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CAPÍTULO 12: CONFUNDIDO.

Christofer.

 

Escucho que alguien toca la puerta de mi habitación, me envuelvo en las cobijas y me coloco la almohada en la cabeza para tratar de seguir durmiendo e ignorar que alguien está llamando a la puerta, pero escucho que la persona que estaba tocando hasta hace un momento la puerta, decide entrar a la habitación sin ninguna autorización.

 

- Christofer... piensas ir conmigo al hospital el día de hoy?. - Me pregunta mi abuela.

 

- No abuela... es sábado, trabajé hasta muy tarde anoche por lo que de nuevo te voy a quedar mal. Dile a Terry que te acompañe. - Le respondo con mi cabeza aun debajo de la almohada.

 

- mmmm... últimamente me has quedado muy mal jovencito, pero bueno... - Me contesta en modo de reproche.

 

- Perdón abuela, pero el proyecto de la naviera me está absorbiendo mucho, te lo compensare después, te lo prometo... - Le digo.

 

- Me voy. - Me responde algo molesta y luego sale.

 

Doy vueltas en la cama como por media horas más, tratando de conciliar de nuevo el sueño pero no lo consigo, así que finalmente me levanto y me cambio de ropa para ir al gimnasio para hacer algo de ejercicio.

 

Cuando llego al gimnasio que hay dentro de la casa, comienzo hacer los ejercicios de estiramiento para empezar con una sección de pesas cuando suena mi celular, avisándome que acaba de entrar un mensaje.

 

Al terminar un par de series, tomo un pequeño descanso para mirar de que se trata, cojo el celular y veo que es Terry quien me envió el mensaje. Abro la aplicación para mirar con más detenimiento su mensaje y cuando abro el chat, veo que es una fotografía de él con un perro muy bonito que es de la raza Husky siberiano, de color gris claro con blanco y de ojos color azul claro, luego me doy cuenta de que abajo de la imagen me ha escrito algo.

 

- Adivina de quién es esta belleza?... - Me dice Terry al final de la fotografía, así que le envió un mensaje como respuesta.

 

- Ni idea.

 

Sigo tratando de continuar con mi rutina de ejercicios cuando de nuevo suena el celular.

 

- Este no me va a dejar hacer nada. - Me digo en voz alta, rodando un poco los ojos.

 

Cojo el celular de nuevo, pero esta vez, estoy muy decidido a mandar a mi hermano por un tubo y que moleste a alguien más. Cuando me dispongo a escribirle, leo el mensaje que me acaba de enviar.

 

- El perro es de Stefania Hayden.

 

- Qué?, ella está en el hospital?. - Le pregunto muy asombrado.

 

- Si. Al parecer, su perro esta entrenado como perro de terapia y ella viene todos los fines de semana al hospital junto con la abuela, porque a mi abuela no le extrañó para nada verla. De hecho, la estaba buscando por que se volvieron muy buenas amigas... - En cuanto termino de leer, le hago una llamada a Terry.

 

- Hola?. - Me contesta mi hermano al otro lado de la línea.

 

- Cuéntame lo que sepas por favor. - Le pido, mi hermano se ríe y me cuenta rápidamente lo que sabe.

 

- Ustedes todavía están en el hospital?. - Pregunto con urgencia.

 

- Si... y si quieres venir, más te vale que te des prisa. - Me contesta y luego cuelga.

 

Inmediatamente recojo mis cosas para tomar un baño y cambiarme de ropa rápidamente y poder salir. A los pocos minutos, salgo de la casa y me subo a mi auto, lo enciendo y conduzco por las calles de la ciudad hasta llegar al hospital.

 

Cuando llego, pregunto en información sobre en donde puedo encontrar a los voluntarios del día de hoy, por lo que me informan sobre varios lugares en donde los puedo hallar en el hospital, así que decido enviarle un mensaje a Terry preguntándole sobre su ubicación y en cuento me responde a los pocos segundos, me dirijo hacia el sitio.

 

Al ir llegando al salón en donde Terry me dijo que estaban, escucho una música sonar, que para ser más preciso, es un piano el que suena. Cuando llego a la puerta del salón, me llevo una gran sorpresa porque me encuentro con la novedad que quien está tocando el piano, es Stefania Hayden. Esto hace que por un momento, mi mente se vaya para el pasado y me acuerde de ella.

 

Precisamente, me llega el recuerdo cuando la vi tocar el piano por primera vez en el salón de música de la escuela en la hora del almuerzo, cuando iba hacia el restaurante para comer ese día. Su interpretación me transmitió tanta paz, que ese día se me olvido por completo ir a almorzar y cuando traté de acercarme a ella como siempre cuando la veía, ella literalmente huía de mi como si fuera un animalito asustado y herido. Creo que ella creía que yo me burlaría o la lastimaría como lo hacían los demás por culpa de los hermanos Hazzard, quienes no desaprovechaban ninguna oportunidad para hacer su vida miserable, sobre todo ella... Virginia Hazzard.

 

Stefania termina de tocar una canción y mi mente me devuelve a la realidad y al ahora, la veo iniciar el toque de una nueva canción y me quedo embobado observándola. Había pasado tanto tiempo desde que vi a una persona sumergirse y concentrarse tanto en tocar el piano de esa manera, que yo también lo hice.

 

Pasaron algunos minutos y en cuanto vuelve a terminar, no puedo evitar aplaudir y luego los demás que se encuentran presentes, me siguen para también aplaudir todos juntos muy conmovidos. Al salir ella de su trance, me observa con sus hermosos ojos verdes que me transmiten paz como lo hacían los de ella... luego veo que se avergüenza un poco, por lo que me sonrío por su gesto, ya que este me parece gracioso y a la vez tierno cuando se acercan las personas a felicitarla.

 

Después de que ellos terminan, nos acercamos nosotros y mi hermano expresa la sorpresa que sentíamos ambos y yo aprovecho para decirle a ella que es una caja de sorpresas cuando me acerco, por lo que mi abuela aprovecha para preguntarme porque estaba allí con ellos cuando le había dicho más temprano que no vendría y cuando doy mi explicación, mi hermano hace un comentario que me pone un poco nervioso dejándome en evidencia, así que le doy un golpe en el brazo para que se calle.

 

Mi hermano entre risas le coloca la queja a mi abuela como si aun fuéramos niños de cinco años, luego Stefania nos pregunta si queremos ir a almorzar, por lo que al final lo agradecí porque con las prisas con las que salí esta mañana de la casa, no desayune absolutamente nada.

 

A todos nos agrada la idea y mi hermano comienza a organizar todo lo demás, como al lugar al que vamos a ir y como nos vamos a repartir en los autos, ya que gracias a mi abuela, ella no había llevado auto y ella al igual que su hermoso perro, irían conmigo a pesar de todas las trabas que quiso poner para no irse conmigo. Pero con la ayuda de mi hermano que la presionó un poco, no tuvo más remedio que aceptar y yo feliz de ser su chofer por el resto del día.

 

Cuando ya estamos montados en mi auto, ella aun trata de cambiar su puesto por el de mi abuela, por lo que no puedo evitar sentirme algo molesto por su insistencia de no querer irse conmigo, pero cuando le hago un comentario sobre si ella piensa que soy muy molesto porque no quiere permanecer a mi lado, ella me explica que no se trata de eso, sino, que se siente algo incomoda porque su perro puede ensuciarme el auto con su pelo porque este se encuentra mudando, a lo que yo me siento realmente aliviado de que esa sea su razón y no de que le moleste mi presencia. Porque me siento aliviado?, la verdad es que no sé...

 

Mientras conduzco, no puedo evitar preguntarle sobre cómo había aprendido a tocar de esa manera el piano, a lo que ella por fin se abre un poco conmigo contándome que su madre murió cuando ella era pequeña y que esa era una manera para sentirse cerca de ella y compartir algo que la uniera de alguna forma más a su madre porque al parecer, su madre fue una gran pianista.

 

Al escucharla, no puedo evitar conmoverme un poco con su historia, provocándome a la vez algo de alegría por saber algo de su enigmática vida, por lo que tampoco puedo dejar de alagarla un poco por su manera de interpretar el piano. Cruzamos otro par de frases cada uno y luego ella se ríe con ganas, así que una vez más, no puedo evitar alegrarme por verla en ese estado y me gusta tanto verla así, que no puedo evitar decirle que debería reír con más frecuencia porque se ve muy bonita cuando lo hace y como si estuviera algo poseído, no puedo evitar decirle unas cuantas cosas más, haciendo que ella se sonroje y se avergüence cuando estamos llegando al restaurante. Ella evade mi mirada y yo solo vuelvo a sonreír, para luego quitarme el cinturón de seguridad y bajarme del auto para abrirle la puerta. Abro y Dastan salta de inmediato al suelo, agarro su mano para ayudarla a salir y no sé lo que siento, pero me gusta tenerla entre mis manos a la vez que no puedo dejar de mirarla.

 

- Christofer... mi mano... - La escucho decirme, por lo que la suelto sin muchas ganas.

 

Escucho que mi abuela habla al aproximarse y que Terry dice algo de que nos vemos como si fuéramos una pareja real, yo solo lo miro serio porque estoy perdido en mis pensamientos y en las sensaciones que no estoy comprendiendo mucho en este momento. Finalmente entramos al lugar, almorzamos, conversamos y reímos por un buen rato. Me sorprendió ver que Dastan es un perro muy tranquilo y muy bien portado porque estuvo muy juicioso toda la tarde, aunque eso debería ser evidente por ser un perro entrenado.

 

Cae la noche y llevamos a Stefania a su casa que resultó vivir en un pent-house ubicado en una de las zonas más exclusivas de la ciudad. Después de darme las gracias por traerla, se disculpa nuevamente por las supuestas molestias ocasionadas, vuelvo a ayudarla a bajar de mi auto al mismo tiempo que mi abuela y mi hermano se acercan para despedirse de ella.

 

Al despedirnos, digo una tontería que no sé porque lo hago, luego me vuelvo a subir a mi auto que esta vez está muy vacío para mi gusto, comenzando a conducir hacia la casa muy solitariamente. Nos bajamos todos de los autos y al salir del garaje, me encuentro con mi abuela y mi hermano, quienes me esperan en la puerta de salida.

 

- Stefania resultó ser toda una caja de sorpresas, no?. - Comenta mi hermano.

 

- Y muy agradables por cierto... - Respondo.

 

- Yo pienso que tú y ella harían una gran pareja. - Vuelve a decir mi hermano como en el restaurante.

 

- Terry... - Le digo.

 

- Yo también lo creo... - Comenta ahora mi abuela.

 

- Ahí están ustedes dos otra vez... tratando de conseguirme novia... - Les digo a los dos, tratando de mostrarme serio y molesto.

 

- Qué más quisiera yo que verte con una mujer como Stefania, el problema es... que no creo que una mujer como ella le interese un hombre como tú... - Dice mi abuela.

 

- A qué te refieres abuela?. - Pregunta Terry al mirarme muy sorprendido por su comentario al igual que yo.

 

- Me refiero a que Stefania debe saber la reputación que tiene tu hermano con las mujeres y dudo que una mujer tan seria como ella, quiera estar con alguien así... Lo siento cariño, yo te amo mucho, pero eso no te ayuda en nada para estar con alguien con las características de Stefania Hayden. Bueno... los dejo porque estoy algo cansada, gracias a ambos por acompañarme el día de hoy, los quiero. - Dice mi abuela para luego dirigirse a la casa y después entrar.

 

- Adiós abuela. - Logra decir Terry.

 

- Mi reputación... - Digo en un susurro.

 

- Se que ella te agrada porque si no fuera así, no hubieras venido al hospital y pienso igual que la abuela, en que me encantaría verte con una mujer como ella porque yo más que nadie, te he visto sufrir durante todos estos años y lo solo que has estado todo este tiempo. Así que si te das cuenta de que quieres estar con ella, pues tendrás que arreglarlo. Descansa... - Me dice Terry para luego irse también hacia la entrada de la casa.

 

Después de ver a Terry entrar, decido pasear por el jardín para despejar mi mente, pero lo único que hago es repasar una y otra vez todo lo que aconteció el día de hoy y como me sentí. Luego de caminar como por una hora en el jardín, me doy cuenta de que estoy más confundido que antes y no tengo seguridad de nada.