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CAPITULO SEXTO: EL DIARIO DEL DETECTIVE RAY KINGSWOLF

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27 de Junio

Encontramos otra víctima del asesino de mujeres, conocido vulgarmente como Feminys. Su nombre me incomoda un poco, debido a que todas sus víctimas, hasta el momento, son femeninas. Algunos dicen que este apodo nació de la boca del mismo asesino, mientras que otros dicen que recibió ese infame nombre debido a su curiosa forma de asesinar. La prensa aun no lo sabe; pero las lenguas chismosas si, la mayoría de sus víctimas eran del signo zodiacal de Géminis. Estoy muy preocupado por el futuro de las jovencitas que viven en la ciudad de Londres.

1 de Julio

La investigación no ha avanzado, a pesar de hacer varias preguntas a toda la escoria de Londres y de interrogar, hasta el hartazgo, al único sospechoso que teníamos. Tristemente no he podido averiguar nada sobre la posible identidad del asesino. Aunque algo me dice que el término carnicero va aun más con su estilo. Solo me queda interrogar a un último posible sospechoso: el señor Timoteo Steel.

2

3 de Julio

Fui a ver al señor Steel a su casa y me atendió su mayordomo. No puedo negar que este hombre es todo un caballero, de finos modales y verdadera hidalguía. Le pregunté si había notado algún comportamiento extraño en las cercanías de su vecindario. Después de que se encontrara la quinta víctima del asesino Feminys, en especial cerca de su casa.

- Mucho me temo que no vi nada fuera de lo normal señor Kingswolf- me respondió con total educación

- Señor Steel, sabe usted que su padre fue un miembro honorable del ejército Británico y un hombre de su status no solo sabe de armas sino también de estrategia y defensa personal- le dije usando un tono serio; pero no severo

- ¿Qué quiere decir con eso Inspector?- me preguntó algo molesto

- Quiero decir que usted podría cometer dichos crímenes y poder engañar hasta al más celoso de los detectives- le contesté usando un tono que no dejaba a dudas mis sospechas sobre él

- ¡Inspector Kingswolf!, ¡usted me ofende!, yo no soy el vivo retrato de mi padre, sino el vivo retrato de mi madre, ella murió de una terrible enfermedad a los treinta años cuando yo tenía solo siete años de edad. A pesar de haberla perdido a tan corta edad aun la recuerdo con gran cariño y admiración, ¡el solo hecho de hacerle daño a una hermosa mujer como lo fue mi madre, hace que yo desee vomitar!- sentenció, con autentica ira, para luego recuperar algo de su compostura- perdóneme Inspector, esa fue una verdadera grosería de mi parte; pero espero que usted entienda que para mí todo esto es una atrocidad

- De acuerdo señor Steel, le creo; pero si usted ve algo extraño o inapropiado, por favor diríjase a este lugar en especifico- le dije, mientras le entregaba la tarjeta de Scotland Yard con la dirección del edificio- ahora si me disculpa debo retírame

- Como guste Inspector- se despidió el joven Steel con un tono frio, al parecer no le caí muy bien a ese muchacho

Allí termino mi interrogatorio y al parecer aun no puedo dar con ese desgraciado. Es demasiado escurridizo, quizás más que el destripador.

5 de Julio

Otra víctima más que encontramos en la calle. Este monstruo no se contiene para nada. Es como si supiera que no podemos llegar a él y decidiera subir la apuesta en sus deseos asesinos. Si no lo encuentro cuanto antes es muy posible que comiencen los linchamientos públicos, similares a los que se dan en el salvaje oeste Norte Americano.

6 de Julio

Un ruido, similar a una explosión provocada por un cañón, me despertó a altas horas de la noche. He decidido ir al lugar de donde provino el estruendo. Al llegar encontré cosas muy extrañas, no sé que puedan ser; pero si sé esto, sean lo que sean me han provocado una sensación muy amarga en el estomago.

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6 de Julio a la mañana

Los curiosos se han acercado a la extraña maquinaria que hay en el bosque, no sé por qué; pero algo me dice que, fuesen lo que fuesen estas dos orugas, han de ser muy peligrosas si se encontrasen en verdadero funcionamiento.

Un oficial, amigo mío, se acercó a donde yo estaba y observó con detenimiento aquel monstruo gigante de metal, se quitó su gorra de policía para luego suspirar y decir con verdadera lástima:

- Primero ese sádico monstruo de Feminys y ahora esto, ¿qué cree que este sucediendo Inspector?

- No lo sé Karl; pero créeme cuando te digo que preferiría no saber la respuesta

- Mejor le aviso a toda Scotland Yard lo que hay aquí, quizás estén interesados- me dijo con voz apagada a la vez que miraba el inerte monstruo metálico

- Buena idea Karl – le respondí asintiendo con la cabeza- no sé por qué; pero tengo la fuerte corazonada de que esto, puede de algún modo, estar relacionado con el asesino Feminys

Karl me miró con los ojos abiertos, como si hubiese tenido la misma idea. Él es un buen policía, algo me dice que si llegase a estar más centrado y decidido sería un gran Inspector algún día.

- ¡Entonces iré, señor!- exclamó retirándose hacia las oficinas de Scotland Yard

- No hará falta inspector Kingswolf, oficial Grayson- dijo en ese momento una voz gruesa; pero directa que detuvo la carrera de Karl.

Me di vuelta y les vi. Eran dos sacerdotes de severo y algo siniestro aspecto, me puse enfrente de ellos, para preguntarles quienes eran. También que era lo que querían aquí.

- Somos los padres Franco y Matías, venimos bajo órdenes del Vaticano- me respondió el sacerdote de aspecto más anciano, de cabello largo canoso y barba igualmente blanca como la nieve- nos llevaremos estos cacharros con nosotros

El otro sacerdote era más joven; pero parecía tener muy poco cabello y ser idéntico a un misionero que antes a un cura católico. Ciertamente su presencia me era desagradable, a pesar de que ambos eran sacerdotes enviados por la sede de la iglesia católica.

- Escuchen padres, estamos investigado estas cosas porque creemos que podrían estar vinculadas al sádico asesino llamado Feminys. No pueden venir aquí a entorpecer nuestra investigación- les enfrenté de manera amable

- No se preocupe, dudo mucho que esto tenga algo que ver con ese morboso asesino- me respondió el padre Franco, esbozando una pequeña sonrisa- solo por si se lo pregunta, el Papa, quien se encontraba de visita en una ciudad cercana, escucho lo sucedido y nos encomendó a nosotros para investigar

- ¡No me importa si los ha mandado Dios mismo en persona!, ¡esto es posible evidencia de un crimen mayor y, bajo la autoridad de las leyes de Londres, reclamo estas orugas gigantes o lo que sean como evidencia!- exclamé, debido a la frustración que sentí al ver que me quitarían la única evidencia que podía poseer de este singular caso

- En realidad no es necesario que Dios, nuestro señor, nos mande a tomar estas cosas, con solo tener el visto bueno de la reina de Inglaterra nos basta y sobra, cosa que ya tenemos por cierto- me dijo el cura anciano con una sonrisa de victoria

Su compañero me miraba también con la misma sonrisa y añadió

- Fin del juego Inspector

Molesto, por no poder tener esa importante evidencia, decidí ir de nuevo a las oficinas de Scotland Yard.

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6 de Julio al mediodía

Volviendo a las oficinas, completamente molesto, trataba de poner mis pensamientos en orden, ¿que eran esas cosas al final de cuentas? ¿Por qué la reina cedería ante la iglesia católica? ¿Eran en realidad esos dos sujetos unos sacerdotes o solo eran impostores? Todo estaba tan confuso que, cuando entre al lugar, me sorprendió el verme aun atento a la jovencita, de bello semblante, que yacía en el suelo totalmente inconsciente.

Años atrás, cuando servía para el ejército Británico, solía pertenecer como miembro de los médicos de guerra. En un principio era un gran soldado de caballería; sin embargo, posteriormente, durante una batalla en la que casi pierdo la vida, fui salvado por un valiente medico. El cual me dijo que el verdadero heroísmo no consistía en las grandes batallas que tanto nos contaban nuestros padres y abuelos. Nunca olvidare sus palabras

- Chico por poco pierdes la pierna; pero por suerte pude salvarla a tiempo- me dijo con una sonrisa paternal

- Le agradezco mucho doctor- le respondí- no se preocupe, estoy muy seguro que podremos acabar con esos rufianes dentro de poco

- Valientes palabra muchacho- me respondió con una sonrisa cálida - al parecer quieres ser todo un héroe

- ¡En efecto doctor!, mi mayor deseo siempre fue ser alabado, como nuestros valientes reyes. Ricardo corazón de león, Enrique quinto y por supuesto no olvidemos aquel rey, que, a pesar de ser una obra de ficción, me inspiró durante toda mi vida. Estoy hablando por supuesto del Rey Arturo- asentí con ese fervor tan común de la juventud

Aquel medico me vio con cierto orgullo, mesclado con reflexión y me dijo

- Nobles intenciones muchacho; pero me temo que no estás tomando el camino correcto

- ¿A qué se refiere doctor?- le pregunté

- ¿Sabes cuál es el camino del héroe?- me respondió con un tono paternal

- ¡Vencer grandes villanos y eliminar terribles amenazas!- le respondí a lo que él meneo la cabeza en señal de negación

- El camino real del héroe no consiste en vencer grandes males y decapitar enemigos temibles, no mi buen amigo, el camino que lleva a una persona al heroísmo consiste en salvar vidas, aquello que todos dan por sentado tan fácilmente es lo que el verdadero héroe debe preservar y proteger. Cualquiera puede asesinar personas, destruir edificaciones y causar gran dolor; pero no cualquiera puede evitar que una persona fallezca, no cualquiera puede tomar una decisión que cambiaria el curso de una vida en segundos, no cualquiera puede ayudar a un recién nacido a que reciba el soplo de vida, siendo esta una nueva alma en la tierra. Es cierto que no somos perfectos y muchos de nuestros pacientes mueren; pero al menos lo intentamos, mírame sino, estoy ahora a kilómetros de mi casa, en donde mis hijos crecen solos con su dulce madre; pero de no estar ahora, tú no tendrías una pierna. No solo son las decisiones que tomamos con nuestros pacientes, sino también los sacrificios que optamos tomar para salvar vidas y ser verdaderos héroes. Siendo así lo mismo con los bomberos que apagan el fuego de las casas, salvando a varias personas o los policías que evitan tragedias, capturando enemigos mucho más crueles que cualquier malvado de cuento de hadas. No somos perfectos repito; pero los humanos en realidad nunca lo hemos sido, aunque eso no tiene por qué ser una escusa para tirar todas la buenas intenciones a la basura, si puedes entender esto mi buen amigo, entonces tú serás un gran héroe- me dijo con un tono tan ceremonial que despertó una pasión y admiración no solo a su ideología sino también a su profesión y a su persona

- Lo entiendo amigo mío- le respondí totalmente admirado- lo entiendo

Un tiempo después decidí convertirme en medico de guerra y logré salvar tantas vidas como pude; pero en otras ocasiones no lo conseguía. Aun así continué con ese puesto hasta que mi servicio acabo. Luego de eso decidí ser oficial de policía, debido a que creía que mi amigo tenía razón. Ser un héroe no consiste en castigar a los malvados, sino en dar esperanzas y salvar lo más importante de todo en el mundo: la vida.

Precisamente era eso lo que corría riesgo en ese momento, la vida de aquella jovencita. Sin pensarlo dos veces grité que se apartaran y mencione que era medico. Después de ello me acerqué a la dulce dama y le apliqué el beso de la vida; pero temía lo peor al notar un frio muy intenso en sus labios. Hice los movimientos de resucitación cardiaca; pero al acercarme a su pecho, no podía oír el latido de su corazón. Eso me asusto demasiado y volví a hacer el mismo procedimiento, ya me estaba por rendir cuando ella resucitó casi de inmediato y me abrazó. Tendría que haberme aliviado; pero no fue así. Había algo raro en todo eso. La muchacha dijo que deseaba irse, sin embargo, por suerte, le insistí que fuera a un hospital. Su primo me dijo que le acompañaría y yo pude conseguir a uno de mis hombres, para que pudiera escoltarles al hospital más cercano; pero había algo que no cuadraba en todo esto. La muchacha se encontraba con un frio cadavérico y, posiblemente, mucho de sus miembros ya estuviesen entumecidos, sin embargo pudo reincorporarse casi de inmediato y abrazarme. También noté al tocarla nuevamente, para ayudarla a levantarse, que aun no tenía pulso. Algo extraño está sucediendo y voy a tener respuestas.

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7 de Julio (después de la medianoche)

Uno de mis hombres me informó que los había dejado en el hospital como le ordené y luego volvió a la estación; pero tengo una corazonada de que hay algo raro en esa muchacha, cuyo nombre desconozco y no puedo dejar de pensar en ella. Sobre todo en su modo de moverse. Era similar al de un soldado entrenado. Una pequeña observación mía, que nadie más noto, fue que cuando se dirigían al carruaje, ella tenía un paso firme y seguro; pero para nada femenino. Si hubiese sido un hombre, posiblemente, hubiese dicho que había servido en el ejército y hasta me atrevo a decir que podía pertenecer a la nobleza; pero lo más extraño es que su mirada era demasiado penetrante ¿es posible que ella supiese lo que pensaba? No queda más remedio que investigarla; pero siendo lo más discreto posible. Algo me dice que esa joven no es lo que aparenta y si doy un paso en falso podría ¿morir?