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R1: Un joven maestro desafortunado

Desde que nací, tuve la fortuna de crecer en un lugar en donde tendría un gran destino. Desde que era tan solo un bebé, tuve todas las comodidades que no cualquiera tendría en toda su vida. Mi Padre, Dexter Banyronix, el noveno patriarca del clan Banyronix, puso a los mejores maestros a mi merced para aprender el idioma, los modales de la clase alta, literatura, matemáticas, entre otras artes, incluyendo la esgrima.

A medida que crecía, me dí cuenta de que todo lo que mi padre tenía: poder, estatus y conexiones, tarde o temprano yo lo iba a heredar. Recuerdo haber pensado en ese momento que "si tenía poder, entonces no importaba lo que hiciera, nadie me podría reprochar nada." Crecí con tales pensamientos.

No tardé en actuar conforme a aquella mentalidad "Todos serían mis sirvientes más adelante, entonces ¿Por qué no tratarlos como tal desde ahora?" Eso tenía sentido para mí. A los 14 años de edad, empecé a molestar a las personas del condado usando mi estatus como una amenaza. Fue tan efectivo, nadie hablaría mal de mi sabiendo de mi posición. O por lo menos eso fue lo que había pensado.

Después de algunos meses haciendo lo que quería, un grupo de aldeanos vino a las puertas del pabellón Banyronix para quejarse con mi padre acerca de mi reciente comportamiento. Sorprendido, mi padre mando a Fredd (El mayordomo principal de la familia Banyronix) a dar la cara para ver lo que sucedía. Después de quejarse con Fredd, las noticias llegaron a mi padre, el cual me interrogó. Por supuesto, yo negué todo. Como respuesta a los aldeanos fuera de las puertas, mi padre les dijo:

"Él es solo un joven, disculpen su comportamiento." 

No intentó castigarme ni investigó más al respecto, en su lugar, tan solo dió la cara por mí, diciendo unas pocas palabras, las cuales, fueron suficientes para que el grupo de aldeanos se fuera del lugar.

No lo podía creer ¿Acaso este era el poder del nombre del patriarca? Si pudiera usar su nombre… Nadie me podría parar y aún si quisieran hacerlo, no podrían, porque el patriarca era el que lo estaba demandando.

A partir de ese día, dí rienda suelta a mis deseos de poder y autoridad sobre los demás, sin ninguna consecuencia. Lo que sea que yo quisiera, lo tomaba "por que era el deseo del patriarca."¿Quería comida? La tomaba ¿Quería objetos? Los tomaba.

Pronto, algunos jóvenes señores, hijos de un Barón e incluso de vizcondes, empezaron a seguirme ¡Ahora tenía amigos!

Cuando tenía 16 años, ya me había ganado un mal nombre entre el pueblo, me decían "El heredero maldito" a mis espaldas, pero no me importaba en lo mas mínimo, si tenían algo contra mí, podían venir directamente, mas nadie se atrevía a hacerlo por miedo ¡Esto es a lo que me refería, poder sin restricciones o consecuencias!

Asi pasaron los años y un día, mientras paseaba por el pueblo con mis amigos, vi a una chica de lo mas hermosa. Tan hermosa, que mi corazón palpitó a una velocidad impresionante. Jamás había sentido tal cosa en mi vida por alguna persona. Tenía un cabello de color carmesí, ojos de un radiante anaranjado y piel blanca. Era como ver una belleza que competia con las hadas de las leyendas. Tenía confianza en mí mismo, no era para nada feo, tenía riquezas y sobre todo, tenia un estatus envidiable. Tenia todo para ganar y nada para perder ¿Quien me rechazaría?

—Disculpeme, joven Banyronix, pero esta joven por el momento no tiene tiempo para una relación, debo cuidar a mi padre y su negocio.

¿Eh…? ¿Qué acaba de pasar? Ella se estaba llendo después de ofrecer una respetuosa reverencia, dándome la espalda. Mis amigos parecían estar burlandose de mi a mis espaldas.

—¿E-Ella me… me… rechazó…?

Estaba muy confundido. En mi mente y en mi corazón había sentimientos que nunca antes había sentido hasta ahora, los cuales no podía diferenciar. Estaban explotando por doquier, sin embargo, el predominante al final fue la ira, una ira que me consumía la carne.

Nadie nunca me había negado nada, jamás se me había privado de algo en lo que estuviera puesta mi mirada, sin embargo, ella… ¿Cómo pudo ella…? ¿Cómo pudo rechazarme?

Cerré mis puños con enojo recordando bien este sentimiento, mire a mis amigos que aún se burlaban con una fulminante mirada asesina, dejaron de reírse en un instante en cuanto me vieron. En ese momento, en mi mente solo habia un pensamiento:

"Veremos si no caes rogando a mis pies. Nadie me niega nada."

Pasaron los dias y ese momento no salia de mi mente, día y noche pensaba en aquella mujer que me rechazó, asi que, investigando un poco acerca de ella (Y esto definitivamente no es acoso) Descubrí que su nombre era Dyna y que trabajaba en una pequeña taberna, la cual pertenecía a su padre, ubicada en los alrededores del centro del condado.

Ahora que tenía algo de información y práctica usando el nombre del patriarca para mi beneficio, decidí usarlo para vengarme y poner presión sobre aquella chica tonta, su negocio y su familia.

Puse un impuesto elevado sobre aquella taberna y de vez en cuando envié a algunos amigos a espantar un poco a la clientela, hablando mal del lugar y cosas como esas. De lo que yo no me di cuenta hasta después, era que ellos tenían deseos de poseer a tal chica y suponían que al conseguirla, que la compartiría con ellos, lo cual no era verdad. Supongo que fue un error mio no aclarar este asunto debidamente, yo solo deseaba venganza.

Llegó el dia en que ellos no podían pagar el impuesto completamente. Si estaban desesperados, entonces tal vez esa chica se ofrecería para salvar el negocio de su padre. Incluso fuí personalmente esa vez en vez de enviar a un subordinado ¡Incluso traje a mi guardia personal! Asustamos a todos dentro para evitar testigos, sin embargo, hubo un contratiempo que acabaría con mis planes muy pronto.

—Vine por lo que es mio.

Ese día en particular me sentía de buen humor, como un pavo real mostrando sus plumas, yo tenía un semblante de orgullo por toda mi cara, por fin sería el tan ansiado día de la venganza. Sin embargo, despues de un rato de dialogo…

¡SLAP!

Algo golpeó mi mejilla, la cual ahora tenia una mano marcada de color rojo. Por supuesto, yo estaba en shock. Ni siquiera mi padre, el noveno gran patriarca del clan Banyronix me había golpeado nunca. Pero una chica cualquiera lo había hecho. No tenia intenciones de golpearla, pero era como si mi cuerpo tan solo se moviera como reflejo para contestar la agresión de manera automática y terminé golpeándola mientras me gritaba algo. 

Ella estaba en el suelo, con lágrimas en los ojos mientras me miraba con desprecio e ira. Esto no era lo que quería. No sabía que hacer, lo hecho, hecho estaba. Entré en pánico, pero pareciendo seguro, dí una orden precipitada:

—Por esto te arrepentirás de por vida ¡Hombres! Destruyan este lugar, maten al viejo y traigan a la chica.

Ya no había vuelta atrás, esto no era lo que estaba planeando, pero tal vez se me ocurriría algo más adelante ¿Verdad? Mis hombres me miraron con dudas comprensibles, les dije que solo me estaban escoltando, nada mas, pero la situacion ahora era muy diferente. Los fulminé con la mirada, todos sacaron sus espadas y estaban a punto de seguir mi precipitada orden, sin embargo, se escuchó una voz algo joven dentro de la taberna.

—¡Disculpen!

—¿Eh?

Dije por reflejo junto con todos mis acompañantes. Eso me tomó completamente desprevenido. Volteé para ver lo que sucedía, era un niño, tal vez de no más de 15 años a lo mucho, ya que su estatura era baja, tenía puesta una gabardina blanca que le llegaba hasta las rodillas, aparte de eso y algo parecido a gafas en su cara todo era ordinario en él. Después de notar su presencia y antes de que pudiera siquiera decir algo, escuché la cosa más tonta posible en tal situación saliendo de la boca de esa persona.

—Esto... Quería pedir una hamburguesa antes de que pase algo más. Para llevar, por favor.

Por un momento me sorprendí, ¿Qué rayos estaba diciendo ese tipo en tal situación? ¿Ves que están a punto de matar a alguien y te dan ganas de pedirle de comer? Decidí que esto no valía mi tiempo, ya que tenía más cosas que atender.

—¡Maten a ese también! No quiero testigos.

Mis hombres se movieron rápidamente en dirección del niño, alzaron decididamente sus espadas para quitarle la vida y…

Nada, ellos parecían haber cesado todo movimiento de repente sin ninguna razón. Les reproché con enojo que me dijeran el motivo de tal burla. Ellos parecían estar asustados, respondiendo que no podían mover sus armas. Estaba confundido por tal declaración.

Pronto, sonó un estruendo similar al sonido de un trueno que envolvió el lugar, dí una mirada rápida y todos mis hombres estaban en el suelo o en las paredes del lugar, como si algo los hubiera golpeado, pero el joven de ahí estaba bien ¿Acaso él…?

Pensé que si no quería acabar como ellos, debía usar mi estatus, así tal vez lo asustaría y me dejaría en paz o por lo menos ganaría tiempo hasta que mis hombres se recuperarán para matarlo, así que me dispuse a declarar mis palabras, quería parecer confiado, más sin embargo no podía.

—¿¡Q-Quién eres!? ¡Insensato! ¿¡Cómo te atreves a desafiar al conde Bany…!?

No pude decir nada más, antes de que me diera cuenta, el niño me había tomado de la cara con su mano, me susurro algo extraño acerca del primer patriarca y cómo me decapitaría o algo asi, no le puse mucha atención, todo fue tan rápido. Sentí la pared golpeando la parte trasera de mi cabeza y mi visión se nubló, mi consciencia se desparramó. Lo último que recuerdo de eso es recuperar un poco la consciencia. En ese momento vi a mis amigos abandonarme bajo la amenaza de aquel niño excepto por Gary. Tan sólo le ayudé a quitarse de encima a unos tipos hace unos meses atrás y ahora me sigue como un perro. Nunca lo consideré un amigo, solo un seguidor cualquiera, entonces ¿Por qué de todos él se quedó para defenderme? Perdí nuevamente la consciencia.

Desperté viendo un techo conocido, el de mi habitación, como si todo hubiera sido una pesadilla. Intenté levantarme, pero no tenía muchas fuerzas. En un segundo intento lo logré, tenía un dolor de cabeza terrible. dejé mi cama y me miré al espejo con algo de dificultad por el dolor. Estaba sorprendido al ver el reflejo, ya que estaba bastante golpeado ¿No fue un sueño?

Mandé llamar al capitán de mi guardia personal para ver que había pasado. Con dificultad y después de unos minutos se presentó sin su armadura y con algunos vendajes en su abdomen ¿Qué rayos le había pasado? Se suponía que él era un guerrero que estaba a punto de pasar a la división de oro ¿Qué cosa le hizo tanto daño?

—Informa.

Le dije en un tono indiferente, aunque mi expresión decía claramente que estaba preocupado por su estado.

—Joven maestro, esa persona… Lidió con todo el escuadrón sin ningún tipo de esfuerzo en menos de un minuto. Me temo que era un maestro de division oro negro al que molestamos hoy.

—¡Tonterías! solo era un mocoso ¿Cómo podría ser alguien de oro negro?

Estaba furioso, asi que le pedí que se retirara. Si lo que él decia era verdad, entonces la guardia personal de mi padre, la guardia del dragon blanco, que estaba conformada por maestros de la division oro negro, lo podría capturar.

Pero… ¿Cómo hago que mi padre saque a su guardia personal? Si le digo el por qué paso todo esto en primer lugar, tal vez se enoje.

Después de unos minutos, ideé un plan infalible, con mi ropa actual, la cual está sucia y mi cara en este estado ¡Que me parta un rayo si no funciona!

Fin del capitulo.

Próximo capitulo: la semana que viene.

Muchas gracias por leer hasta aqui. Si te gustó esta parte, me ayudarias mucho con un voto 🐢