webnovel

La Ciudadela de los iniciados

Kuro el líder de la Orden salió de la sala con tranquilidad mientras los nuevos reclutas seguían hablando de lo cool que era el jefe.

"¡Todos por favor síganme, que ninguno se quede atrás!" Gritó un caballero haciendo que su voz resonará por todo el lugar como si estuviera gritando por un altavoz.

Todos en la sala bajaron su tono de voz y siguieron hablando entre ellos en forma de susurros mientras seguían al caballero por el pasillo que se dirigía a una puerta gigante.

El pasillo que se extendía frente a ellos estaba adornado con altas columnas de piedra, cuyas superficies estaban labradas con intrincados patrones de dragones entrelazados entre sí. El suelo de mármol pulido reflejaba la tenue luz de las antorchas que colgaban de los muros, creando una atmósfera cálida y acogedora. A medida que avanzaban, el suave murmullo de las conversaciones se mezclaba con el eco de los pasos de los caballeros y el tintineo de las armaduras.

Al llegar a la puerta, el caballero giró el enorme pomo de bronce y empujó suavemente. La puerta se abrió con un chirrido y reveló un vasto paisaje que parecía sacado de un sueño. Un campo verde y exuberante, salpicado de árboles frondosos y coloridas flores silvestres se extendía hasta donde alcanzaba la vista. A lo lejos, se erguían majestuosas montañas cubiertas de nieve, que se elevaban hacia el cielo azul como guardianes imponentes.

"Les doy la bienvenida a uno de los muchos reino secreto que la orden del Vórtice Estelar posee, se podría decir que estamos en otro mundo en estos momentos" dijo uno de los caballeros mientras guiaba a los nuevos reclutas por el lugar.

El lugar estaba lleno de actividad. Grupos de caballeros, ataviados con armaduras relucientes y portando espadas, lanzas y escudos, se entrenaban arduamente en diferentes áreas del campo. El sonido metálico de los aceros chocando llenaba el aire, mientras los guerreros ejecutaban elegantes movimientos y técnicas de combate. Algunos practicaban en solitario, concentrados y disciplinados, mientras que otros se enfrentaban en duelos amistosos, demostrando su destreza y habilidades marciales.

A lo largo del paisaje, se podían ver estructuras medievales que servían como alojamiento para los caballeros. Grandes torres de piedra se alzaban hacia el cielo, con banderas ondeando al viento, marcando la presencia de diferentes órdenes de caballería. Entre las torres, había plazas y patios donde los caballeros se reunían después de sus entrenamientos, compartiendo risas y anécdotas mientras disfrutaban de su merecido descanso.

A pesar de la apariencia medieval del lugar, también se podían apreciar toques de fantasía y modernismo. En algunos rincones del campo de entrenamiento, se encontraban estatuas de criaturas mitológicas, como grifos y dragones, que parecían cobrar vida con cada rayo de sol. Además, fuentes mágicas brotaban de la tierra, lanzando chorros de agua cristalina que brillaban con colores iridiscentes. Un sistema de iluminación mágica adornaba los senderos, llenando el lugar con una luz suave y misteriosa durante la noche.

A medida que los visitantes avanzaban por el paisaje, podían percibir el ambiente de camaradería y respeto mutuo entre los caballeros. A pesar de su entrenamiento riguroso y sus habilidades mortales, se podía sentir un espíritu de cooperación y apoyo en el aire.

Los caballeros encargados del grupo dirigieron a los nuevos reclutas hacia el área designada para su alojamiento temporal. Se encontraban en un conjunto de edificios llamados "La Ciudadela de los Iniciados".

La entrada a la Ciudadela estaba flanqueada por altos pilares de piedra que sostenían un imponente arco de hierro forjado. A medida que los reclutas cruzaban el umbral, se encontraban con un patio empedrado rodeado de edificios de piedra de varios pisos. Los muros estaban decorados con elaborados frescos que representaban héroes legendarios y batallas épicas. Las linternas mágicas suspendidas en el aire proporcionan una iluminación suave y constante.

Dentro de los edificios, los reclutas encontraban una combinación de habitaciones individuales y dormitorios compartidos. Las habitaciones individuales eran pequeños espacios privados donde cada recluta podía descansar y tener un tiempo para sí mismo. Estaban decoradas con sencillez pero elegancia, con camas cómodas, escritorios y estanterías para que los reclutas pudieran guardar sus pertenencias.

Los dormitorios compartidos, por otro lado, eran espacios más amplios que albergaban a varios reclutas. Cada dormitorio tenía literas con cortinas que brindaban cierta privacidad y armarios donde los reclutas podían guardar sus pertenencias de forma segura.

En el centro de la Ciudadela se encontraba un patio central, rodeado por columnas de mármol y jardines exuberantes. En ese patio, los reclutas podían reunirse para socializar, practicar sus habilidades marciales o simplemente relajarse. Un antiguo pozo de piedra servía como fuente de agua potable, mientras que bancos y mesas proporcionaban lugares cómodos para descansar y disfrutar de las comidas.

La Ciudadela también contaba con instalaciones modernas para cubrir las necesidades básicas de los reclutas. Un comedor espacioso y bien iluminado ofrecía una variedad de alimentos nutritivos y deliciosos. Una biblioteca bien surtida les proporcionaba acceso a conocimientos sobre artes marciales, historia y estrategia, así como a obras de ficción y entretenimiento. También había una sala de entrenamiento equipada con sacos de arena, dummies de madera y otras herramientas para que los reclutas pudieran practicar y mejorar sus habilidades en su tiempo libre.

La Ciudadela de los Iniciados era un lugar acogedor y seguro donde los nuevos reclutas podían descansar, aprender y forjar lazos con otros aspirantes a caballeros. Los altos muros y las medidas de seguridad aseguraban la privacidad y la tranquilidad en el interior. Era un refugio temporal donde los reclutas podrían prepararse física y mentalmente para enfrentar los desafíos que les esperaban en su viaje para convertirse en caballeros de renombre.

——————————————————-

Kuro se encontraba en la sala de reuniones de la Orden del Vórtice Estelar, analizando informes y estrategias junto a sus leales compañeros. En ese momento, su asistente, Akira, irrumpió en la sala con una mirada de urgencia en sus ojos.

"¡Kuro-sama! ¡Tengo noticias importantes!" exclamó Akira.

Kuro levantó la mirada y respondió "¿Qué sucede, Akira?"

"Acabo de recibir una carta de la alianza de los dioses. Parece que exigen nuestra ayuda en su guerra contra los semidioses y las alianzas humanas", informó Akira.

Kuro frunció el ceño y tomó la carta con expresión imperturbable. Al leerla, su semblante se volvió aún más serio.

"Malditos dioses... siempre tan arrogantes y egocéntricos", murmuró Kuro.

Akira notó algo en la carta que le molestó y no dudó en comentar "Kuro-sama, el tono de la carta es... soberbio. Exigen nuestra ayuda y lanzan amenazas si nos negamos".

Kuro apretó el puño con fuerza, sintiendo una mezcla de indignación y desafío.

"Parece que estos dioses se han olvidado de quiénes somos. La Orden del Vórtice Estelar no es un títere para su guerra indigna y sin sentido. No participaremos en un conflicto que solo traerá sufrimiento y dolor a aquellos que nada tienen que ver con sus luchas divinas", declaró Kuro, levantándose de su asiento.

Akira miró a Kuro, buscando una confirmación, "¿Entonces, nos negaremos a su petición?"

"Así es. No podemos permitir que nos arrastren a un conflicto carente de propósito y justicia. Nuestra misión es proteger a los inocentes, preservar la luz y luchar contra las verdaderas sombras que amenazan a este mundo", respondió Kuro con determinación.

Akira planteó una preocupación, "Pero, Kuro-sama, ¿no temes las consecuencias de desafiar a los dioses?"

Kuro sonrió con serenidad, mostrando confianza en su decisión.

"Los dioses pueden ser poderosos, pero no son omnipotentes. Si se empeñan en amenazarnos, aprenderán que el Vórtice Estelar no se doblegará ante su prepotencia. Defenderemos nuestra independencia y nuestra convicción de seguir el camino justo", afirmó Kuro.

Akira asintió con admiración, maravillado por la fuerza y sabiduría de Kuro.

"Entendido, Kuro-sama. Prepararé una respuesta firme y clara, dejando en claro nuestra posición", aseguró Akira.

"Hazlo. Que los dioses sepan que la Orden del Vórtice Estelar elige su propio camino, y no será arrastrada a una guerra sin propósito. Continuaremos protegiendo la luz y llevando justicia a aquellos que la necesiten, sin importar las amenazas que se interpongan en nuestro camino", declaró Kuro con convicción.

"¡Enseguida jefe, iré inmediatamente a escribir nuestra respuesta!" Exclamó Lira mientras se retiraba de la sala de reuniones.

Kuro regresó la mirada a los demás miembros de la junta y les habló a todos en general.

"Ya escucharon a kira… esos dioses que se han creído, esas basuras doradas piensan que somos sus títeres, les demostraremos el porqué somos una de las órdenes de caballeros más fuertes de Eldoria" dijo kuro mientras miraba con determinación a todos los presentes.

"Disculpe la pregunta gran kuro, pero ¿no le preocupa que Los Ángeles sangrientos o los Leones de Eldoria se unan a los dioses y nos ataquen?" Preguntó uno de los presentes mientras los demás asentían.

"No se preocupen, eso también lo tengo calculado, estoy un 90% seguro que alguno de esos lamé botas nos va a atacar, por eso desde que empezó la guerra he reunido nuevos reclutas y he acelerado e intensificado el entrenamiento de los nuevos" declaró con confianza kuro.

"Entonces confiaremos en su sabiduría maestro kuro, esperemos que los nuevos reclutas estén listos en menos de un mes aunque sea en el nivel 1" se apresuró a decir otro de los presentes en la junta.

——————————————————-

En todo el camino Leo no se despegó de Eidan y todo el camino se la pasó exclamando de forma sorprendida sobre cualquier cosa que viera en el camino, Eidan por su parte solo asentía y daba breves comentarios a cualquier tontería que Leo dijera.

"Estas son las habitaciones, como expliqué antes hay habitación individuales y compartidas según como ustedes prefieran vivir, para acceder a una habitación solo pongan la palma de su mano en la puerta con un poco de su sangre y listo, para las compartidas es lo mismo pero tiene un límite de 3 personas" explicó un caballero mientras había una demostración en una puerta.

Y como era de esperarse todos corrieron a escoger su habitación y Eidan no fue la excepción y él estuvo a punto de correr a una habitación individual pero Leo lo tomó de la muñeca y lo arrastró felizmente con una gran sonrisa en su rostro.

"Sabes Eidan, yo siempre he querido tener un amigo de cuarto, ¿no te gustaría ser mi amigo de cuarto?" Preguntó Leo mientras seguía arrastrando a Eidan hacia una puerta más grande que las normales.

"La verdad preferiría.." Eidan no alcanzó a decir que realmente quería una habitación individual ya que fue nuevamente interrumpido por Leo.

"Luces muy emocionado por compartir habitación conmigo, ya sabía yo que eras muy buena persona Eidan" Leo se secó las lágrimas de sus ojos con la mano libre que tenía.

Eidan no dijo nada solo se limitó a ver a Leo con la cara completamente oscurecida, y cuando leo llegó a la puerta miró a los lados para saber como lo estaban haciendo los demás y notó que muchos tenían un alfiler en con el que se estaban picando los dedos pulgares.

Leo miró confundido la puerta tallada de forma artesanal con varias bestias mitológicas talladas que adornan de forma increíble la puerta, pero la puerta en sí no tenía perilla o algo para abrirla.

"Leo, en la esquina hay una pequeña canasta con algo adentro" dijo Eidan mientras se volvía a poner de pie.

"¡O pero por supuesto!, tan perspicaz como siempre amigo Eidan" Dijo Leo mientras revisaba la pequeña canasta donde había tres alfileres.

Leo tomó uno y con decisión se picó el dedo haciendo un pequeño gesto de dolor, luego se pellizcó el lugar donde se había picado con el alfiler para que saliera más sangre y cuando una gran gota de sangre se había acumulado en su pulgar, Leo restregó su pulgar en una parte de la puerta, luego retiró el dedo y miró fijamente la puerta, tanto Eidan como leo no le quitaron la mirada a la puerta.

La sangre embarrada en la puerta brilló en azul celeste y se evaporó a una velocidad increíble y luego la puerta se abrió por sí sola, Leo parecía un rayo cuando entró a la habitación y cerró la puerta detrás de él.

Eidan solo suspiró y volteó a ver las habitaciones individuales, pero algo dentro de él le estaba impidiendo ir a esas habitaciones, Eidan volvió a suspirar y tomó una aguja para replicar lo que había hecho Leo.

Cuando la puerta se abrió un poco Eidan empujó la puerta para poder ver con más claridad cómo es la habitación.

La habitación estaba iluminada por la suave luz que se filtraba a través de la ventana de vidrios emplomados.

El suelo de madera pulida era cálido bajo los pies y estaba cubierto con una sencilla y resistente alfombra. En una de las paredes, justo al lado de la puerta de entrada, había un conjunto de tres literas de madera sólida, cada una provista de un colchón cómodo, sábanas y mantas limpias y bien cuidadas.

Sobre cada litera, había una cortina de tela gruesa que brindaba cierta privacidad a los ocupantes. Cada recluta tenía su propio espacio personal para dormir y descansar, aunque compartieran la habitación con otros. Una pequeña mesita de noche se encontraba junto a cada litera, con una lámpara de aceite para proporcionar iluminación individual durante la noche.

En una esquina de la habitación, había un armario grande con suficiente espacio para que cada recluta guardará sus pertenencias de forma ordenada. Los armarios tenían cerraduras individuales para garantizar la seguridad de los objetos personales.

El resto de la habitación estaba decorado de forma sencilla y funcional. En el centro, había una mesa rectangular de madera con varias sillas a su alrededor, donde los reclutas podían sentarse y realizar tareas como leer, estudiar o simplemente charlar entre ellos. Un pequeño estante contenía algunos libros básicos sobre artes marciales y estrategia, proporcionados por la Ciudadela para que los reclutas pudieran ampliar sus conocimientos en su tiempo libre.

Las paredes, aunque sin adornos ostentosos, estaban limpias y bien mantenidas. Un par de cuadros simples, representando paisajes naturales y motivos marciales, colgaban estratégicamente en las paredes, agregando un toque de belleza y serenidad al ambiente.

A pesar de su simplicidad, la habitación compartida transmitía una sensación de orden y comodidad. Era un espacio donde los reclutas podían descansar, reflexionar y compartir experiencias con sus compañeros de habitación. A medida que los inquilinos se establecían, podrían agregar sus toques personales y hacer del lugar un verdadero hogar dentro de La Ciudadela de los Iniciados.

Eidan se sentó en una de las camas y estuvo contemplando la habitación en silencio hasta que Leo salió del baño.

Leo miró a Eidan con una gran sonrisa carismática y le dijo "¡Hola, Eidan! ¿Cómo estás?"

Eidan se limitó a asentir levemente con la cabeza "Hola, Leo. Estoy bien."

Leo se sienta en su propia cama y sigue platicando con Eidan con gran emoción "Este lugar es increíble, ¿no crees? No puedo creer que finalmente estemos aquí, lejos de todo el caos de la guerra"

Eidan desvió la mirada hacia Leo y asiento con una expresión tranquila "Es cierto. Es un cambio drástico después de todo lo que hemos pasado"

Leo observa las torres de piedra que se vislumbran desde la ventana con algo de nostalgia en sus ojos "Recuerdo cómo era mi antiguo hogar, todo destruido y lleno de miedo. Pero ahora, tenemos la oportunidad de ser entrenados para convertirnos en caballeros mágicos, ¿no es asombroso?"

Eidan levanta una ceja porque Leo parece más serio y sonríe ligeramente y mira a Leo "Sí, es una oportunidad única. Aprecio la oportunidad que este lugar me da para volverme más fuerte" dijo Eidan mientras apretaba su puño

"Exactamente. Podemos dejar atrás nuestros temores y luchar por un futuro mejor. Además, estoy emocionado de aprender más sobre la magia y descubrir nuestras habilidades" dijo Leo mientras hacía un gesto de golpear al aire.

Eidan asiente nuevamente y mira hacia sus manos mientras piensa <<por fin tal vez sea la única oportunidad que tenga para poder concretar mi venganza, lento pero seguro>>.