47 Tercera Memoria (1)

Los ojos de Yuki se enturbiaron mientras lo observaba. —Es un desperdicio que él se haga acabar pero yo no puedo moverme. Lamió sus labios y luego intentó luchar contra las restricciones. Como era de esperar, no se movieron.

—Pensé que habías dicho que estabas demasiado sensible, parece que quieres lo que tengo justo aquí —Cedric pasó su mano deliberadamente arriba y abajo mientras decía esas palabras.

—Lo deseo. Soy sensible pero es un desperdicio que hagas esto. Quiero que estés dentro de mí y verte me hace arder el cuerpo de deseo —Yuki lamió sus labios de nuevo y esperó por lo que vendría.

—Continuaré esto por ahora. Como dije esta es tu castigo por entrar en mi estudio mientras no estaba en casa. Si hubieras esperado no tendría que castigarte. Es normal que el Amo castigue a la esclava desobediente. Así que siéntate y disfruta del espectáculo —Cedric se masturbó lentamente frente a ella. Continuó hasta que estuvo a punto de alcanzar el clímax. Se detuvo en ese punto y lo acercó a su boca—. ¿De verdad quieres esto?

La cara de Yuki ya estaba escarlata por todas las provocaciones pero ahora su rostro era de un color carmesí más profundo. Miró el pene que estaba ahora a nivel de su cara. —Sí, Amo.

—Me encanta realmente que estés tan bien entrenada. Te permitiré chuparlo pero si no tragas todo el esperma habrá otro castigo —Cedric subió a la cama y se acostó. Con un chasquido de sus dedos la cuerda que mantenía a Yuki atada se aflojó.

Yuki se derrumbó una vez que fue liberada. Una vez que sintió la cama debajo de ella gateó hacia Cedric y trepó sobre su cuerpo. Se posicionó para estar encima de él. Luego lamió su pene lentamente saboreando el tallo disfrutando la sensación en su boca. Una vez que terminó de provocar tomó la punta en su boca. Succiónó hacia arriba y hacia abajo y pudo escuchar su respiración tornarse ruda.

Cedric decidió no provocarla más pero su ritmo era un poco lento para él. Colocó sus manos en los lados de su cabeza y lentamente tomó control de sus movimientos hasta que finalmente liberó su carga en su boca.

Yuki le permitió controlarla y tomó todo el esperma en su boca. Deslizó su boca fuera. Una vez que ya no tenía su pene en la boca, tragó el esperma y luego se volteó hacia Cedric. Abrió la boca y le mostró que estaba vacía.

—Buena chica, Yuki. Aquí tienes tu recompensa —Cedric sostenía el frasco a su alcance.

Yuki se sentó y lentamente alcanzó el frasco cuando su mano tocó el frasco lo abrió de golpe y bebió el contenido antes de que Cedric pudiera alejar el frasco de ella. Colapsó encima de él después de beber la sangre.

Cedric la atrapó y la atrajo hacia su abrazo. —Sé que esta no es un recuerdo que quisieras recuperar pero es parte de ti —Movió un mechón de pelo de su cara—. Luego se inclinó y la besó en la frente.

—¿Realmente no puedes entrar conmigo? —suspiró Yuki al llegar a la puerta.

—No, realmente no puedo entrar contigo —respondió él—. No quiero que tengas que lidiar con las repercusiones que vendrían si llegas conmigo. Aunque se supone que estamos comprometidos, eso no se ha dicho a los forasteros. Realmente entraré después de que estés dentro —tomó su mano y besó sus nudillos—. Debes tratarme como a un extraño si quieres sobrevivir la velada.

—No me gusta que tenga que tratarte así pero si dices que debo, entonces tendré que hacerlo. Solo sabe que haré lo que pides y entonces te veré al otro lado —ella se alejó de Cedric y caminó hacia la entrada—. Entró por la puerta.

—La Princesa Yuki ha llegado ahora —gritó un anfitrión.

Yuki subió hasta la cima de las escaleras y observó mientras los miembros de la fiesta se volvían y se inclinaban ante ella —Gracias a todos por venir a esta velada esta noche. Por favor, que continúen las festividades —bajó las escaleras sosteniendo su vestido y caminó hacia su madre y padre. Sonrió a los invitados que se acercaban para saludarla—. Padre, Madre, he llegado, lamento mi tardanza —se inclinó ante ellos.

—Está bien, hay algunas cosas que deben hacerse. Entiendo que esto no es lo tuyo pero todas estas personas han estado esperando ver a su princesa —sonrió Luna.

—Levántate, hija mía, no me importa que hayas llegado tarde. No estás tarde, todos los demás son simplemente demasiado temprano —Ryan le sonrió y luego escaneó la habitación.

—Gracias por organizar esto para mí, esta noche —Yuki se puso de pie y sonrió a su padre y madre—. Tengo curiosidad por lo que podría suceder.

Después de veinte minutos, Cedric finalmente entró al salón. El anfitrión lo miró y se estremeció:

—El Señor Cedric del Clan Ookami ha llegado.

Cedric miró a los presentes y echó un vistazo a Yuki que estaba rodeada por muchas personas. 'Puedo decir desde aquí que su sonrisa es falsa. Ella odia esto tanto, nunca pensé que sería tan difícil pero supongo que no es fácil tratar con ello.' Cedric no se acercó de inmediato a Yuki y sus padres. La observó desde lejos. Un camarero pasó por allí y le ofreció una bebida. Tomó el vaso y le dio un sorbo al champaña brillante.

Yuki escuchó al anfitrión y observó cómo los vampiros a su alrededor cambiaban y mostraban desprecio hacia Cedric. 'Creo que entiendo por qué él no quería que yo actuara amigable con él.' Tomó una copa y la alzó para que todos los invitados la escucharan:

—Les agradezco humildemente a todos por asistir esta noche. Me gustaría comenzar la velada con un baile. Padre, ¿serás mi primer compañero de baile para la noche?