Como desees, podemos romper el compromiso

Su Ze se quedó congelado durante unos segundos.

Observó fijamente los ojos burlonamente tristes de Qiao Mianmian y frunció el ceño, apareciendo por fin un atisbo de culpa en su mirada. Sin embargo, continuó abrazando a la mujer en sus brazos con fuerza. —Lo siento, Mianmian. Anxin está embarazada de mi hijo, tengo que hacerme responsable de ella.

—Ja. —Qiao Mianmian sintió como si acabara de escuchar un gran chiste.

—¿Tienes que hacerte responsable de ella? ¿Qué hay de mí? Su Ze, ¿qué soy yo?

Su Ze apretó los labios con fuerza. Miró hacia abajo, a la cara pálida y al cuerpo tembloroso de Qiao Anxin. Estrechó su abrazo y la mantuvo firmemente en sus brazos.

Qiao Anxin también se aferró a él con fuerza, aún mostrando un gran apego hacia él. Dijo suavemente, —Hermano Ah Ze.

Su Ze extendió la mano y le acarició la cabeza, luego alzó la mirada hacia Qiao Mianmian. Después de un largo silencio, dijo con voz ronca, —Mianmian, lo siento. La persona a la que amo es Anxin. No puedo engañarme a mí mismo, y no quiero engañarte a ti.

Al escuchar su disculpa, Qiao Mianmian se sintió extremadamente fría y decepcionada.

En ese momento solo quería reírse.

Al principio, él había dicho que estaría con ella toda la vida y nunca la defraudaría.

También había dicho que solo la amaría a ella en su vida.

¿Pero ahora qué era todo esto?

Acababa de decir que estaba enamorado de Qiao Anxin.

Los labios de Qiao Mianmian se retorcieron un poco irónicamente y se rió.

Qiao Anxin se giró y sonrió con suficiencia, revelando una sonrisa de victoria.

Movió los labios y, aunque no salió ningún sonido de su boca, Qiao Mianmian entendió lo que decía.

Decía: Hermana, he ganado otra vez.

Qiao Mianmian miró a los dos abrazándose, la decepción y la tristeza se desvanecían un poco.

Tras un momento, asintió. —Está bien, Su Ze.

Miró la cara familiar pero extraña frente a ella. No había emociones en sus ojos excepto la indiferencia. —Como desees, romperemos el compromiso.

—Su Ze, a partir de este momento, tomamos caminos separados. Si en el futuro nos vemos, ¡seremos extraños! —Después de eso, se dio la vuelta y salió.

Sus pasos eran decididos y sin rastro de nostalgia.

Su Ze miró su espalda resuelta y entró en pánico, moviéndose para ir tras ella.

—Mianmian… —¡Hermano Ah Ze!

En ese momento, escuchó un gemido doloroso detrás de él. —Mi estómago de repente duele…

La expresión de Su Ze cambió, y rápidamente se dio la vuelta y caminó hacia ella.

La sujetó. —Anxin, ¿qué te pasa? —Qiao Anxin se cubrió el estómago con una mano y frunció el ceño.

—De repente me siento incómoda del estómago, duele tanto. Hermano Ah Ze, ¿podría ser que algo le pase a nuestro bebé? —Al mencionarse que el bebé podía estar en peligro, Su Ze concentró toda su atención en Qiao Anxin.

Nunca más pensó en Qiao Mianmian.

Con una expresión tensa en su rostro, dijo, —No, definitivamente no. No te preocupes, Anxin, nuestro bebé definitivamente será sano. Te llevaré al hospital inmediatamente.

Qiao Mianmian caminó hacia la puerta.

Al escuchar el movimiento detrás de ella, se detuvo.

Pero pronto, empujó la puerta y salió.