En Manos

Era una mañana normal, La tierra era abrazada por el caluroso sol y los alrededores estaban atrapados por los ruidosos cantos de las aves. Esa era otra de mis mañanas, mi cuarto dia en este mundo repleto de cosas desconocidas por mí.

Era algo a lo que sentía que ya me habia acostumbrado un poco, aunque sabía que aún habia mucho con lo que podia sorprenderme, y aunque aún seguía pensando en mi hermana, sabia que para volver a mi mundo debia concentrarme en lo que este mundo tenia por ofrecer.

En todo caso, me concentre en la persona que ocupaba mi campo de visión; Erika, quién estaba delante de mí con los brazos cruzados sobre su armadura de pecho, en su cara, tenia una clara sonrisa que expresaba su relajación en este momento.

A diferencia de mí, qué con el caluroso día no queria recibir otra paliza que me dejara tirado en la tierra como un desastre de jadeos y sudor.

De hecho, no solo no era la primera vez que pasaba, si no que habian sucedido tantas veces que no parecia que solo habia llegado hace cuatro dias. Eso se debia a mi rutina la cuál se veria desaparecida próximamente: Entrenar, entrenar, bañarme, entrenar y comer.

Sinceramente, estaba exagerandolo un poco, pero así me sentía después de las miles de palizas que me habia dado la chica delante de mis ojos, con la excusa de entrenar el uso del Mana y la estabilidad de mis habilidades.

No solo eso, habia llegado a pensar que era una completa sádica, por como sonreía con total emoción en esos momentos, afortunadamente, tenia mi regeneración lo que habia hecho que mi cuerpo adolorido volviera como nuevo al siguente dia.

"Harold, ¿Por qué no comenzamos ya?" Y ahí estaba, su voz llena de sarcasmo a la cual llegue a temer por su significado. Mirada a mirada mis ojos se llenaban con la única persona que tania delante de mí, y a la cual queria derrotar.

Aunque debia admitirlo, de todo eso, sí habia salido algo. "¡Bien!" Alcé la voz y rápidamente me posicione, esperándo a que hiciera algún movimiento, justo como ella me habia dicho que hiciera el dia anterior.

De hecho, todo lo que me habia enseñado en cuanto al Mana era a estabilizarlo mejor y sacarlo más rápidamente, y lamentablemente no habia podido aprender nuevas técnicas.

Sin embargo, pensar demasiado en las cosas y distraerme fue uno de mis errores. Lo digo porque en ese momento, mientras estaba concentrado en mis pensamientos, Erika se movió a una velocidad inesperada y apareció frente a mí.

"¡Ah!" Me sobresalté y retrocedí varios pasos, sin esperar que se moviera tan rápido. De hecho, ni siquiera sabía que podía hacerlo.

"¡Deja de distraerte!" No dándole paso a mi mente para procesar lo que acababa de pasar, Erika lanza su puño hacia mí a una velocidad a la que afortunadamente era capaz de predecir. Esquivando su puño, tomo distancia de ella una vez más.

Sin esperar otro movimiento de su parte, posicioné mis manos en posición de palma y decidí no prolongar más el entrenamiento. Me lancé hacia ella de esa manera.

Erika no se habia quedado atrás, saco un palo el cuál anteriormente habia sentido contra mi espalda varías veces. Pero no me dejé intimidar por eso y preparé mi palma para cortar hacia ella.

En ese momento, mientras hacía un corte diagonal y de mi palma salía lo que parecía ser un corte en el aire, Erika lo esquivó y aprovechó ese momento para atacar mi abdomen.

Sonreí mientras esto sucedía y, con mi otra palma, creé un escudo con el que bloqueé su ataque. Rápidamente aproveché para agarrar su palo y lo corté con mi otra palma.

"Muy bien Harold, has mejorado mucho en tan pocos días". Miré a mi oponente la cual sonreía con satisfacción.

"Gracias", le dije con una sonrisa, sintiendo que sus palabras eran sinceras. Aunque en el fondo sabía que no podía vencerla, estaba seguro de que hace tres días era imposible para mí hacer lo que estoy haciendo ahora.

Dejando ese pensamiento a un lado, percibí cómo el viento soplaba y suavizaba el calor, lo que me hizo sentir más fuerte. Con determinación, me preparé para practicar una vez más.

Pero cuando hiba a hacer mi gran movimiento, Anon nos interrumpió. "Paremos aquí por ahora,  será mejor que se vayan preparando para ir a la ciudad."

De hecho, estaba tan ocupado entrenando y acostumbradome a esta nueva vida que habia olvidado que en dos dias nos ibamos a Ágala .

Mire a Erika la cual asintió ante mi mirada, no sabia muy bien porqué, pero me habia sentido un poco inquieto, y no podia negarlo; también estaba emocionado a la vez.

Estaba emocionado y lleno de determinación, a pesar del miedo a lo desconocido. Mi cuerpo bailaba con estos sentimientos, impulsándome a seguir adelante, sin detenerme hasta salir de este mundo.