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CAPÍTULO 10: AYUDA Y DESQUITE.

Llego a la oficina para dar comienzo a otra semana cuando al bajarme del auto con mis cosas, veo a Christofer al parecer, discutir con Virginia a unos metros de mi ubicación. Por lo que estoy presenciando, creo que ella lo ha abordado cuando él se estaba bajando de su auto y una vez más lo está agobiando.

 

Veo su cara y puedo asegurar, que está completamente harto con la situación, fastidiado y cansado.

 

Comienzo a caminar hacia la entrada del edificio, haciéndome un poco la idiota cuando me acerco más a ellos.

 

- Buenos días... ocurre algo?. - Digo al estar a solo un par de pasos cerca de ellos.

 

- Nada... todo está bien. - Me responde Virginia con cara de pocos amigos.

 

- Por supuesto que si ocurre algo y lo que ocurre, es que ya me tienes harto con tu persecución a cada rato, tengo que trabajar y en este momento tengo una reunión con ella. - Dice Christofer al señalarme en la última parte de su conversación para luego hacerme señas con los ojos para que le siga la corriente.

 

- Claro que sí señor Hoffman... vamos que hay que comenzar la reunión a tiempo porque hoy tengo la agenda muy apretada. - Le contesto al hacer una señal con la mano para que nos vayamos juntos.

 

Christofer coge mi mano y me jala para que nos vayamos de ahí con rapidez.

 

- Christofer!!!!... - Escucho a Virginia gritar como si fuera una niña pequeña haciendo un berrinche.

 

- Que tenga buen día, señorita Hazzard... - Digo para disimular un poco.

 

Entramos al edificio, bueno... Christofer me arrastra hacia adentro y luego hacia el elevador. En cuanto entramos y la puerta se cierra a muestras espaldas, él solo suspira.

 

- Muchas gracias por salvarme... - Me dice mientras cierra por un momento los ojos.

 

- De nada... me devuelves mi mano por favor. - En cuanto le digo, él abre sus ojos y ve su mano que aún tiene agarrada la mía y la suelta.

 

- Perdón...

 

- No te preocupes. - Le respondo con una media sonrisa para que se relaje un poco.

 

El elevador se abre en nuestro piso y yo solo salgo y avanzo hacia mi oficina, paso la tarjeta de acceso para abrir y mientras lo hago, puedo ver por el rabillo del ojo que él me siguió.

 

- En que más le puedo ayudar señor Hoffman?. - Le pregunto mientras abro la puerta.

 

- Puedo hablar un momento contigo?. - Me responde con otra pregunta.

 

- Claro... - Le digo al entrar y dejar la puerta abierta para que él ingrese.

 

- Toma asiento por favor. - Le digo antes de sentarme en mi silla.

 

- Me siento tan apenado contigo por toda esta situación... - Me dice al sentarse en una de las sillas que está al frente de mi escritorio, echándose hacia atrás en el espaldar.

 

- No sé preocupe señor Hoffman.

 

- Christofer... por favor...

 

- Esta bien... Christofer...

 

- Yo quiero explicarle lo que está sucediendo con Virginia, Stefania...

 

- No es necesario que me de alguna explicación se... perdón, Christofer. Su vida privada no es de mi incumbencia... - Trato de decirle, pero él me interrumpe.

 

- Pero yo sí quiero explicarle, porque sé que mi reputación no es muy buena, pero muchas veces las apariencias engañan y todo lo que dicen no es cierto. - Me dice y yo solo trato de escucharlo.

 

- Ya le dije que no es... - Intento de nuevo decirle, pero él me vuelve a interrumpir.

 

- Solo quiero decirle… que yo no he hecho nada para que Virginia haya llegado a pensar que podría en algún momento interesarme como mujer... Es más, hasta muchas veces me he comportado como un verdadero patán y ni aun así entiende y ya no sé qué hacer... y como es hija de Mark, puede entrar en la empresa cuando le plazca y venir a molestarme en mi trabajo como usted misma lo ha podido observar algunas veces. - Me dice totalmente serio y fastidiado con la situación.

 

- No sé qué decirle Christofer, de verdad...

 

- Pues yo sí... y le agradezco que me haya ayudado hace un rato con ella. - Me dice para luego dibujar una media sonrisa en su rostro como signo de agradecimiento.

 

Lo observo por un momento en total silencio y puedo ver lo harto que esta con todo este tema, cansado y hasta estresado. Nunca en mi vida lo había visto así de afectado por algo y debo confesar que me duele verlo en este estado de impotencia...

 

- mmmm, creo que puedo ayudarlo un poco, por lo menos con lo que se refiere a la empresa.

 

En cuanto digo esta última frase, él me mira algo confundido, pero sin importar lo gracioso que me parece sus gestos, tomo el teléfono para hacer una llamada. La línea telefónica comienza a sonar por un par de veces y luego alguien contesta.

 

- Buenos días señorita Hayden. - Me contesta el señor Hoffman al otro lado de la línea.

 

- Buenos días señor Hoffman, me preguntaba si me podría hacer un pequeño espacio en su apretada agenda para hablarle sobre un tema que es bastante importante y urgente para mi hacerlo, y si puede estar presente el señor Hazzard sería perfecto, porque a él también le compete el asunto sobre el que quiero hablar muy urgente. Ya usted me dirá cuando puede recibirme.

 

- Señorita Hayden, si lo que tiene que decirnos es tan urgente... en este momento voy para su oficina, aprovechando que el señor Hazzard está en este momento conmigo. - Me responde el señor Hoffman.

 

- No sé preocupe señor Hoffman, seré yo la que irá de inmediato a su oficina, deme cinco minutos para llegar. - Lo interrumpo, le termino de hablar sin despedirme y cuelgo.

 

Christofer me observa más confundido que antes.

 

- Qué hace Stefania?. - Me pregunta finalmente.

 

- Voy a hablar con su padre. Si quiere, puede esperarme acá para luego contarle como me fue en la reunión...

 

- Qué quiere decir?. - Me pregunta de nuevo.

 

- Ya lo vera... - Y diciendo esto, me pongo de pie y salgo de mi oficina. Cojo el elevador que va directamente a presidencia para ir hacia donde necesito. Al llegar, la secretaria del señor Hoffman me hace pasar de inmediato a la oficina en donde ya me están esperando.

 

- Buenos días señores. - Digo al entrar y ver a los dos hombres que me esperaban, colocarse de pie al devolverme el saludo al verme.

 

- Díganos en que podemos ayudarla señorita Hayden, porque la verdad me tiene algo preocupado y a la vez sorprendido por su llamada y sus palabras. - Me dice el señor Scott Hoffman.

 

- Como le dije hace un momento, es un tema muy urgente, importante y muy incómodo para mi venir hasta acá para tratarlo. - Le digo a ambos hombres al sentarme.

 

- Pero de que se trata señorita Hayden?. - Interviene Mark Hazzard.

 

- El tema sobre el que vengo a tratar con ambos, tiene que ver con su hija, la señorita Hazzard... - Le respondo muy seriamente y mirándolo directamente a los ojos.

 

- Sobre mi hija Virginia... no la comprendo señorita Hayden. - Comenta de nuevo el señor Hazzard.

 

- Pues sí señor Hazzard... su hija ha estado interrumpiendo el trabajo de mi arquitecto líder y por ende, el mío también. - Le digo a Mark Hazzard con cara de total molestia y de seriedad.

 

- No entiendo lo que nos quiere decir señorita Hayden. - Me dice el señor Hoffman.

 

- Es muy simple señor Hoffman. Últimamente, la señorita Hazzard ha estado viniendo a la empresa a interrumpir al arquitecto líder de mi proyecto cuando está trabajando y no ha sido una vez, sino varias veces y no lo deja trabajar. Inclusive, a interrumpido algunas de mis reuniones con él y ha impedido continuar con nuestro trabajo y esto es algo que ya no pienso permitir más, porque ya ha pasado varias veces estas situaciones que han provocado la cancelación de las reuniones por no poder continuar y ha provocado hasta algunos retrasos en el trabajo del arquitecto por causa de la persecución de la señorita Hazzard hacia el arquitecto Hoffman. - Hago una pausa en mi relato y mientras lo hago, puedo ver las miradas que hay entre los dos hombres, por lo que continuo.

 

- Como esta situación se ha repetido varias veces y la señorita Hazzard no ha querido entender, ni ha hecho caso a las solicitudes del arquitecto en dejarlo trabajar y que no vuelva por su oficina, pues yo he venido hablar con ustedes para encontrar una solución a esta situación, que a mi manera de ver, se está saliendo de control y está perjudicando mi trabajo, y como lo he dicho antes, eso es algo que ya no pienso permitir.

 

- Y que propone señorita Hayden? . - Me dice muy molesto y hasta con tono sarcástico, el señor Hazzard.

 

- Tengo entendido que la señorita Hazzard no trabaja en ninguna de las instalaciones de esta empresa, ni mucho menos tiene un título universitario que tenga que ver con algunas de las carreras que se necesitan para laborar o para ser contratista independiente para esta empresa, por lo que no entiendo por qué se le permite la entrada a las instalaciones, si es más que evidente que ella no tiene nada que hacer aquí. - Digo mucho más desafiante que antes.

 

- Se le permite por ser mi hija... - Me dice Mark apretando los dientes y conteniendo su rabia.

 

- Y eso que señor Hazzard, usted ni es el dueño de la empresa ni nada por el estilo... es un empleado como cualquier otro y su hija no trae ningún beneficio al venir aquí. Al contrario, nos está perjudicando a todos.

Si ella necesita algo de usted, pues que lo llame o que se reúna con usted en su casa fuera de las horas laborales o cerca de acá si es algo muy urgente porque sé que el señor Hoffman no dudara en darle permiso y esto tampoco es una cárcel, pero si una empresa con reglas. Reglas que deben ser respetas por todos los empleados de igual manera sin importar el rango o la amistad que hay con el dueño de la empresa porque eso es aparte de los negocios y del trabajo, por lo que su hija no tiene por qué venir a interrumpir el trabajo de los demás. - Le sigo diciendo de manera muy seria, desafiante, como nunca pensé que podría algún día haber sido capaz de hacerlo...

 

- Y si las cosas son diferentes en esta empresa sobre las reglas que se deben cumplir, entonces dígame señor Hoffman para hablar con mi padre sobre este asunto y replantear sobre lo que queremos, porque ustedes saben que queremos terminar con el proyecto lo antes posible y que si hay algún tipo de retraso, ustedes son los principales perjudicados por las cláusulas que hay en el contrato firmado y les saldría muy costoso todo simplemente por el capricho que alguien mantiene sobre mi arquitecto líder. - Comento algo molesta por la actitud de Mark Hazzard y mirando esta vez al señor Hoffman.

 

- No se preocupe señorita Hayden, que este tipo de situaciones no se volverán a repetir. Desde este momento, la entrada a esta empresa y a cualquiera de sus instalaciones, estará prohibida para Virginia Hazzard.

En el momento en el que usted salga de mi oficina, me comunicare de inmediato con el departamento de seguridad y daré la orden para que le impidan el paso a ella. - Interviene y dice el señor Hoffman muy serio.

 

- Pero Scott... - Intenta hablar Mark, pero este es interrumpido por Scott.

 

- Pero nada Mark, he sido muy condescendiente contigo y con tú familia, pero esto no lo pienso dejar pasar y si tú no puedes ponerle un alto a tu hija para que deje en paz a mi hijo y no siga interfiriendo con su trabajo, pues lo haré yo. Como dice la señorita Hayden, Virginia no tiene por qué estar todo el tiempo metida en esta empresa y más, si solo es para molestar y perjudicar a mi hijo, y ahora que sé sobre esto, voy a interferir para que esto no siga avanzando, ni pase a mayores... es mejor que hables con tu hija muy seriamente y de ahora en adelante lo que tengas que tratar con algún miembro de tu familia que no trabaje aquí, será lejos de estas instalaciones y por supuesto que podrás hacerlo en cualquier momento que se requiera, claro... avisándome primero. - Le dice Scott Hoffman a Mark Hazzard.

 

- No te preocupes que así será... y a usted señorita Hayden, le pido una disculpa por las molestias que pudo haber ocasionado mi hija, con permiso. - Sale Mark furioso de la oficina, sin decir nada más, pero yo que lo conocía, sabía que en este momento sería capaz de matar a alguien a golpes para sacar toda la rabia y frustración que está sintiendo.

 

- Discúlpeme señor Hoffman por esto, pero como comprenderá... no podía seguir permitiendo esta situación que ha mi parecer, se ha salido un poco de control y más, cuando la señorita Hazzard no entiende razones y menos un no como respuesta.

 

- Tranquila, al contrario... le agradezco por contarme sobre esta situación de la cual es evidente que no tenía ni idea... - Me responde un poco pensativo.

 

- Me permite decirle algo señor Hoffman...

 

- Por supuesto. - Me contesta al salir un poco de su trance.

 

- No sé qué relación tenga usted con el señor Hazzard, ni qué tipo de cosas los unan para tener esta gran amistad, pero una cosa son los negocios y el trabajo y otra son las amistades. Créame que los admiro por ser tan cercanos y por la amistad que tienen, pero hay momentos que sin importar nada, es importante colocar a la familia primero que todo y pienso que esta es una de esas situaciones en que la familia debe de estar por encima de todo y de todos... Me retiro y le agradezco su apoyo señor Hoffman, espero que comprenda que no es nada personal y que me apena que el señor Hazzard se haya salido un poco de sus casillas conmigo. - Le digo al señor Scott antes de salir.

 

- No, gracias a usted... - Me dice para volver a perderse en sus pensamientos.

 

Salgo y me dirijo hacia mi oficina de nuevo sin creer aun, lo que había acabado de suceder y a lo que había sido capaz de hacer, como enfrentarme a él y de que me sintiera como liberada por hacerlo y de ponerlo en su sitio, aunque no puedo ocultar que me duele su actitud. Como me hubiera gustado que por alguna vez en su vida, me hubiera defendido como lo había acabado de hacer con ella...