada?

Qiao Mianmian se sintió tambalear mientras miraba al hombre con incredulidad.

Vestía de blanco de pies a cabeza. Este hombre apuesto y carismático era como un príncipe.

Ese rostro, que había admirado durante tantos años.

Pero en este momento, ese rostro le parecía totalmente ajeno e irreconocible.

Ella era su prometida.

¡Se conocían desde hacía 10 años enteros!

¡Y aún así él eligió creer en las palabras de Qiao Anxin al instante!

10 años... ¿eso era todo lo que había en su confianza hacia ella?

A los ojos de Su Ze, ¡ella era solo una mujer malvada!

Viendo cómo sostenía a Qiao Anxin estrechamente en sus brazos, y cómo la miraba de manera diferente, su corazón se enfrió mientras la decepción llenaba sus ojos.—Su Ze, ¿has olvidado de quién eres prometido? ¿Y quién es la mujer en tus brazos?

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