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CAPITULO FINAL: SEMPER IN CORDE MEO ULTIMA PARTE: SIEMPRE EN MI CORAZÓN

1

La noche era mágica. Los meteoritos, que pudieron ser el final de la humanidad, se convirtieron en un verdadero espectáculo. Todas las personas, en todas partes del mundo, vieron esa hermosa lluvia de estrellas.

2

Volvimos a mi observatorio. Linnet realmente no tenía más que harapos puestos, inclusive sus pantalones estaban desgarrados; pero eso no me importaba, ella estaba viva y yo, junto con la humanidad, también.

- Qué hermoso- señalé observando la lluvia de estrellas que cubría el firmamento

- Esta es la mejor parte de salvar al mundo, John- me contó preparándose para partir- poder ver que valió la pena

- ¿Dónde iras ahora Linnet?- le pregunté sintiéndome todavía conmovido por su inminente partida

- Al cuartel general, querrán un muy buen informe de lo ocurrido. Además necesito ropa nueva- me respondió Linnet con una sonrisa amorosa

La abracé despidiéndome de ella con un simple sollozo.

- Te extrañare- gemí dolorido

- Yo también; pero no importa dónde nos encontremos. Siempre estaremos allí- se despidió Linnet acariciando otra vez mi cabello

- ¿En nuestro corazón?- le pregunté esperanzado alejándome un poco de ella

- Si- me respondió secando una lagrima de mi mejilla con su pulgar

3

Era la hora de partir y lo sabíamos; pero no importaba por qué no me encontraba solo, nunca me encontraría solo otra vez, debido a que la sentía, la sentía en mi corazón

4

- Llegó la hora- sentenció Linnet alejándose un poco de mi para iniciar su viaje hacia otra tierra

- Antes de irte, puedes decirme porque de todas las cosas que el hombre posee en el cuerpo, decidieron que tenía que ser el corazón- le pedí con cariño a lo que ella riendo me respondió

- Porque allí es donde siempre se creyó que se encontraba el alma John ¿y sabes algo?

- ¿Qué?- pregunté con curiosidad

- Tenían razón- me contestó golpeándose el pecho exclamando- ¡Semper in corde meo!

- ¡Siempre en mi corazón! - le respondí golpeándome el pecho también

Su cuerpo comenzó a convertirse en pequeñas luces amarillas, como luciérnagas pero de un brillo parecido a las estrellas, que se fueron flotando hacia el firmamento. Me quedé sonriendo mientras miraba al cielo nocturno.

5

Debió pasar una hora mientras miraba las estrellas y el firmamento adornado por esa bella lluvia de meteoritos.

- Semper in corde meo- le susurré a Linnet quien me cuidaba desde las estrellas

Me quede allí, mirando las hermosas estrellas que me iluminaban en aquel firmamento como la promesa de que la esperanza, el amor y la luz siempre brillaran aun en la noche más oscura y así es como termina mi relato. Conmigo mirando las estrellas mientras me despedía de mi mejor amiga del mundo: Linnet Bridas, la Exploradora de Grumsier, la Estrella que me ilumina y que llevo…

Siempre en mi corazón.

FIN