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Larga vida al Imperio

¿Qué pasa cuando juntas la inteligencia y la fragilidad en una sola persona? Se forma nuestro protagonista Emil, un gran estratega militar, educándose de los mejores estrategas que han existido en la historia; pero que es nefasto en el combate debido a una condición en su pierna izquierda. Al ser una figura importante para el Imperio, cuando era un adolescente, se le asignó una guardaespaldas que lo acompaña a todos lados, con la que forma una hermosa relación más allá de lo profesional, tan es así que ella estaría dispuesta de dar su vida por él. Ellos dos se ven envueltos en un un secuestro por parte del Ejército de Liberación Imperial en el que por causas del destino, se volverán criminales del Imperio. La imagen de portada no me pertenece, y no me digan que a ustedes les pertenece, porque ya conozco quién es el autor, pero el desapareció de todas sus redes, pero me gusta mucho su arte. El nombre del autor es CreamSea, si alguien tiene algún contacto de él, me encantaría que me lo pasaran. El período en que se sube cada capítulo será de un capítulo cada fin de semana, aunque puede que acorte el tiempo más, ya que por otras causas no he podido avanzar mucho en esta historia.

Deltics · War
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13 Chs

Capítulo 7.

Una emboscada si es descubierta y propiamente contrarrestada, pagará y con intereses el mal pretendido.

-Vegecio.

Adalia y el otro soldado miraban sorprendidos por cómo podía identificar la localización de los grupos de ambos bandos con sólo escuchar la radio.

-¡Listo!- dije un poco exaltado cuando terminé de acomodar las piezas.

"Nos están masacrando, las balas no les hacen daño". Eso fue lo que oí por la radio por parte de el líder de los escuadrones que defendían la entrada del norte, que era donde estaba la mayor concentración de enemigos. La defensa de la base consistía de la siguiente manera: la base tiene una forma cuadrada, el cual hay múltiples escuadrones defendiendo el perímetro y más en las entradas que están situadas en varios puntos de la base, pero la principal se encontraba en el norte de esta, con varias torres de observación que cubrían los alrededores de la base, aunque varias fueron destruidos con la llegada de las Fuerzas Especiales. Más adentro de la base, en medio están varios edificios que cuentan con su propio perímetro de defensa, dentro de esa área está la tienda de campaña del general.

"Dos escuadrones de la caseta sureste nos dirigimos hacia ustedes"- dijo un soldado por la radio. Tomé la radio y presioné el botón que activaba el micrófono.

-Que nadie abandone su posición- dije seriamente.

-¿Quién carajos está hablando?- preguntó el soldado que solicitaba refuerzos, y de fondo se podían escuchar muchos disparos que chocaban con los parapetos en los que estaban cubiertos.

-Mi nombre es Emil. El general Herman se encuentra herido, me dejó a cargo de la defensa de la base- decía seriamente mirando el mapa y a la vez pensando qué podía ordenar para repeler el ataque- No abandonen sus posiciones, no sabemos si hay más escondidos en el bosque. Las partes más vulnerables de los enemigos son las rodillas, hombros y el cuello. Defiendan su posición y estén a la espera de nuevas órdenes.

Sin dejar de ver el mapa, Emil no dejaba de pensar en un plan para defender la base con la menor cantidad de bajas posible.

-El soldado pronto va a despertar, lo quiero vivo.

-Entonces lo vamos a cargar hasta una celda- dijo el hombre que nos había ayudado con el soldado enemigo.

-No, tienen que quitarle el traje. El traje tiene una protección para impedir que la tecnología sea robada, identifiquen los seguros en todo el traje, los tienen que quitar todos a la vez o lo más rápido posible. Si el traje detecta que se está desprendiendo de su usuario sin previo aviso, entrará a una fase de autodestrucción, como si fuera una granada. Otra cosa, necesito un reloj.

-Puedes tomar el mío- me decía amablemente el soldado mientras se quitaba un bonito reloj que tenía en la muñeca.

-Gracias- le respondí.

Los tres fueron a revisar minuciosamente el traje y encontraron cada seguro que mantenía sujeto el traje al portador. Después de eso, Leyna con la pistola que le había robado al soldado, Adalia con su propia pistola que llevaba enfundada en su muslo y su colega con su propia pistola empezaron a disparar simultáneamente a todos los seguros del traje hasta que ya no hubo ninguno que sujetara el traje. Luego, Adalia y su colega sacaron rápidamente al soldado del traje y luego de la casa de campaña.

Mientras, Leyna caminó de forma apresurada a un lado mío y con fuerza me jaló al piso donde me tomó fuertemente con sus brazos para protegerme de cualquier impacto. A pesar de que tenía un grueso abrigo que me había dado Herman, podía sentir su abrasador cuerpo aliviando el mío, por un momento me tranquilicé y me olvidé de todo, el sonido de los disparos había desaparecido por completo. Estaba recordando el día en que me presentaron a Leyna hace varios años.

De pronto, el traje hizo una pequeña explosión que no hirió a nadie. Sólo logró hacerle fracturas al sillón y a la tienda de campaña. Del traje no quedó mucho, todo fue destruido por el estallido, sólo quedaron algunos restos de la protección del traje que salieron volando a lo largo de la habitación.

Leyna me soltó y se levantó de la alfombra, luego me ofreció su mano para poder levantarme, tardé un segundo en reaccionar y tomar la mano de Leyna. Segundos después, Adalia y su colega regresaron a la tienda de campaña y se acercaron al frente del escritorio.

-Adalia, necesito que le prestes ropa a Leyna. Ustedes dos tendrán que posicionarse aquí- le decía mientras marcaba una "X" con un marcador rojo en el noreste del mapa, dentro del bosque que rodea la base- con dos francotiradores, de preferencia con mira térmica y esperen a mi señal. Y tú...….- decía al ver al compañero de Adalia del cual desconocía su nombre.

-Wolfgang Merkel- me dijo con una sonrisa.

-Wolfgang, necesito que consigas dos radios con una línea segura para estar comunicado en todo momento con ellas.

Los tres se fueron y me dejaron solo en la casa de campaña, donde iba a tomar los primeros pasos de mi plan. Tomé la radio del escritorio y encendí el micrófono.

-Soy Emil. Que dos equipos del centro de la base se dirijan al puesto norte, extiendan los extremos como si fuera una media circunferencia con los enemigos en medio. Reporten cualquier cambio.

-Si, señor- me respondieron. Siempre me pregunté qué tan bueno era como líder, nunca había llevado una operación de este tipo, no mentía al decir que Herman tiene mucho más experiencia que yo. A pesar de que en las simulaciones siempre me iba bien, nunca fueron lo suficientemente realistas para mí gusto, los soldados que manejaba hacían cualquier cosa que les ordenara sin pensarlo ni una sola vez, difícilmente eso pasa en la realidad y está bien, sólo los idiotas siguen las órdenes ciegamente.