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Magia

Después de un mes de estudio intensivo con mi padre, donde aprendí sobre las tradiciones y leyes familiares, llegó un momento crucial.

"—Vlad, ¿vas a seguir con la herencia de los Tepes o elegirás otro camino?" preguntó mi padre con una expresión seria. No entendía a qué se refería y estaba confundido.

"—La ley de la familia te permite ser lo que desees. Yo solo puedo darte las herramientas; tú eliges el camino," explicó mi padre, respondiendo a mi confusión.

No sabía qué pensar. Había asumido que mi padre me obligaría a ser un caballero oscuro como él. Sentí una mezcla de alivio e incomodidad. En mi vida anterior, nunca tuve la oportunidad de elegir mi destino. Respiré hondo y dije, "—Por el momento, elijo el mismo camino que usted, mi señor."

Mi padre me miró con duda y añadió, "—En el momento que sientas que no puedes continuar, dímelo. Y si decides otro camino antes de seguir, debes saber que este camino no es seguro y puede que no vivas muchos años."

A pesar de sus palabras, que me infundieron un poco de miedo, quería intentarlo y ver de qué era capaz. "—Sí, mi señor. Este es el camino que escojo por ahora."

"—Muy bien, Vlad," dijo mi padre, asintiendo. "Entonces es hora de que comiences tu entrenamiento formal. A partir de mañana, te enseñarán a dominar la magia y el combate, pero recuerda que siempre puedes cambiar tu decisión."

Al día siguiente, después del desayuno, Tia se me acercó. "—Joven Vlad, hoy tiene una clase especial conmigo. ¿Puede seguirme?" Con la atmósfera de misterio, la seguí hasta el comedor de la mansión.

Al entrar al comedor, nos encontramos con una mesa muy grande y sobre ella había varias botellitas llenas de líquido, algunas de color morado oscuro y otras de azul claro.

"—Señorita Tia, ¿qué es esto?" pregunté con una mezcla de curiosidad y aprensión.

Tia me miró a los ojos y respondió con seriedad, "—Joven Vlad, antes de enseñarle combate cuerpo a cuerpo, vamos a intentar que gane la habilidad de inmunidad al venenos."

Confundido, pregunté, "—¿Cómo es eso?"

"—Los caballeros oscuros, a su edad, comienzan tomando dosis de venenos para ganar resistencia. Con el tiempo, entre 1 a 3 meses, ganan la habilidad de inmunidad al veneno" explicó Tia, con una expresión impasible. Yo pensaba que era una broma de mal gusto.

"—¿Y eso para qué sirve?" pregunté, buscando entender la lógica detrás de esta práctica.

"—Joven, los caballeros oscuros luchan contra monstruos, y algunos de ellos tienen venenos de todo tipo, incluso aquellos que pueden petrificar. Si gana inmunidad al veneno, su probabilidad de sobrevivir será mayor. Recuerde que un caballero oscuro pelea por sobrevivir y luchar otro día," explicó Tia.

Aunque la idea me llenaba de temor, entendía la importancia de lo que Tia estaba diciendo. Si realmente quería seguir el camino de los caballeros oscuros, necesitaba estar preparado para cualquier cosa. Decidido, asentí y me preparé para el desafío que tenía por delante.

Me senté y miré a Tia con preocupación.

"—No se preocupe, las dosis no lo matarán, y además tengo antídotos preparados. Confíe en mí, no permitiré que muera," dijo Tia intentando tranquilizarme.

Tomé una de las botellas frente a mí.

"—Joven, la botella que ha cogido es el antídoto. La de veneno es la de color morado oscuro," explicó rápidamente Tia mientras cambiaba la botella por la que ella mencionó.

Al beber el contenido de la botella, un ardor indescriptible bajó por mi garganta. Me sentía mareado y con náuseas intensas. Con dificultad, agarré la otra botella de inmediato, pero Tia me detuvo.

"—Joven, yo soy la que debe administrar el antídoto. No se preocupe, aguante," me dijo con firmeza mientras me sostenía.

Después de unos segundos, empecé a sentirme mejor. Tia me miró y dijo con voz autoritaria, "—Joven, la siguiente."

No quería tomar la siguiente botella. La indecisión se apoderó de mí.

"—Si no puede seguir este camino, infórmeselo al señor Azazel. Él esperará que elija otro camino," dijo Tia al ver mi vacilación.

Sabía que Tia lo decía por mi bien, pero un sentimiento desconocido se apoderó de mí. Tomé la otra botella y la bebí.

Después de dos horas, solo quedaba una botella de veneno. La tomé y bebí su contenido. Después de que los efectos del veneno desaparecieran, una voz resonó en mi cabeza: "Habilidad adquirida: Resistencia a venenos."

Tia me miró con seriedad.

"—Joven, le duele la cabeza," me dijo, lo cual me pareció extraño, pero le respondí: "—Sí, señorita Tia. ¿Por qué?"

"—Eso significa que ha adquirido una habilidad, pero aún no es suficiente para ser inmune a los venenos," explicó Tia con tranquilidad.

Después de dejar a Tia, me dirigí al jardín donde me esperaba mi siguiente maestra, mi madre, quien estaba sentada en una mesa dentro del mirador del jardín.

"—Buenos días, señorita Eleanor. ¿Cómo está?" saludé formalmente.

"—Hijo, ya te dije que puedes llamarme mamá," respondió mi madre con molestia y marcando su posición.

Mi madre tenía la misma personalidad cariñosa y protectora que Shea cuando se trataba de la familia, pero nunca había logrado conectar emocionalmente con ella.

"—Señorita Eleanor, he venido para que me enseñe magia y pociones," ignoré su molestia y le recordé por qué estaba allí.

"—Hijo, aún no te has librado de mi sermón, pero sé que si seguimos así te irá bien. Comencemos la clase," aceptó con una sonrisa maternal.

"Buenos días, señorita Eleanor y joven Vlad," intervino un chico de 10 años que se acercaba con un traje de mayordomo y una bandeja con galletas y té.

"—Hijo, ya te he dicho que puedes llamarme mamá o Eleanor, y ¿qué haces vestido así? No eres uno de los empleados," reprendió mi madre al chico.

El chico resultó ser Tom, el medio hermano mayor de Shea y mío, hijo de la concubina Tia. Tom era estricto y ordenado, con una inflexibilidad notable en sus órdenes. Vestía como mayordomo debido a su creencia de haber nacido para servir, ya que provenía de una plebeya. Aunque rara vez se le veía en la mansión, era considerado un excelente caballero oscuro que prefería las misiones y la fortaleza.

"—Buenos días, Tom," saludé cortésmente.

Tom dejó lo que había traído y se retiró.

"—Ahh, ese chico. Tendré que hablar con Tia y Azazel al respecto," murmuró mi madre en voz baja y con preocupación.

"—Bien, Vlad, sigamos. La magia se compone de tres habilidades: sentido del mana, manipulación de mana y fórmula de mana. Estas habilidades conforman la magia."

"—Señorita Eleanor, ¿cuál es la diferencia entre habilidades y magia?" pregunté con curiosidad.

Mi madre, con la mejilla inflada de enojo por haberla llamado por su nombre, respondió: "La diferencia no es mucha, pero una habilidad se divide en pasiva, activa y pasiva/activa. En cambio, la magia requiere formular un canto lleno de mana para activarse. Es decir, las habilidades no utilizan mana, mientras que la magia sí. Si un mago agota su reserva de mana, puede desmayarse o sentir debilidad, dependiendo de su fuerza mental. Algunos no sienten nada, pero no pueden seguir peleando. La magia se compone de elementales y especiales. La magia oscuridad, sabemos poco de ella por ahora; solo sabemos que engloba magia que no encaja en los otros componentes."

"—Bueno, Vlad, ya te he explicado lo básico de la magia. Ahora es hora de pasar a la práctica. No te estreses si no sale a la primera. Cierra los ojos y adapta tu sentido al ambiente", instruyó mi madre.

Cerré los ojos, recordando que ya tenía dos de las tres habilidades.

"¿Qué ves, Vlad?", preguntó ella.

"Veo un montón de luces pequeñas", respondí, recordando mi primera experiencia al adquirir la habilidad.

"—Bueno, Vlad, intenta hacer que una luz se acerque a ti", dijo mi madre, sorprendida por mi respuesta.

Esperé unos minutos y luego respondí: "Ya lo logré", con alegría evidente en mi tono.

"—Qué bueno, Vlad. Parece que eres un genio para la magia", elogió.

Sacando una piedra transparente de su bolsillo, mi madre me miró con determinación.

"Esto se llama revelador. Al llenarse de mana, revela los componentes que puedes usar y en cuáles te destacas. Entonces, Vlad, llena el revelador de mana", me indicó extendiéndome la piedra. "No te preocupes, solo sabremos los componentes de la familia."

Confundido por lo que dijo, extendí mi mano y toqué la piedra. Dejé fluir el mana y la piedra brilló intensamente. Cuando dejó de brillar, apareció un letrero.

Magia destacada: Oscuridad

Magia: Fuego, agua, viento, tierra

Magia de mano destacada: Luz

Al ver el letrero, levanté la mirada y vi a mi madre con una expresión de sorpresa. Dio un salto y me abrazó, hablándome emocionada y saltando de alegría.

"Señorita Eleanor", grité, mientras mi madre recuperaba la compostura. "Lo siento, Vlad. Me emocioné mucho. Tener todos los componentes de la magia es muy raro."

"—Bueno, Vlad, ahora dirige tu mana a la garganta y a la mano, y di la palabra 'fuego'", indicó mi madre.

Siguiendo sus instrucciones, concentré mi mana en la garganta y en la mano, pronunciando con determinación: "¡Fuego!"

Al terminar el encanto, una voz resonó en mi cabeza: "Habilidad adquirida: Fórmula de mana". Al mismo tiempo, una llama del tamaño de una bola de béisbol apareció en mi mano.