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CAPÍTULO 5: LA INVITACIÓN.

Stefania.

 

Al regresar a mi oficina del tour por la empresa, encuentro a Max parado en la puerta de esta esperándome.

 

- Llevas mucho tiempo esperándome?. - Le pregunto al estar cerca de su posición.

 

- No señorita Stefania, no se preocupe que acabo de llegar. - Me responde.

 

- Muchas gracias señor Hoffman por mostrarme su empresa, ha sido muy interesante e instructivo para mí. Le agradezco por su tiempo. - Le digo al girarme para verlo y tenderle una mano como cortesía.

 

- Ha sido un placer para mí, señorita Hayden. Max... un placer verlo. - Le dice a Max al mismo tiempo que le tiende su mano para saludarlo.

 

- Es un gusto volver a verlo señor Hoffman. - Le responde Max.

 

- Con permiso los dejo, tengo trabajo que hacer. - Y dicho esto, Christofer Hoffman se va por el pasillo. Max y yo entramos a mi oficina y este queda como yo, impresionado por la elegancia y exquisitez del diseño.

 

- Vaya, se esmeraron mucho con su oficina. - Comenta al observar el lugar.

 

- Me dieron esta tarjeta para acceder, supuestamente es la única que hay, pero sabes que no me fio. - Se la muestro y luego se la entrego para continuar hablando.

 

- Ya sabes lo que tienes que hacer con ella...

 

- No se preocupe, si alguien intenta entrar a esta oficina o copiarla, se llevará una gran sorpresa. Nuestro departamento de seguridad en Vancouver es uno de los mejores y yo supervisare el arreglo de seguridad que le haremos a la llave, por ahora trate de llevar siempre consigo sus implementos de trabajo. - Me dice Max al cogerla y luego guardarla.

 

- También quiero que pongas en implementación, el plan de protección de datos en nuestros celulares, computadores y demás instrumentos de los que habíamos hablado antes de venir. Sabes que mientras ellos estén cerca, no me fio de nadie. - Le digo a Max.

 

- No se preocupe que ya está activado.

 

- Muy bien y pudiste hacer lo que te solicité?. - Le pregunto al abrir mi laptop.

 

- Hoy avancé con lo que me solicitó. Hay algunas cosas que llevaran un poco de tiempo, pero para cuando se necesiten las cosas, todo estará resuelto, le doy mi palabra y no se preocupe por eso. – Me responde muy tranquilo.

 

- Confío en ti Max, no quiero que los Fix vuelvan a tener problemas por culpa de ellos, quiero que esas personas vivan sin más problemas e inconvenientes. - Le digo sin observarlo aún por abrir algunos archivos que tengo que comenzar a leer.

 

- Así será y ellos se van a llevar algunas sorpresas... - Me dice para luego sonreír un poco.

 

- Cuando sonríes de esa manera, sé que ya tienes algunos planes... y eso a veces me da miedo, eres de armas tomar. - Le digo al mirarlo por fin y levantar una de mis cejas por encima de la pantalla de la laptop. En cuanto termino de decir mi frase, alguien llama a la puerta de la oficina.

 

- Adelante. - Digo de inmediato al escuchar los golpes.

 

- Disculpe la interrupción señorita Hayden. - Dice el señor Scott al abrir la puerta.

 

- Pase por favor, señor Hoffman. - Le digo desde mi escritorio.

 

- Que bueno verlo a usted también Max, porque les tengo una invitación a ambos. - Nos dice al entrar y acercarse a nosotros.

 

- Los invitamos a cenar esta noche a mi casa y no aceptaré una negativa. - Nos comunica cuando ya está totalmente frente a nosotros.

 

- Por supuesto, ahí estaremos señor Hoffman. - Responde Max por ambos.

 

- Perfecto, les parece a las ocho en punto?... - Pregunta el señor Scott.

 

- La hora es muy indicada, ahí estaremos. Solo le voy a pedir que me envíe por medio de un mensaje la dirección del lugar, usted tiene mi número... no es así?. - Dice Max.

 

- Si, en un momento se la envío, los veo esta noche y ya no los interrumpo más, con permiso. - Dice el señor Hoffman al salir.

 

- Porque respondiste por los dos Max, yo no quiero ir a esa cena. Prefiero mantener distancia con todos ellos. - Le digo al mirarlo bastante molesta.

 

- Porque no quiere ir?, los Hoffman son personas decentes y amables por lo que puedo ver, no se les debe hacer ningún tipo de descortesía o de grosería. Recuerde que usted también está actuando en nombre de su padre... o acaso hay algo más que no me ha dicho?. - Me dice mientras acomoda su espalda hacia atrás en la silla.

 

- No... - Respondo al mirar mi laptop.

 

Ya horas más tarde, me observo en el espejo y me repaso lentamente para ver que no se me escape ningún detalle. Examino mi cabello que es de color caramelo combinado con un balayage levemente rubio y como el largo es solo hasta donde termina mi cuello, me lo peiné en ondas. Mi maquillaje es de colores tierra, me coloqué sombras de color café brillante con algo de dorado, usé delineador color negro, usé mascara o pestañina de color negro también, para que mis ojos verdes resalten un poco. Me puse un poco de rubor color cobre untado de manera muy sutil, algo de iluminador y un labial con algo de brillo de color piel.

 

Para la ropa, elegí un conjunto negro de tafeta que consta de un crop top y un pantalón ancho que me llega por encima de la cintura, dejando a la vista un poco de piel de mi abdomen nada más. Los tacones también son negros de gamuza con la punta descubierta para dejar ver los dedos de mis pies, los cuales tienen manicura francesa. Mis aretes son de plata en forma de rama con algunas hojas dibujadas y en el centro de cada una de ellas, hay una turmalina negra. Tengo puesta una pulsera con el mismo diseño en mi mano derecha y para mí es suficiente las joyas.

 

Termino de revisarme y pienso que no me veo mal.

 

- Señorita Stefania, es hora de irnos. - Me dice Max desde el primer piso del pent-house.

 

- Ya bajo!!!. - Le digo al gritar un poco desde la puerta de mi habitación.

 

Me pongo un cárdigan de seda blanco de manga sisa, cojo la cartera de cuero blanca con accesorios plateados y antes de salir, tomo una bocanada de aire y me digo mentalmente que yo puedo.

 

- Deséame suerte... - Le digo a Dastan que esta echado en el suelo mirándome.

 

Salgo y bajo las escaleras tranquilamente o por lo menos trato de hacerlo.

 

- Se ve espectacular señorita Stefania, los va a dejar con la boca abierta. Si antes no dejaban de mirarla por lo bonita que es y por su elegancia, ahora van a creer que es modelo y de la realeza. - Me dice Max cuando me ve bajar por las escaleras.

 

- No digas tantas tonterías y mejor vámonos, antes de que me arrepienta... - Le digo al cogerlo de gancho mientras escucho como se ríe en un tono algo bajo.

 

Nos subimos al auto y Max coloca la dirección que el señor Hoffman le envió por mensaje. Comenzamos el viaje y nos toma algunos minutos más en llegar de lo que pensábamos, porque la mansión de los Hoffman está ubicada en las afueras de la ciudad. Al llegar, puedo observar que es una mansión muy hermosa, es moderna pero también mantiene un poco de su antigua arquitectura que combinan muy bien. Para mí, es toda una obra de arte.

 

Max y yo nos bajamos del auto y a unos pasos antes de llegar a la entrada, nos abren la puerta y un par de empleados nos esperan para recibir nuestros abrigos y mi bolso.

 

- Muchas gracias. - Le digo a la empleada de la casa que me recibe el bolso.

 

- Muy buenas noches, es para mí un placer tenerlos en mi casa. - Nos dice el señor Scott Hoffman al levantarse de uno de los sillones de la sala.

 

- Es un placer para nosotros. - Responde Max y yo solo sonrío.

 

- Permítanme presentarles a mi esposa, la señora Jessica Hoffman. - Nos dice en el momento en que una mujer muy hermosa de cabello negro y ojos azules muy elegante de unos cuarenta y tantos años, se acerca y se coloca al lado del señor Hoffman, quien es su esposo.

 

Ahora sé que Terry se parece más a su padre por su cabello castaño oscuro y ojos color café y Christofer, tiene los rasgos de su madre. Cabello negro y ojos azules, con un tono de piel blanca algo bronceada.

 

- Encantada de conocerlos, mi esposo me ha hablado mucho de ustedes, sobre todo de usted señorita Hayden. - Nos comenta la señora Hoffman al saludarnos.

 

- Es un gusto conocerla señora Hoffman. - Le respondo y luego le sonrío nuevamente.

 

- Al parecer ya han llegado nuestros invitados a cenar. - Dice una señora de unos sesenta años muy bonita y elegante, quien es acompañada a cada lado por Terry y Christofer Hoffman.

 

- Les presento a mi madre, la señora Linda Hoffman. - Nos dice nuevamente el señor Scott.

 

- Es un gusto conocerla. - Respondemos Max y yo.

 

- El placer es mío, pero que bonita eres... - Me dice al sostenerme las manos la señora Linda.

 

- Muchas gracias, usted es hermosa señora Hoffman, ambas lo son. - Respondo.

 

- Eres muy amable y me gustaría que me dijeras Linda. Esas formalidades de señora no me gustan mucho, por lo que yo me voy a tomar el atrevimiento de llamarte Stefania.

 

- Usted puede decirme como le parezca mejor. - Le respondo.

 

- Buenas noches, señorita Hayden. - Dice una voz detrás de la señora Linda y sus nietos.

 

Comienzo a controlar mi respiración, mi ansiedad y me concentro en mantenerme calmada como cuando lo volví a ver en la sala de juntas, solo que esta vez está con ellas y eso me exige mayor control.

 

- Señor Hazzard... un gusto saludarlo... - Respondo y siento unos ojos en mí, por lo que me encuentro con ellos y lo único que hago es sonreírle nuevamente a la señora Linda, quien me observa muy reflexivamente mientras aún sostiene mis manos, luego ella me regresa una pequeña sonrisa.

 

- Yo también me permito presentarles a mi esposa la señora Mirta Hazzard, a mi hija Virginia Hazzard y ustedes ya conocen a mi hijo Joey. - Dice Mark Hazzard al hacer camino entre los presentes para mostrar a su familia.

 

- Un placer conocerlos... - Contesto con algo de incomodidad en mi interior, pero tratando de no demostrarlo.

 

- Un gusto volver a verla... se ve... muy hermosa esta noche. - Dice Joey al acercarse y luego toma una de mis manos que ya habían sido soltadas por la señora Linda para besarla. La señora Linda se ha quedado a mi lado muy protectora.

 

Yo solo le sonrío al hombre, pero estoy totalmente quieta e incómoda.

 

- Bueno, bueno... vamos a sentarnos que no hemos dejado pasar a los invitados de honor de la entrada. - Dice la señora Linda.

 

- Ahí sí, mejor vamos a sentarnos y a beber una copa mientras terminan de arreglar la mesa, no te parece Chris?. - Dice Virginia al coger a Christofer por el brazo con algo de brusquedad.

 

- Es Christofer niña, así te demores más y suéltalo que lo vas a dejar sin brazo. - Le dice la señora Linda quien aún sigue a mi lado.

 

- Virginia... - Le dice el señor Hazzard en modo de regaño, ella solo lo mira sin soltar aún a Christofer que parece estar bastante fastidiado.

 

- Virginia por favor... - Le dice ahora su madre.

 

Ella lo suelta muy lentamente y haciendo un gesto como de niña de cinco años.

 

- Chicos... les parece si pasamos a la sala y nos tomamos un aperitivo mientras nos avisan que ya podemos pasar a la mesa?. - Pregunta la señora Jessica para bajar un poco la tensión que se está formando entre los Hazzard.