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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Anime & Comics
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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 510

Mito y Kain entraron al vestidor de las aguas termales. Era un espacio abierto en la parte derecha de la casa. Había varios casilleros apostados a las paredes. Dentro había batas y toallas disponibles, todo preparado con la nueva tecnología de las unidades de apoyo.

—Te va a gustar, el agua debe estar a la temperatura precisa— dijo Kain con una sonrisa confiada

Mito lo siguió, lo miró y sonrió —ya veremos— dijo

—Solo espéralo— dijo Kain y señalo con el dedo índice resaltando la idea.

Ellos se detuvieron frente a los casilleros y se comenzaron a desvestir. Una vez que estuvieron desnudos, caminaron a la puerta corredera y salieron al patio trasero. Había un camino hecho de piedra natural que conectaba la casa con una piscina de aguas termales a veinte metros de distancia. Al lado derecho había un par de duchas y todo tipo de elementos para bañarse. Cada uno tomó una ducha de agua helada y una vez que estuvieron listos, caminaron hacia las aguas termales.

Alrededor de las aguas termales había un muro de árboles de bambú que los separaba del bosque dorado.

En ese momento, el cielo estaba semi nublado y corría viento fresco.

Mito metió la punta de su pie a las aguas termales y sintió su increíble calor. Ella metió el resto de su pie y se introdujo en lo que parecía ser una piscina hecha de piedra natural. En los bordes había una especie de escalón que funcionaba como asiento. Mito se sentó y sintió como el agua caliente la abrazaba. Ella soltó un suspiro y cerró los parpados. Ella escucho como el agua se agito y abrió los parpados. Entonces ella vio a Kain sentándose a dos metros de ella.

Mito frunció el ceño, se movió hacia Kain y se sentó a su lado —así está mejor— dijo

Kain soltó una risita y estiro su brazo por el borde de la piscina. Mito se acercó y apoyo su rostro en el pecho de Kain. Este último apoyo su mejilla en la cabeza de Mito mientras escuchaban el suave susurro del viento y como agitaba el bambú y sus hojas. Sin embargo, en medió de tal descanso, escucharon un par de truenos.

—No, no puede ser— se quejó Mito y miró al cielo, no parecía que fuera a llover pronto, pero las nubes se estaban reuniendo.

—No hay problema, pero vas a tener que hacerme un pequeño favor— respondió Kain

—¿Qué cosa?— preguntó Mito

—Ve a buscar mi brazalete— dijo Kain

—No, no quiero— respondió Mito con el ceño fruncido —me va a dar frio—

—Vamos, recién te metiste al agua— respondió Kain con una sonrisa en los labios, le dio un beso en la mejilla y continuo —vamos, se bonita—

Mito frunció el ceño y se levantó del agua. Ella salió de las aguas termales y camino por el camino de piedra.

Kain se apoyó en el borde de la piscina de agua termal y quedó mirando a Mito, sobre todo mirando sus caderas y nalgas. Ella abrió la puerta de corredera para entrar al vestidor, Kain la miró en todo momento. Ella buscó en el mueble donde Kain dejó sus cosas y después camino de regreso. Esta vez, Kain observo la forma de Mito. El cabello rojo, el rostro, los ojos verdes, el cuello delgado, los hombros sonrosados, los senos grandes, el abdomen apretado, pero no entrenado, las caderas anchas, los muslos llenos.

—¿Te gusta lo que ves?— preguntó Mito con una sonrisa burlona

—Claro que me gusta, el tipo que lo arreglo así debe haber sido un genio— respondió Kain con una sonrisa en los labios

Mito miró hacia otro lado y soltó una risita —tan egocéntrico— dijo, ella llegó al borde de la piscina y se metió rápidamente al agua caliente.

—Toma— dijo Mito y le tendió el brazalete negro

Kain lo recibió y la quedó mirando a los ojos, le dio un beso en la mejilla, la miró a los ojos y después le dio otro beso en la mejilla, pero lo continúo acercándose a la boca. Él apartó su boca y le dijo —gracias—

—Cuando se te ofrezca, pero que no sea muy seguido—

—Ya lo creo— respondió Kain y se puso el brazalete negro en el antebrazo izquierdo. Al instante, la interfaz avanzada apareció en su rango de visión.

Mito quedó mirando a Kain y lo vio llamar a las unidades de apoyo. Él les dio un par de órdenes y los pequeños diamantes no más grandes que el puño de un bebé, volaron a los límites de la piscina y empezaron a construir pilares de madera para crear un techo sobre las aguas termales.

Kain miró a Mito y le dijo —listo, con esto, incluso si llueve con toda la fuerza, no nos afectara— él paso su brazo por detrás de Mito, lo apoyo en el borde de la piscina y la quedó mirando a los ojos.

Mito se acomodó en el pecho de Kain y sonrió conforme. Ella cerró los ojos y juntos disfrutaron de las aguas termales.

Por la tarde, Kain y Mito se sentaron a la mesa del comedor. Tenían largos ventanales con vistas al bosque dorado. Era una visión agradable. Afuera estaba lloviendo y las hojas doradas con forma de estrella cubrían gran parte de la tierra, pero se podían ver manchones de tierra húmeda, casi oscura. Sin embargo, adentro de la casa estaba cálido y agradable. Mito y Kain llevaban puesto un kimono mientras estaban sentados a la mesa bebiendo té verde.

—Me gustaría una chimenea— dijo Mito

—¿Tienes frio?— preguntó Kain

Mito lo miró, Kain tenía los brazos sobre la mesa y sostenía una taza de cerámica en las manos. Ella se enfocó en los bonitos ojos azules —no— dijo —solo, me gusta cómo se siente. Sobre todo, si este lugar va a ser así—

—Bueno, llueve constantemente— dijo Kain —pero tampoco es helado—

—Lo sé, pero una chimenea le da otro aire a una casa—

—Bien, lo veremos—

Mito asintió y le preguntó —¿Tienes una manta?—

Kain miró hacia la puerta de corredera abierta que daba al pasillo. Al instante vino la unidad de apoyo. Kain miró a Mito y le preguntó —¿Qué tipo?—

Mito sonrió y pidió —que sea esponjosa y que sean dos—

Kain asintió, dio la orden y la unidad de apoyo creo las dos mantas, una encima de otra en un estado doblado.

Mito se levantó de la mesa, tomo las mantas y camino cerca del ventanal que daba al patio con vistas hacia el bosque dorado. Ella tendió las dos mantas sobre el tatami y miró a Kain. Ella se mordió el labio inferior como si le quisiera pedir algo.

Kain sonrió, se levantó de la mesa y camino hacia Mito. Él la quedó mirando a los ojos, bonitos ojos verdes enmarcados en un cabello rojo y liso.

—Deja de mirarme así, lujurioso— dijo Mito con una sonrisa astuta, ella lo tomo de la mano y lo guio a las mantas —solo quiero compartir mi espacio contigo. Nadie ha dicho nada más—

—Yo no he dicho nada— respondió Kain con una sonrisa en los labios.

Mito forzó a Kain acostarse de lado sobre la manta y lo cubrió por completo

—Así no puedo ver nada— dijo Kain bajo la manta

—No te muevas— dijo Mito y se metió bajo la manta. Ella se acomodó bajo la oscuridad de la manta y después la doblo hacia afuera para que pudieran ver.

Mito y Kain quedaron acostados de lado mientras miraban por el ventanal hacia el bosque dorado. Afuera estaba lloviendo con fuerza. Kain quedó por detrás de Mito y la abrazó por la cintura.

—Esto es agradable— dijo Mito mientras miraba por el ventanal, ella miró hacia atrás y sonrió —¿No lo crees?—

—Podría ser— respondió Kain con una sonrisa astuta

—¿Cómo que podría ser?— preguntó Mito con una amplia sonrisa

—Podría ser—

Mito abrió la boca como si estuviera entre sorprendida e indignada. Ella se dio la vuelta y quedó mirando a Kain a la cara —¿En serio? ¿Podría ser?— preguntó

—Sí, podría ser— respondió Kain con una sonrisa en los labios. Él acercó su rostro y beso a Mito lentamente en los labios. Él apartó su rostro y la quedó mirando a los ojos. Ella acercó su rostro, le miró al boca y lo beso. Kain quedó acostado boca arriba y Mito se subió sobre su pecho mientras lo besaba. Sin embargo, las cosas no llegaron más allá de eso y se acostaron como antes. Los dos de lado, mirando hacia el ventanal con el bosque dorado de fondo. Kain por detrás abrazando a Mito y esta última apoyando su espalda en el pecho de Kain. Pronto, los dos durmieron mientras escuchaban la lluvia de fondo.

Kain se despertó en la tarde. Había parado de llover. Solo se escuchaba la brisa y el aleteo de las hojas doradas del bosque.

Kain sentía algo cálido entre sus brazos y una suave respiración en su clavícula. Él abrió los parpados y miró hacia adelante. Estaba oscuro, así que solo vio una pequeña silueta que cabía entre sus brazos. Kain se acomodó, tomo la manta y arropo a Mito. Como un efecto reflejo, ella se acurruco contra su pecho y siguió durmiendo.

Kain sonrió y miró hacia el ventanal. El viento llevaba las hojas doradas y las transportaba a la distancia.

Mito se despertó a los pocos minutos después y susurro —Kain— dijo —¿Tienes hambre?—

—Algo, cariño— respondió Kain

—¿Quieres que te prepare algo?—

—Sería bueno, echo de menos tu sazón—

Mito soltó una risita con la boca cerrada, lo abrazó apretado y le beso el cuello, pero solo se acomodó bajo la manta y se quedó ahí, tranquila, como si estuviera disfrutando de estar juntos.

—Suficiente— dijo Mito y se destapo de golpe, ella se levantó, pero al ver que todo estaba oscuro, se quedó tranquila.

—Luces— dijo Kain y las ampolletas empotradas en el techo se encendieron.

—Eso está mejor— dijo Mito, pero entrecerró los ojos porque pensó que la luz era muy fuerte

—Te ayudo— dijo Kain, se iba a levantar, pero Mito se agacho y lo empujo para que él se quedara acostado.

—No, tú esperas aquí— dijo Mito

Kain mostro una pequeña sonrisa y respondió —bueno—

Mito se fue a la cocina y Kain se quedó acostado en la manta esperando. Era una de las pocas cosas que Mito conservaba de su anterior existencia. Por alguna razón, no le gustaba que él cocinara. Era tan insistente que Kain se preguntaba si él cocinaba mal, pero no, solo eran manías de ella.

—Kain— dijo Mito haciendo todo el camino de vuelta. Ella entro al comedor y continuo —no hay nada en la cocina—

Kain soltó una risita y se levantó de la manta. Él camino hacia Mito, la abrazó por la cintura y la condujo a la cocina —¿Cuál va a ser el menú para hoy?— preguntó

Mito lo miró, se ruborizo y miró hacia otro lado —estaba pensando en anguila— dijo

—Oooh ¿Anguila? ¿Qué esperabas lograr con ese tipo de menú?—

Mito se ruborizo más, pero no contesto. Kain la apego a él y le beso la mejilla. Una vez que llegaron a la cocina, Kain llamo a la unidad de apoyo. Lo más conveniente hubiera sido sacar algún menú almacenado, ya sea del salón de té en Konoha o el hotel en ciudad Tengu. Cada uno hubiera sido más que satisfactorio, pero como Mito quería cocinar, solo fueron los ingredientes.

Kain observó a Mito cocinar mientras sacó una botella de vino y sirvió dos copas. Le entrego una Mito y ella la recibió.

Mito miró el vino violáceo en la copa de cristal y lo llevo a sus labios. Ella bebió un sorbo y dijo —está delicioso—

Kain asintió mientras sostenía la copa, le dio un sorbo y vio a Mito dejar la copa sobre el mueble de cocina. Ella continúo cocinando mientras el ventanal traslucía el bosque dorado de fondo. Ella cocinaba, pero Kain podía darse cuenta por el aura como las pequeñas serpientes miraban a la casa desde la distancia. Sus ojos obsidiana vigilaban la construcción, pero no podían avanzar. La puerta torii en la entrada era más que un adorno, era el pilar de la barrera protectora que impedía la entrada a los extraños y criaturas peligrosas. A Kain no le importaba lo que les pasara a dichas serpientes. Incluso si eran parientes lejanos, para él no significaban nada.