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Una Sempai realmente molesta.

— Um, Kyryun, tengo algo que necesito... eh, decirte.

Tartamudeé, mi voz temblando como una hoja en el viento.

Ella arqueó una ceja, expectante, como si ya supiera lo que estaba por decir.

— ¿Sí? Adelante, Cid. Estoy escuchando -dijo, mostrando una sonrisa intrigante.

Me rascó la cabeza, sintiéndome como un niño atrapado con la mano en la galleta.

— Es que, uh, me pareces muy bonita y... M-M-Me G-Gustaría que saliéramos juntos. ¡¿Saldrías conmigo?! -

Balbuceé, y como si estuviera actuando en una obra de teatro, hice una reverencia exagerada, esperando una respuesta que probablemente sería un educado rechazo.

Pero para mi total incredulidad, en lugar de rechazarme, ella sonrió de forma misteriosa y dijo:

— Acepto tu oferta, Kagenou. Vayamos a una cafetería.

...

Espera...

...

Un momento...

...

¡¡¡¿QUÉ MIERDA?!!!

...

Así que ahí estaba yo, atrapado en una situación absurda que ni en mis peores pesadillas había imaginado. ¿Cómo demonios había llegado a esto? Mi plan perfectamente elaborado para ser rechazado había fallado estrepitosamente, y ahora estaba siendo arrastrado literalmente por el brazo hacia una cafetería por una chica que ¡¡¡apenas conocía!!!

Mientras intentaba procesar lo que estaba sucediendo, mi mente divagaba entre dos posibilidades igualmente terribles. La primera era que esta mujer estaba completamente loca, una opción que cada vez cobraba más sentido a medida que avanzábamos hacia la cafetería. La segunda opción, y tal vez la más temible, era que quisiera tratarme como un esclavo, como su perro humano personal. Una relación de dominación que ni en mis peores pesadillas podría haber imaginado.

"No, no puede ser real", me decía a mí mismo, tratando de convencerme de que todo esto era solo un sueño vívido provocado por mi falta de sueño de la noche anterior. "Estoy teniendo alucinaciones por la falta de sueño, eso es todo", me repetía una y otra vez.

Pero entonces, la voz de Kiryuin rompió mis pensamientos.

— Dije que acepté tu propuesta

Dijo con una sonrisa juguetona que me heló la sangre.

Mis esperanzas de que todo esto fuera una ilusión se desvanecieron en el aire. Kiryuin tenía una expresión demasiado real para ser producto de mi imaginación. Y antes de que pudiera intentar escapar de su agarre, me arrastró con determinación hacia la cafetería, ignorando por completo mis intentos de resistencia.

Para empeorar las cosas, pude escuchar las voces de Ike y Yamauchi desde los arbustos cercanos.

— Maldito suertudo.

Murmuró Ike, evidentemente frustrado de que yo, de todas las personas, hubiera conseguido una novia, aunque claramente no sabía la verdad detrás de esta extraña "relación".

Por otro lado, Yamauchi solo parecía estar celoso de la atención que estaba recibiendo, haciendo comentarios sarcásticos desde su escondite arbóreo.

— Malditos idiotas, ¿no pueden ver que estoy siendo arrastrado a mi perdición aquí?

Pensé desesperadamente, rogando internamente por algún tipo de ayuda mientras Kiryuin seguía arrastrándome hacia nuestro destino.

...

Fuka me había arrastrado a la cafetería, y mi mente trabajaba a toda velocidad, tratando desesperadamente de encontrar una salida elegante y sin confrontaciones de esta situación incómoda. Estaba a punto de formular una excusa ingeniosa.

— Hmmm, oye Kiryui-

Está interrumpió y habló.

— Llámame Fuka, somos novios ahora -dijo con una sonrisa dulce, pero con un brillo de determinación en sus ojos.

— Ugh, esta chica...

Pensé para mí mismo, sintiéndome atrapado en una telaraña de la cual no había escape fácil. Mi intento de evitar la situación se desmoronaba ante su afirmación, y me encontré sin palabras, completamente desarmado por su repentina confianza.

— Hmm, Fuka, sabes, ya he comido y no tengo ganas de comer nada, así que... - intenté protestar, pero ella me interrumpió nuevamente con una mirada intensa.

— ¿Qué? ¿No vas a acompañar a tu hermosa y linda novia a tomar un café? Sabes, podría empezar a llorar - amenazó, sus ojos fijos en los míos.

Era claramente una táctica manipuladora, pero no podía ignorar la posibilidad de que fuera capaz de hacerlo. Imaginarla llorando en medio de la cafetería era como visualizar mi propia perdición, así que cedí, derrotado.

— Supongo que sí puedo acompañarte -dije, resignado, sabiendo que había caído en su trampa.

Fuka sonrió triunfante, como si hubiera ganado una batalla épica. Mi suspiro de derrota resonó en la cafetería, mientras seguía siendo arrastrado por el torbellino que era mi nueva "novia".

Suspiré profundamente... Este día será extremadamente largo y durarero...

...

Nos encontrábamos en la tranquila atmósfera de la cafetería, al parecer no había mucha gente y a simple vista tampoco veo a ningún compañero de clase. Al menos hay algo bueno de todo esto...

Pero mi mente estaba en modo crisis mientras intentaba descifrar cómo había terminado en esta extraña situación. Fuka, por otro lado, parecía estar completamente relajada, como si todo esto fuera perfectamente normal. Aparentemente, quería tomar las riendas de esta "relación", si es que podía llamarse de esa manera.

— Vamos a sentarnos en esta mesa, si te parece -dijo Fuka, señalando un rincón apartado de la cafetería.

— Sí, está bien -respondí, siguiéndola obedientemente. Me senté en mi silla, tratando de mantener una expresión neutral mientras intentaba armar las piezas de este extraño rompecabezas emocional.

Fuka tomó el menú, preparándose para hacer su elección, pero antes de que pudiera concentrarse en sus pensamientos, decidí interrumpirla, sintiéndome decidido a obtener algunas respuestas.

— Fuka... Hmmm, quiero preguntarte algo... -murmuré, intentando encontrar el momento adecuado para plantear mi pregunta.

Justo en ese momento, el mesero se nos acercó con su habitual sonrisa profesional, interrumpiendo mis palabras.

— ¿Qué desean pedir? -preguntó amablemente, esperando nuestras órdenes.

Fuka, sin perder el ritmo, miró al mesero y habló con firmeza.

— Pediremos un café para los dos. Nada más -dijo, como si su elección hubiera sido predestinada.

El mesero asintió y se retiró, llevándose consigo mi oportunidad de preguntar. ¿Cuántas veces iba a ser interrumpido hoy? ¿Acaso el universo estaba conspirando para evitar que descubriera la verdad detrás de esta extraña situación?

— ¿Quieres saber por qué te acepté? -preguntó Fuka, comenzando la conversación de la que había estado tratando de huir.

— Ah, sí, quería saberlo... -dije, finalmente teniendo la oportunidad de obtener alguna explicación. La miré, esperando escuchar sus razones y, quizás, encontrar algo de cordura en medio de este enredo absurdo en el que me encontraba.

Fuka me miró y empezó a hablar.

— Está escuela siempre me fue aburrida. En un momento pensé que había encontrado a una persona interesante, el presidente Manabu Horikita. Pero pronto me aburrí de este y no había nada que me interesará hasta que...

Dejo un suspenso en el aire. Así que le pregunté.

— ¿Hasta que? -pregunté, inclinando la cabeza con intriga.

— Hasta que apareciste, me pareciste muy interesante desde que te vi -dijo, su voz tranquila pero llena de determinación.

"¿Muy interesante?", pensé para mí mismo, sintiéndome confundido y algo halagado, aunque no estaba seguro de por qué. Intenté disuadirla de su percepción errónea.

— Me parece que te has confundido, Fuka. No soy alguien interesante, soy promedio y despreciable -comenté, tratando de desviar su atención de mí.

Ella soltó una risa, como si mi comentario fuera el chiste más divertido que había escuchado en mucho tiempo.

— Puedes engañar a los demás, pero a mí no, Kagenou. Mi intuición nunca falla y siento que estás actuando como alguien que no eres -dijo con una seguridad que me desconcertó.

¿Había visto a través de mi fachada de pervertido? Parecía que sí. Entonces, para mi horror, reveló su verdadero motivo para aceptar mi propuesta.

— Entonces, para que no te escapes, acepté tu propuesta. Así puedo amenazarte con contarle a todos sobre ti -dijo, su sonrisa adquiriendo un matiz amenazador.

Ahora estaba atrapado en un juego que no había elegido jugar, y Fuka tenía todas las cartas en la mano. ¿Cómo había llegado hasta aquí? Solo quería pasar desapercibido como un extra en esta película escolar, pero claramente el destino tenía otros planes para mí.

Suspiré profundamente, resignándome a mi situación, y decidí ir directamente al grano.

— Entonces, entiendes muy bien que no tengo sentimientos de por medio, ¿verdad? -pregunté, tratando de asegurarme de que estuviéramos en la misma página.

Ella asintió de manera juguetona, como si estuviera disfrutando de cada momento de esta situación.

— ¿Y tú qué quieres exactamente? -le pregunté, sintiéndome un poco abrumado por su naturaleza intrigante y problemática.

Fuka sonrió con picardía, revelando que todo esto no era más que un juego para ella.

— Solo quiero conocerte mejor, Kagenou. No te estoy obligando a que me muestres tus verdaderas habilidades, solo quiero conversar con alguien "interesante" y divertirme un poco. Así que, ¿qué dices? ¿Estás listo para ser mi compañero de diversión en esta aventura escolar? -preguntó, su mirada centelleando con anticipación y misterio.

Está chica solo me ve como una forma de diversión y curiosidad... Que problemática...

— Para que sepas, no voy a tomar un no como respuesta -dijo Fuka con una seguridad que me hizo sentir como un prisionero condenado a una cita forzada.

Suspiré profundamente, sintiendo la inevitabilidad de mi situación. Sin embargo, decidí adoptar una actitud positiva, tratando de encontrar algo de humor en toda esta locura.

— Sí, aceptaré esto. ¡Estoy muy emocionado de salir con una chica tan hermosa e increíble como tú! -dije con sarcasmo exagerado, tratando de hacer la mejor interpretación de un novio emocionado y agradecido.

— Sí, deberías agradecerme por darte la oportunidad de hablar conmigo -

— Fue sarcasmo...

Fuka ignoró mí comentario.

El mesero finalmente trajo nuestros cafés con una sonrisa amistosa en su rostro.

— Aquí tienen su orden. Que disfruten de su conversación amorosa -dijo con un tono juguetón, sin darse cuenta de la farsa que estaba ocurriendo delante de él.

Si supieras... Que me está obligando a ser su novio...

Mientras tomábamos nuestro café, Fuka se despidió de una manera que solo podía describir como seductora, aunque claramente en tono de broma.

— Te veré mañana, mi querido Kagenou -dijo, su mirada brillando con un brillo travieso.

...

Espera...

...

Mientras ella se iba, un pensamiento me golpeó con fuerza.

...

¡Ella no había pagado su parte del café!

Estaba tan concentrado en la situación que no me di cuenta de su astucia para evitar la cuenta. Maldita sea, ni siquiera quería un café en primer lugar.

— ¡Ni siquiera querías un café! ¡Solo querías hacerme pagar y burlarte de mí! -le grité mentalmente mientras el mesero se acercaba y dejaba la cuenta sobre la mesa, mostrándome el costo de los dos cafés.

¿Cómo había llegado a esto? Mi billetera sufría, mi paz mental se desvanecía y, para el colmo, mi vida amorosa se había convertido en una comedia romántica absurda y sin fin.

Suspiré profundamente, resignándome a mi destino mientras pagaba la cuenta.

Pero voy a ver lo positivo ante está situación. No hay forma de que esto se ponga peor... ¿Verdad?

...

El día siguiente en el aula fue un verdadero desafío para mi cordura. Suspiraba constantemente, tratando de encontrar algo de paz en medio del caos que se había convertido mi vida. Para mantenerme distraído, decidí apretar un hand grip que llevaba en mi mochila. Por alguna razón, el simple acto de ejercitar mis manos me calmaba, aunque solo fuera un poco.

En ese momento, Ike y Yamauchi se acercaron a mí, sus rostros llenos de asombro y enojo.

— ¡¡¡Te dijimos que no tuvieras una novia antes que nosotros!!! -exclamó Ike, lanzando una mirada acusadora a Yamauchi.

— Tranquilo, Ike. Estoy seguro de que esa chica ya se dio cuenta de lo aburrido que es Kagenou y terminaron -dijo Yamauchi con indiferencia, como si estuviera comentando sobre el clima.

¡Vaya amigos que tengo! ¿Dónde quedó la lealtad entre jugadores de videojuegos? ¿Acaso no significaba nada para ellos que compartiéramos horas de diversión virtual juntos?

A pesar de las burlas, al menos ahora tenía algo de paz y tranquilidad... hasta que sonó el timbre indicando la hora del almuerzo.

— Vayamos a la cafetería -propuso Ike, esperando que pudiéramos escapar de esta situación incómoda.

Justo cuando estábamos a punto de salir, la puerta del salón de clases se abrió de par en par, y mi peor pesadilla se hizo realidad.

Una chica de pelo plateado estaba enfrente de nosotros.

Hay no...

— ¡Hola, Kagenou! ¡Vamos a almorzar juntos! -exclamó, su voz resonando en toda la habitación, atrayendo todas las miradas hacia nosotros.

...

...

...

¡¡¡Ahora estoy en la peor situación posible!!!

...

¿Qué les pareció?

Me dio ganas de hacer otro capítulo y no desperdicie la oportunidad de hacerlo, ya que cuando estoy iluminado tengo que aprovecharlo.

Porque de repente me agarra un bloqueo de escritura y mejor hacerlo ahora.

Que malo que soy escribiendo romance de humor... Pero al menos lo intento.

Espero su continuo apoyo. Bye.

STsombracreators' thoughts