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Solo un heroe

detrás de las murallas se encontraba algo mas solo el ganado, los hombres luchan por su libertad y sus familias. max un chico común, con un pasado trágico y lleno de miedo. demuestra su valor al cambiar sus sueño de vida simple a defender con su vida a las demás personas dentro de la mas murallas, el no piensa retroceder a su palabra. le pondrá fin a esta guerra y golpeara la maldad, mirara y correrá al peligro, porque nadie mas tendrá mas miedo. es su nueva meta. lo que no sabia que era un reencarnado. fanfic de shingeki no kyojin.

Zenagames_G · Anime & Comics
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9 Chs

capitulo 1

Caída de Shiganshina

Era un grandioso día, el clima despejado dejando ver el cielo celeste tan profundo y lejos de nuestra imaginación, el sonido de los pájaros le daba un toque especial al ambiente al distrito de Shiganshina.

Los hombres coqueteaban con algunas damas, parejas caminaban mientras paseaban felices por el lugar, niños jugaban y gritaban de alegría, padres comparaban lo necesario para su almuerzo o cena y otros tenían su propio negocio a flote.

Ese era el caso de Max, un joven de 10 años de edad estaba entregando y haciendo pan para los pueblerinos, el local se encontraba en hora punta y muchas personas estaban esperando su pan, algunos se sentaban en unas mesas mientras esperaban su pan conversaban con amigos.

Habiendo mucha multitud, Max estaba haciendo dando lo mejor para apresurar las cosas, pero era feliz haciendo lo que le gustaba, por lo que su sonrisa era muy contagiosa para los niños y para las damas era atractivo y encantadora.

Su fiel amigo Rick, un agila calva, como el la nombro a su especie, estaba ausente por el momento, volando los cielos libremente, no se encontraba en lugar donde era habitual, donde presumía sus alas y su gran apariencia.

—¡en momento sale, señor Omar! — grito Max a la distancia a un cliente.

—¡no te preocupes, chico, puedes tomarte tu tiempo! — contesto el cliente llamado Omar, quien parecía estar con buena compañía de una dama, la cual parecía estar cayendo a los encantos y palabrería del Hombre.

—oye Armin, ¿puedes entregar estos a los demás clientes? — Max le dijo a su nuevo empleado, un amigo de su edad.

—está bien Max, ya terminé con la masa de los panes — Armin Arlet contesto, tomando las bolsas que estaban en la mesa de la cocina

Armin es amigo de Max, era el único chico quien más le agradaba por su personalidad calmada e inteligente.

la razón por la que Max contrato al chico, fue por petición de el mismo, justificándole que necesitaba dinero para comprarse un libro que le gustó mucho, Max acepto gustosamente por su amistad con el chico. su objetivo ya había sido cumplido hace más de una semana, pero le gustaba su nuevo puesto en la panadería.

Los primeros días, Max tuvo que darle una capacitación a su amigo Armin, porque, aunque se listo, no era muy consciente de lo dificultoso del trabajo casero, pero como una esponja el chico absorbió los conocimientos que Max le impartía.

El horario fue flexible, ya que el chico podía decidir si trabaja hoy o mañana, claramente tenía que avisar con anticipación, pero por lo general el horario de la mañana era más donde trabajaba.

Trabajando juntos como compañeros, Max tuvo un poco de acercamiento con Armin, ayudan dando a mejorar su amistad, no eran mejores amigos, pero ambos se apreciaban uno al otro.

—disculpen la tardanza, ya están sus pedidos — dijo en un tono de disculpa Armin, entregando los panes a sus respectivos dueños.

—qué joven tan educado, aprende de el — Dijo una madre alagando a Armin, a la vez golpeando a su hijo en la cabeza.

Armin no dijo nada, solo se encogió de hombros cuando la mirada del niño molesto poso sobre él, inmediatamente entro nuevamente a la cocina.

—Hoy hay bastante gente Max, ¿sabes si hay algún motivo? —pregunto Armin a Max, quien se encontraba depositando el pan a los hornos.

—no que yo sepa, seguramente es por el ambiente, no lo has notado, está bastante tranquilo — dijo Max, mientras que también le pareció un poco raro que todo sea tan pacifico, eso si no contaban que Vivian como ganado.

—eso es bueno, no he visto a la gente tan feliz — expreso Armin contento de ver a la gente tan feliz.

—ya van hacer las 11, ve pasando las sillas y meses — dijo Max, mirando la hora en el reloj del negocio.

—enseguida — dijo Armin retirándose, pero freno cuando un ave entro a la cocina y se paró en la mesa —hola Rick — saludo para retirarse a hacer lo que debía.

—entonces amigo, te la pasaste bien — pregunto Max, mientras acariciaba el cuello a su ave.

El animal parecía entender un poco a su amo, por lo que parecía que asintió en afirmación.

—llegaste tarde al trabajo, no esperes un pescado para la cena—dijo Max, provocando que el ave empiece a picotearlo al entender de que recibiría pescado, el cual era su alimento favorito.

—ya, ya, recibirás el pescado, pero será mejor que mañana te presentes temprano —

El ave asintió a la palabra de su compañero y entonces, retiro a los aires, por nada que hacer.

—no entiendo, ¿cómo es que te entiende? — pregunto Armin muy curioso, por lo inusual de la escena, ya había terminado con su deber.

—creo que es solo costumbre, como si educaras a un niño lo que está bien o mal y luego si hace lo correcto le premias, con un dulce, aunque es un ave, por lo que sería pescado o piel de pollo, en fin..., luego se vuelve rutina — explico Max, se quitaba su mantel de cocina y lo colocaba en un gancho.

—ya veo..., es impresionante — alago con admiración Armin a su amigo, quitándose también el mantel que tenía puesto— Max, quieres ir a ver al cuerpo de reclutas, ya casi es la hora en la que tienen que regresar

—por qué no, vamos, ayúdame a cerrar — dijo Max y Armin asintió.

Siempre es deprimente la llegada del cuerpo de explicación, Max, los había visto siempre, como era su futura profesión quería saber los riesgos, lo cuales fueron aterradores, de cientos solo regresaban un para a docena en un día de suerte, algunos tenían partes desmembradas y pocos con lesiones menores, lo más triste era ver a todos llegar con un rostro sin esperanzas y terror.

Aun así, Max, estaba orgulloso del cuerpo de exploración, ya que, aunque sus intentos eran inútiles, ellos no se acobardan al enfrentar esas bestias, los enfrentaban con miedo en sus ojos, pero lo hacían.

Algo que Max no y lamento.

Cerrando su tienda junto con su amigo, fueron caminando por las calles hasta la principal.

El día era hermoso y Max lo apreciaba, observo a varias personas pasear o dirigirse hacia donde ellos iban.

Las campanas aceleraron el paso de Max y Armin, llegando justo a tiempo para ver la llegada del cuerpo de exploración, Armin se tuvo que subir a unas cajas, pero Max siendo mucho más alto, solo busco un lado donde tuviera la visibilizada.

Como era de esperarse para Max, el ambiente tan hermoso, fue opacado por lo que todos estaba presenciando.

Rostros de miedo, decepción, pena y sin esperanzas del cuerpo de exploración. Predicho anteriormente, solo algunos llegaron completos, había carruajes llevando heridos y cadáveres.

Max miro al comandante Erwin Smith, hombre de estatura alta y de contextura semi-delgada. Era rubio y normalmente mantiene su flequillo adecuadamente peinado a un costado de su cara. Tenía como vestimenta el uniforme correspondiente de militar y la capa verde del Cuerpo de Exploración que normalmente utilizan en las expediciones, machadas de sangre.

Su cara demostraba decepción de sí mismo, como era esperarse de alguien que fallo en su misión.

Era algo de realidad, que Max debería experimentar y él lo sabía.

—parece que se comieron a muchos—

—vuelven muy pocos—

—eso es lo que le pasas por salir fuera de los muros —

Escuchando los susurros de las personas, Max se enojó un poco, pero comprendió un poco a los aldeanos, tenían la mente de que si salías afuera de los muros era muerte segura. Pero aun así era frustrante no apreciar si quiera su valor.

Entonces una anciana a lado suyo, camino hacia cuerpo de exploración.

—Moise —

—Moise—

Hablo la anciana mientras frenaba el paso a los caídos.

"esto es una pena" pensó Max al saber lo que pasara.

—mi hijo moisés, no puedo encontrarlo— hablo la anciana acercándose a un soldado —¿no puedo encontrarlo?

—¿Dónde está mi hijo? — pregunto la señora, desesperada por una respuesta.

Los soldados se quedaron callados, mientras que el soldado que era agarrado por la señora, la miro con seriedad, se giró para hablar con otro compañero.

—es la madre de Moise..., traerlo —dijo el sujeto.

La anciana al escuchar las palabras frías, retrocedió un paso y pensó lo peor.

Soldados le alcanzaron un pedazo de tela mancada de sangre, parecía tener algo dentro. Max supo lo que era y miro para otro lado con lastima.

La señora no pudo pronunciar palabra por unos segundos, su rostro mostraba total confusión y negación. Solo levanto la mirada hacia el hombre que le entrego lo que tiene en brazos, se quedó mirándolo un tiempo con la boca abierta intentando hablar.

De un momento a otro, rápido quito algunos de los trapos envueltos y lo que vio al final, la hizo callar en un silencio.

Algunos alzaron la vista, para ver que era, solo para ver un brazo con unos días de estar arrancado.

Inmediatamente la señora lo tapo de nuevo y ahogo varios gritos. Parada empezó a llorar sosteniendo lo que le quedaba de su hijo.

—es lo único que hemos podido recuperar de el — dijo el soldado quien le había entregado el brazo, sus ojos parecían vacíos y fríos, la voz en auto.

Abrazando como si tuviera su hijo en brazos, la señora callo al suelo en lágrimas, arrodillada solo apretaba más el brazo. Bajo la cabeza y empezó a llorar más fuerte.

Todos los alrededores miraban tristes la escena, los niños que miraban estos quedaron en totalmente paralizados y con los ojos abiertos.

Max por su parte, quiso ir donde estaba la señora y ayudarla, no sabía cómo, pero quería hacerlo. Miro al capitán Erwin y parecía estar destrozado y no volteo a ver la escena.

Los soldados bajaron la cabeza y miraron tierra.

El soldado cercano a la señora, se agacho para intentar consolarla.

—pero... mi hijo —la señora intento hablar y ocultar su llanto, pero aun así alzo la voz —resulto útil verdad

Esas palabras dejaron a todos aturdidos, en especial quien estaba al frente de la mujer. Miro a la mujer con ojos perdidos.

—puede que mi hijo no fuera un héroe —la mujer levanto la mirada con locura hacia el solado — ¡pero al menos su muerte ha servido para ayudar al contraataque de la humanidad, ¿verdad?!—

Esas palabras cayeron en todos los oídos presentes, el silencio rondo y solo el sonido de la corriente del aire pasar se holló por todo el lugar.

Max miro seriamente la situación, a su lado también estaba Armin mirando todo en total silencio, parecía que nadie estuviera aquí y solo el soldado y la mujer fueron los únicos.

—por supuesto —dijo el soldado, aunque la gente no le creyó, hasta el mismo no se creía su mentira.

—no...—

Todos los soldados cerraron los ojos para no ver la futura decepción.

—en esta misión... ¡no, en ninguna de las misiones! —con dolor el solado revelo la verdad, parecía a punto de llorar.

—¡¡no hemos obtenido, ningún resultado!!— grito a todo pulmón el soldado, mientras lagrimas caían de sus ojos.

Todos quedaron impresionados, Max por supuesto también fue afectado, el no creía que fueran tan grave la situación, más de lo que él pensaba.

—¡¡soy un incompetente..., mis hombres han muerto!!—

—¡¡ni siquiera hemos aprendido nada!!—

—¡¡que nos resulte útil sobre los titanes!!—

—eso puede que sea cierto —

Harto de todo Max entro al centro de toda la acción, él no podría solo quedarse callado.

La vista de todos pasó sobre el chico, los soldados también levantaron la mirada para ver al joven adelante suyo, solo para ver a un niño de 14 o menos, cabellera negra y piel extrañamente pálida.

Los pueblerinos que conocían al chico, sorprendieron de verlo presente y meterse en la lamentable situación.

Eren y Mikasa que estaba presente en todo momento, miraron sorprendidos a Max.

—su fracaso, el hecho de que no hicieron completamente nada contra los titanes, es decepcionante si... — comento con la verdad Max.

Para más sorpresa, Max golpeo su puño al corazón, el auténtico saludo de la humanidad. Algo que Max sabía mucho.

—¡¡pero no se avergüencen, ustedes luchan por la humanidad y eso es lo que importa, fallarán mil veces, pero se levantarán!!—

—¡¡el solo salir a fuera de las murallas, demuestra su valor, el valor que ponen a la humanidad!!—

—¡¡para ustedes lo más impórtate que sus vidas, es la humanidad!!—

—¡¡por esos les agradezco, gracias por sacrificar hasta su alma por nosotros!!—

—¡¡¡gracias!!!— lo último Max grito con todo lo que pudo.

Todos escucharon impactados las palabras del niño, agradeciendo a los solados, aunque no lograron o triunfaron en ninguna misión, pero los aldeanos entendieron el mensaje, mientras que ellos Vivian cómodos atrás de estas murallas, estos soldados fabricaban sus vidas por ellos.

Algunos se avergonzaron por sus comentarios desagradables.

Levantaron sus vistas, empezaron aplaudir, algunos hasta se arrodillaban.

—¡¡¡gracias por pelear por nosotros!!!— todos gritaron, los niños, mujeres, hombres, ancianos.

Desde los cielos, un ave de apariencia libre bajo y en sus patas fueron lazadas pétalos blancos al suelo y lo extendió hasta el final de la calle, dejando ver una lluvia de pétalos blancos, el color que representaba la libertad.

Los soldados, quedaron impactados, fueron recibidos como héroes, aunque fallaron, algunos lloraron y una sonrisa de felicidad paso por sus labios, algunos gritaron mientras se caían de rodillas, pero todos sintieron su corazón latir con fuego.

Le rogaron a dios que sus compañeros caídos puedan ver esto, que sus muertes no serían olvidadas.

Max quien se calmó, miro a la señora a su a lado que parecía no entender lo que sucedía, él se arrodillo y la miro de frente.

—su hijo lucho por nosotros, desde el fondo de mi corazón, le agradezco señora, ahora levante a su hijo en sus manos y que obtenga lo que merece — dijo Max, ayudando a la señora a levantarse, que parecía feliz y lloraba al ver cómo la gente agradecía el sacrificio de su hijo.

Levanto el brazo de su hijo al cielo y lo miro, aunque tal vez fuera su imaginación miro a su hijo mirándola con una sonrisa. Ella sonrió al verlo, sorpresivamente, un agila tomo con mucho cuidado el brazo de su hijo, ella no quería soltarlo, pero entonces miro que su hijo asentía.

"quería volar hacia la libertad"

Soltando el brazo de hijo, lo dejo libre y el agila se llevó a lo más alto entre los nueves, desapareciendo a la vista, algo poético en simples palabras de Max.

Aun todos agradecían y los solados con gran moral, caminaban hacia su base, sus cabezas no miraban la tierra, si no al cielo.

Erwin que estaba mirando todo, recordó a sus compañeros caídos frente a sus ojos, el discurso del niño, los aplausos de las personas que habían fallado, por muchos años, Erwin derramo una lagrima, aunque traicionera era una del corazón.

"ojalá estuvieras aquí Levi, me hubiera gustado verte en la misma posición que la mía" comento Erwin a sus adentros.

Eren también rugió y agradeció a al cuerpo de exploración, grito como su alma dependiera de ella.

Armin también lo hizo, pensó que el sueño de su amigo, talvez no era tan malo.

Mikasa solo miro como su amigo de la infancia había cambiado el aire triste por uno lleno de ovación y de fuego. Algo había cambiado en él, ella lo sabía.

Soldados con moral hasta en los cielos, caminaron orgullosos hasta el cuartel.

Si los cielos sonrieran, ahora mismo estuviera haciéndolo, los miles de soldados muertos estuvieran llorando por tal despedida que le hicieron a su sacrificio, celebraban a dar si quiera esperanza.

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Ayudando a la señora, Max la acompaño a casa, no sabía dónde estaba Armin después del alboroto que había provocado, pero eso era lo de menos, después de despedirse de la señora, se fue a la casa de Jaeger, para hablar de algo con su maestro.

No se tardó mucho, gracias a que la señora vivía muy cerca de los Jaeger, estando cerca noto que Mikasa y Eren con leña en su espalda estaban recién entrando casa, no queriendo que le cierren la puerta, Max grito a la señora Carla que estaba mirándolo.

—justo a tiempo, Max, la cena está casi lista — dijo Carla sonriendo.

—gracias, me muero de hambre — dijo Max, entrando junto con Carla a la casa.

Al entrar, Max observo que el señor Jaeger, su maestro, estaba sentado otra vez junto a su diario personal, la señora Carla se acercó a eren por alguna razón y Mikasa parecía estar lavando los trastes.

Max se acercó al señor Jaeger, este lo vio y lo saludo.

—Max, puedes acabañarme un rato — pregunto Grisha mientras caminaba a un cuarto, para hablar de un tema.

Max accedió y se retiraron un rato aun ligar privado.

—¿Qué es lo que quería decirme, maestro? — pregunto Max, viendo que el señor Jaeger se acercaba su escritorio y sacaba un libro de bajo de él.

—quiero entregarte esto — Grisha le alcanzo el libro a su estudiante, quien lo tomo y observo la portada.

—¿no tiene título, de que se trata? — dijo Max examinando el libro de atrás y adelante, pero no pudo identificarlo.

—es un viejo diario mío, encontraras algunas teorías sobres el cerebro y la medula espinal, apuntes que yo deje y una que otra investigación mía — Grisha dijo, mientras veía que su estudiante empezaba a leerlo.

—interesante..., gracias señor Jaeger es un honor —Dijo Max con gratitud a su Maestro, aunque se sintió un poco mal por eren, ya que era su hijo y todo eso, pero de igual forma fue un buen regalo.

—si puedo hacer la pregunta... — Max dijo, Grisha asiente a que continúe — ¿Por qué me está regalando su diario?

—sabes Max que te quiero como a un hijo, por eso te lo estoy dando, Eren mi hijo, lo quiero mucho, pero él no está muy interesado en este tema, no sabría qué hacer con esta información, pero tu si — explico Grisha poniendo su palma en el hombro de su estudiante — espero grandes cosas de ti, Max

—gracias Maestro — dijo Max, quien ahora estaba más contento que nada.

Pero antes de hacer otra cosa, ambos fueron llamados por Carla, diciendo que era hora de comer, salieron al comedor antes que la furia de Carla se descontrolara.

—El almuerzo está servido, siéntense — ordeno Carla.

El almuerzo fue callado, uno que otro comentario, pero fue agradable. Max hoy no podía ir con el señor Jaeger a las murallas interiores, porque tenía mucho que limpiar en la panadería.

El señor Grisha alistaba su maleta un comentario salió de la boca de Mikasa, algo que hizo que Max mirara con atención lo que iba a suceder y Eren temblara.

—eren... quiere unirse al cuerpo de expedición —Mikasa soltó la bomba a los padres del joven.

Eren se quedó mirando a Mikasa como si la hubiera traicionado, luego golpeo un poco la mesa y dijo.

—Mikasa traidora —

—¡eren! — enfadad y preocupada, Carla se acercó a su hijo con velocidad y lo tomo de los hombros.

—en que estás pensando, por casualidad tienes idea de cuanta gente muere fuera de estos muros— dijo alterada Carla.

—¡sí que lo sé! — contesto eren.

—no lo creo— dijo Carla.

—pero Max también quiere unirse al cuerpo de exploración, porque no le gritas nada — pregunto eren enfadado.

—no soy su madre para obligarle lo que no puede hacer, aunque lo quiera como si fuera tu hermano, él puede tomar sus decisiones, tu no—dijo Carla, miro seriamente a su hijo.

—p-per—eren fue interrumpido por su padre.

—eren— con vos gruesa y autoritaria Grisha miro a su hijo.

—¿dime porque quiere ir al exterior? — preguntó Grisha.

Max solo estaba mirando interesado lo que sucedía, también esperaba una respuesta de Eren.

—porque quiero ver y quiero comprender el mundo exterior— dijo eren, quien miro a su padre y continuo— no quiero morir dentro de estos muros sin saber lo que hay ahí fuera... además, si nadie continua su trabajo a quienes que dieron su vida habrán muerto envano

"que buena respuesta" pensó Max.

—mph, entiendo...— dijo Grisha mientras se levantaba y recogía sus cosas — mi coche está aquí tengo que irme

—espera querido, ayúdame a conversen a eren— Carla pidió a su esposo que ya estaba en la puerta.

—Carla querida, no existe nada en el mundo que pueda contener la curiosidad humana — dijo Grisha, luego miro a su hijo de nuevo — Eren, cuando vuelva te mostrare lo que tengo escondido en el sótano

Grisha mostro una llave con una soga que tenía colgado.

—lo dices enserio — dijo eren feliz de poder saber que lo que había ahí.

Luego Grisha se retiró, pero antes, le dio un beso a su esposa y se fue.

Eren, Mikasa, Grisha y Max salieron a ver como el señor Jaeger se iba.

—¡buen viaje papá! — grito Eren, despidiéndose a la distancia de su padre.

Cuando se perdió a la vista, Carla se giró hacia eren.

—no lo consentiré — decidida Carla negó a su hijo a entrar al cuerpo de exploración —no te unirás a esos estúpidos

—¡estúpidos, para mí lo que se conforma en vivir como ganados sin importándole lo más mínimo sí que son estúpidos! —enojado eren corrió lejos de casa.

Su madre intento alcanzarlo, pero ya se había ido.

—Mikasa, ese muchacho es un insensato, cuando hallas problemas tendréis que ayudarlo a uno al otro — dijo Carla hablando a Mikasa, esta asintió y fue a perseguir a eren.

Max se quedó con la Carla viendo la dirección de Mikasa.

—aunque eren es un insensato, Carla, es buen chico —dijo Max, mientras le daba su apoyo.

—si sigue con esa estúpida idea, puedes prometerme, que lo protegerás, Max— Pregunto la señora Jaeger.

—te lo prometo —

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Limpiando el negocio, Max prometió que no iba a darle paga extra, porque había dejado un chiquero. Tuvo que barrer, botar la basura y ordenar.

Se preguntó dónde estaría su compañero, hoy le daría un pescado extra por cómo se lució.

Al por fin terminar con todos sus quehaceres, Max quiso tomarse un merecido descanso y fue su lugar especial, donde había conocido a Mikasa.

El lugar estaba poblado con varios animales, incestos y en un pequeño rio se encontraba algunos peces, como era costumbre, Max inspecciono el lugar, encontrándose con algunos insectos que él había nombrado. Se tomó un rato con nuevo libro que tenía a su disposición, el diario de su maestro.

Lo leyó impresionado de como su maestro hablaba de una forma rara el líquido cefalorraquídeo, como si quiera extraerlo he inyectarlos en personas, pero no decía mucho de aquello, también había investigaciones sobre un tipo de sustancia sólida, muy fuerte que tenía forma cristalina.

Fascinado por aquello, Max siguió leyendo el diario.

Pero cansándose de tanta información y teorías locas, guardo el libro en su bolsillo y disfruto el paisaje.

Max supo que hoy fue un grandioso día, no solo el ambiente era hermoso, estaba también; la panadería, el regalo del señor Jaeger, la felicitación a los soldados y tener un momento de tranquilidad.

Un enorme relámpago se escuchó en todo el distrito de Shiganshina, junto a un enorme tembló que levanto a las personas, aunque parecía que el pánico seria lo siguiente, se escuchó un sonido a fuera de las murallas.

Max parecía estar en silencio, pero impactado por todo lo que ocurrió en solo un segundo, todo era silencio y después un estruendo, algo no andaba bien, el chico se preparaba para lo peor.

Al escuchar el sonido fuera de las murallas, Max se asustó, muchas teorías locas pasaron por su cabeza, la más probable era que los titanes habían ingresado, pero el chico no espero lo siguiente.

Un humo estaba en la entrada principal de los muros, después una mano enorme, sin piel, Mostrando los músculos y algunos huesos que lo conformaban alcanzo la cima de los muros, lo cual aterro a Max, porque si había estudiado bien, los muros median casi 50 metros de altura.

Y lo que sea esa cosa, seria enorme.

Los ojos de Max se abrieron enormemente, al ver una cabeza igualmente con la falta de piel, asomándose por el muro, votaba vapor a montones, sus dientes parecían sonreír y no tenía labios para ocultarlos.

Max vio que el titán estaba a punto de hacer algo, segundos después, el muro principal fue roto, dejando volar varios enormes escombros, matando personas y aplastándolas.

Pero eso no importo a Max, miro como el enorme titán desapareció enseguida, dejando libre un agujero enorme donde ingresarían los titanes.

Max escucho gritos de ayuda, de terror a lo lejos.

—señora Carla— sin miedo, por fin Max corrió hasta la casa de Jaeger, él no se atrevería a volver a cometer el mismo error— no esta vez

La distancia era larga, pero Max no le importo, su resistencia no le permitió para, tampoco su convicción, solo tenía un objetivo y era ahora proteger a la que lo trato como un hijo, Carla Jaeger.

También pensó en Mikasa, pero pensó que estaría junto a Eren con su madre, eso es lo que quería pensar.

Una vez llego, vio como Hannes tenía a Eren y Mikasa.

—¡¡mama!!— gritaba Eren en lágrimas, observando como su madre era recogida.

Max también lo vio, pero al ver a la cara del titán, el miedo se apodero de él, su cuerpo dejo de responderle, aunque intento correr ayudar, no pudo.

—no por favor— Max comenzó a impacientarse, lloro el que esto le ocurriese otra vez.

Max se preguntó dónde estaba ese valor, esa promesa que se hizo a si mismo hace muchos años, se preguntó porque tenía miedo.

Max miro como La señora que lo alimentaba siempre con una sonrisa, estaba tapándose la boca, mientras lagrimas caían de sus ojos, vio como el titán la había visto y estaba a punto de agarrarla.

Observo su cara que decía.

"ayúdame Max"

Sus piernas comenzaron a correr por si solas, su miedo parecía desvenarse en solo su parte inferior. Su cuerpo aún estaba con el miedo.

El tiempo se ralentizaba para Max, quien en sus ojos aun temía.

Entonces sintió que alguien le tocaba su hombro, Max giro sus ojos para ver quién era, se impactó de quien era, sus lágrimas caían por ver a su madre. Luego sintió el otro hombro también ser sujetado, sus ojos fueron al siguiente y vio a su padre con una sonrisa, sus padres estaban sonriendo al igual que el al verlos.

—no te rindas, cariño— dijo la voz amorosa de su madre callo en el odio de Max, como si fuera darle las buenas noches.

—no mires atrás, despierta tu valor, hijo — el padre de Max hizo lo mismo que su madre, haciendo que el pecho de Max prendiera fuego.

Ambos le empujaron hacia adelante.

—no tengas miedo, Max —

Fue lo último que escuchó Max, su cuerpo volvió a moverse con libertad y sus ojos tenían fuego en ellos.

Cruzándose con Hannes, tomo rápidamente uno de sus hojas y corrió sin miedo hacia adelante.

—¡¡aquí voy!! — grito mientras corría con todo lo que pudo hacia la señora.

—¡Max! —dijo Hannes dijo frenándose para ver qué pasaba con el chico que había entrenado.

—Max— Mikasa miro con horror como su amigo de la infancia corría a una muerte segura —¡¡Max detente!!

Nada detuvo a Max, dio el salto más grande de su vida y corto el brazo del titán que sostenía a Carla. Sin importarle su seguridad, Max lanzo la hoja hacia uno de los ojos del titán, quien quedo ciego del ojo que fue afectado por el arma.

—¡¡por acá Titán de mierda!! — Grito Max, llamando la atención del titán y llevándolo hacia otro lugar —¡¡Hannes, lleva a Carla!!

Hannes aturdido por lo que acaba de ver, volvió en si cuando escucho el grito de Max, viendo que el titán lo perseguía, seguramente a su muerte, Hannes no perdió el tiempo, soltó a Eren y Mikasa esta última con expresión preocupada.

Hannes cumpliría al menos la última voluntad de Max y sostuvo a Carla entre sus brazos, corrió de vuelta hacia donde estaban los botes.

—¡espera, falta Max, no podemos dejarlo! — grito Mikasa intentado ir con su amigo en peligro, pero fue detenida por el brazo de Hannes que utilizo toda su fuerza en jalarla, Eren sabía que Max posiblemente ya estaría muerto.

Le agradeció que salvara su madre, pero ahora el necesitaba salvar a su familia, tomo brazo de Mikasa y también jalo.

—¡¡suéltenme!! — con lágrimas Mikasa solo fue arrastrada.

___________________________

Max corría lo más lejos posible, pero el titán se acercaba, su cuerpo también estaba cansándose, sus pulmones ya no daban para más. Tal vez fue una bendición o suerte, encontró unas hojas en perfectas condiciones dentro de su estuche, a lo más lejos.

Tomando las hojas, Max se giró para enfrentar a la vestía, ya que escapar era imposible.

Max observo como el titán se estaba acercando, intento crear una estrategia, pero no tenía equipo de maniobras para colgarse y atacar el punto débil de los titanes.

"mierda" Max vio que esa cosa le faltaba poco para llegar contra él. Entonces vio un balcón lo suficientemente alto para llegar a la nuca, rápidamente lo escalo y justo a tiempo porque el titán había llegado, mirando a Max con esa sonrisa sin vida, se acercó a él con un bocado.

Max observo su oportunidad y salto a la cabellera del titán, dio un salto rápido antes que el brazo del Titán lo atrapara.

Viendo que iba a caer directamente en la nuca del titán, Max dio vueltas como un trompo, con fuerza corto la nuca del titán, sonrió feliz al ver como el titán caía vaporizándose al suelo.

Lo único malo de todo esto para Max, fue que estaba en una altura de casi 12 metros, he iba ser doloroso y muy arriesgado.

El sonido de su hueso crujido, hizo que Max gritara ahogadamente, al parecer una de sus piernas resulto herida, Max sintió que el hueso del peroné se había roto. Se levantó para verlo y suerte de él que no traspaso la piel.

Mordiendo un pañuelo, Max regreso el hueso a su lugar y de paso hacia un torniquete para tener le pie bien. Fueron minutos largos para Max, que gritaba por el dolor.

Estable, Max se levantó junto a un bastón de madera improvisado.

Siendo sigiloso, busco a los barcos de ayuda, suerte suya que los titanes no parecía estar cerca, pero cuando llego al rio, observo que ya no había ninguno.

Por lo que tuvo que tomar la ruto donde iban a pie, una vez llego, miro que estaba cerrada por rejas, se acercó para ver si alguien le abría.

—alguien puede ayudarme, estoy herido — Max dijo, al ver que había soldados custodiando el lugar.

—disculpa, pero ya está cerrada — dijo uno, pero el otro parecía mirar fijamente a Max.

—idiota ábrele, es el niño de esa vez — dijo el otro golpeando la cabeza a su compañero.

Suerte mente Max era conocido por los soldados por su discurso, una vez adentro, fue llevado a un hospital en emergencia por su pierna y algunas heridas no tan graves.

Max estaba cansado, por todo lo ocurrido y por fin cerro los ojos para descansar.