Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 435

Eran las cuatro de la mañana del martes y Kain estaba en una habitación al lado del dormitorio de Rei-chan, en la mansión de la ciudad Keishi, capital de la nación del Fuego.

Kain miraba por el vidrio unidireccional hacia el patio lateral con sus árboles de naranja con forma tubular. Estaba obscuro, pero con las luces del jardín era identificable donde estaba cada cosa. Los guardaespaldas daban sus rondas y al encontrarse asentían en señal de saludo.

Kain estaba sentado en un sillón con un gran respaldo. Vestía una bata café y descalzo. Lo único de utilidad que llevaba puesto era el brazalete susano.

—Muéstrame línea del tiempo desde la creación del chakra— dijo Kain

Al mismo tiempo, se mostró una línea de tiempo con puntos blancos conectados por líneas de color naranja. Cada punto representaba un año y en la parte inferior había una leyenda con un suceso.

En el año 0 estaba la imagen de un monstruoso árbol de cientos de metros. Desde ahí comenzaba la historia de los shinobis y la guerra entre los dos hijos del sabio de los seis caminos. Al final de cuentas, todos los shinobis, no importa la denominación, provenían de una misma línea de sangre. Incluso si había aparecido el sabio rey mono o el primer hombre serpiente, todos mezclaron su sangre y se podrían decir que son hijos del sabio de los seis caminos. Sin embargo, para Kain no era tan fácil, había incongruencias en la línea del tiempo y sucesos inexplicables que perpetuaron el conflicto entre Senju y Uchiha, pero ¿Por qué? ¿Por qué no enemistar a los otros clanes? ¿Por qué no el clan Uzumaki? Al final, no importa en qué momento fuera o como estuviera el marcador entre Senju y Uchiha. Un clan dominaba y el otro sobrevivía. Sin embargo, con un enemigo minimizado ¿no sería lo más lógico exterminarlo? Por otro lado, cuando ambos clanes estaban en paz, algo pasaba que los llevaba al conflicto.

Kain soltó un suspiro, estiro su mano derecha a la mesita al lado del sillón, tomo el habano del cenicero y le dio una calada. Después soltó el humo, volvió a dejar el habano en el cenicero y tomo un vaso de wiski. Empino el vaso, los cubos de hielo tintinearon y le dio un largo sorbo. Kain dejo el vaso en la mesita. Él continúo mirando la información que había recopilado de su padre, pero parecía incompleta al punto de que Kain pensó que su padre era un idiota ¿Cómo te lanzas a luchar con tan poca información?

Al instante aparecieron diez clones de sombra en la habitación. Todos habían viajado desde el laboratorio.

Kain miró a sus clones y les preguntó —¿Completado?—

—Completado— respondió el clon de Kain en medio del grupo —fase uno de la torre de poder completada—

—Excelente— dijo Kain y los clones de sombra se desvanecieron en secuencia dejando una nube de humo blanco. El humo se desvaneció y Kain recibió toda la información. Cerró el ojo derecho en un gesto de molestia, pero solo duro unos segundos y volvió a la normalidad. Este nivel de esfuerzo ya no le producía tanto dolor ni cansancio mental. Además, había distribuido sus proyectos a través del tiempo. Este solo era uno de ellos.

—Muéstrame el dispositivo, núcleo de la torre de poder— dijo Kain

En la interfaz visual se abrió una ventana y vio un huevo hecho de titanita centellante. Desde la imagen se veía pequeño, pero medía más de cinco metros de altura y tres de ancho. La imagen se amplió una y otra vez hasta que los circuitos de sellos en el interior fueron visibles. Era una larga secuencia de tres billones de caracteres escritos y protegidos en el interior del huevo hecho de titanita centellante. Ahora solo faltaba una fuente de poder y un administrador. Guardian sería el administrador definitivo y la fuente de poder sería la esencia vital.

Kain mostro una sonrisa divertida, esperando a ver como reaccionaria la gente. Aunque claro, todavía faltaba construir lo más importante y para lo que Guardian trabajaría sin parar, día y noche, enfocado en una sola cosa.

Kain soltó un suspiro, le dio otro sorbo al wiski y continúo mirando la interfaz, analizando con ayuda de Guardian el patrón de movimiento de los clanes, su distribución y desarrollo. Como pensó cuando era niño, había algo especial en la nación del Fuego. Sus bosques y la densidad del chakra eran mayores que en las otras naciones. Incluso si la nación del Rayo era rica en chakra, solo podía igualar en un 50% a la nación del Fuego. No era extraño que los shinobis más fuertes como Uchiha y Senju lo hubieran declarado su tierra natal.

La puerta de la habitación se abrió y Rei-chan entró —Kain-sama— dijo con voz suave y adormilada.

Kain miró hacia la puerta y sonrió al ver a la dulce Rei-chan. Llevaba su cabello ordenado en una coleta y vestía una bata rosa pastel. Ojos azules, grandes y expresivos. El lunar bajo el ojo, una nariz fina y una boca grande con labios grueso. De aspecto esbelto, pero ya no tenía la figura delicada que tenía cuando recién se conocieron. Las caderas se habían enanchado después del embarazo y había ganado un poco de peso. Sin embargo, para Kain se seguía viendo igual de hermosa.

—¿Sí, Rei-chan?— preguntó Kain

Rei-chan miró a Kain, sonrió, pero después puso una mirada seria —¿De nuevo el insomnio?— preguntó

—Algo así, tenía unas cosas que revisar, no te preocupes— dijo Kain —ven aquí—

Rei-chan cerró la puerta y camino hacia él. Ella miró a Kain, se sentó en sus piernas y se apegó a su pecho —te extraño cuando no te encuentro en la cama— dijo

—Mmm— dijo Kain con una sonrisa juguetona —¿Eso es todo los días o de vez en cuando?—

—Sabes que es siempre, te amo— dijo Rei-chan, le beso la mandíbula.

Kain acercó su rostro y le dio un beso en la boca. Rei-chan se aferró a la bata de Kain y correspondió su beso.

Rei-chan apartó su rostro y le preguntó —¿Quieres ir a dormir? Te puedo ayudar—

Kain puso una sonrisa astuta y le preguntó —me gustaría ver cómo puedes hacer eso—

—Bueno— dijo Rei-chan, ella se acercó al oído de Kain y le susurro algunas cosas sucias. Kain sonreía escuchando ese suave murmullo en su oído.

—Me gustaría lo segundo, parece interesante— dijo Kain mientras la abrazaba por la cintura.

Rei-chan se ruborizo, asintió y se apegó al pecho de Kain.

Kain abrazaba a Rei-chan y miraba por el ventanal unidireccional hacia el cielo. Estaba clareando, pero lo aburrido era que el sol salía del otro lado. Puede que, si fueran al otro extremo de la mansión, pudieran ver un increíble amanecer. Los cielos del final del otoño estaban semi nublados, pero aun así eran bonitos. Con esa aura helada, como si auguraran el invierno.

La puerta fue tocada un par de veces desde el pasillo, Kain y Rei-chan miraron hacia la puerta y dijeron al mismo tiempo —pase—

—Permiso— dijo una voz agradable, femenina y joven. La niñera de Hashirama apareció detrás de la puerta con su cabello rubio ordenado en una coleta y su flequillo tapando sus ojos. Bonita y amigable como siempre. Iba vestida con un kimono verde pasto —señora, Hashirama-sama se despertó—

—Sí, dame un minuto, Megumi— dijo Rei-chan, poniéndose en pie.

—¿Por qué no llevas al niño a la habitación?— preguntó Kain

Rei-chan quedó mirando a Kain y asintió —de acuerdo, nos vemos allá. No se demore—

—No lo haré— dijo Kain

Rei-chan camino a la puerta, la acompaño Megumi y las dos salieron de la habitación.

Él se quedó revisando algo un par de minutos y después se levantó del sillón, miró el habano, casi estaba consumido al 100% y solo quedaba un poco de wiski mientras el hielo se había derretido. Kain lo dejo ser y camino a la salida. Abrió la puerta y salió al pasillo. Camino hacia la derecha por un amplio pasillo con algunas pinturas de Rei-chan, Hashirama y él mismo colgadas de la pared. También había muebles y jarrones con flores. El piso cubierto por una alfombra mullida de color café. Las murallas de color amarillo con un ponceado de color durazno y rosa pastel. Bastante colorido, pero considerando que últimamente Hashirama pasaba mucho tiempo en la mansión, no era extraño.

Kain llegó frente a la puerta de su habitación. Él abrió la puerta y vio una amplia habitación de color blanco con alfombrado café. Los muebles eran de color mármol con vetas doradas y un respaldo de cuero negro. Kain camino a la cama y se sentó en el borde. Tenía sueño, le pesaban los ojos. Siempre era lo mismo, tenía que ordenar sus ideas para que le bajara el sueño o sus ideas no lo dejarían dormir.

Al mismo tiempo, Rei-chan abrió la puerta y entró. Llevaba a Hashirama en sus brazos. El muchacho de poco más de medio año de vida vio a su padre y agito sus brazos vuelto loco, como si quisiera ir a jugar con él.

Kain se levantó de la cama con una pequeña sonrisa, camino hasta Rei-chan y extendió sus brazos. Rei-chan sonrió, le entrego el bebé y Kain lo recibió. Kain lo levantó en el aire, el pequeño sabio rey mono estaba feliz y mostraba una amplia sonrisa. Parece que había nacido para ser feliz.

—Ven, muchacho, no es hora de jugar— dijo Kain, lo bajo y apoyo contra su pecho —mami te dará tu comida y después de eso vamos a dormir—

De esa manera, Kain llevó a Hashirama a la cama y Rei-chan lo acompaño. Kain recostó al muchacho en la cama, los cubrió a ambos con la sábana y la colcha. Del otro lado, Rei-chan se acostó al lado de Hashirama, lo acomodo y sacó su seno. Ella le dio de comer al bebé que parecía voraz.

Kain y Rei-chan miraron a Hashirama comer. A este último le bajo el sueño y se durmió. Kain se quedó mirando a su hijo y también le bajo el sueño. Cerró los ojos y cayó dormido.

Rei-chan los arropo a ambos, acomodo a Hashirama para que no se fuera a atorar y también se durmió con el seno expuesto.

Después de dormir un par de horas, Kain y su familia se levantaron a las diez de la mañana. Se bañaron y vistieron. Le dieron el día libre a Megumi. Hoy era un viaje familiar, solo los tres. Mezcla de negocios y diversión.

Rei-chan, Kain y Hashirama, en compañía de Mari Hatake, se subieron al vehículo de Rei-chan y el chofer los llevo por las calles de la capital de Keishi mientras eran seguidos por otro vehículo con cuatro guardias.

Varias calles habían sido enanchadas, cambiado el pavimento y agregado señaléticas para mejorar el tráfico. Los autos estaban poblando poco a poco la capital. Ya no como un producto de lujo solo para los nobles y grandes comerciantes. También como medio de transporte para las mercaderías y algunas familias que se podían permitir un vehículo familiar. La mayoría de la infraestructura de la capital se mantenía, pero a la distancia, en el centro de la ciudad, se veían cuatro edificios de gran tamaño. Solo llevaban tres meses, pero ya eran los más altos de la capital. Aunque estaban lejos de estar listos.

Los vehículos se movieron por una calle especialmente ancha como para que circularan cuatro vehículos a la vez. Por delante había una rotonda con pastizales y bancas. El vehiculo se detuvo a un costado de la rotando. Los cuatro edificios a los lados marcando los cuatro puntos cardinales. Esto iba a ser el centro del comercio en la nación del Fuego. Donde los grandes inversionistas y bancos se iban a reunir. El proyecto le pertenecía a Rei-chan con apoyo del banco Hoshino. Ahora Kain era dueño del 30% y Mizusu Hoshino (heredera del clan) trabajaba para Naomi, así que no había forma de que ellos se negaran.

Kain, Rei-chan y Hashirama se detuvieron en medio de la plaza y miraron a los cuatro edificios. Los ruidos se trasmitían en el aire. El martilleo, la cierra, el sonido de los metales, los gritos de los trabajadores y muchas otras cosas. Era el progreso y el cambio de una era. Atrás habían quedado los estados combatientes y la era de los guerreros.