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La Novia no Deseada del Alfa

Jazmín es la primera hija del gran Alfa Bale. Debido a su condición de hija bastarda, vive una vida maltratando, fregando suelos y atendiendo a las necesidades de su padre, madrastra, hermanastros y toda la manada. Pero su vida da un giro drástico cuando la cambian por la hija legítima de su padre para casarla con el guapo y despiadado Alfa Xaden. Xaden está determinado a castigar a Jazmín por los pecados de su padre que había masacrado a toda su familia, aunque ella no se parece en nada a su padre. El odio lentamente se convierte en deseo, pasión feroz y finalmente en amor. Pero, ¿qué ocurre cuando Xaden descubre que Jazmín fue plantada como espía para provocar su caída y que de hecho no era la princesa original que le habían prometido? —Que esto sea una lección para todos. Real o no, Alfa o Omega —declara—. Se alejarán de lo que es mío. En mi propio territorio. En mi manada. Con eso, lanza el brazo ensangrentado a un lado y se lleva a Jazmín lejos de su mirada impactada.

Stephanie_king1 · History
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IMPOSTOR

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Empecé a negarlo rápidamente.

—No sé de qué estás hablando —dije.

Nunca había mentido en toda mi vida.

Pero esta vez tenía que hacerlo.

—No puedes mentirme, niña —ella dijo—. Puedo ver a través de ti. Él quería a alguien más, no a ti.

¿Cómo había ella sabido? ¿Cómo? Al menos nadie lo sabía.

¿O ya alguien lo sabía y luego le contó a ella?

Me carburaba la cabeza.

—Nadie me lo dijo —ella dijo como si leyera mi mente—. Soy una vidente.

La miré sin pestañear.

Había oído hablar de lobos que podían ver el futuro, pero siempre había asumido que era un mito. O que podían ver a alguien y saber al instante cualquier cosa sobre ellos.

Me arrodillé a pesar de la ardencia en mis muslos.

—¿Por favor, no le digas quién soy? —rogué a sus pies—. Él los mataría. Por favor. Haré cualquier cosa que quieras.

Las lágrimas fluían.

Ella me hizo levantar para sentarme de nuevo en la cama y apoyar mi cabeza suavemente contra una de las almohadas.

—Siéntate —me instó—. Te dije que no te levantaras.

Negué con la cabeza.

—No por favor. No entiendes. En casa ellos son mi responsabilidad. Si no continúo con esto, él los mataría.

—¡Tú no eres responsabilidad de nadie! —ella me respondió enfurecida.

Eso me sorprendió.

Ella había sido tan dulce, verla estallar de ira me desconcertó.

Ella tomó una respiración profunda.

—¿Cuidas de todos los que te cuidan? Jazmín, tú no eres responsabilidad de nadie excepto la tuya.

—¿Cómo sabías mi nombre? —pregunté desconcertada.

—Soy una vidente. Ya te dije eso —ella dijo.

—Ah —murmuré sintiéndome tonta—. No soy muy inteligente.

Ella suspiró irritada.

—Diosa Jazmín. Si eres algo, es inteligente.

Nadie jamás me había dicho que era inteligente antes. Rara vez recibía cumplidos

Excepto por Urma que siempre había dicho que era valiente.

—Solo cuidas de todos —ella dijo—. Nunca he visto a alguien como tú. Eres diferente.

Di una sonrisa débil.

—Sí, soy un lobo sin transformar.

Ella sonrió y recogió uno de mis rizos sueltos de tal manera que siempre había visto a Luna María acomodar el cabello detrás de las orejas de Jéssica.

Siempre había querido que alguien hiciera eso por mí.

—Realmente no sabes nada sobre ti misma —dijo ella—. Y eso es triste. El destino no me permitiría decirte nada sobre ti. Pero Jazmín, tú eres valentía.

Sus cumplidos me golpearon porque sabía que no eran ciertos.

No tenía ninguna de esas buenas cualidades que ella me atribuía.

—Por favor no le digas al Alfa Xaden —la rogué volviendo a su afirmación inicial de ser una impostora.

—No lo haría —dijo ella y parecía enojada—. No deberías estar aquí. Si es alguien que debe estar aquí, es esa chica miserable a quien estás pretendiendo ser.

Tragué.

Jéssica me odiaba, pero tal vez llegaría a quererme.

Ella era mi hermana menor. Yo era su hermana mayor. Estaba haciendo esto para protegerla.

—¿Cuándo vas a comenzar a pensar en ti misma? —me preguntó la mujer con preocupación en sus ojos.

Desvié la mirada. —No soy importante. Si puedo ser útil de esta manera, entonces está bien.

Nunca había tenido un papel importante en mi vida.

Pero esto era diferente. Finalmente podría demostrar que era algo.

—¿A costa de tu propia vida? —me preguntó.

Guardé silencio sobre eso. Mi vida no importaba. Era solo una bastarda.

Ella suspiró. —Esta comida es para ti. Tienes que comerla.

Bajé la vista hacia la comida para mirarla de cerca por primera vez.

Había pollo, pan y queso y también lo que parecía vino.

No solía comer comida así.

Si lo hacía, era Urma quien me traía comida a escondidas.

Comía sobras.

—No discutas —me dijo—. ¡Come! Lo necesitas. Todo estará bien.

Y con eso la vi levantarse.

Probé el pollo y estaba delicioso.

Nunca había recibido nada con tales intenciones y de esa manera.

Las lágrimas se me agolparon en los ojos.

—Gracias, mi señora —dije tan emocionada y avergonzada de estar emocionada por algo así.

—Mi nombre es Elena —dijo ella—. Y no hay de qué. Come y descansa.

Luego cerró la puerta después de salir.