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La tercera prueba de fuego

Una esencia grande y roja salió disparada desde el cadáver del monstruo...

"Felicidades al jugador por absorber la esencia de demonio menor durante el tutorial. +2 constitución"

Rebusqué entre los restos del demonio, 55 piedras rojas se sumaron a mi contador, haciendo un total de 328 piedras. No sabía que podía sacarle al mercader por ellas, pero no creo que fuese una mala marca...

Los únicos dos objetos que llevaba consigo fueron un medallón que emitía una magia desconocida y una llave extraña...

Baje las escaleras, realmente no me había fijado en la cantidad de plantas que había ido subiendo, cuando llegué al despacho del mercader, este estaba paseando como un gato encerrado, dando vueltas de arriba a abajo y mirando de soslayo a la puerta por donde yo acababa de aparecer.

El mercader era un humanoide, lo hubiese llamado humano sino fuese por la piel azulada y por el hecho de tener 1 dedo más en cada mano, por lo demás era la viva imagen de un mago de película, túnica, barba, sombrero puntiagudo y cara de loco o despistado...

"¿una siesta en el camino? Vaya ya pensaba que te habían matado ahí dentro..." Preguntó no sin cierta sorna.

"nah.... me tomé el tiempo de recuperarme un poco antes de decidir bajar..." Le repliqué en el mismo tono jocoso, desvelando poco o nada de lo que había pasado realmente.

"En fin vamos a los negocios ¿conseguiste la piedra?" Afirmó más que preguntó.

"Si tranquilo, no he conseguido muchas pero las tengo conmigo" Mentí

"Vale a partir de aquí gastarla o conservar una es cosa tuya, aquí tienes las tarifas y las cosas por las que puedes cambiar las gemas..." Sacó un pequeño pergamino con una bonita caligrafía...

"¿las cosas que puedo conseguir son las mismas cuando suba a las otras dos pruebas?" Miré el pergamino que era bastante corto y escueto...

"Claro que no, cuanto mayor riesgo mayor premio... podrás seguir comprando cosas pequeñas claro está pero tendrás una abanico mejor donde elegir..." No sabría deciros si estaba o no contento por dar esa información...

Respiré hondo callándome mis pensamientos... si la lista no estaba completa y las piedras eran las mismas para que gastarlas ahora... igualmente quería ver que podía ofrecerme...

Objetos y armas comunes 5 piedras...

Poción básica de curación 10 piedras...

Pociones de protección contra los elementos 15 piedras...

Habilidades comunes 20 piedras...

"buff todo es muy caro, no necesito equipo nuevo... y para pociones no me llega..." Mentí de nuevo poniendo cara de pena...

"Siempre puedes venderme la chatarra y negociar un poco..." Más que una conversación parecía un juego del gato y el ratón y él lo disfrutaba.

 

"En ese caso mejor me espero y te la vendo toda junta..."

"¿Seguro que no quieres una poción de curación... puedo dejártela en 8 piedras por ser tu...?"

"Nada, nada, ¿son las mismas condiciones en la siguiente prueba, el mismo tipo de piedra?"

 

"Las condiciones son las mismas y las piedras son prácticamente iguales solo cambia la firma de energía, pero no son mejores ni peores que las otras..."

"¿alguna pista sobre la siguiente prueba...?"

"Si quieres información te costará 2 piedras..., si quieres información de calidad 5 piedras"

Aunque sabía que me estafaría piedras no era precisamente lo que me faltaba... Saqué las cinco piedras y las dejé encima de la mesa, aunque no era un gran actor me esforcé en poner cara de que me dolía desprenderme de ellas...

"Los monstruos en esta escalera son inmunes a todas las magias menos al frío, al agua y la muerte, siempre puedes matarlos con ataques físicos pero no son blandengues como los duendecillos te lo advierto..."

Realmente la información valía para mi que era un cheater su precio, ya que me ahorraba los sufrimientos innecesarios de ensayo y error.

Salí al pasillo y continué hasta encontrar la siguiente puerta, la sala al otro lado era exactamente igual, el escritorio y la puerta detrás con su ranura.

Inserté mi moneda de plata y me encontré con unas escaleras que bajaban... Con la restricción al daño del resto de magias esto me dejaba sin mis mejores habilidades de daño, el rayo y el aire... sin magia de hielo solo me quedaba el recurso al agua, que era limitado ya que extraer agua del ambiente tardaba o usar el agua dentro de mi odre... me había acostumbrado a irlo rellenando de vez en cuando condensando el ambiente... pero de un odre no podía sacar más de 20 balas... y eso contando con que no las esquivasen... Me seguía resistiendo a usar magia de la muerte pero estaba en un callejón sin salida si quería superar toda la prueba tendría que adaptarme...

La mejor descripción de la criatura sería un diablillo sin ojos, 70 centímetros de alto, piel roja, cuernos, cola y alas, no llevaba armas, simplemente volaba en medio de la habitación dejando una estela de fuego a su paso...

Solo por verificar que la información era fiable intenté empujarlo con una corriente de aire, pero ni se inmutó, como si no fuera con él la cosa, solo chasqueó los dedos y varias pequeñas bolas de fuego volaron en mi dirección... Abrí una grieta y las esquivé apareciendo cerca de la criatura, una serie de pequeñas explosiones resonaron en la sala... intenté alcanzarle con mi lanza pero su movilidad y pequeño tamaño flotando en el aire me lo impidieron...

Al final se transformó en perseguir a una mosca por la habitación, si lo seguía salía volando y me lanzaba las pequeñas bombas, si por casualidad se veía acorralado se transformaba en llama y se esfumaba reapareciendo en el fuego de alguna de las antorchas que había en la habitación, y si alguna de mis magias o tretas lo molestaba especialmente el diablillo descargaba un rayo de fuego hacia a mi...

El combate estaba en tablas, ni el me hería ni yo a él... cansado del juego del gato y el ratón cambié de estrategia y lance mi magia de viento para extinguir el oxigeno que alimentaba las antorchas. Al menos ya no podía huir de llama a llama...

 

Cabreado comenzó a lanzar sus rayos de fuego en una secuencia loca... el problema es que no tenían más de 4 metros de alcance... esta vez era yo el que me mantenía a distancia... Me fue acorralando contra una de las paredes de la sala... cuando ya podía notar la piedra a mis espaldas, levité y comencé a volar hacia él esquivando sus rayos de fuego mientras me acercaba...

"Esto no te lo esperabas verdad..."

Intentó recular pero era tarde, mi lanzada atravesó su hombro dejándolo ensartado, volé hacia la pared contraria con el monstruo controlado y sin poder escapar. Estampé su cuerpo contra la pared y comencé a golpearle con el borde de mi escudo... un golpe... dos golpes...cinco golpes... tardó más de once golpes en morir... Era verdad que eran duros para todo lo pequeños que eran... no soltó ninguna piedra pero ya me lo esperaba...

Primer apunte reducir su movilidad antes que nada...

El segundo diablillo se quedó sorprendido cuando en vez de atacarle lo primero que hice fue extinguir las antorchas, lanzó sus bombas pero al igual que antes yo ya no estaba allí, al mismo tiempo que reaparecía lancé el contenido del odre al aire y más de 20 balas de agua atravesaron su cuerpo dándole una muerte rápida y eficaz...

Necesitaba tener el odre lleno antes de avanzar, lo cual acababa haciéndome perder bastante tiempo después del combate...

Controlar dos diablillos a la vez tampoco fue un problema, y eso que el ataque con las 10 balas de agua a cada uno no garantizaba matarlos aunque sí los dejaba muy maltrechos para que hicieran un combate digno...

Al empezar a llegar tres diablillos a la vez la cosa se complicaba bastante... Repartir las balas los hería pero muchos seguían teniendo la fuerza de seguir lanzando sus explosiones y rayos, mientras remataba a uno los otros atacaban... es cierto que acabé con todos ellos pero en grupos más grandes serían un problema... Estos grupos de tres también dejaron la sorpresa de comenzar a dejar gemas... una por grupo...

Si tan solo supiese como activar la magia de agua de mi lanza todo sería mucho más fácil... no había botones, palabras, mecanismos ni nada que activar... probé a usar mi energía de la voluntad para activarla pero no pasó nada... en cambio cuando la infundí con magia de agua un chorro de agua a presión salió de la punta dejando un corte en la pared de enfrente... pero más importante que eso había creado agua de la nada... lo que me daba más munición y con más munición avanzar no sería cosa tan difícil.

Irrumpí en la siguiente sala lanzando el chorro de agua por delante con mi lanza que dio de lleno a un pobre diablillo, al mismo tiempo que las antorchas se apagaron y yo saltaba a una grieta para esquivar las bombas que ya estaban lanzando las criaturas... más de 30 balas golpearon a cada uno de los cuerpos...

Quizás a este paso no tendría que usar mi energía de muerte... o eso pensaba en ese momento...

El que presentía que sería el último grupo de cinco diablillos había muerto... ¿que tocaría ahora sus hermanos mayores?