webnovel

Quejica.

Mientras tanto en algún lugar del distrito de Sumeru.

Podemos observar al Capitán del grupo ghost blood acompañado por la cuarta espada.

Cuarta espada: Pusieron la red inescapable. Es imposible que sobrevivan.

Dijo al capitán que estaba muy concentrado leyendo un pergamino de color dorado.

Choso: Ahora que en verdad paso, de verdad es un desperdicio. Pensar que tendríamos que desecharlos después de todo el tiempo que pasamos criándolos.

Sabía que eran peones desechables, pero no esperaba que nos deshiciéramos de ellos antes de usarlo.

Diria mientras cerraba el pergamino con un ligero tono de lastima en su voz.

Cuarta espada: ¿No está este lugar en peligro también?

Choso: ¿Por el solicitante?

Cuarta espada: No sé por qué, pero escogieron destruir la evidencia.

¿No habría sido mucho más efectivo para ellos eliminarnos también para prevenir completamente que su secreto sea revelado?

Choso: Eso tiene sentido, pero no serán capaces de encontrar este lugar. Solo tenemos que esperarlos aquí para que la tormenta explote.

Cuarta espada: ¿De verdad no sabes quien es el solicitante?

Choso: Puedo descubrirlo en cualquier momento si así lo quiero, pero hay una línea que debe respetarse. Incluso nos advirtieron enviándonos este mensaje, así que no hay razón para ser los primeros en cruzar la línea.

Dijo sonriendo confiado mientras le mostraba el pergamino a la cuarta espada.

Cuarta espada: ¡!

Choso: ¿?

Cuarta espada: ¡Incienso rastreador!

Choso: ¡¿Qué?!

Cuarta espada: ¡Alguien puso incienso rastreador en el mensaje!

Justo en ese momento uno de sus guardias acababa de caer muerte ante sus pies, y un grupo de monjes corrían salvajemente en su dirección.

Lee Hayung: ¡Todos ustedes retírense! ¡No son rivales!

Ordeno a los guardias que el lideraba.

???: ¡Acaben con estos asquerosos asesinos sin dejar ninguno con vida!

Diría manteniendo por lo alto una guadaña.

Choso: ¡Supongo que tenías razón, cuarta espada!

Diría con una sonrisa sadica mientras veía furiosamente a los monjes que se acercaban con lanzas y guadañas con la intención de asesinarlos.

Cuarta espada: ¡Debemos retirarnos, Capitán!

Choso: ¿A donde?

Cuarta espada: ¡A donde sea!

Choso: ¿Acaso no lo entiendes? Vienen por mi. Ya que están aquí por mi, ¿Crees que fueron a todas partes a donde pudiera escapar?

Cruzaron la línea…

Dijo mientras sus ojos brillaban con un intenso color rojo y empezaba a desenvainar su katana, una katana que se tornó rojo escarlata al sentir el tacto y las ansias de matar que tenía su portador.

Capítulo 13: Lobo sangriento.

Choso: Les mostraré…

Dijo mientras se abalanzaba a gran velocidad hacia un grupo de monjes mientras mantenía su katana en horizontal, y en menos de un segundo había decapitado a un grupo de 9 monjes.

Choso: … Que ustedes serán los devorados por intentar mordernos.

Lee Hayung: ¡Todas las fuerzas resistan un poco más! ¡Podemos ganar siempre y cuando sigamos resistiendo!

No.

No les considere una oportunidad como esa.

Dijo un hombre mientras le lanzaba una potente esfera de energía de color azul celeste, sorprendiendo al Capitán Choso que inmediatamente decidió lanzar un potente tajo en diagonal que se tornó de color rojo al avanzar en dirección a la esfera de energía. Haciendo que ambas chocaran con fiereza, luchando para ver cuál de los 2 se impondría ante el otro.

Sin embargo un segundo después, aquellas fuerzas de ambos ataques se disiparon entre sí, creando así una potente explosión quea si vez provocó una gran cortina de polvo.

15 segundos después, gran parte del polvo se había disipado, haciendo que uno de los 2 se deje ver.

Choso: ¡KGHH…! [Que poder.] ¿Quien eres?

Preguntaba mientras se quejaba del dolor.

¿Cómo se atreve un asesino de cuarta a preguntar el nombre de su majestad mientras aún se mantiene de pie?

Choso: ¡Ja! Miren nada más quién está aquí, el mismísimo Príncipe de Edenia, Feyfey.

Feyrith: ¿Quién te crees que eres para llamarme así? Para ti, soy "Su majestad"

Choso: Mi nombre es Choso Kujou, y es un placer conocerte, por qué seré el que acabe con tu puta vida.

Dijo con una sonrisa confiada mientras levantaba su espada una vez más.

Feyrith: Irreverente, irrespetuoso y desleal, mereces ser castigado.

Dijo burlonamente.

Choso: ¿Por que no intentas castigarme FeyFey?

Feyrith: Pensaba hacerlo de todos modos.

Dijo preparándose para lanzar otra vez el mismo ataque.

Choso: ¡Danza demoníaca de medianoche!

Grito mientras empezó a moverse velozmente hasta acercarse a Feyrith, sus movimientos y tajos hacían parecer que estuviera bailando, y con ayuda del color rojo de su katana una estela de color rojo rodeaba todo su cuerpo.

Feyrith: ¡! [Esto es impresionante, un jefe de un simple grupo de asesinos no posee tal nivel de arte marcial…afortunadamente para mi estamos peleando a plena luz del día. La historia pudo haber cambiado drásticamente si hubiera empezado a emboscarnos usando la oscuridad de la noche.] tienes mi respeto Choso, has llegado a ser alguien digno de ponerse frente a mi, pero lastimosamente atentaste contra mi vida. [No puedo permitirme dejar libre a un individuo como este.] ¡Todos ustedes morirán ahora!

Choso: Suerte intentando matarme.

Dijo mientras lanzaba un corte horizontal hacia el cuello de Feyrith, a lo que este último se limitó a sonreír, esquivando fácilmente el ataque y haciéndose a un Iado, levantando su mano y pronunciando la palabra.

Feyrith: Uzumaki.

Dijo para que acto seguido un potente ataque impactará de lleno a Choso

Choso: [ ¡¿Voy a morir? ¿Este es el final del grupo ghost blood?]

[Logré que mi grupo de asesinos creciera hasta llegar a este punto mientras rociaba incontables cantidades de sangre y cada eres en la oscuridad.

Pensé que pronto alcanzaríamos a la secta de las 3 montañas, y así tal vez estar más cerca de alcanzar al loto espiritual blanco, el grupo que incluso los miembros del distrito de Inazuma temen enfrentar directamente.

Supongo que todo termina aquí, lo lamento, madre, no pude alcanzar lo más alto como te lo prometí.]

Choso: ¡Me niego! ¡Yo, Choso Kujou, El Capitan del grupo ghost blood seré quien sobreviva!

Grito decidido a sobrevivir pase lo que pase, atacando a aquel remolino con su katana incontables veces en tan solo un segundo, logrando así su cometido, aquel remolino se disipó y Choso ya estaba preparado para atacar a Feyrith, saltando para así atacarlo desde el aire.

Sin embargo fue golpeado inesperadamente por uno de los monjes de antes.

Choso: ¡¿Quien se atreve a entrometerse en esta batalla…?!

Gritó desviando la mirada, grave error.

Feyrith: Estás peleando conmigo.

Dijo mientras le tocaba el costado y hacía aparecer otro remolino, haciéndole un terrible daño interno a Choso, y en consecuencia este último vomitaría sangre.

Choso: ¡Buagh!

Escupió sangre para luego caer de rodillas ante Feyrith.

Feyrith: Me encanta tener personas poderosas arrodilladas ante mi.

Dijo burlonamente mientras ponía su pie en la cabeza de Choso.

Feyrith: Creo que te ves mejor arrodillado, que lastima que tenga que matar a alguien tan fuerte como tú. Serías de gran ayuda en el palacio.

Pero de pronto la cuarta y primera espada aparecieron por la espalda de Feyrith, intentado a travesarlo con sus espadas, siendo detenidos en el acto por Feyrith.

Lee Hayung: ¡Huye Choso!

Grito mientras forcejeaba con Feyrith.

Cuarta espada: ¡Lo distraeremos lo suficiente para que puedas escapar!

Exclamó mientras intentaba nuevamente cortarle la cabeza a Feyrith.

Feyrith: Antes los mataré a todos.

Choso: [Debo huir]

Pensó para luego ponerse de pie con dificultad, he intentar huir de la escena, sin embargo, aún tenían que eliminar a los demás monjes.

Monje 1: ¡No dejen que escape!

Monje 2: ¡Mátenlo!

Monje 3: Pagarás por tus crímenes.

Dijeron algunos mientras se acercaban a Choso a gran velocidad, pero fueron detenidos por los guardias del grupo de asesinos, quienes decidieron entregar sus vidas por la de su capitán, mostrando así su lealtad y devoción al grupo ghost blood.

Asesino 1: ¡Huya jefe!

Asesino 2: ¡Entregaremos nuestras vidas si eso salva la de usted!

Asesino 3: Lucharemos hasta la muerte.

Dijeron mientras detenían a los monjes y evitaban que se acercaran a su capitán.

Una gran batalla se estaba librando en el distrito de Sumeru, y lo que se suponía que sería una victoria sencilla para los monjes del distrito de Inazuma, se convirtió en una terrible batalla en la que si te descuidas podrías acabar decapitado…

Por su parte, Feyrith estaba peleando contra ambas espadas, quienes lo estaban dando todo de sí para siquiera poder tocarlo.

Feyrith: [A pesar de que puedo bloquear y esquivar sus ataques no puedo atacar libremente, son bastante rápidos y ágiles, además sus ataques…]

Ya me hartaron.

Dijo molesto mientras se alejaba y de sus dedos empezaron a brotar una especie de hilos de color azul celeste los cuales eran fácilmente manipulados por Feyrith, empezando a atacarlos desde la distancia con ayuda de aquellos hilos.

Feyrith: Esta es mi técnica favorita.

Dijo sonriendo cálidamente mientras hería a las espadas sin permitirles acercarse a él en ningún momento.

Mientras tanto en otro lugar.

Pyo Wol: Ya deberíamos irnos, So Yeowol, por lo que se dejaste solo a Sasori, no creo que el aguante mucho contra ellos.

Si Yeowol: Si…

Dijo mientras terminaba el pequeño entierro que le había hecho a su amigo.

Pyo wol: ¡En Camino!

Dijo mientras empezaba a correr rápidamente.

(1600 metros al sur, 50 al oeste y 15 al noroeste.)

Y 3 minutos después, habían llegado justo a tiempo para poder observar algo que los dejaría con la boca abierta.

Sasori, quien hacía mucho tiempo no usaba su verdadero rostro se encontraba utilizando su verdadera apariencia, en cuanto se dio cuenta de la presencia de sus compañeros se arrodilló, su aliento agitado y trabajoso, mientras sostenia el mango empapado de sangre de la espada enterrada en la tierra. Su mirada cansada escudriñaba el horizonte, con una mezcla de sudor y sangre trazando un camino por su rostro manchado de tierra. La hoja, una vez reluciente, ahora empañada y opaca por el brutal combate del día, se erigía como testamento a la ferocidad de la batalla.

Rodeado por la inquietante quietud de un campo de batalla tras el choque, los cuerpos caídos de sus enemigos yacían inmóviles. El pecho del hombre se elevaba con el esfuerzo, y una sensación de triunfo mezclada con agotamiento emanaba de su ser. Mientras el sol se sumergía bajo el horizonte, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y rojos, formando un marcado contraste con la escena de violencia y caos a sus pies, Pyo Wol y So Yeowol, quienes recién habían llegado no podían creerse la escena tan brutal que estaban presenciando, Sasori les brindo una mirada tranquila acompañada de una frase muy típica de el.

Sasori: Si estabas nervioso por esto Pyo Wol, déjame decirte que eres un quejica.

Fin del capítulo.

(Sábados y Domingos salen capítulos dobles)