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La vuelta a casa

El muchacho entró en la cantina de su tía Elsa tranquilo con su bandeja de pasteles en la mano y una bolsa de haber estado de tiendas en la otra, nadie podría decir por su actitud que hacía menos de veinticinco minutos que había matado a un hombre a sangre fría.

"Ohhhhh mis pasteles, ¿había mucha gente?"

"Si la había, pero me tomé un café con Jane mientras esperaba..."

"Bueno, me alegro de que sigas manteniendo tus amistades, siempre me ha gustado esa chica..."

"Voy a cambiarme antes de que empieces a hacer de alcahueta..."

Subió a la vivienda de su tía en el piso de arriba y se cambió de ropa, no es que estuviese manchada de sangre, o pudiera delatarle, estos tipos de trabajos estaban mucho más preparados. Jane le había dicho el nombre de la tienda donde tendría una muda de ropa con capucha y el arma, ninguna de las dos cosas podía vincularse con él. Como cualquier muchacho que estaba de tiendas entró por una tienda y en un probador ya tenía todo listo, simplemente para esquivar las cámaras de la calle principal salió por la puerta de detrás a un callejón y de allí a la fábrica que estaba relativamente cerca, a la vuelta aunque cambió de dirección varias veces y se escondió para despistar en varios sitios llegó a la misma tienda y dejó el arma y la ropa para volver a salir vestido de calle.

Sus armas y su ropa con blindaje fue guardada como siempre en el compartimento oculto en el piso de su tía, de este modo y ya de nuevo con la ropa más cómoda y adecuada para el viaje, volvió a bajar. No le preguntó a su tía por los pagos, ni por el cargamento que iba en el camión en los compartimentos secretos, en Ciudad Cawan los bajos fondos funcionaban basándonos en la confianza. Si hubiese habido algún problema, su tía se lo hubiese dicho.

Arrancó el camión y salió hacia la barrera, tras recuperar sus armas y saludar a los guardias, salió tranquilamente de la ciudad para volver a la granja.

El camino hasta la granja era largo, casi seis horas por malos caminos, para cuando Bastian llegó a la granja ya era pasada la media noche; sin embargo, su tío, el abuelo y la abuela estaban esperándole. No intercambiaron largos saludos, las palabras podían esperar, lo primero era descargar el camión, volvía de vacío, hasta dentro de tres semanas no necesitaban llenarlo con suministros, eran tres semanas de pura ganancia.

Cuando acabaron los cuatro se sentaron en el salón, la abuela le había guardado un plato de sopa y unos filetes, el muchacho comenzó a comer con apetito.

"¿cómo ha ido todo? ¿Novedades en la seguridad o con los funcionarios, por el nuevo inspector?"

"Nada grave, obligan a todos a tener siempre el bloqueador de Qi encendido, pero nada más, los negocios los he cerrado con Glastor..."

"Es normal, para mover todas esas piedras y los potenciadores oculares, no hay nadie mejor, en Ciudad Cawan no hay demanda para tanto producto, algo más..."

"Sí, parece que Glastor descubrió un chivato, me ofreció el encargo oficial..."

"¿qué tarifa has pactado?"

"El doble de la normal..."

"Buffff con el nuevo inspector rondando tendrías que haber pedido el triple... espero que no haya muchos más en las próximas semanas o las cosas pueden ponerse feas, aunque Fondag es un idiota, no me gustan sus ojos..."

El abuelo era un profesional, quizás el muchacho había vendido muy baratos sus servicios, pero bueno, dos veces la tarifa normal por un asesinato no era mala cosa.

La abuela mira a su nieto, no es que le fuese a reprochar la reputación que se estaba labrando, o que matase a un chivato, le preocupaba la tranquilidad con la que un chico de solo diecisiete años asumía esas cosas. Realmente el mundo que le había tocado vivir al muchacho era una mierda.

"Bueno, con los cincuenta mil legales, los trescientos cincuenta mil de las piedras y los potenciadores, más todos los recursos químicos, hemos hecho una buena suma, ¿por qué no había cajas de munición en el camión?"

"Glastor me ofreció pagarme también esa parte en dinero, la munición tardará un par de semanas, me imagino que no tenía esa cantidad lista para la entrega"

"Con este viaje realmente podremos minimizar nuestros gastos legales este mes, creo que no necesitaremos mucha más munición como reservas para la larga noche..."

"¿Que reservas más quieres tener viejo loco? Tienes la montaña llena de almacenes llenos de armas y munición, aunque la larga noche durase tres meses y no una semana, armas y balas no es lo que te faltarán"

"Ya sabes que esta vez nos toca a nosotros ser los anfitriones de la mesa de Cawan durante esos días, con todos los que vendrán es mejor que podamos armarlos a todos, acuérdate del desastre de la granja Dolgas, aquella vez muchos acabaron peleando con los cuchillos de la cocina contra los monstruos que atacaron la muralla"

"El viejo Dolgas era un idiota sin remedio, y a nosotros nos quedan aún cuatro meses para poder organizarlo todo, tranquilo Zion, hay tiempo de reforzar las reservas, Julius trajo ayer dos escolopendras gigantes, creo que con los nuevos suministros podré hacer varios potenciadores de resistencia al veneno y un antídoto genérico, venderemos los potenciadores... Por cierto, Bastian ya he analizado el anillo..."

El abuelo miró seriamente a su mujer y a su nieto...

"¿qué anillo?"

"Perdona, con todas las cosas que han pasado se me olvidó comentártelo abuelo, me encontré esa cosa incrustada en la del Alpha, ¿ya sabes lo que es, abuela?"

"Podemos estar tranquilos, está descargado, emite un rastro tan pequeño de magia que los drones no podrían detectarlo, aunque lo tirásemos en medio de la ciudad, parece que es un auténtico Jalker de defensa, es una lástima que no sepamos como recargarlo..."

"Déjame ver esa cosa..."

El abuelo comenzó a mirar el anillo con atención, parecía que estaba buscando algo... Su cara se iluminó cuando encontró la marca.

"Esto es un anillo militar, concretamente un anillo de comandante de los Espadas del Reino Purg... ¿Dices que estaba en la pata del Alpha? Preparad los proyectiles somníferos, mañana le echaremos un ojo a esa lobera..."

Todos miraron sorprendidos al abuelo.

"¿cómo sabes todo eso?"

"Ves esa marca, Marisa, es el sello de la Fábrica Real de Armamento de ese antiguo reino"

"Para ser un viejo soldado nunca dejarás de sorprenderme..."