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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
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Capítulo 110: Señor Grosero recibe caricias

Enseguida ella se quedó paralizada, observó la mano de su esposo, la cuál agarraba la suya para impedirle caminar.

Se sorprendió bastante, hace solo unos segundos él estaba tumbado y parecía que era incapaz de moverse, pero ahora era todo lo contrario, estaba sentado en la cama y se notaba que estaba completamente despierto.

—¿Q-qué haces?—preguntó mientras observaba la mano de su esposo, todavía no la había soltado.

—No te vayas, quédate aquí.

Sun Hee intentó quitar su mano, pero fue imposible, él la agarró todavía más fuerte.

—Por favor, déjame, tengo que hacer cosas, necesito practicar los guiones y debo llamar a mi manager Wu Xiang.

Ella esperaba que eso lo hiciera reaccionar y finalmente la soltará.

Sin embargo, volvió a ser inútil, él simplemente volvió a ignorarla y siguió agarrando su mano para impedir que se fuera.

Unos segundos después, Seong-Jin se tumbó otra vez en la cama sin soltarla en ningún momento.

Sun Hee seguía quieta, observaba a aquél hombre tumbado con los ojos cerrados, mientras que ella seguía de pie e incapaz de moverse.

En aquel momento parecía que estaban esposados los dos juntos.

—Seong-Jin, enserio suelta mi mano ahora—espero durante unos segundos para que él respondiera, cuando finalmente se dió cuenta de que la volvió a ignorar le preguntó directamente—¿Qué es lo que necesitas?

Seong-Jin arqueó una ceja, enseguida respondió con un simple gesto a su pregunta, dio palmaditas sobre la cama para indicarle que se tumbara al lado suyo.

Ella suspiró profundamente y enseguida se tumbó, era la única manera de conseguir que él la soltase.

—Ya me he tumbado, ¿puedo irme ya?—dijo enfadada.

Él volvió a negarse, rápidamente soltó la mano de su esposa y esperó la reacción de ella.

Sun Hee tenía la espalda apoyada en la cabecera, cuando notó que su esposo le había soltado la mano miró hacia abajo sorprendida, no se lo esperaba.

Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, apoyo la mano que su esposo acababa de soltar sobre el cabello de él.

Sorprendentemente, su cabello era suave y sedoso, provocando que fuera incapaz de apartar su mano.

Ella siguió acariciando el cabello de él sin percatarse de que Seong-Jin la miraba frunciendo el ceño.

Poco después, Seong-Jin agarró la muñeca de ella y la apartó de su cabello para impedirle que siguiera acariciando su cabello.

—No hagas eso nunca más—dijo con una voz ronca, otra vez había vuelto a tener la misma expresión de siempre, fría y indescifrable.

—Por favor, quiero seguir tocando tu cabello, me gusta.

Seong-Jin volvió a mirarla sorprendido, era la primera vez que ella decía que le gustaba algo de él justo enfrente de Seong-Jin.

Rápidamente, Seong-Jin hizo menos fuerza en su mano, haciendo que su esposa fuera capaz de acariciar su cabello otra vez.

Una enorme sonrisa se formo en el rostro de ella, sin pensarlo dos veces, volvió a acariciar su cabello, esta vez lo desordenó completamente.

Seong-Jin quería quejarse pero el rostro sonriente de ella se lo impedía, se sentiría culpable si ella dejaba de sonreír por haberle negado algo.

Sun Hee siguió acariciando su cabello, pensó que sería bueno hacerle un halago para que esa expresión desagradable desapareciera.

—Me gusta tu cabello, creo que es suave...—cuando término de decir eso miró a su esposo.

La expresión de ella cambió completamente cuando se percató de que él había cambiado su expresión, pero era una mucho más desagradable.

Los ojos de él se entrecerraron y rápidamente dejó de estar tumbado y se sentó.

Apartó la mano de su esposa y la fulminó con la mirada.

—¿Solamente te gusta eso?