Mundo Shinobi - PGM - 209

Una vez que Kain identifico a las prisioneras dentro de la fortaleza de Iwa, se empezó a preguntar ¿Cómo las sacaría de esa situación? Podría esperar a que los shinobis de Iwa decidieran volver al país de la Tierra y atacar en ese momento. Sin embargo, así como estaban tratando a las dos Uzumaki, puede que no aguanten hasta ese momento.

Kain había escuchado de personas que deseaban tener los ojos de su clan o los del clan Hyuga, pero nunca que transformaran la sangre de un clan en medicina para los heridos.

La vez anterior, cuando Kain introdujo a sus serpientes de agua para vigilar la fortaleza con murallas de piedra, vio como el shinobi de Iwa le sacaba sangre a la hermana de Kiyomi. Parece que a la madre ya le habían sacado demasiadas veces, ya que cuando se trató de negar a que tocaran a su hija, se desmayó sobre el escritorio.

Después de eso, la pequeña serpiente de agua siguió al shinobi, reptando por las esquinas y deslizándose por detrás de los muebles y debajo de las camas de los enfermos. El shinobi de Iwa fue hasta un laboratorio y mezclo la sangre con varias sustancias hasta que todo tomo la textura de la sangre y la pequeña probeta que extrajo de la niña, se transformó en dos litros de solución. Después el shinobi la llevo a la enfermería y se la inyecto a los shinobis heridos, los cuales se fueron sanando a un ritmo acelerado.

Kain sabía que los Uzumaki tenían una vitalidad superior a la de los Senju, pero nunca espero que fuera utilizada por otros shinobis de esa manera. No obstante, el peligro estaba en mantener la constante e indiscriminada extracción de la sangre. La madre y hermana de Kiyomi apenas se podían mantener en pie, lo cual decía que ya le habían extraído varios litros de sangre ¿Quizá cuanto aguantarían?

Kain desde los límites del bosque, en lo alto de una colina, miraba a la distancia buscando algún punto ciego dentro de la formación del campamento de Iwa alrededor de la fortaleza. No obstante, aunque activo su mangekyo y capto cada detalle, no pudo encontrar agujeros en la defensa.

La fortaleza principal era un islote rodeado de un rio. Solo había una entrada mientras los alrededores correspondían a largos pastizales donde estaban instalados los shinobis de Iwa que estaban en condiciones de luchar. Kain contó más de cien carpas rodeando la fortaleza, por lo que escabullirse por entremedio de ellos sería imposible a menos que creara una distracción.

Por otro lado, ya había ocupado la estrategia de hacer explotar el anterior campamento de Iwa en la nación de la Tierra. Puede que, si ocupa la misma táctica, Onoki y Mu la lean. A lo mejor, Kain podría enfrentarlos, utilizar algunos clones de sellos Uzumaki para contrarrestar la diferencia de números. Sin embargo, estaba en campo abierto y no contaba con nada para sacar a Mu y Onoki y apartarlos del campamento. Kain todavía tenía a Kurotsuchi como último recurso, pero prefería dejarlo al último por si todo fallaba.

En este momento su miedo eran dos cosas. Primero, que mataran a la madre y hermana de Kiyomi. Lo segundo, que Onoki se haya vuelto un idiota shinobi y al momento de ocupar a Kurotsuchi como moneda de cambio, la mate para evitar perder a las Uzumaki.

-Tantas cosas- murmuro Kain, desde lo alto de la colina mientras una brisa fresca llevaba la humedad de los ríos -solo queda intentarlo-

Entonces Kain se sentó en el pasto y su visión bajo por la colina hasta llegar a los ríos que se entrelazaban como una gran telaraña. Cerró los ojos y realizo un simple sello de tigre con su mano derecha. Después llevo su chakra a su hígado y de vuelta lo recibió imbuido en la naturaleza de agua. Entonces Kain llevó su mano izquierda y la puso sobre el pasto -Kirigakure no jutsu- murmuro.

El chakra se extendió a través de la humedad en el pasto, bajando la colina hasta llegar a uno de los tantos brazos del rio y la humedad se comenzó a elevar en el ambiente. Alrededor de Kain y detrás de él, donde empezaba el bosque, comenzó a emerger la niebla a ras de pasto y poco a poco se extendió. Entonces la niebla continúo extendiéndose hasta llegar al rio, creciendo en altura hasta alcanzar los treinta centímetros. Poco a poco se volvió espesa obstaculizando la visión del suelo. Sin embargo, el efecto no se detuvo y continúo alcanzando nuevas zonas.

Diez minutos después la neblina llegó hasta el campamento de Iwa y también comenzó a emerger del pasto y el rio. De esa manera, en unos escasos cinco minutos, paso de ser algo raro a generar incomodad. La neblina había alcanzado el metro de altura y se sentía densa como una nube.

Por supuesto, Onoki y sobre todo Mu, quien era un shinobi sensor, sintió la anormalidad en el aire y puso el campamento en alerta máxima. No obstante, para cuando todo estuvo preparado, la niebla había alcanzado los tres metros de altura. Incluso los shinobis de Iwa desde lo alto de las paredes de piedra de la fortaleza solo veían un mar de niebla que cubría toda la superficie. Podían saber que por fuera de las murallas pasaba un rio, pero solo era por el sonido de su flujo constante.

Por otro lado, los shinobis fueron puestos cada dos metros, pero no era de mucha ayuda. La niebla era tan densa que incluso si la golpeaban, solo dejaban una estela. Así que a los que les toco resguardar los alrededores estaban muertos de miedo porque no podían ver más de un metro por delante de ellos. Sin embargo, de repente empezaron a escuchar el sonido de unas pisadas y el roce de una armadura metálica.

-Detente- grito uno de los shinobis de Iwa en un tono fuerte para que sus compañeros lo escucharan. La niebla por delante de él era densa, pero de repente se destacaron un par de ojos rojos que emitían un brillo infernal. El shinobi dio un paso atrás, pero antes de que pudiera reaccionar, algo similar a una gruesa cuerda lo estrangulo por el cuello.

-Ayuda, ayuda- decía el shinobi con voz apagada al mismo tiempo que veía como los ojos rojos se acercaban a él. Primero intento llevar sus manos al cuello para quitarse lo que lo estaba estrangulando, pero no pudo romperlo. Solo sintió que estaba muy frio como hielo. Pensó que podían estar siendo atacados por los shinobis de Kiri, pero era una locura. Ellos estaban luchando contra Konoha en la otra dirección. Entonces el shinobi comenzó a ver todo borroso, los bordes de su visión se oscurecieron y se dejó caer hacia la izquierda, para ver si su compañero lo podía socorrer. No obstante, cuando cayó al suelo, se dio cuenta que su compañero estaba sobre el pasto con el brazo derecho extendido. Entonces él supo que ya no había salvación.

Sin embargo, fuera de todos los miedos que produjeron en los corazones de los shinobis de Iwa, las serpientes solo los estrangularon hasta caer inconscientes. Kain había prometido algo, no habría una segunda generación del demonio Uchiha y aunque a veces tuviera que matar, no se transformaría en un demonio asesino. No obstante, esto a su vez lo ponía en un aprieto de tiempo.

Kain avanzaba por la niebla, conduciendo el ataque de las serpientes y evitando que ellas se vuelvan brutales. Se hizo un camino a través del campamento y una vez que llegó al borde del rio, se acercó a un enorme sauce. Entonces realizo una seguidilla de sellos, concentro una tercera parte de todo su chakra y apoyo su mano sobre la corteza del árbol -mokuton, moku bunshin no jutsu-

Al igual que la otra vez, la figura de Kain emergió desde la corteza y después de liberarse de su unión con el sauce, tomo los colores del original.

Kain miró a los ojos a su clon y le dijo -sígueme de cerca, seguro que ese idiota de Mu me capta. En ese momento nos separamos y tú buscas a las Uzumaki-

-Entiendo- respondió el clon

Kain metió la mano dentro de su armadura roja, toco un sello y le entrego el kunai con forma de tridente -toma- dijo cargando el kunai con su energía y después tendiéndolo. El clon lo tomo y lo guardo, Kain continuo -una vez que las encuentres, concentra tu energía en el kunai y sácalas del campamento. No es mucho, pero te dejará en el bosque, a unos cinco kilómetros de aquí. Desde ahí tomas a ambas y las llevas a Konoha. Dudo que Onoki y Mu me perdonen tan fácilmente y me dejen ir-

-Entiendo, seguiré el plan- respondió el clon con una expresión seria.

Kain sonrió al ver su propio rostro más frio que el del propio Tobirama -si algún día te dejo para que me cubras las espaldas, no pongas esa cara delante de mamá. Ella puede sentir muy bien y si te toca la cara, se puede asustar-

-Lo sé, no soy idiota-

-Claro, claro- respondió Kain divertido, se quería molestar a sí mismo y lanzarse un par de bromas, pero no era el momento.

Kain le dio la espalda al clon de madera, junto sus manos y realizo un pequeño jutsu de tierra para crear una pasarela y pasar por encima del agua. Después escalo el muro de piedra al mismo tiempo que desplegaba las serpientes. Al momento de subir por el muro, solo se podía ver la niebla hasta los tres metros y después de eso, el cielo azul. Sin embargo, los gritos ahogados de los shinobis siendo estrangulados sonaban como si alguien se atragantará y desmayará. Kain se detuvo un metro antes de llegar al borde de la muralla y murmuro -Aquí nos separamos-

-Sí, lo entiendo- respondió el clon que iba un metro por detrás de él. El clon empezó a caminar hacia la derecha y cuando alcanzo los diez metros de distancia, asintió. Kain asintió con una sonrisa y llego a la cima del muro. Apoyo sus manos en el borde y subió. Entonces vio a Mu. Estaba levitando a tres metros del muro, con una expresión fría en su mirada mientras el resto de su rostro estaba cubierto por vendajes. Por debajo de él solo había niebla, pero Kain con su mangekyo pudo ver un centenar de shinobi listos para el combate. Ellos no lo podían ver, pero de seguro esperaban la señal de Mu para lanzar algún ataque en conjunto.

-Creí que nos habías rechazado, Kain Uchiha- dijo Mu en un tono calmado, mirando a los shinobis que todavía estaban en el piso e inconsciente. Con sus habilidades de sensor podía decir que todos estaban vivos, pero la pregunta era ¿Por qué?

-Sí, veras, tengo un amigo, el mejor amigo del mundo. Es una persona que quiero mucho y la respeto el doble ¿Tienes amigos?- preguntó Kain mirando a Mu, pero él se quedó levitando y en silencio. Sus ojos se veían fríos y en calma, como si estuviera estudiando a Kain. Este último no se hizo problema y continuo -como veras, soy alguien sensible y no puedo quedarme de brazos cruzados cuando alguien quiere lastimar a su familia-

-No tenemos a nadie de tu círculo de conocidos- respondió Mu levantando las manos y apuntándolo con sus palmas. Creo un cubo de luz semitransparente mientras en el centro se creaba un núcleo luminoso.

-Gastaste bastante dinero comprando mi información ¿O te la entregaron cuando hiciste el trato?- preguntó Kain con una sonrisa burlesca. Una gran motivación para estar aquí eran las Uzumaki, pero ver de nuevo el despliegue de este kekkei genkai también lo era. Mientras más lo viera, examinara y sintiera en el aire la frecuencia en la que vibraba el alma de Mu, más cerca estaba de conseguir ese poder.

No obstante, de repente Mu bajo sus manos y miró hacia la izquierda, como si pudiera ver a través de las paredes de la fortaleza. Kain también siguió la misma dirección, que era donde estaba la enfermería y cuarto de reclusión de las Uzumaki. Ellas estaban bien, pero su clon, había sido vaporizado junto con el kunai con forma de tridente.