Capítulo tres "Neverland"

Narra Sophie:

Tomé una de mis mochilas ya que tenía decidido lo que iba a hacer, quizás no sea lo mejor pero por probar no perdía nada, siempre podía pedirle a Pan que me trajera de vuelta, ¿No?

En fin, guardé unos cuantos conjuntos y cosas que iba a necesitar al igual que mi libro de Peter Pan, la cerré dejándola a un lado de la ventana pues aún era temprano y me cambié con ropa cómoda para poder explorar la isla mientras estuviera allá, finalmente me acosté pero no podía conciliar el sueño, miré la hora en  mi celular aún faltaba para las doce unos diez minutos por lo que me levanté y me quedé sentada en el filo de la ventana.

Tomé mi celular luego de un determinado tiempo, era hora, suspiré mirando la luna y las estrellas había dos que estaban muy juntas, la de la izquierda era pequeña pero la de la derecha era más grande y majestuosa, brillaba con todo su esplendor. 

-¡Creo en la magia!-murmuré, entonces una refaja de viento entró por mi ventana, me alejé unos pasos hasta que lo vi parado frente a mí, estiró una mano observándome fijamente.

-¿Aceptas?-preguntó, tomé la mochila y me la coloqué para luego agarrar su mano.  

-Acepto-dije nerviosa, sonrió y tiró de mi hasta que estuvimos muy juntos tomándome de la cintura. 

-Sujetate fuerte-avisó por lo que me sostuve de su cuello, comenzó a elevarse hasta que salimos de mi cuarto. 

-¡Hacia la segunda estrella a la derecha y directo al amanecer!-murmuré feliz. 

...

Abrí mis ojos y miré el lugar algo desorientada ¿En dónde estaba?, fue entonces cuando recordé todo. Observé la habitación con atención estaba en una cabaña sobre una cama que debo decir, es realmente cómoda supongo que era de Peter Pan como todo lo que estaba aquí, me levanté y decidí salir, bajé con cuidado encontrando a todo un campamento donde había chicos de todas las edades que dejaron de hacer lo suyo para mirarme, supongo que no es normal ver a una chica en Nunca Jamás .Uno de ellos se acercó a mí, era alto y tenía una especie de arma en su mano hecha con madera y una capa que no dejaba ver su rostro en su totalidad pero podía ver su boca y una cicatriz en su mejilla izquierda .

-veo que despertaste-habló despacio, este chico desprendía misterio-a Pan le encantará saberlo.

-¿Y tú eres?-pregunté curiosa.

-Félix, la mano derecha de Pan-se presentó-y tu eres Sophia-adivinó .

-si, esa soy yo-dije mirando el lugar-pero dime Sophie-aclaré-¿En dónde está Peter?  

-no lo sé-se encogió de hombros, con su sombra, quizás. 

-¿Existe?-pregunté sin poder creerlo.

-¡Por supuesto!-rió-pero mantente alejada de ella, es peligrosa-avisó volviendo a ponerse serio

-está bien-asentí-¿Qué van a hacer ahora? 

-pues entrenar ¿Quieres venir?-preguntó.

-pues claro-acepté .

Caminamos apartandonos del campamento hacia un lugar rodeado por árboles en donde se podían observar dianas y otro tipo de cosas para entrenar. 

-no te entrenaré porque supongo que Peter querrá hacerlo-aclaró Felix.

-no hay problema-dije sentandome en un tronco algo alejada.

-¿Te diviertes?-salté en mi lugar del susto, justo a mi lado apoyado en un tronco estaba Pan mirándome divertido. 

-¡Dios!-murmuré sobresaltada-pues no en realidad-reí .

-te enseñaré a pelear, quizás así nos divirtamos un poco-se acercó al centro y silbó provocando que los niños perdidos dejaran de entrenar.-Niños, vuelvan al campamento, se terminó el entrenamiento-los susodichos tomaron sus cosas y se fueron. Una vez solos, Peter hizo aparecer dos espadas y me tendió una para luego alejarse unos pasos.

Alcé el arma para que quedara delante de mi cuerpo, Pan dió el primer golpe, por suerte lo esquivé dando un par de pasos hacia atrás por el peso, ataque al rubio como pude, la verdad la espada pesaba un poco y eso dificulta.-nada mal-murmuró, en un momento Peter y yo quedamos muy cerca, nuestras miradas se fusionaron, era verde contra azul. Dicen que los ojos son la puerta al alma, pues en los de Pan no había más que oscuridad,creí que podría haber algo más, quizás esperanza o amor. Fue cuando recordé que también dicen que los ojos reflejan quién eres,tu bondad o tu maldad y esto último es lo que veía en esas dos esferas verdes.

Sentí como impacté contra la corteza de un árbol, miré al frente, Peter tenía su espada en mi cuello y me miraba desafiante. 

-nunca te distraigas-dijo a centímetros de mi rostro, afirmé el arma en mis manos, iba a atacar pero un sonido hizo que el chico frente a mi volteara su cabeza hacia el lugar en donde provenía el ruido,sonreí y barrí sus pies, este tropezó cayendo,    aproveché y me subí encima colocando mi espada en su cuello. 

-Nunca dejes de mirar a tu oponente-dije con una sonrisa de arrogancia en mi rostro, mas Pan estaba rojo y apretando sus dientes giró sobre sí, dejándome bajo su cuerpo, sonrió de orgullo al verme nerviosa ¿Y cómo no? , estábamos tan cerca que sentía el calor que emanaba su piel. 

-¡Peter Pan, nunca falla!-murmuró con una sonrisa-por cierto...-dijo levantándose-no me desafíes-se puso serio. 

Me levanté por mi cuenta porque Pan no es para nada caballero, gruñí molesta mientras sacudía la tierra de mi ropa. 

-te apetece practicar arco y flecha ¿O estás muy cansada?-preguntó burlón.

-no juegues con fuego, Pan-dije seriamente-por que te puedes quemar. 

-Eso es un sí-afirmó, sacando el arma antes mencionada y me lo pasó junto a un carcaj con flechas, el cual acomode a un lado sin antes sacar una, levanté el arco y coloque la flecha apuntando a un árbol en el que había pintado un blanco, solté la cuerda, no llegué a darle, ni siquiera se aproximó apenas había caído a un par de pasos delante de donde me encontraba, resoplé enojada, Peter rió para luego acercarse, se puso detrás mío levantó ambas de mis manos, tomó otra flecha la acomodó y posicionó mi brazo con el que apuntaba casi rozando mi mejilla, su otra mano quedó en el brazo que sostenía el arma. 

-Dispara-murmuró a mi oído provocándome una descarga eléctrica por todo mi cuerpo, cerré mis ojos unos segundos intentando concentrarme, los abrí mirando fijamente el blanco, retuve la respiración soltando la flecha, di un salto de felicidad al ver que dió en el centro, voltee aún entusiasmada, quedando muy cerca de Pan pero me puse seria al ver la poca distancia que nos separaba. Otra vez nuestras miradas se encontraron y pude ver la misma oscuridad que adornaba esos lindos orbes verde. 

-volvamos al campamento-dijo guardando todos los instrumentos que habíamos usado en un baúl que no había visto hasta ahora.