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. La OME

Kuro se encontraba en la sala de reuniones de la Orden del Vórtice Estelar, esperando en silencio y con ansias, la respuesta de los dioses a su negativa. El ambiente estaba cargado de tensión cuando una ráfaga de viento sacudió las ventanas y una voz atronadora resonó en la habitación.

"Kuro, líder de la Orden del Vórtice Estelar, has elegido el camino de la muerte al insultar a los dioses. Prepárate para la calamidad, pues la alianza divina no perdonará un agravio tan grave".

La voz resonaba en los oídos de todos los presentes, envuelta en un aura de poder y furia divina. Kuro, sin inmutarse, se levantó con determinación de su asiento y respondió con voz firme.

"Si la alianza de los dioses considera mi negativa como un insulto, entonces que así sea. Estoy preparado para enfrentar cualquier calamidad que decidan lanzar sobre nosotros. No nos someteremos a su voluntad caprichosa y egoísta".

El ambiente se volvió aún más tenso mientras la voz divina continuaba hablando, cargada de ira.

"Tu orgullo te ciega, Kuro. La fuerza de la alianza divina es inmensa, y nuestro poder es implacable. No podrás resistir la tormenta que se avecina, si te arrodillas y pides perdón tal vez pueda pasar por alto este insulto".

Kuro permaneció imperturbable, sosteniendo la mirada con determinación e irá.

"No subestimo vuestro poder, dioses. Pero recuerden que la Orden del Vórtice Estelar ha enfrentado desafíos igualmente temibles en el pasado. Nuestra convicción y nuestro deseo de proteger a los inocentes nos darán la fuerza para enfrentar cualquier adversidad".

La voz divina resonó una vez más, ahora con un tono más sombrío y amenazador.

"Que así sea, Kuro. Las consecuencias de tus acciones recaerá sobre ti y sobre todos aquellos que siguen tu imprudente liderazgo. La ira de los dioses caerá sobre la Orden del Vórtice Estelar".

Con esas palabras finales, la voz divina se desvaneció en el aire, dejando un silencio tenso en la sala de reuniones. Kuro se volvió hacia sus compañeros, su expresión reflejando una mezcla de determinación y preocupación.

"Hermanos y hermanas de la Orden, debemos estar preparados para lo que viene. La guerra contra los dioses será una prueba difícil, pero juntos enfrentaremos cualquier adversidad. Nuestra misión de proteger la luz y llevar justicia a este mundo no cambiará, sin importar las amenazas que se interpongan en nuestro camino".

Los miembros de la Orden asintieron, mostrando su apoyo y resolución, finalizando la reunión del consejo. Los informes y estrategias habían sido discutidos, y ahora era el momento de abordar un asunto crucial. Una vez que el resto de los miembros se levantó para retirarse, Kuro llamó a uno de sus colegas de confianza, Takeshi, para que se quedara un momento más.

"Takeshi, ¿podrías quedarte un momento? Hay algo importante que necesito discutir contigo", solicitó Kuro.

Takeshi asintió y se sentó nuevamente, expectante por lo que Kuro tenía que decir.

"Estoy seguro de que has estado trabajando arduamente en la técnica de cultivo secreta que hemos estado desarrollando", comenzó Kuro con una mirada seria. "¿Está lista para ser impartida?"

Takeshi suspiró antes de responder, su semblante reflejando una mezcla de orgullo y preocupación.

"Sí, Kuro-sama, la técnica está finalmente completa. Hemos logrado perfeccionarla a lo largo de muchos años de investigación y sacrificio. Sin embargo, debes estar consciente de que su uso conlleva un gran riesgo", advirtió Takeshi.

Kuro asintió, mostrando su comprensión.

"Sé que el camino que hemos elegido no es fácil, Takeshi. Pero también sabemos que el poder de esta técnica podría marcar la diferencia en la en esta guerra contra los dioses que está a la vuelta de la esquina. ¿Cuál es exactamente el riesgo al que te refieres?" preguntó Kuro con seriedad.

Takeshi tomó un respiro antes de responder, sus palabras cargadas de seriedad y cautela.

"La técnica de cultivo secreta es extremadamente poderosa, pero su dominio no es algo que se pueda lograr fácilmente. Aquellos que la practican están expuestos a un riesgo significativo, ya que existe la posibilidad de que su energía vital sea agotada por completo en el proceso. Podríamos perder a muchos de nuestros valientes guerreros si decidimos impartir esta técnica", explicó Takeshi.

Kuro reflexionó sobre las palabras de Takeshi, consciente de la responsabilidad que recae sobre sus hombros.

"Comprendo los riesgos que implica, Takeshi. Pero también sé que nuestros hermanos y hermanas están dispuestos a sacrificarse por la causa. La técnica de cultivo secreta puede darnos la ventaja que necesitamos para proteger a los inocentes y erradicar las sombras. Aun así, debemos asegurarnos de que aquellos que la practiquen estén plenamente conscientes de los peligros y tomen la decisión de seguir adelante con pleno conocimiento", respondió Kuro con determinación.

Takeshi asintió, reconociendo la determinación de Kuro.

"Entendido, Kuro-sama. Prepararé un informe detallado sobre los riesgos y las precauciones necesarias para aquellos que decidan practicar esta técnica. Nos aseguraremos de que cada individuo esté debidamente informado antes de tomar esta importante decisión", afirmó Takeshi.

Kuro miró a Takeshi con gratitud y confianza.

"Gracias, Takeshi, si todo está listo, mañana ve y escoge a una gran cantidad de estudiantes que estén dispuestos a cultivar este método secreto"

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"¡¡Eidan despierta!!" Grito leo con tono urgente "Mira por la ventana hay mucha gente en el comedor, ¡vamos a ver qué está pasando!" Leo agitó a Eidan para que se despertara más rápido.

"¡Qué demonios Leo!, déjame dormir" Eidan solo gruñó esas palabras mientras se acomodaba mejor en la cama.

Leo no dijo una palabra más y tomó del pie a Eidan mientras lo arrastraba fuera de la cama cosa que Eidan no se esperaba lo que provocó que cayera al piso de forma pesada.

Eidan dio grito por lo repentino de la acción de Leo y luego de caer al suelo murmuró "maldita sea mi espalda, ¿¡porque demonios hiciste eso!?" Preguntó Eidan claramente enfadado.

Leo solo le sonrió divertido y le contestó sin hacerle mucho caso a sus palabras "Si no te apresuras y sigues llorando en el suelo te perderás lo que está pasando" dijo Leo mientras abría la puerta y salía corriendo de la habitación.

Eidan miró perplejo estas acciones de Leo y sin más que hacer se levantó del suelo y corrió detrás de Leo tras cerrarla puerta de un portazo con la idea de vengarse por haberlo tirado de la cama de esa forma.

Rápidamente llegaron al comedor donde una gran multitud hablaba con cautela y especulación sobre algo.

Leo al ver la situación y no poder entender nada le pregunto a uno de los que ya estaban en la multitud, que estaba pasando.

"¡Oye tú! ¿Qué ocurre porque hay tanta gente aquí?" Preguntó Leo algo confundido.

"¿No lo sabes? El maestro Takeshi vino aquí para reclutar a voluntarios para una nueva división de caballeros, escuche que va explicar las cosas cuando llegue más gente" respondió el joven de forma rápida mientras se volteaba y seguía hablando con sus amigos.

"Quien es el maestro Takeshi" murmuró Leo mientras se rascaba la barbilla.

Eidan se mantuvo al margen y escuchando lo que los demás decían y quedó gratamente sorprendido cuando se enteró que estaban buscando gente para formar una nueva división de caballeros, tanto que se le olvidó que Leo lo había molestado.

sin duda alguna Eidan se va a ofrecería como voluntario si eso lo hacía más fuerte, así que rápidamente comenzó a abrirse paso entre la multitud empujando a la multitud y escurriéndose entre ellos para llegar lo más cerca posible del maestro Takeshi.

"¡Eidan! A dónde vas" al ver que Eidan no lo escuchó siguió hablando mientras también se habría pasó entre la multitud "¡no te preocupes yo te acompañaré!" dijo Leo mientras perseguía a Eidan.

Takeshi se encontraba rodeado de un grupo de estudiantes de caballeros, ansiosos por escuchar sus palabras. El ambiente estaba cargado de expectación mientras Takeshi preparaba su discurso para convencerlos de unirse a la nueva división de caballeros especiales: la "Orden Maldita de los Devoradores Eternos (OME)".

Takeshi tomó una respiración profunda y se dirigió a la multitud con seriedad en su voz.

"Estudiantes, les agradezco su interés en unirse a la Orden Maldita de los Devoradores Eternos. Sin embargo, debo advertirles desde el principio: esta no es una elección para ser tomada a la ligera", comenzó Takeshi, su mirada penetrante explorando las caras expectantes que lo rodeaban.

"La OME es una unidad de élite, creada para enfrentar a los enemigos más poderosos y peligrosos que amenazan nuestro mundo. Nuestro poder y nuestras habilidades superan con creces a los de los caballeros ordinarios, pero esto también significa que estamos expuestos a un mayor riesgo", continuó Takeshi, haciendo hincapié en cada palabra.

La multitud comenzó a murmurar entre ellos, algunos con expresiones de duda, mientras otros mostraban un brillo de emoción en sus ojos.

"El poder que obtendrán como miembros de la OME es inmenso, pero también debemos cargar con el peso de esa oscuridad. Nuestro deber es enfrentar a enemigos que pocos se atreverían a enfrentar, y eso viene con un costo", advirtió Takeshi, su tono firme y determinado.

Un estudiante levantó la mano, con una mezcla de miedo y curiosidad en su rostro. Takeshi le dio la palabra.

"¿Qué tipo de peligros enfrentaremos en la OME? ¿Estamos hablando de enemigos mortales y batallas épicas?" preguntó el estudiante, ansioso por conocer los detalles.

Takeshi asintió y respondió sin vacilar.

"Sí, enfrentaremos enemigos mortales y batallas épicas. Nos enfrentaremos a criaturas que desafían la lógica y la imaginación, y a fuerzas oscuras que amenazan con consumir todo lo que conocemos. Estar en la OME significa que tendrán que luchar más allá de los límites de lo que creen posible, poniendo sus vidas en juego en cada misión", explicó Takeshi, dejando claro el alcance de la tarea que les esperaba.

La multitud se mantuvo en silencio, asimilando la información que Takeshi les había dado. Algunos parecían reflexivos, mientras que otros parecían emocionados por el desafío.

"¿Y qué obtendremos a cambio de arriesgar nuestras vidas?", preguntó otro estudiante, su voz llena de determinación.

Takeshi sonrió ligeramente, reconociendo la valentía en las palabras del estudiante.

"A cambio, obtendrán poder y habilidades que van más allá de lo que puedan imaginar. Serán entrenados en técnicas prohibidas y secretas que les permitirán enfrentar a los enemigos más temibles. Serán parte de una hermandad de guerreros dispuestos a sacrificarlo todo por la protección de nuestra orden", respondió Takeshi, destacando los beneficios que acompañaban al peligro.

La multitud parecía estar dividida entre la cautela y la emoción. Algunos estudiantes intercambiaban miradas llenas de incertidumbre, mientras otros se mostraban decididos y ansiosos por aceptar el desafío.

Uno de los estudiantes levantó la mano con una mezcla de miedo y entusiasmo en su rostro.

"¿Y si decidimos unirnos a la OME, estaremos dispuestos a renunciar a nuestras vidas normales? ¿Qué pasará con nuestras familias y seres queridos?" preguntó el estudiante, preocupado por las implicaciones personales de unirse a la Orden Maldita de los Devoradores Eternos.

Takeshi respiró profundamente antes de responder, su voz llena de solemnidad.

"Unirse a la OME implica un sacrificio personal. Es posible que deban renunciar a sus vidas normales y separarse de sus seres queridos en aras de proteger a aquellos que aman. Sin embargo, también encontrarán una nueva familia y un propósito más grande en esta lucha", explicó Takeshi, reconociendo la dificultad de tal decisión.

La multitud se sumió en un silencio profundo, contemplando las palabras de Takeshi y reflexionando sobre las implicaciones que conllevaba unirse a la OME.

Finalmente, Eidan no necesitaba escuchar más así que con una mirada impasible y una determinación casi sólida dio un paso al frente y habló.

"Maestro Takeshi, estoy dispuesto a enfrentar el peligro y unirme a la OME. Acepto cualquier desafío o peligro que está decisión conlleve" declaró Eidan con convicción y valentía en su voz.

Uno a uno, los demás estudiantes comenzaron a alzar la mano y expresar su voluntad de unirse a la OME, a pesar de los peligros que eso implicaba. El murmullo de la multitud se convirtió en un coro de determinación y valentía.

Takeshi sonrió orgulloso ante la respuesta de los estudiantes.

"Muy bien, valientes. Los entrenamientos comenzarán de inmediato. Prepárense para enfrentar el poder y el peligro que les aguarda… ¡Bien entonces todos los que estén dispuestos a morir Síganme!" declaró Takeshi con un aire de orgullo en su voz.

La gran mayoría incluyendo a Leo y Eidan siguieron a Takeshi por un gran tramo donde pasaron por toda la ciudadela hasta llegar a un pilar de piedra en el centro de la ciudadela este estaba lleno de runas completamente extrañas y misteriosas.

Takeshi ordenó a todos tocar el pilar y si no podían tocar el pilar tocaran alguno de sus compañeros del hombro y de la nada una luz cegadora de color morado envolvió a todos los presentes teletransportándolos a un lugar completamente distinto.

Cuando la luz se disipó una pradera se extendía hasta donde alcanzaba la vista, cubierta por una densa alfombra de pasto de tonalidades negras y azules. Bajo los pies de Takeshi y sus estudiantes, el suelo emanaba una extraña energía, como si estuviera impregnado de un misterio ancestral. Sin embargo, era el cielo lo que realmente capturaba la atención de todos.

El firmamento se mostraba como una vasta bóveda negra, en la que dos soles blancos brillaban con intensidad. Su resplandor era deslumbrante, proyectando una luz cegadora que contrastaba con la oscuridad que lo rodeaba todo. Los estudiantes, acostumbrados a la belleza natural de otros reinos, quedaron asombrados ante aquel espectáculo celestial único.

Pero el entorno iba más allá de su apariencia visual. La gravedad en aquel reino era tres veces más fuerte que en el mundo normal, haciendo que cada paso se convirtiera en un desafío. El cuerpo de Takeshi y el de sus estudiantes parecían pesar el triple, haciendo que incluso los movimientos más simples se volvieran agotadores.

El aire, espeso y pesado, dificulta la respiración. Cada inhalación era un esfuerzo, como si tuvieran que luchar contra una barrera invisible para capturar el oxígeno necesario. Aquel ambiente asfixiante mantenía a todos alerta, conscientes de la necesidad de adaptarse rápidamente para sobrevivir en aquel reino inhóspito.

Además, el entorno parecía estar imbuido de algún tipo de magia restrictiva. Los movimientos de Takeshi y sus estudiantes se sentían limitados, como si una fuerza invisible los sujetara y restringiera su libertad. Cada gesto, cada ataque y cada defensa se volvían un desafío mayor debido a esta influencia misteriosa.

En medio de la multitud de estudiantes que habían llegado a este reino secreto en busca de un entrenamiento arduo, estaban Eidan y el gran Leo. Ambos luchaban incansablemente para acostumbrarse al entorno hostil, estaban pálidos y cansados solo por intentar mantenerse en pie. Cada golpe era un esfuerzo supremo, cada paso era una prueba de resistencia. Sin embargo, su determinación no flaqueaba, y se negaban a rendirse ante la adversidad.

Mientras los estudiantes batallaban para adaptarse y superar los obstáculos de aquel reino extraño, Takeshi los observaba con orgullo mientras se movía y caminaba por el pasto como si él entorno no le afectara en lo más mínimo.

Sabía que solo a través de la lucha y el esfuerzo podrían convertirse en los caballeros expertos dignos de avanzar a la fase 2 de la OME que él deseaba forjar.

"¡Buy bien, espero estén listos para el entrenamiento!" Exclamó Takeshi mientras sonreía de forma Espeluznante