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Capítulo 6.

Lidia: 『 *Suspiro*… 』

Reina Mireia: 『 ¿Mmm?... ¿Sucede algo, hija? 』

Lidia: 『 E−Eh, no madre, no es nada. 』

Reina Mireia: 『 ¿Será que… ya tienes hambre? A todo esto, ¿no se están demorando con la comida? 』

Veo que mi madre sigue siendo igual de despistada que siempre. Estaba tan cansada de saludar a tantos invitados y de aguantar sus largas presentaciones, fue tan agotador y estresante. Todos decían lo mismo: su nombre completo (o más bien su pila de nombres y su apellido de postre), sus títulos, reconocimientos, posesiones y un montón de otras cosas que me presumían, con tal de verse más interesantes. ¡Como si estuviese interesada en sus aburridas palabras! Solo quería irme de allí para dejar de ver sus caras y descansar de aquel martirio.

Rey Van Laar: 『 Lidia… Contesta, Lidia. 』

Lidia: 『 ¡¿A−Ah?! … P−Perdón, Padre. No te escuché. 』

Rey Van Laar: 『 Decía "¿qué te parecen?" 』

Lidia: 『 ¿Eh? 』

De forma generalizada, mi padre preguntó por mi opinión acerca de los hombres jóvenes de la velada, aquellos que se me presentaron uno a uno durante toda la noche. Quería saber si había alguno que me interesara, aunque era obvio que no. Por supuesto, no me atreví a decírselo, tartamudeé al intentar darle una respuesta que pudiera convencerlo de que no estaba segura de ello, siendo totalmente mentira. Si hubiese tenido el coraje suficiente para decirle lo que realmente me parecían, seguro habría dicho que todos se me hacían igual de pretenciosos y aburridos. De todas formas, no tuve la oportunidad de hacerlo cuando mi madre intervino diciendo:

Reina Mireia: 『 Ciertamente, Cariño; casi todos parecen ser dignos pretendientes para ella. Pero recuerda que aún tienes ese acuerdo vigente. 』

Rey Van Laar: 『 Estoy consciente de ello, mujer. Únicamente quería saber la opinión de Lidia. 』

¿Opinión? Hasta donde yo sé, nunca me han tomado en cuenta, ni una sola vez. Por más que intentara hablar con mis padres, pareciera que no existía, como si fuese invisible. Jamás me han escuchado, no conocen lo que en realidad pienso sobre este tipo de cosas, sobre lo mucho que detesto la vida aquí, el que tenga que soportar siempre estar presente en eventos con un montón de gente así y que tenga que cumplir sus órdenes para mostrar una falsa sonrisa frente a todos. 

Siempre los he obedecido y nunca me he quejado, y como mínima recompensa hubiera esperado al menos un poco de su consideración, un poco de su tiempo en el que de verdad conviviéramos, donde charláramos de cosas más triviales, más relajados, que al menos me preguntaran "¿qué tal tu día?", "¿cómo te sientes?", o, "¿qué te gustaría hacer el día de hoy?". 

Ahora resulta que mi padre, un hombre tan apático, tan serio y tan inexpresivo, el mismísimo e intimidante rey de Haiza, quiere saber lo que pienso. En verdad que fue una muy cruel y deshonesta broma. Aun si le dijera lo que opino, lo que en verdad siento, estoy segura que no lo tomaría en cuenta. Todo seguiría igual que siempre.

Jefe de camareros: 『 ¡Ejem! … Queridos invitados. Lamentamos mucho haberlos hecho esperar. Daremos inicio con la tan ansiada cena en conmemoración a la princesa Lidia. Espero que estén pasando una excelente noche, y, sin más preámbulo… ¡Que pasen los camareros! 』

Pensar en ello me había quitado el apetito y ver entrar a los camareros en fila al gran comedor lo hizo a un más, no tenía muchos ánimos para comer, pensé que ni siquiera podría llegar a la guarnición. En cuanto vi llegar mi plato, mi mente aún seguía en otro lado, hasta que…

Camarero: 『 Aquí tiene. Espero que lo disfrute, "Princesa" 』

Lidia: 『 ¿Mmm?… ¿Eh−¡¡EEEEEEH!!? 』

Reconocería esa voz en cualquier lado. Si algo podía hacerme sentir peor durante esa agobiante noche, era verlo a él en ese momento.

Shun: 『 Es crema de maíz, su favorita. 』

Reina Mireia: 『 ¡Oooh! ¡Huele muy bien! 』

Lidia: 『 *Murmuro* ¡¿Q−Qué estás haciendo aquí?! 』

Shun: 『 ¿A qué se refiere, princesa? Solo soy un simple mesero sirviéndole a usted. 』

Lidia: 『 ¡Deja de bromear y−! 』

Rey Van Laar: 『 ¿Sucede algo, Lidia? 』

Lidia: 『 A−Ah, no es nada padre. Ja, ja, ja. 』

¡Dios! ¡Cómo me saca de quicio! Por su culpa casi pierdo la compostura en frente de mi padre y de los invitados, hasta tuve que fingir con una risa nerviosa para aparentar que nada pasaba. ¡Pero no podía creer que mi padre lo haya pasado por alto!, inclusive él sabía lo atrabancado que puede ser Shun. 

No entendía en qué diantres estaba pensando. Desde luego que él no trabaja en la cocina y podía apostar que nunca había cortado una verdura en su vida. ¡¿Y cómo fue que consiguió la designación de nuestra mesa?! ¡De ningún modo dejarían que él fuese el camarero personal de la familia real! ¡¿A quién se le ocurrió la idea de dejarlo?!

Shun: 『 Bueno, si me disculpan… 』

Lidia: 『 ¡O−Oye! 』

Era seguro que planeaba algo malo, pues lo único que consigue es atraer a los problemas. Además, ¿qué fue todo eso de "Princesa"?, le he dicho mil veces que detesto ese mote. Por su culpa terminé perdiendo por completo el apetito, y por si faltaba algo, se notó que estuvo jugando al enredar mis cubiertos con un ridículo nudo en forma de flor con mi servilleta (en serio, ¿cómo es que hace estas cosas?)

Lidia: 『 ¡Mmmmgh! ¿Qué se supone que es esto?... ¿Mmm? 』

En cuanto lo deshice, vi que la servilleta blanca tenía algo escrito en ella con la característica letra de Shun. Esperaba algo más con lo que siguiera burlándose de mí. En vez de eso, encontré un breve mensaje que decía: 『 "Te espero en el balcón derecho." 』…

Lidia: 『 ¿Qué estará planeando? 』