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La Leyenda del Scire

Vlas Windsor vive en tranquilidad en su reino natal, Remia... Con una alta posición en la sociedad, fama, dinero, influencia y reconocimiento, se considera feliz, mayormente recordando que siempre se encuentra acompañado de sus mejores amigas: Zenda y Kora Allen. Quizás su vida parecía demasiado perfecta para ser real, pero en realidad había únicamente una cosa que lo atormentaba desde aquella fría noche que tuvo lugar diez años atrás... Esas pérdidas que lo marcaron para siempre. Rhys Windsor reside en Fons, acompañado de su hermosa esposa, Lara Harch, y de la hija adoptiva de ambos, la joven Leah Foster, además de otras personas que conoció en su recorrido por el mundo en el transcurso de unos largos diez años; a quienes terminó por tomarle mucho cariño. Con la idea de protegerlos y darles felicidad tiene sólo un propósito en su cabeza... Acabar con su padre de una vez por todas. Pero aunque parezca algo simple para él y todas sus hazañas logradas, se torna complicado cuando los fantasmas del pasado reaparecen y debe cumplir esa promesa que parecía haberse roto hacía demasiado tiempo, volver a por su hermano y su madre a su hogar, Remia, temiendo que el dolor por aquella fría noche que tuvo lugar diez años atrás todavía siguiera latente. Luego de esa repentina caída de asteroides en Remia todo cambia para los hermanos Windsor. Rhys regresa a Remia dispuesto a acabar con la tragedia en su familia para siempre, y la vida de Vlas da un giro inesperado dejando a su destino esperando por él... Con esa decisión que lo torturará por lo que dure su vida. Quizás el talento y la estirpe Di Rem-Windsor fueron su mayor perdición, pero poder superar los obstáculos que hicieron presencia en sus vidas a causa de sus inevitables destinos es el impulso que los hace seguir adelante... Lo único que desean es no ceder ante aquello que siempre despreciaron, y que al final, les terminó quitando todo...

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Capítulo 4: De nuevo en casa

Remia, Crystel, Residencia Windsor - 2 de Junio - Año 525

El silencio invadió enteramente la habitación al instante en el cual el mayor de los Windsor dio su primer paso dentro de ella... Entre tantos cruces de miradas con todos los presentes llegó a ese, al único que no quería tener, al que había tenido por diez años, desde la mafia, hasta la guerra, después de tantas las peleas, de su poder, o de su sentencia, ahí estaba él, ahí estaba Rygal Di Rem, con una irritable sonrisa arrogante en su rostro. La misma sonrisa de ese día, la misma sonrisa que vio toda su vida, aquella que lo arrinconó al fuego del infierno, aquella que enmarcaba un destino inevitable bajo los hilos de su padre... El motivo de su lucha, y de su poder... El último clavo en el ataúd de su pasado... La última página de su historia, tenía que cerrar ese ciclo para siempre, pero antes que nada... Debía acabar con Rygal Di Rem de una vez por todas, y para eso, necesitaba a las personas que amaba a su lado... Por eso había vuelto.

En realidad, no había pasado ni un segundo desde que Rhys había entrado a la habitación, aunque el enfrentamiento de miradas se sostuvo por un efímero momento que parecía nunca acabar, pero Rhys cayó a tierra apenas sentir la mano de Lara apoyándose en su espalda y dándole un ligero empujón, fue con ese movimiento que notó que había quedado paralizado, pero fue lo suficientemente rápido como para volver a la realidad en un instante sin levantar sospechas, y de repente la habitación se hizo con claridad otra vez cuando encontró la sonrisa de su hermano al desviar su mirada.

—Hola a todos... Tanto tiempo —saludó alzando su mano un poco para que su saludo al menos no pareciera tan insípido.

Analizó la habitación entera en unos segundos, no había cambiado en nada, tampoco parecían haber trampas ni nada que amenazaran su presencia o la de Lara. Mientras hacía eso también distinguió que sus padres y Vlas no eran las únicas personas en la habitación... También había una pareja adulta acompañada por dos chicas, quizás de la edad de Vlas. Obviamente ellos eran una familia, sus hijas eran exactamente iguales, ambas tenían el cabello lacio color café, unos redondos ojos color azul, que le hicieron recordar a los de Lara. Eran unas chicas muy lindas, y como se había dado cuenta antes, demasiado iguales, sólo las distinguía el corte de cabello, una tenía el cabello suelto y la otra tenía una coleta que salía desde el medio de su cabeza y se abría al pasar por sus hombros... Notó como una de ellas apretaba la mano de Vlas y sonrió, así que él no había estado solo.

—Al fin bajaste... Dijiste unos minutos y ya hasta pasó media hora.

Escuchó a Vlas a su izquierda.

—Lo siento, es que estaba esperando a Lara... ¿No puedes aguantarte un poco la emoción, Vlas? —preguntó riendo, su hermano se veía demasiado feliz, entendió en ese momento que había tomado la decisión correcta al no ceder ante sus miedos—. Mamá... Volví a casa —se dirigió a Clio, quien lo miraba con cierta atención, denotada en el brillo de sus ojos.

—Rhys... —musitó ella, su voz se quebró apenas nombrarlo—. Has crecido tanto mi niño. —Se puso de pie y le dio un fuerte abrazo.

—Mamá... Te extrañé. —Rhys no pudo evitar emocionarse al verla, la había echado de menos demasiado. Ella siempre había estado para él en todo, y de un día al otro ya no, no supo que hacer, y se perdió... Seguramente ella estaría muy decepcionada de él, de todo lo que hizo... Nada de lo que ella le enseñó.

—Y yo a ti cariño... —Clio se separó de él y se secó las lágrimas para luego acercarse a Lara y saludarla con un beso en la mejilla—. Veo que vienes con compañía... Tanto tiempo sin vernos Lara.

—Hola Clio... —Sonrió Lara apretando la mano de su pareja, quien se había parado a su lado.

—Fueron muchos años Rhys... ¿Cómo has estado?

Ambos sabían la respuesta a esa pregunta de parte de Rygal pero en el contexto que se encontraban debían actuar de una manera que dejara paso un contexto más agradable para todos... Se sentía algo desagradable hacerlo para los dos igualmente, su odio era intenso, acumulado a lo largo de tantos años. Rhys sólo quería destruirlo en ese momento, y aunque Rygal pensaba lo mismo, en realidad tenía un deseo un poco distinto, divertirse un rato más era lo único que quería, sabiendo que todavía faltaba algo de tiempo para su encuentro.

—Si, diez años, ha pasado mucho... Me encontraba en Fons cuando escuché la noticia de los asteroides... No pensé dos veces en volver, debía asegurarme de que todos estuvieron bien, diez años no hicieron que me olvidara de mi familia. —Sonrió mirando a Vlas.

La admiración enmarcada en su rostro era en demasía, él sabía que no se había equivocado con su hermano, y que a pesar de todo lo que había sucedido en el pasado, sus seres queridos seguían siendo lo más importante de su vida.

—Me alegro por eso Rhys... También los felicito por su relación... Luego de lo de Thomas supongo que la has ayudado mucho para superar esa pérdida... ¿O me equivoco Lara? —preguntó Rygal.

Rhys notó ese tono tan cínico en su voz que sintió su cuerpo estremecerse, y sus pelos se pusieron de punta, ¿Por qué tenía que ser tan desagradable? De igual manera, no quiso responder lo que tenía pensado, esa pregunta era para Lara, y antes de pretender dejarse llevar, sólo quería apreciar la capacidad que su esposa poseía para saber cómo reaccionar en momentos como ese. Donde tenían que disimular y ocultar sus verdaderos sentimientos.

—Así es Rygal... Rhys estuvo conmigo luego de la muerte de mis padres todo el tiempo... Así como yo estuve con él luego de lo sucedido con Demian... Ambos sabemos cuándo y cuanto nos necesitamos, y siempre agradeceré todo lo que hizo por mí —aseguró ella.

A Rhys se le escapó una risa luego de tales palabras viniendo de ella. Lo había manejado muy bien, pero aunque haya intentado parecer más serena, había dejado salir mucho sus sentimientos hacia él, Rhys sabía que a veces se le era casi imposible no hacerlo, porque él sabía que Lara lo amaba mucho... Aun así, le agradecía que siempre que tuviera la oportunidad recordara lo mucho que él significaba para ella... Él también pensaba de la misma manera. 

—Sí, claro —masculló Rygal, para luego quedarse en silencio.

—Creo que fue suficiente momento familiar... ¿No? —preguntó Rhys dirigiendo su mirada hacia las visitas—. Perdón por la situación anterior, es que no nos vemos hace diez años y es un momento algo emocionante para todos... Por cierto, me presento... Soy Rhys Windsor, el hijo mayor... Mucho gusto en conocerlos —se presentó frente a los Allen.

—Y yo soy Lara Harch... La pareja de Rhys —adhirió ella recostando un poco su cabeza en el hombro de su esposo.

—Mucho gusto en conocerlos también Rhys y Lara... Nosotros somos Dexter y Georgia Allen... Hemos escuchado mucho de ustedes por igual —respondió el padre de Zenda, señalando a su esposa.

No se podía negar la fama de Rhys y Lara, esta se extendía por varias naciones, por varios contextos y diferentes ambientes, eran tan influyentes como poderosos y ricos, quizás la pareja más importante del mundo. Rhys Windsor debía su fama a muchas cosas, principalmente a su pasado como miembro de la Familia Real remiana y el clan Windsor, también de su antiguo estatus como heredero al trono de Remia, o el gran talento que poseía; decir que era un prodigio significaba apenas una mínima descripción de su persona, no había nadie que tuviera conocimiento suficiente sobre cualquier disciplina en el mundo que no supiera la influencia que Rhys Windsor había dejado en esta misma... Incluso diez años después de abandonar la Familia Real y volverse independiente siguió bajo el foco del mundo, su casamiento con Lara o su figura política que todavía representaba a Remia en varios lugares eran características que no permitían que él pasara desapercibido, aunque lo había hecho muy bien por años luego de haber dejado de lado varias de sus actividades políticas o dándole una gran privacidad a su matrimonio, como a su familia.

Por otro lado, Lara era la Directora Ejecutiva de la empresa de tecnología más grande del mundo: La Corporación Harch. Ella era descendiente del clan Harch, uno de las cinco familias más importantes e influyentes del Reino de Fons, propietario de la multinacional que funcionaba en las naciones de Fons, Remia, Filii Dei y Magnuria. Al mismo tiempo, ella era la heredera de su clan al ser la única hija de Thomas Harch, reconocido mundialmente por ser el encargado de expandir su empresa al resto del mundo, y comenzar a abarcar casi el 45% de todas las ventas de dispositivos tecnológicos, como computadores, teléfonos móviles, consolas, televisores, así como sus propios servidores, softwares y todo tipo de servicios relacionados a nivel mundial, su nombre se hizo sinónimo de éxito e dominio en cualquier economía global, y junto con el mismo, el de Lara también. Encabezando el ranking de las personas más ricas del mundo, y siendo uno de las cinco personas más influyentes del mundo, respaldada por el éxito de su empresa, y de la dependencia de las naciones a su tecnología, dejándola como la responsable del avance tecnológico de la sociedad.

—Vlas... ¿No crees que es de mala educación no presentarme a tus amigas también? —Rhys miró a las chicas que se encontraban al lado de su hermano, susurrando entre risas.

—Oh, sí... Ellas son Kora y Zenda —señaló Vlas.

—Un gusto conocerlas chicas. —Él se acercó y con una gran caballerosidad saludó a ambas. 

Era admirable la elegancia y educación de Rhys, pensaron Kora y Zenda, al mismo tiempo el cual tampoco podían creer lo atractivo y carismático que era el hermano de Vlas... Realmente se hacían una idea, Vlas lo había descrito tantas veces en el correr de los años que se hizo una figura recurrente en sus conversaciones, también las fotos que tenían juntos que él les mostraba, donde Rhys era un adolescente, pero incluso con todo eso, verlo en persona era distinto, y ciertamente las había cautivado a ambas. Alto, esbelto y guapo, con un cabello color castaño claro levemente ondulado y desordenado, pero viéndose elegante igualmente, acompañado por algunos mechones que caían sobre su rostro, adornado por unos brillantes ojos verdes afilados recubiertos por largas pestañas, sus también brillantes labios y su nariz eran pequeños, y remarcaban la delicadeza de su aspecto... Para ellas era como ver a Vlas diez años en el futuro, ellas eran gemelas, por lo que les parecía normal su parecido, en cambio ellos tenían doce años de diferencia, y su semejanza era asombrosa.

—El gusto es nuestro Rhys —respondieron ambas al unisonó.

—Gracias... Y bueno, ¿Qué me pueden decir sobre el tiempo en el que no estuve? —preguntó, caminando un poco por la habitación, hasta llegar a unos sillones paralelos a los que estaban sentados sus padres, ahí tomó asiento. Lara lo acompañó.

—Antes que eso deberíamos de saber cuánto tiempo te quedaras. —Rygal ya comenzaba a dejar ver sus intenciones.

—Vlas me hizo la misma pregunta hoy... Y la verdad que no tengo ni idea, lo que sí es seguro es que me quedaré aquí todo el mes, luego de julio recién comenzaré a pensar que hacer —Rhys ya se había adaptado al ambiente, y comenzó a hablar con más confianza de la que poseía antes de entrar a la habitación.

Él sabía que no se le iba a complicar, pero antes de superar esa barrera siempre tenía dudas, era algo que le había comenzado a suceder desde la guerra, luego de muchas situaciones que le hicieron replantearse su accionar, y su camino, aunque sabía enfrentarlas era la única manera en la que podía asegurarse de que podía llegar a dar la talla. Conocía su talento y sus capacidades, y su confianza y orgullo eran envidiables, aquellas a la que se podía aferrar cuando necesitaba sentirse intrépido, antes de que la situación lo sobrepasara y su cuerpo comenzara a reaccionar ante tal presión.

—Hmm... ¿Julio? ¿Pasará algo importante en julio?

Esa execrable sonrisa que esbozó en su rostro le demostró a Rhys que Rygal lo estaba intentando llevar hacia su lado y ponerlo en jaque. Pero él sabía que decir en todo momento, y esta vez no sería la excepción.

—Si... Se cumplen diez años de la muerte de Demian... Y quiero ir a visitarlo —la habitación rápidamente se hundió en silencio luego de Rhys decir eso.

Ante tal cambio de ambiente, él reconoció el hecho de que todos tenían conocimiento sobre lo que había pasado con Demian... Aunque realmente nadie sabía toda la verdad sobre ese día, y sobre todo lo que rodeaba esa tragedia.

—Cierto... —asintió Vlas, para bajar su mirada—. Ya han pasado diez años desde aquel día... —Tragó saliva al recordar el momento en el que se enteró de lo de su hermano.

Quería sólo borrarlo de su mente, pero eso conllevaría faltarle el respeto a la memoria de Demian, así que sólo debería vivir con ese dolor hasta el día de su muerte. Entre recuerdos felices y tristes, preparado para que su memoria nunca lo traicionara y le hiciera olvidarlo, porque Demian significó mucho, y la nostalgia era necesaria ante su recuerdo.

—No estuve aquí en ninguno de los anteriores aniversarios... Le fallé, y quiero intentar remendar los errores que cometí... Sé que donde sea que él esté me perdonará. —Rhys desvió ligeramente su mirada hacia Vlas.

Este lo miro de reojo y le sonrió, en realidad de quien más quería el perdón ahora mismo era de él... Pero era demasiado temprano para ponerse a pensar en eso, aunque irónicamente en cualquier momento terminaría siendo tarde.

—Todos sabemos cómo era Demian... Estoy segura de que él te perdonará Rhys... Todos sufrimos por él, pero todos también podemos asegurar de tú fuiste la persona más afectada con su partida... No importa todo lo que haya sucedido y lo que hayas hecho cuando estabas repleto de dolor y desamparo... Importa que ahora estés aquí con nosotros y que tu presencia nos traiga recuerdos... Para poder al menos revivir esos viejos tiempos en los que éramos felices todos juntos —declaró Clio.

A Rhys le sorprendió la respuesta de su madre. Ella lo miraba como intentando demostrarle que sabía lo que había hecho los últimos diez años... Como si entendiera sus acciones y hasta cierto punto perdonarlas... Quizás mediante la idea del recuerdo de Demian intentaba traspasar sus sentimientos... A ella también le debía disculpas por haberla lastimado y abandonado, pero dándose cuenta a lo que se refería con sus palabras comprendió en ese momento que ya tenía su perdón. Y era incluso más valioso que sólo decirlo con palabras, porque compartían un sentimiento más fuerte que cualquier cosa, un sentimiento que impidió que él no tuviera retorno, un sentimiento que lo salvó, de todas las maneras posibles. 

—Lo sé mamá... En nuestra memoria vive Demian... Esos momentos que todos vivimos con él y el gran dolor que nos dejó su fallecimiento, todo lo que nos dejó... Pero hasta cierto punto convertimos todo eso en voluntad, por eso puedo asegurar que por él y por nosotros sólo debemos tener en mente un camino para poder llegar a ser felices... Felices para siempre.

 

Unas horas más tarde…

 

—Oh, aquí estabas. —Lara salió al balcón donde encontró a Rhys, él estaba recostado en la barandilla de este—. Te estaba buscando y me perdí, la casa es gigante —agregó mientras se paraba a su lado, decidió quedarse con él a hacerle compañía por un rato.

—Oh, Lara... Estaba tomando algo de aire... Luego de la reunión de hoy creo que se me hizo necesario —respondió Rhys sin quitar la mirada del horizonte, el sol ya se estaba poniendo y el cielo mostraba un hermoso color carmesí. Quizás no era igual que cuando lo hacía en su hogar en Fons, pero igualmente le daba sentimientos encontrados.

—De todas formas no fue tan malo... Quizás yéndonos hacia el final las palabras de tu padre incomodaron la situación, pero la respuesta de tu madre luego de que dijeras lo de Demian me conmovió.

—Así es... Ella me perdonó, aunque no directamente, pero me lo hizo saber con ese discurso... A ella realmente le debo mucho.

—Parece que a Vlas también le gustaron sus palabras, lo vi limpiándose las lágrimas luego de lo que dijiste... «Felices por siempre», son palabras que ya he escuchado antes. —Ella extendió su mano y tomó la de Rhys, entrelazando sus dedos, él sonrió cálidamente—. Cuando me prometiste llevarme a la luna —rio.

—Lo recuerdo perfectamente... Todavía es una promesa vigente, no es algo que dije al azar sólo para enamorarte —bromeó pasando su otro brazo por el hombro de ella, y llevándola un poco hacia él. En respuesta, Lara recostó su cabeza en este.

—¿Sabes? Tu padre no se parece en nada a la persona que vi en Fons... De hecho, si no supiera todo lo que hizo podría asegurar que es una buena persona.

—Las apariencias engañan, te lo puedo afirmar yo... Las apariencias me engañaron por más de dieciocho años —apretó sus dientes con algo de resentimiento al decir eso.

Todavía estaba molesto con él mismo por haber sido tan ingenuo aquellos años. Nada de lo que pasó hubiera acontecido si no hubiera caído ante el engaño, con su propia ingenuidad como la culpable de su perdición.

—¿Qué harás cuando estés a solas con él?

—Hay tantas cosas de las que tenemos que hablar... Creo que me hará saber lo que está planeando hacer con Vlas, es sólo cuestión de tiempo para que mueva esa ficha, falta un mes.

—¿Y lo de Demian? También quieres conocer la verdad en torno a eso, ¿No es así? Lo que sabes sólo es la punta del iceberg.

—Si, eso es algo de lo que ya tengo un poco de conocimiento... Pero digamos que puedo llegar a unir muchos más cabos si termina confirmando lo que vengo suponiendo hace muchos años.

—¿Suposiciones?

—Sí, él jamás me dijo porque mató a Demian, quizás la palabra «mató» no sea la correcta, pero en esas evidencias decía perfectamente que él estaba involucrado en su asesinato —explicó Rhys.

—¿Entonces todo lo que rodea su muerte no tiene nada que ver con tu decisión?

—Tenía un mes Lara, como no tenía una sola persona para elegir tenía un mes para decidir realmente... Rygal vino a mí y me preguntó quién era, yo ya se lo había comunicado a Demian y ambos habíamos decidido que no involucraríamos ni a mamá ni a Vlas... Por eso le mentí diciendo que mi persona a elegir era Demian y que entregaría mi vida por él —respondió Rhys bajando la mirada—. Mi decisión si tiene que ver, quizás no fue el foco central, pero al apresurar su muerte al final todo lo que había estado meditando ese mes no sirvió de nada... Y creo que ese fue el verdadero plan de Rygal.

—¿Estás diciendo que probablemente la muerte de tu hermano haya sido por conveniencia?

—Algo así, como dije, a Rygal le hice saber perfectamente que yo no lo hubiera elegido a Demian nunca, que preferiría morir antes de perderlo, y entonces tomó la decisión de hacerlo él mismo.

—Ahora entiendo, él necesitaba que tú fueras el elegido, por eso ignoró tus deseos e hizo todo él solo, pero si tanto te necesitaba, ¿Por qué al final no terminó dándote explicaciones y optó mejor por desterrarte del reino?

Lara se hacía más preguntas cada vez que Rhys soltaba nueva información. Ese misterio al que ambos habían intentado encontrarle razón por muchos años no podría terminar hasta que Rygal abriera la boca... Y esa era la intención de Rhys.

—La pregunta exacta, aun así, tengo una teoría sobre eso.

—¿De qué se trata? —preguntó, una más intrigada Lara.

—Mira... Mi potencial y talento era mucho mayor al de mi hermano, si yo hubiera elegido a Demian por encima de mí, mi padre habría perdido la oportunidad de crear un arma de guerra casi invencible y más si sumabas su poder también —comentó Rhys—. Pero tomó la peor decisión posible al ocultarme lo de Demian... Yo jamás hubiera permitido que alguien me mintiera de esa forma, o que alguien asesinara a una persona que amaba tanto, su plan falló en el momento en el que se dio cuenta de que todavía no me conocía demasiado, y no tomó una segunda precaución en caso de que yo me rebelara en su contra... Y así sucedió, al final tomó la opción que menos lo ponía en peligro... Así que debo decir que sí, hubo una importante razón por la cual hizo eso, y es fácil descifrarla.... Fue miedo.

Luego de que Rhys cambiara el tono de la conversación a uno apagado Lara levantó la mirada y se cruzó con los brillantes ojos verdes de Rhys, estos estaban fríos y decididos, tenía una mirada capaz de congelar un volcán... Si que daba miedo cuando la furia se apoderaba de él.

—Así que esa es la razón por la que quieres proteger a Vlas —asumió ella.

—Vlas ya está destinado a esto, cualquiera de las dos opciones es un problema, yo no quiero que él tome la decisión sobre su vida, pero tampoco quiero que él sufra y se culpe por todo, tal y como me pasó a mí, las consecuencias que trae sentirse de esa manera son espantosas. —Tragó saliva al recordar algunas escenas horribles de su pasado—. No le puedo explicar esto ahora, tendré que hacerlo en su momento, es mucha presión para un adolescente de dieciséis años, pero cada día que pasa, es uno menos, y debo hacerlo lo antes posible —agregó.

—¿Quién será?

—Probablemente la hija de los Allen —alegó Rhys, casi como si fuera una obviedad.

—No sé si recuerdas pero eran dos, ¿Cuál de ellas? —preguntó Lara confundida.

—No lo sé —respondió Rhys entre risas—. Son iguales, de hecho ni siquiera recuerdo sus nombres muy bien, sólo noté la confianza que tenía Vlas con una de ellas, parece que tienen algo especial —agregó.

—Supongo que te refieres a la chica de cabello lacio... La que tenía ese vestido salmón... Si mal no recuerdo, su nombre era Zenda.

—Exactamente... Zenda, ella es la persona... Sólo espero que Vlas pueda comprender el problema que se acerca, con todo lo que me sucedió a mi pude entender que hay momentos donde el ser humano tiene que ser egoísta y darse cuenta de que por más que intente defender lo que más quiere, su vida también tiene un precio... Un precio demasiado alto, de lo que depende mucho más que sólo el amor, o su futuro.

—Tu hermano es un buen chico Rhys, no se merece todo lo que le va a pasar.

—Sí, lo sé... Pero para recibir algo tienes que dar otra cosa a cambio, todo esto llevara al dolor siempre, nacemos del dolor y viviremos de él, no podemos evitarlo, hay que saber sobrellevarlo y hacerse más fuerte para que podamos aguantarlo, el ser humano está hecho para eso... «De los errores se aprende, del dolor nace la felicidad, del miedo nace la valentía, del odio nace el amor y de la vergüenza nace el orgullo», ¿Recuerdas cuando me dijiste eso? —preguntó, a medida que su cuerpo giraba en sí, y enfilaba en dirección a la puerta de entrada.

—Si... Lo recuerdo perfectamente, también recuerdo lo que sucedió más tarde, y todo lo que eso desencadenó —respondió Lara haciendo reír a Rhys con ese recuerdo... El de su primera vez.

—Éramos unos adolescentes demasiado ingenuos... Pero al final esa ingenuidad me hizo enamorarme de ti, y estoy tan agradecido que haya sucedido de manera. —Rhys se paró en la puerta y se dio media vuelta para mirarla—. ¿Vienes? —preguntó señalando hacia adentro. 

—Claro, vamos —asintió Lara, y al llegar a él, lo tomó de la mano, para luego ambos desaparecer entre los oscuros pasillos de la mansión... Terminando su noche.