La sorpresa

El sol brillaba y la luz entraba por la ventana, Mía se despertó sobresaltada, hasta que se dió cuenta donde estaba, ella había pensado que lo que pasó fue un sueño pero al ver dónde se encontraba, sonrió y dejo escapar un suspiro, Eric ya se había levantado hace un tiempo parece ya que su lugar de la cama donde había dormido estaba ya frío, se apresuro a bañarse y cambiarse de ropa, cuando estuvo lista bajo las escaleras hasta el comedor, cuando llegó observo lo que Eric había preparado y quedó sin palabras, era un cartel muy grande que decía BIENVENIDA A CASA A LA ÚNICA DUEÑA DE MI CORAZÓN, todos los rincones estaban repletos de pétalos de rosas rojas, lluvias de luces LED de todos los colores por todos lados, corazones que colgaban del techo, una mesa llena de cosas deliciosas , velas y música muy suave, Mía no pudo evitar que cayeran lágrimas por su mejillas, nunca se imagino que alguien podría hacer algo así por ella, pero lo más sobresaliente de aquella sorpresa era ver a Eric arrodillado en midió de los pétalos de rosas con un ramo enorme entre sus brazos, ella se apresuro a abrazarlo y el murmuró a su oído, se que con esto no puedo compensar ni una pequeña parte de todo el daño que te hice y lo siento mucho, estaba equivocado debí dejar mis prejuicios de lado y escuchar a mi corazón que me decía que tú eras la indicada, lo siento mucho y trataré de compensarte lo que más pueda, se abrazaron muy fuerte y estuvieron así por unos minutos, cuando siento un calambre de tanto estar arrodillados se comenzaron a reír y lentamente se levantaron y muy amablemente Eric le dice a Mía que se sentará a la mesa seguro tenía mucha hambre ya, ella sonrió y asintió, el desayuno transcurrió de forma muy tranquila entre risas y mucho amor que rodeada aquella escena, parecía extraida de un cuento de hadas, después del mágico momento, Eric le dijo que tenía aún más sorpresas para ella y sonrió, Mía le devolvió la sonrisa y dijo aún más, sii espera hasta esta noche, cuando regrese de la empresa lo sabrás, beso la frente de Mía y se despidió, ella quedó admirando todo nuevamente, sonreía a cada momento, cuando volvió a la realidad recordó que debía ir a la facultad de arte a averiguar si podía continuar su curso aquí, no quería dejar de lado lo que más le gustaba, así que recogió sus cosas y salió con una misión clara, hacer que la aceptan.