webnovel

Asentamiento

Desperté. Siento como si hubiera dormido increíblemente bien para estar durmiendo en una cueva rara fría. También me di cuenta de que esto es real y no es un sueño, cosa la cual no sé cómo tomármela. No me dio tiempo a pensar mucho porque apenas levantarme observé que el slime estaba conmigo. Me generó curiosidad, por lo que intenté hablarle.

—Eh... ¿Hola? ¿Puedes entenderme?

Cuando le hablé, vi cómo se le aparecían puntos como si fuesen ojos. Se me quedó viendo, pero me contestó, más o menos, pues asintió... o eso creo, osea es una pelota así que no entiendo bien qué hizo.

No tardé mucho en querer entablar una conversación con él. Por mi mente pasó el pensamiento de que parecería un esquizofrénico, pero creo que nadie me está viendo y si este tipo... o tipa... o lo que sea, me entiende, quizá es buena idea hablarle.

—¿Y puedes hablar?

Él asintió de inmediato. Sentía sus energías y eran más positivas que ayer. Aunque eso es una forma de decirlo, no siento energías ni nada. Aún.

—¿Entonces por qué no lo haces?

No recibí respuesta. Me decepcioné por unos segundos. Supuse que solo me respondería preguntas de sí o no, por lo cual solamente me limitaría a eso.

...

No se me ocurrió ninguna otra pregunta. Pasaron los minutos y sentía cómo me miraba esperando que cuestionara algo más. Me sentía presionado y tampoco pensaba ninguna pregunta interesante que se pueda responder con sí o no. Aunque, pensando de más, me di cuenta que pude entender a la chica de ayer, y lo que sea este slime me entiende. Asumo que también hablan español. No sé en qué clase de lugar esté, pero al menos puedo entablar conversación con alguien, si no pudiera seguramente me volvería loco.

—Holaaaaaaaaaaaaaaaaaa...- Oía desde la distancia acercándose. Era la voz de la mina peliverde. —Hola, buenos días.- Saludó una vez ya estuvo cerca. Despendía unas vibras bastante optimistas y familiares para mí.

—Hola, buenos días.

—Kairo, ¿quieres acompañarme a conseguir comida? Lo de anoche fue un poco de lo último que queda.- Me preguntó mientras hacía gestos tontos tontísimos pero amigables.

—Eh, está bien...

Tras aceptar, ella me llevó hacia afuera. Salí del lugar en donde aparecí anoche y era un bosque. Cercano a la cueva esta habían otras pequeñas cuevas y en general era como un área limpia rodeada de árboles bastante lindos. Al parecer ella vive aquí.

Me dijo que tenía que ir a hacer algo, y se fue entre medio de los árboles por lo que me dejó a mí solo (y al slime, pero básicamente solo) en el lugar. Decidí caminar por los al rededores, de verdad se sentía una energía inusual respecto a mi mundo normal. Se sentía como una constante brisa... o quizás solo tenía frío, la ropa con la que me trajeron a este mundo no es lo suficientemente abrigadora.

El lugar dentro de lo que cabe es bonito, aunque me da la sensación de que aquí parecería un vagabundo. O bueno, no creo que nadie normal viva en un lugar así. Tenía una mesa con sillas de madera un poco rotas junto a pequeñas cosas para cocinar en otra mesa aparte. Era una cocina pequeña pero útil.

En una de las mesas encontré algo parecido a un balero. Me acerqué y lo quise utilizar viendo que... eh... la tipa. Me olvidé su nombre, qué pena. 

Bueno, pero me senté y agarré el balero, y apenas lo toqué, sentí algo rarísimo en mis manos. No sé lo que fue, pero si es magia voy a ser increíblemente feliz. O bueno, realmente no creo, pero sería algo bueno.

—¡Holaaaaaaaaaaaaa...!- Oía desde la distancia otra vez. Era la peliverde. Venía desde un camino limpio que no me fijé que había, haciendo el gesto de saludar constantemente, el cual correspondí. —¿Estás listo?- Me cuestionó una vez se acercó a mí. Le asentí sin decir nada, y de inmediato me acordé que el slime estaba conmigo. No creo que lo haya dejado a mi cuidado o algo así, pero no lo vi en ningún momento.

—¡Entonces vamos!- Exclamó mientras se adelantaba por el camino llano del que venía. Yo me levanté y le seguí.

Mientras seguía sus pasos miraba para todos lados, realmente era un lugar muy bonito. No sé si porque nunca vi algo así, pero tanta naturaleza era bonita. O quizás esta naturaleza lo era, habían flores muy bonitas. No me atrevía a preguntarle cosas a ella porque no querría que dude de mí o algo así, aunque quizás soy más sospechoso no diciendo nada. Pero eso es también en parte porque me da pena no recordar su nombre.

—¿Sabes? Este lugar es muy bonito para pasear. Zakko y yo siempre pasamos por aquí. De hecho, aquí está.- Se dio la vuelta para decirme y mostrarme al slime. Estaba hecho una bolita más pequeña de lo normal. Su cara era graciosa, me reí al verla. Creo que se molestó un poco o bueno, no tengo idea porque su cara era graciosa así que no sé qué sentía él. O ella.

Era muy bonito el paisaje, y aunque ya llevábamos un rato caminando no podía percibir ninguna pizca de cansancio. Cosa rara, tampoco es que yo fuese muy de ejercitarme o algo así, debería estar muerto más o menos. Aunque técnicamente creo que lo estoy... De hecho tendría sentido.

—Oye, ¿cómo llegaste hasta mi casa?- Me preguntó sin voltear hacia mí, no podía ver qué estaba haciendo porque me encontraba detrás, pero tampoco parecía muy concentrada en la pregunta.

—Pues- Iba a contestar, pero realmente no sabía qué iba a contestar. Me detuve en medio de la respuesta para analizar la situación y ver qué mentira puedo contarle que se vea creíble. A decir verdad ella tampoco es que se vea de muchas luces por no faltarle al respeto de otra manera. Así que creo que cualquier mentira podría servir. —Estaba... en una misión, y de alguna manera me noquearon y al despertar estaba allí. Sí. Eso pasó.- Afirmé con cada vez menos convicción y con un tono de voz decadente, esperando que me crea.

—¿¡Qué!? ¿¡"Una misión"!?- Ella volteó inmediatamente. Sus ojos brillaban como anoche, al parecer le emocionó mi comentario.

No sé qué hacer en esta situación. No tengo idea cómo funcione este mundo, pero al parecer me tocará seguir confiando en que no le funcione muy bien el coco, sin ofender.

—Eh, sí... soy un aventure-

—¿¡¿¡¡¡¿¿¡¿¿¿¡¡¿¡¡¡¡Un aventurero!!??!?!??!?!??!??!!- Se me acercó a la vez que elevaba la voz de forma innecesaria porque ya estaba pegada a mi putísima cara y su putísima voz era un tanto aguda. Fue tal emoción que daba la impresión de que si esto fuese un texto escrito tendría demasiados signos de exclamación y preguntas.

—S-Sí...- Continuaba con la pequeña mentira (esperando que sea pequeña) asegurándole algo que desconozco cómo funciona. Sonando con cada vez menos confianza cosa que claramente ella no detecta por lo cual no duda ni un poco.

—¡Increíble! Oh, supongo que tienes un grupo, ¿no? aunque no es necesario pero yo por alguna razón sí lo necesito, osea, me han denegado el acceso varias veces con excusas cada vez menos lógicas, no entiendo porqué, creo que me odian...

Ella se continuó hablando demasiado tiempo más, mientras daba vueltas y deformaba la pequeña bola de slime que era Zakko. Ya me aprendí su nombre, pues lo mencionó varias veces en su extenso monólogo sobre los aventureros. Al menos aprendí un par de cosas. Mencionó que no le dejaban ser una aventurera ella sola, por lo que siempre quiso un compañero. Quizá por eso celebró cuando me encontró en su casa. Tendría un poco de sentido, aunque yo en su lugar habría tenido miedo y si tuviese la capacidad me habría tirado una bomba en forma de magia o algo así.

Pese a todo, parece una chica muy optimista. Me agrada oírle hablar de eso. Creo que me está cayendo bien, supongo. Al menos la única persona con la que me he encontrado me cae bien.

De Zakko todavía no sé mucho, pero me dijo que era de una raza en específico. Veniz o algo así, que son una raza de slimes celestes, que como que se especializan en defensa o algo así entendí. La verdad es muy confuso todo para mí y me olvidé la mayoría de la información importante que me soltó, no sirvo mucho para retenerla si no hay un diálogo gigante el cual puedo pausar a mi gusto.

Es por esa razón que solo con él no podía hacerlo. También se puede volver un humano, solo que él no lo hace mucho. Comentó que le extraña que haya comenzado a hablar tan poco, con ella hablaba mucho más al menos. Quizá sea por mi culpa, pero me dijo que no me preocupe. Tan solo es tímido.

—¡Y como te decía, por eso tenemos que ir con más prisa hacia el poblado, vamos!- Finalizó su charla jalándome del brazo y corriendo. Tras un buen rato corriendo, podía sentir que llegábamos. Estaba escuchando a muchísima gente. Esto debe ser igual a volver a ser integrado en la sociedad luego de haber pasado por un manicomio. O por la prisión.

Parpadeé y de un segundo para el otro me encontraba en un poblado muy vivo. Había mucha gente al rededor comprando, casas, niños jugando, gente charlando... Realmente era una vista muy bonita sumada a la naturaleza de este lugar. Había una fuente muy linda, y había gente realmente llamativa. Se veía un lugar bastante grande, y la mayoría de personas vestían atuendos muy extravagantes por no decir que si estuviesen en mi mundo este lugar olería o a ajo o a falopa. Y a algunos los llevarían a prisión como mínimo.

Al parecer la chica peliverde que me acompaña notó que estaba prejuzgando a todo el mundo por mi cara, y me dirigió la palabra.

—Oye, ven. Te enseñaré el gremio.

Le seguí, pero eso no evitó que siguiera criticando brutalmente a todo ser humano que viese. Me parecía increíble que realmente estuviese viviendo esto. Me puse a ver la palma de mi mano mientras disociaba acerca de lo que me estaba pasando. Sigo creyendo que esto está pasando demasiado rápido para mí, no sé cómo debería reaccionar a esto. Morí y no he tenido tiempo para llorar o preocuparme por mi vida. Acabé en un pueblo de lo que parece ser otro mundo rarísimo con gente que no conozco de la cual depende mi vida. Estoy sorprendido de que no esté muriendo de miedo, o más preocupado de lo que lo estoy. De hecho, no siento ninguna emoción. Es raro, pero realmente no sé qué hacer. Avanzo con una vida que no sé si es real, a lo mejor todo esto es un sueño y estoy en coma. Solamente he podido pensar en mí en el lapso de tiempo en el que llegué anoche y me encontraba demasiado cansado como para no quedarme dormido.

De verdad que desconozco qué debería hacer aparte de seguir a la tipa esta. Es mi primera vez muriendo, quizá la siguiente vez que me pase lo haga mejo-

Sentí un leve choque.

—¡Oh, perdón!- Pedí disculpas, pues había chocado a una... chica de pelo café, con un mechón naranja largo bastante vistoso. Ojos naranjas también. Por alguna razón, su mirada me hacía sentir extraño, aunque me pareciera linda.

—No, no pasa nada. Perdóname tú.- Replicó la chica con un tono preocupado. Por alguna razón, su acento me pareció gracioso. Era un acento que se me hizo un poco familiar, pero no podía decir de qué.

Ella luego de eso se fue junto a un chico pelirrosa. Se me hizo familiar esa chica, pero ni idea. Aunque ahora que lo pienso, ella también entendía mi español, y yo entendía el suyo. 

—¡Oye, Kairo! ¿Qué estás haciendo R#(/@!$!?- La chica peliverde me gritó. Fue desconcertante, no entendí nada de lo que me dijo, se escuchó como estática, más o menos. —¡Oye, te estoy hablando!

Pese a lo raro que pasó, fui con ella. Caminamos un poco y llegamos a una tienda, en la cual parecía que era recurrente. La señora de la tienda la reconoció.

—¡Shair! ¿Qué tal has estado?

Gracias, señora de la tienda. Te debo un favor enorme. Jamás olvidaré el día en el que me ayudaste a recordar su nombre, se lo devolveré algún día. De hecho, si algún día soy millonario, me encargaré de que su tienda sea internacional, o bueno, algo así, lo más cercano posible.

—¡Bieeen! ¡Lo mismo de siempre, por favoor!- Contestó Shair a la señora, la cual parecía saber de inmediato lo que mi compañera quería.

—Veo que encontraste a un chico, eh.- Comentó la señora mientras le daba una bolsa y Shair le pagaba, la cual se rió de lo que dijo.

—¡Apareció en mi casa de un día para el otro y me lo quedé!

Suena horrible, pero creo que es lo que pasó. La señora y Shair conversaron bastante, y yo me quedé viendo los al rededores. No escuchaba mucho su charla, pero a veces volvía a reconectar y llegué a entender cosas acerca de irse de aventuras. Supongo que es algo que me gustaría hacer aprovechando que todo esto es nuevo para mí, aunque tendría que intentar acostumbrarme a todo primero. Dudo que la hiperactiva esta sea considerada conmigo, o ni debe pensar que me pasa algo raro, pero agradecería pasar un rato más por estos lugares y conocer más. Quisiera conocer más de este mundo, ya que tengo la oportunidad.

—¡Graciaaas!- Agradecía Shair, gritándole mientras nos alejábamos de la tienda y se despedían mutuamente.

Posterior a eso, dimos un paseo por el breve paseo por el pueblo. Parecía más grande de lo que realmente era, pero estaba muy bonito a mi percepción. La gente era muy amable, o quizás solo se deba a que Shair lo es con ellos. Conocía a la mayoría o eso podía entender, pues saludaba a todos y le devolvían el saludo. Con algunos conversaba y la mayoría se sorprendía de mí.

Con todo esto, creo que me confirmé que al menos hay mucha gente que habla español. Esta gente no tiene mucho acento eso sí, a veces suenan como a robots, o a películas con un doblaje malísimo intentando tener acento neutro que hace que se termine escuchando horrible.

Nos quedamos un rato más paseando por el pueblo y conversando, hasta que notamos que ya estaba anocheciendo, y Shair dijo de volver a casa. Pasó volando el día, casi ni notaba cansancio por haber estado caminando literalmente todo el día. No tuve tampoco noción del tiempo, no sé en qué momento se hizo casi de noche.

Mientras volvíamos hacia el hogar, me quedé mirando mis manos. Las notaba demasiado raras. Como si no fueran mías, o como si estuvieran dormidas, o no... es muy difícil de explicar.

—Oye, ¿estás bien?- Cuestionó por mi salud Shair, quien notaba el para nada normal comportamiento que estaba teniendo.

—Oh, más o menos. 

Ella se me quedó viéndome con cara preocupada. Le devolví la mirada un momento pero de inmediato volteé porque me dio vergüenza.

—¿Me mentiste, verdad?- Preguntó. Su tonalidad me transmitió una cantidad enorme de pena, pese a que no lo expresara como tal. Asumo que se refiere a cuando le dije que era aventurero.

—Sí.

Continuamos regresándonos a casa, pero ella dejó de contestar por un rato. De vez en cuando volteaba a verle, y vi que llevaba al slime en las manos, mirándolo sin decir nada. Y él; ni idea. No podía verle la cara.

Me dio pesar, pero no podía mentirle. Iba a llegar un momento en el que pasara factura. Eso sí, no entiendo cómo conociendo tanta gente y llevándose bien con ellos nadie quisiera hacer grupo con ella. Supongo que lo ha intentado, y me da más pena pensar eso. Ahora entiendo que se emocionara conmigo antes, al menos un poco más.

—Lo siento, no creí que reaccionarías así. No tengo mucha idea de nada de por aquí, y dije lo primero que se me ocurrió.- Quería intentar animarle, o algo así, tampoco daba la impresión de estar triste. Pero no me gustaba el silencio. Al menos este silencio no.

—Pero... ¿no te opones a la idea?- Ella me hablaba mientras dirigía su mirada hacia mí lentamente.

—¿Qué idea?

—¿Te gustaría ir conmigo y Zakko de aventuras?- Me ofreció, mientras alzaba a Zakko a su cabeza.

—Claro.- Acepté, sonando un poco inseguro, pero acepté.

Ella sonrió.

No pude disfrutar las vistas de vuelta a casa, pues estaba un poco ansioso por ella, pero para mi alegría se resolvió rápido, o al menos me dio la impresión.

—Me gustaría conocerte más.- Oí.

Por algún motivo, subió mis ánimos que dijera eso. Me cae bien. Aunque creí que sería más tonta... Espera...

—Oye, ¿cómo lo supiste?- Cuestioné.

—¿El qué?

—Que te mentí.

—Por las caras que ponías cuando mencionaban otros lugares del reino. Y, bueno, un aventurero no usaría esa ropa.

Sigo sin entender qué tiene de malo mi ropa. Como si la de ella no estuviese peor, osea, literalmente está rota. ¿Qué le pasa? Me ardí. Pero no le diré nada porque soy buena gente. Y parece que ella también lo es.

Volvimos a casa, o bueno, "casa". El lugar este feísimo en el que duerme esta chica y por consecuente dormiré también hoy. Espero que si vamos a otros lugares, pueda dormir en una cama de verdad. Pese a que ella tenga pinta de preferir dormir en pasto. Sin ofender.

—¿Tienes hambre?- Me preguntó, mientras llevaba las bolsas a la mini cocina esa.

Eso es otra cosa, en ningún momento sentí mucha hambre pese a estar todo el día sin comer. Ella había comido un par de cosas que compraba en el paseo, pero yo no comí absolutamente nada pese a que me ofreció. De todas maneras acepté una comida, porque tampoco quiero morirme por no comer ni nada así.

Pasé un rato sentado junto al slime, sin decir nada. Shair estaba contándome muchas cosas innecesarias para mí, o al menos eso espero, porque no le presté atención en nada. Solo olía de vez en cuando lo que preparaba y de verdad estaba muy rico, no entiendo porqué o cómo, pero me gustaba mucho lo que preparaba.

La peliverde terminó de cocinar, y trajo un plato para ella y para mí a la mesa. Yo personalmente no esperé nada y me puse a comer porque no podía evitarlo, esto debe ser como una especie de droga de este mundo o algo así.

—En serio te gusta mucho...- Escuché de Shair, quien me miraba con una expresión de felicidad pero a la vez un poco de extrañeza por mi inmediata absorción de la comida que preparó. —Oye, ¿qué magia usas? Asumiendo qu...- Apenas nombró "magia" algo en mi cabeza se iluminó. Detuve mi insaciable apetito para prestar atención, aunque fue exactamente lo que no hice, pues como cuento, apenas nombró "magia" comencé a imaginar un montón de cosas en vez de escuchar lo que dijo.

Pasó un rato hasta que ella dejó de hablar, y se me quedó mirándome fijamente. Como si supiera que no escuché nada de lo que me contó.

—¿Quieres que lo repita?

—Sí, por favor.

—Hmm... Siendo más directa, ¿sabes usar magia?

—Eh...- No sé porqué, pero me dio pena decir que no. Igual lo dije, no iba a mentir. —No.

—Supongo que podrás aprender cuando vayamos hacia Giruboken. 

Qué nombre más raro, pero asumo que es el nombre del pueblo al que iremos.

Ella comenzó a comer, por lo que yo terminé mi plato. Tampoco quedaba mucho, pero un poco. Ambos terminamos de comer, y nos despedimos. Era un poco gracioso, pues estábamos como a 10 pasos del otro, pero igual nos despedimos. Aunque ella se despedía como diez veces. De hecho, sigo escuchando "¡¡¡¡Buenas noches Kairo!!!!" retumbando en mi cabeza. Le respondí la mayoría, pues me sentiría mal si no.

Esta vez me costó mucho más dormir que ayer. Casi que no pude. Me quedé viendo las estrellas, las cuales se veían muy lindas. No pude fijarme mucho en ellas debido a que se comenzaron a oír pasos. Estaba preocupado, pero esperaba que fuera mi imaginación.

Me levanté un momento, hasta que vi a una persona. Estaba haciendo... eh... ¿Flexiones? En frente de nosotros. Era un poco raro, y no sé hasta qué punto decir incómodo. Pero voy a hacer como que no vi nada. Voy a golpearme la cabeza hasta dormir.

A no ser que ya esté durmiendo y eso sea un sueño...

Quién sabe.

—¡Buenas noches, Kairo!- Increíble, aún no se duerme.

...

—Buenas noches.