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La Unión De Los Reinos

¿Sufrir por un destino sellado? ¿Acaso la voluntad de un ser vivo es nula delante de semejante escritura? ¡No! ¡Definitivamente no es así! Yo seguiré solo por ti, mi Diosa, pero de ahora en adelante, yo mismo forjare mi destino. Que el cielo caiga en picada y los mares ahoguen mis intentos, pero no dejaré que el sufrimiento recaiga sobre mi nuevamente... Una espada y una llama arraigada a una ferviente voluntad, eso junto a ustedes, serán la compañía de Light en esta novela llena de altibajos. ¿Crees llegar al final y tener lo necesario para apoyarlo? Pues ¡Demuéstralo!

DroopyBook · Fantasy
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Capitulo 18: Una conversación de confianza

Light puso un rostro triste y se sintió culpable por recordarle un trágico pasado a Lenear. Por primera vez, Light sintió que por preguntar más de la cuenta, ocasionó algo indebido.

—Ya ves tarado, por andar de raro hiciste enojar al abuelo —regañó Helleans a Light—. Abuelo, ¿estás bien?

Helleans se levantó de su asiento y se le acercó a Lenear con un rostro preocupado. Light por otra lado, también se levantó y rápidamente inclinó la parte superior de su cuerpo y pidió su más sinceras disculpas mientras ponía un rostro lleno de culpa.

Lenear al ver las reacciones de los niños, abrió un poco los ojos y después se echó a reír como si nada hubiese pasado.

—No es para tanto, niños, es solo un momento de estrés acumulado y que libere mediante recuerdos de hace muchos años. Light, no te sientas culpable para nada, y Helleans, estoy bien, no te preocupes —calmó un poco a su nieto mientras le acariciaba el cabello.

Los dos niños se calmaron un poco e intentaron dejar de lado lo sucedido. Light quería seguir preguntando pero el no saber si causaría malos recuerdos nuevamente al señor Lenear, lo frenaban y su rostro mostraba rastro de pena.

Lenear notó la expresión de Light y descifró los pensamientos que rondaban su mente, por lo que, Lenear, tomo asiento nuevamente y le dijo con tranquilidad a Light.

—Puedes seguir preguntando cualquier curiosidad o duda que tengas, Light, que no te afecte mis cambios de humor.

Light también se sentó y después de pensarlo un minuto, siguió preguntando.

—Esta es una duda que tengo, y es que, en ningún momento mencionó a mi abuela Susan, y según tenía entendido, ella también estuvo trabajando con el conde Valorant.

—Oh, Susan —recordó Lenear—. Ella empezó a trabajar un tiempo después de que el conde Valorant creó a los guardias personales que se encargarían de su familia. Valorant como había mencionado, estaba formando sus tropas y sus seguidores puesto que era nuevo en la gobernación. Tenía los guardias protectores que eran fuertes y podían usar magia, los guardias personales y necesitaba a alguien que pudiera usar magia de curación para tratarlo a él, a su ejército y a su familia también. En base a eso, el conde Valorant buscó y buscó hasta que por fin encontró a alguien que estuviese dispuesto a trabajar con él, y de paso, ser bueno en su materia.

—Oh, ya veo —comentó Light muy interesado.

—Susan se unió a la fila de servidores al conde Valorant a una edad joven, ella decidió unirse puesto que sabía que en la carrera de la magia no crecería mucho y ella mostraba cierto talento en la curación, por lo que el conde le ofreció conocimiento y desarrollar al máximo su potencial en la magia curativa. Y así fue, en poco tiempo Susan demostró sobresalir al resto de magos de su calibre, el conde se sentía muy satisfecho con ella por lo que le agarró cariño y cuando el desastre llegó y vió que, aunque Susan intentase curar y curar a los guardias hasta que ya, aún se vería en peligro, y el no quería eso. Así que, antes de que el conde Valorant la mandara lejos, le dejó un testamento para que después de que pasara todo, lo leyera.

—Eso también es triste. Ustedes pasaron por mucho en ese entonces. Debió de ser muy duro —dijo Light con tristeza en sus ojos.

—La señora Susan y tu, abuelo, vivieron épocas difíciles —agregó Helleans con la misma mirada de tristeza en sus ojos.

—Así es, queridos niños, pero déjenme darles un consejo. No importa que tan mal vaya su vida, que tan dura sea o que tragedias enfrentarán en el futuro; siempre, mantengan su lado más fuerte y sigan adelante por el amor de las personas que lo rodean o por aquellos que querían que siguieran viviendo.

Light y Helleans sentían que podían entender un poco de lo que decía Lenear, por lo que asintieron de manera sería y después de ver qué todo estaba bien, Lenear siguió hablando.

—La caída del conde Valorant terminó rápido. Tal derrocamiento fue registrado como un atentado por mercenarios contratados por los mismos ciudadanos del conde que, según los otros nobles de alto rango, se sentían artos del mal gobierno que ejercía Valorant.

—Eso es muy miserable de su parte, gente con pocos escrúpulos que merecen lo malo —comentó Helleans molesto.

—Tienes razón en eso, querido nieto. En fin, Los pocos que quedamos vivos nos reunimos y Susan leyó el testamento donde decía que, el conde Valorant había comprado unas tierras a nuestro nombre y otras cosas que al sol de hoy, son parte de nosotros todavía.

Light se sentía satisfecho por todo lo que había aprendido y procesado mediante las palabras, expresiones y emociones transmitidas por Lenear, el jefe del pueblo.

Con un buen análisis, Light pudo detallar y entender sentimientos de irá, de resentimiento y de tristeza mediante los sucesos desafortunados del destino. Su mente una vez más, sufrió un cambio y un desarrollo que mejoraría su pensar y su carácter al pasar del tiempo.

Helleans por otra parte, también había aprendido y desarrollado nuevas cosas. Al ver que su mente sufría un cambio al obtener nuevo conocimiento, sintió que la idea de Light de querer aprender para crecer y madurar más no era tan mala idea.

Claro, Helleans tampoco iba a alabar al raro de su amigo al aire libre, solo podía poner una expresión de irritado mientras pensaba en las cosas que Light lo hacía hacer. Helleans soltó u suspiro y luego sonrió, después de todo, no será el único que muestre un gran talento en el pueblo y no se sentirá solo.

—Bueno, gracias por sus enseñanzas y por contarme su historia, señor Lenear —agradeció Light mientras inclinaba levemente su cuerpo-. Me retiraré ahora.

—Espera un momento, Light —dijo Lenear mientras se levantaba de su asiento y sacaba un libro de uno de sus estantes—. Este libro contiene imágenes relacionadas a las bestias salvajes. Yo solo te conté sobre ellas y como se clasifican, pero este libro tiene mejores detalles e ilustraciones, te servirá mucho.

Light asombrado agarra el libro y con una sonrisa responde.

—Gracias, señor Lenear. Le devolveré el libro en una semana.

'¿Una semana?' se preguntó Lenear en su interior un poco aturdido. Después de unos segundos se echó a reír.

—Esta bien, lo esperaré dentro de una semana. Mis hombres también necesitan estar al tanto sobre las bestias salvajes. Helleans, acompaña a Light a la sala, por favor.

Dijo Lenear mientras se sentaba y sacaba unos papeles y se colocaba unos lentes. Al parecer tenía mucho trabajo como jefe del pueblo.

—Claro, abuelo. Te veré más tarde entonces.

—Casi lo olvido —dijo Light mientras se daba una palmada en la frente, seguido de eso metió su mano en el bolsillo y sacó una carta—. Tenga, la señora Sara, jefa del pueblo Vereda me dijo que le entregará esta carta.

—¿La señorita Sara se encuentra aquí en el pueblo? —preguntó Lenear sorprendido.

—Ah, si, vino porque su hija estaba en muy malas condiciones y quería que la abuela Susan la tratara antes de que empeorará mucho más —le dijo Light mientras Lenear leía la carta—. La razón por la que no paso por aquí era para no arriesgarse mucho con los bandidos y mercenarios, o algo así fue lo que dijo.

Lenear al leer la carta y escuchar a Light, arrugó la cara y sus ojos desprendían una mirada de furia. Los dos niños no pasaron por alto ese gesto y Helleans preguntó.

—¿Pasa algo abuelo? ¿Que decía la carta?

—Oh nada, se trata de unos saludos que mandó la señorita Sara nada más. La razón de mi expresión fue por el comentario de Light, nada más —respondió Lenear mientras reía falsamente.

Tanto Helleans como Light no se creyeron mucho el cuento pero tampoco podían discutir mucho, por lo que ignoraron las cosas y se fueron.

Antes de que salieran de la habitación, Lenear le dijo a Helleans que cuando Light y Alberto se hayan ido, que pasara por la habitación un momento. Eso levantó un poco más de duda en los dos.

—Será mejor que investigues bien, si algo aprendí de mi, es que no me gusta no estar al tanto de las cosas -dijo Light seriamente.

—No te preocupes, lo mismo va para mí —respondió Helleans.

Light y Helleans discutieron cuando salieron de la habitación y se dirigieron a la sala donde estaba Zirion y Albert charlando y tomando unos tragos.

—Oh, hijo, ¿Cómo te fue? —preguntó Albert.

—Bien, padre. Creo que es hora de irnos —respondió Light con una sonrisa.

—Esta bien, fue bueno pasar un rato agradable, Zirion. Nos vemos mañana entonces.

Albert levantó y estrecho las manos no la Zirion despidiéndose.

—Señor Zirion, fue un placer -se despidió Light mientras inclinaba un poco su cuerpo.

El dúo de padre e hijo se fueron y pasaron por el pueblo tranquilamente hasta llegar a su casa.

Al llegar, Las mujeres estaban en la sala charlando un rato. Cuando vieron llegar a Albert y a Light, saludaron.

Light se sentía un poco cansado, por lo que se fue a bañar y Albert se quedó en la sala. Light antes de subir aviso que estaría en su habitación descansando un rato junto a Sofía.

El comentario no alteró a nadie puesto que Light tenía solo 5 años y no lo veían para nada raro. A Sara tampoco le molestó ya que así Light podría estar pendiente de su hija.

Light se baño y se vistió en el baño, usando salió de dirigió a su habitación y antes de entrar tocó la puerta. Una suave y dulce voz de niña resonó en los oídos de Light.

—Pase.

—Con su permiso, entraré en mi habitación que también es tuya por su puesto, para descansar un poco. ¿Puedo? —dijo Light con el tono más suave y agradable que podía poner.

—No veo razón alguna para negarme, después de todo, solo soy una invitada que duerme en el cuarto de un chico —respondió Sofía mientras sus mejillas se sonrojaban un poco.

Light solo sonrió y se acostó en la esquina derecha de la cama y luego soltó un suspiro.

—¿Un día muy duro? —preguntó Sofía mientras sonreía. Por alguna extraña razón se sentía cómoda al hablar con Light.

—Para nada, solo procesando las cosas que aprendí hoy y organizando mi rutina de mañana —dijo Light.

—Vaya, eso es increíble. Yo a tu edad solo jugaba, comía y dormía nada más. Madre me dijo que tu eras un niño con un talento muy sobresaliente al resto.

Light se puso a pensar un rato sobre el comentario de Sofía. Desde muy pequeño su consciencia y madurez habían despertado por lo que su nivel de aprendizaje empezó desde muy temprano. Además de ser cierto que tenía una muy alta habilidad de captar y aprender más rápido que el resto.

—Bueno, ni yo se la razón. Supongo que soy... ¿Especial? —esa fue la respuesta que le dió Light a Sofía mientras sonreía.

—Especial dices. Bueno, niño "especial". Gracias por salvarme anoche. De no ser por ti, habría caído al suelo y pude haberme lastimado —comentó Sofía mientras cerraba sus ojos color azul claro y se dibujaba una linda sonrisa en su rostro.

—Para mi fue un placer sostener a una linda señorita como tú —soltó Light se forma alagadora.

Sofía una vez más volvió al tono rojizo que mostraban sus mejillas y eso le causó gracia a Light. Podía notar que era fácil hacerla sonrojar, pero a la ver también era agradable verla así, por alguna extraña razón.

—¿Cómo te has sentido el día de hoy? —le preguntó Light a Sofía.

—Gracias al tratamiento de la señora Susan, me he sentido mejor -respondió ella.

—Me alegro mucho por eso. Según la abuela Susan, serán varias sesiones por lo que estarás aquí unos días. Espero que mi cuarto sea de tu agrado en tu estadía

—Por los momentos lo es.

Light y Sofía pasaron lo que quedaba de tarde charlando y riendo, después llegó la noche y Light bajó a cenar y Sara subió a darle de comer a su hija. Light se sentía bien compartir buenos momentos que personas de su agrado. Tenía muy pocas. Sus familiares eran más obviamente. Pero a parte de ellos, tenía a Adam, a Helleans y ahora Sofía formaba parte de ello.

Light se sentía bien por la vida que tenía ahora, se sentía muy cómodo y felíz, pero aún así, no dejaba se sentir que tenía que entrenar y volverse más fuerte. El sentimiento era como una picazón en su pecho y una punzada en el cerebro que le decía que entrenará mucho más que antes.

Light no sabía el porque, pero decidió hacerle caso a sus instintos. No dejaría de entrenar y mejoraría bastante.