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La villana se enamoro del hombre viudo con dos hijos

Ideealaria reencarnó en un juego otome. Recobró sus memorias justo cuando estaba a punto de ser desterrada. Con un poco de suerte logra ganar tiempo para ganarse el favor del Rey y pedirle de último deseo que le deje terminar la academia con el fin de obtener su certificación. Aprendiendo lo más que puede, evitando las banderas de muerte y recolectando recursos para vivir bien su nueva vida como plebeyo. Pensó -¡Bien! Ahora que obtuve mi diploma encontrar trabajo no será tan difícil. Abandonando todo y con su antigua mentalidad de otaku moderna, decide irse a vivir lejos en el territorio norte, el cual no solo queda realmente retirado de la capital, sino que, también es un lugar sumamente extraño en donde conviven pacíficamente los humanos como ella y la gente bestia. Es solo una vez que está ahí que se da cuenta de un detalle. No hay ningún profesor en la escuela a la que piensa puede ingresar a trabajar. ¿Por qué es esto?. -¡¿Qué?! ¿Quieren que yo sea la nueva maestra? En la escuela existes dos pequeños muy adorables e inteligentes que han captado su atención, lastimosamente vienen siempre muy desarreglados al colegio lo cual le preocupa demasiado y a la vez provocó que pusiera sus manos en el asunto. No podía soportar ver a los dos pequeños en tan malas condiciones siendo que tenían un adulto que podía hacerse responsable. -Hablaré con su padre de esto. El hombre es viudo y no sabe cocinar, limpiar y atender a sus dos lindos niños. -Eres un inútil como padre, yo te enseñaré cómo hacer estas cosas. -Proclamó al encontrarse con él, mas su reacción fue tan inesperada que la avergonzó-. ¿Eh? ¿Por qué te sonrojas cuando me ves? Hmm... ¿Acaso los dos angelitos insinuaron delante de su padre que yo sería una mamá ideal? -Y, ¿por qué mi corazón late tanto y tan rápido junto a él? __________ Créditos: -Autora pandamam. -Edición Alinascherry. -portada Alinascherry

pandamam_2 · Fantasy
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15 Chs

Capítulo seis (Parte 3).

Sin quitar su sonrisa, comenzó a explicarle a la ingenua niña lo que debía hacer y lo que ganaría con ello.

—Te explico, esto será un examen oral. Quiero saber si puedes manejar mi vestimenta, maquillaje y peinado, en resumen, todo lo relacionado a servir a alguien de la nobleza. Por lo tanto, me lo explicarás y, según tus palabras, me moveré y veremos si es correcto. Si logras que yo lo haga bien, te dejaré como capacitadora de mucamas a ti y a tu hermana. Además, te pagaré extra y las ascenderé rápidamente. Asimismo, si tú quieres trabajar en otra casa, te daré una excelente recomendación para ti y tu hermana, ¿qué te parece? —con una hermosa sonrisa comentó los pros y engatusó a la pequeña para que aceptara su ofrecimiento.

—¿Es enserio? —preguntó la pequeña al borde de la emoción.

—Por supuesto.

—¡Sí, sí, sí! —asintió acompañando sus palabras— digo, me encantaría. —Aceptó con júbilo—.  Mi hermana me hace repetirle en voz alta todo el tiempo el cómo debo doblar ropa, cortinas y sábanas y también cómo debo colocarlas. Ella es excelente explicando, de verdad, ¡demostraré que somos las mejores!

—Bien, pero quiero que nadie lo sepa. —Dijo de pronto Ideealaria, cortando el entusiasmo de la joven aprendiz de mucama.

—¿Ni siquiera mi hermana? —Cuestionó un tanto dudosa.

—Sí, ni siquiera ella debe saber o podría decirlo sin querer. ¿Sabes? es una de las características de una buena mucama guardar los secretos de su señora. Es realmente fundamental, de lo contrario las pueden despedir sin posibilidad de que alguien las contrate. Pero no te preocupes, mantener esto en secreto es por tu bien. —Mintió descaradamente, haciendo creer que era por el bien de la pequeña, cuando en realidad era solo para encubrir sus actividades poco comunes a los ojos de los demás.

—¿Por mi bien?

La niña no podía entender lo que quería decir su señora y lo manifestó claramente en su rostro. Incluso inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado con la mirada en blanco.

—Exactamente. —Asintió—. Escucha, si las demás sirvientas saben que te estoy evaluando para ascenderte, muchas sentirán envidia y se generarán peleas. Nadie querrá trabajar con un ambiente malo y tú y tu hermana no podrán trabajar en ningún lugar sin que no las molesten para que fallen mi examen. Eso sería realmente desafortunado. Entonces, ¿qué te parece, aceptas? —Preguntó extendiendo la mano como una salvadora.

Completamente conmovida, la niña casi se pone a llorar y asintió con alegría.

—No sabía que mi señora pensaba de esta forma, queriendo protegerme. ¡Claro que acepto este gran honor!

—Bien. —Sonrió satisfecha de haber logrado su cometido—. Ahora vete y recuerda no decirle a nadie o tu hermana y tu tendrán problemas. —Añadió a modo de recordatorio, pero de haberlo dicho con otro tono habría sonado como una amenaza.

—Sí, claro.

La niña asintió restregando sus ojos de los que salían pequeñas lágrimas de felicidad. Mientras Ideealaria veía esto, sintió una molestia en el estomago y recordó que no había desayunado por andarse arreglando durante tanto tiempo.

—También recuerda traerme junto con tu hermana el desayuno, no lo olvides.

—¡Claro!

*****

Cuando mi hermana menor quedó a solas con la señorita estaba realmente ansiosa. Hace no mucho fuimos contratada en la casa Lattiere y, según los rumores, la señorita era bastante agresiva. Ya he tenido experiencia manejando a patrones así. De verdad era bastante duro tener que soportar esos tratos por un poco de dinero, pero debía hacerlo, no tenía opción. Pero, mi hermana, ella está recién empezando, no quiero que pase lo mismo por lo que tuve que pasar.

Además, también existe ese tipo de señoras que les gustan las mujeres y eligen mucamas que parezcan ingenuas para hacerles… esas cosas. No digo que la señorita sea una de esas, pero en verdad tengo miedo. He criado a mi hermana sola y por eso he sido siempre tan protectora con ella, tanto que no permitía que trabajara en otro lugar que no sea conmigo para asegurarme de que nadie la pase a llevar. Pero también sé que me excedí con la señora y ahora por mi culpa quizá se desquite con ella o nos despida a ambas y quedemos en la calle.

Pero cuando salió parecía muy feliz.

—Pamela, ¿qué pasó? Dime.

—Nop —contestó infantilmente y muy feliz—. Hermana, es un secreto.

—Pamela, dime —seguí insistiendo. Con temor a que alguien me escuchase, me acerqué más a ella y le pregunté mirando que no viniese nadie—. ¿No será que te hizo algo?

—Hermana, ¿cómo puedes pensar así de la señorita? —me regañó con un tono de voz suave, pero con la frente fruncida. Me sorprendió su reacción y ella lo notó, así que agregó con un suspiro y una sonrisa pequeña— Sé que te preocupas por mí, pero no lo tienes que hacer esta vez. Entre la señorita y yo no pasó nada malo, te lo prometo. Además, no te lo puedo decir porque una buena mucama sabe guardar los secretos de su señora. —Añadió con una sonrisa misteriosa—. Ahora, vámonos, la señora espera el desayuno.

Dejándome sin palabras mi hermana actuó como si fuese una adulta. Fue la primera vez que ella me recordaba lo que tengo que hacer.

Camino junto a Pamela y Aida, la mucama que nos acompaña, pensando en que tal vez mi hermana está creciendo y no me he dado cuenta.

Autora: Hola a todos ヾ(^∇^) ¿cómo están? Recuerden guardar cuarentena y lavarse las manos. Cuidarse es lo esencial.