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Legado, enfrentamiento y…

Pyo Wol: Joder, me sorprende que tú solito hayas acabado con todos ellos.

Sasori: Quejica.

So Yeowol: ¿Estás bien? ¿Necesitas algo de agua o cualquier cosa?

Sasori: Solo necesito descansar un rato,

Dijo mientras aún respiraba forzosamente.

Pyo Wol: Oigan, en una aldea cercana, podrán encontrar a una chica de pelo negro azabache, ojos color ámbar y un colgante en su cuello, su nombre es Sara Kujou, háblenle y digan que vienen de parte de Häel, de seguro ella les brindará un lugar donde poder quedarse unos días.

So Yeowol: Que detallista.

Sasori: ¿Y tu por qué no vienes con nosotros?

Pyo Wol: tengo algo importante que hacer.

So Yeowol: ¿Y cómo encontramos la aldea?

Pyo Wol: vayan en contra de las corrientes del río, eventualmente llegarán, la aldea no es muy grande así que no tendrán que preguntar mucho.

Sasori: Esta bien señor misterio.

Pyo Wol: Nos encontrémos ahí en 3 días.

Dijo dándose media vuelta y retirándose.

Mientras tanto en el distrito de Sumeru.

Las espadas estaban librando una pelea brutal en contra del príncipe de Edenia, batalla en la que se encuentran en desventaja frente al príncipe. Este último, hábil y astuto, emplea unos hilos de color azul celeste con destreza asombrosa. Los hilos serpentean ágilmente entre sus dedos, como extensiones de su voluntad, creando una barrera invisible que impide que sus oponentes se acerquen.

Las dos espadas avanzan con determinación, pero los hilos azules danzan en el aire, formando un intrincado entramado que los mantiene a raya. Cada intento de acercarse es frustrado por la habilidad de Feyrith que con ayuda de sus hilos, lanza ataques precisos desde la distancia, manteniendo a sus adversarios al margen.

Mientras los dos veteranos buscan una estrategia para superar esta desventaja, el astuto príncipe con los hilos azules continúa tejiendo su defensa con una destreza casi hipnótica, manteniendo su dominio sobre el campo de batalla. La tensión crece a medida que el enfrentamiento avanza, y el sonido sutil de los hilos cortando el aire se entremezcla con la determinación de los combatientes en desventaja.

Pero sin embargo el cansancio comienza a hacer mella en los dos hombres ya mayores, cuyos intentos por acercarse al inesperadamente habilidoso príncipe se vuelven más torpes y lentos. Momento que sería aprovechado por Feyrith, quien, agudo y astuto, percibe la fatiga en sus oponentes y aprovecha esta oportunidad para lanzar ataques precisos y certeros.

Con movimientos rápidos y calculados, los hilos azules se convierten en un enjambre letal que se abalanza sobre los dos hombres exhaustos. Cada hilo cortante busca su objetivo con ferocidad, infligiendo heridas profundas a sus ya debilitados oponentes. El sonido agudo de los hilos cortando el aire se mezcla con los gruñidos de esfuerzo y dolor de los hombres, creando una sinfonía macabra de combate desigual.

El hábil guerrero con los hilos azules continúa presionando su ventaja, buscando acabar con ambos oponentes al mismo tiempo. Su rostro refleja confianza implacable mientras lleva a cabo su letal danza con los hilos, manteniendo a raya a sus adversarios agotados y heridos. La lucha se vuelve cada vez más intensa, con el destino de los dos hombres pendiendo de un hilo literalmente.

Feyrith, decide que ha llegado el momento de poner fin a la lucha. Con determinación implacable y una sonrisa sadica, deja a un lado sus hilos y comienza a canalizar una energía eléctrica deslumbrante y poderosa. Una esfera de luz azulada comienza a tomar forma entre sus manos, creciendo en tamaño y poder con cada instante que pasa.

Los dos hombres, exhaustos y heridos, observan con incredulidad y temor la majestuosa esfera de energía que se acerca hacia ellos. La electricidad danza y chispea en su interior, emanando un resplandor deslumbrante que ilumina el campo de batalla. La presencia imponente de Feyrith se hace sentir mientras concentra todo su poder en esta formidable arma.

La esfera de energía eléctrica brilla con una intensidad deslumbrante, anunciando la inminente devastación que está por desencadenar. Los dos hombres, enfrentados a esta demostración de poder abrumador, se preparan para el impacto inminente, conscientes de que están en manos de un guerrero formidable cuya determinación y poder no conocen límites y Lee Hayung, al ver la escena, vio como todos sus guardias y gran número de los monjes se encontraban muertos, pero lo que más le alivió, es que no vió señales de su capitán, dejando en claro que había escapado.

Lee Hayung: [Lastimosamente no pude retirarme como quería, pero al menos logré cumplirte la promesa que te hice, Matsuri.]

Flashback:

En una sala de hospital, podemos observar a 3 personas.

Lee Hayung, Que en ese entonces estaba joven.

Choso Kujou, quien recién era un niño.

Y la madre de Choso y hermana de Lee, Matsuri Kujou.

Sin embargo, la salud de la madre de Choso no era la mejor, fue herida gravemente por unos asaltantes que se metieron a su floristería, por haber intentado hacer lo correcto. Debido a eso quedó hospitalizada, y definitivamente, ella morirá…

Choso: No quiero que te vayas, mamá. Quiero que te quedes con nosotros para siempre.

En ese instante matsuri miro preocupada a su hermano mayor, transmitiéndole con la mirada todo lo que le quería decir.

Lee Hayung: Choso, escucha. Tú madre siempre estará en nuestros corazones, pero ahora necesitas ser valiente. Prometo cuidarte y estar allí para ti, como ella lo haría. Te prometo que no estarás solo.

Choso: ¿De verdad tío Lee? ¿Tú cuidarás de mí?

Lee Hayung: Sí, Choso. Te lo prometo. Juntos superaremos esto y mantendremos viva su memoria en todo lo que hagamos.

Matsuri sonríe débilmente mientras escucha las palabras de su hermano y su pequeño hijo, sintiendo paz al saber que estará en buenas manos, y que su hijo, podría crecer grande y fuerte en el futuro.

Matsuri: Choso, mi dulce niño, recuerda que el amor nunca desaparece. Estaré siempre contigo en cada brisa suave, en cada estrella que brille en la noche y en cada sonrisa amable que encuentres. Eres mi luz, mi querido hijo, y aunque no esté físicamente a tu lado, mi amor por ti nunca se desvanecerá. Sé valiente, sé amable y sigue tu corazón. Siempre estaré allí para ti, en cada latido de tu propio corazón. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar.

Lee, hermano querido, sé que serás el pilar de apoyo para Choso, al igual que lo fuiste para mí. Te agradezco por tu amor incondicional y por tu valentía al asumir la responsabilidad de cuidar de mi precioso hijo. Confío en ti para guiarlo y amarlo como solo tú sabes hacerlo. Eres un regalo en la vida de Choso, al igual que lo fuiste en la mía. Gracias por todo, hermano. Te amo más de lo que puedas llegar imaginar.

El sonido que alguna vez fue un constante pitido en la sala, fue cambiado por un constante silbido que se apoderó de la habitación.

Choso: ¿Mamá?

Pregunto mientras la movía.

Choso: ¡¿Mamá?!

Pregunto una vez más mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Choso: ¡Mamá por favor no me dejes!

Lloraba desconsoladamente mientras abrazaba el cuerpo de su madre.

Lee: Todo estará bien Choso, haré que crezcas grande y fuerte, te lo prometo.

Fin del flashback.

Ahora, Lee, en su lecho de muerte y estando a segundos de ser eliminado por la bola de energía que fue disparada por Feyrith, activo una de máscara que le permitía poder comunicarse con otra persona que tuviera la mascara, sabiendo que las conversaciones pueden ser escuchadas mentalmente por El Capitan.

Lee: Choso, mi querido sobrino, lamento no haber estado allí para protegerte y cuidarte como prometí. Me arrepiento de no haber podido evitar que te convirtieras en lo que eres ahora. Te pido perdón por no haber sido el tío que merecías. Por favor, perdóname.

Choso, quien se encontraba huyendo, ahora con lágrimas en los ojos, sujeta su katana con fuerza, recordando que había sido un regalo que había sido entragado por su tío cuando obtuvo su primera misión de asesinato.

Choso: Tío Lee, no tienes nada de qué arrepentirte. Siempre has sido mi modelo a seguir y mi fuente de apoyo. Eres terrible como padre, pero eres increíble como mentor. Las circunstancias nos han llevado por caminos difíciles, pero sé que siempre has hecho lo mejor que pudiste. Te perdono de todo corazón. Te amo, tío.

Lee Hayung sonríe débilmente, sintiendo un peso levantarse de sus hombros al saber que su sobrino escucharia sus últimas palabras . Con un último suspiro, cierra los ojos esperando que Choso comprenda y perdoné sus actos.

Lee Hayung: Lo lamento, Choso. Te amo más de lo que puedas imaginar. Cuídate, mi querido sobrino.

Las lágrimas inundan los ojos de Choso mientras seguía huyendo desesperadamente del lugar, y a su vez una enorme explosión derrumbó todo el edificio en el que se estaba resguardando.