Nuestra boda III

Las hadas habían hecho un camino de pétalos de rosas rojas, blancas, rosadas y naranjas, los chicos habían distribuido bien el espacio, le pedí a Paula que me avisará de los Elfos pero Laura hacía un gesto de negación a lo que le sonreí porque no quería perder los ánimos, lo que si me levanto más los ánimos es ver que Alessa estaba en la casa, al ver mi tiara y las hadas dijo asombrada y firme

Alessa: lo sabía, entonces la del sueño si eras tu.

Laura saco a Paula con una excusa que por donde la miraras no tenía coherencia, vi como Alessa miraba fijamente las muñequeras de Laura y luego las mías y por la ventana las de Franky, sabía que Alessa tenía algo especial porque era verla y relajarme; le dije que estaba muy feliz de verla y que esperaba que disfrutará de la boda y de el banquete, Alessa sonrió y me pregunto directamente

Alessa: ¿Paula es tu madre?.

No lo pensé 2 veces y asentí con la cabeza y luego le dije: ella es mi madre adoptiva, ella es una vampiro.

Alessa no se vio asombrada y en tono más suave me pregunto: ¿Quieres contármelo?.

Vio que baje mi cabeza y me asomé a la ventana no le dije nada por unos segundos y luego le respondí: les contaré la verdad pero hoy no me siento preparada.

Por primera vez vi la cara de asombró de Alessa que me da un abrazo fuerte y me dice: no llores mi niña, pero debes soltarlo para cerrar esa herida.

Sabía a que se refería, ya que tenía muchos sentimientos guardados, sobre todo mi niñez.

Alessa se quiso sentar al lado de mis padres y oír lo que decían de mi, Dalila llegó al rato con su esposo llamado Lexis era alto de 1.86 su cabello era negro como el carbón y liso, sus ojos eran grises y su piel era blanca, tenían 2 hijos de 3 años llamados Alfonso y Bernardo para mi eran gemelos ya que eran muy parecidos.

Dalila al verme por alguna razón no dijo nada, pero su esposo Lexis me decía que parecía un Ángel, y los niños decían que era un hada, reí ante sus comentarios y les agradecía por venir, Dalila al ver a Alessa se disculpa y se va a lo que Lexis sonríe algo nervioso y se disculpa, como ya estaba todo listo los invitados esperaron en sus puestos y yo salí junto con Cedric al pequeño altar para que nos casarán.

Quien menos esperaba que nos casaría sería el mismo Franky, me dio curiosidad porque el era muy bromista, pero ver de nuevo esa cara sería recordaba que hasta el debía ser serio en algunos momentos, aunque no negaré que hizo uno que otra broma, pero fue especial para mi.