Confundido

"Uhh..." Me levanto lentamente de mi cama, sintiendo mis ojos un poco húmedos y un poco confundido, me esfuerzo para ver dónde estoy.

Así que no fue un sueño... Mirando qué no estoy en casa, sino en un lugar más bien medieval, me entran los recuerdos de lo que paso ayer.

Un pequeño dolor viene a mi cabeza y la sostengo suavemente con mi mano. "Uhh, qué fué eso?" Aún recordaba ese sentimiento como si sus ojos se llevarán mi alma.

"Hah..." Todo eso había sido cansado, incluso no me podía creer que todo eso había pasado solo ayer. Y aunque quería explorar, no debía olvidarme de mi objetivo; volver a casa.

Cuando pienso en ello me doy cuenta de que esto no llevara solo un día... Mi hermana seguro que ya estará en manos de otras personas, e incluso puede que eso sea mejor, pero no puedo evitar entristecerme...

"No importa qué, yo volveré". Aunque me tomé días, meses o incluso años, lo haré. "Si tardó mucho, por favor no me odies...". Digo esperando poder salir de este mundo.

Unos minutos después de estar en la cama, decido levantarme y comenzar otro día en este mundo. "Lo bien que estaría darme un baño". Digo mientras abro la puerta de mi habitación.

Afortunadamente, no me fue difícil llegar a la sala. Aunque igualmente me tarde un poco en salir, ya que incluso las paredes tenían algo interesante que contar.

Mientras salgo, me aseguro de no tocar nada incluso teniendo muchas ganas de hacerlo. Llegando a la sala, veo a Anon sentado en el sofá escribiendo en algo que parece ser una carta.

Anon nota mi presencia y me mira con una suave sonrisa. "Buenos días., Mi hija te está esperando en el patio para comenzar tu entrenamiento, ve con ella". Una vez que me responde, Anon se concentra en la carta en sus manos.

Viendo a Anon ocupado, decido no preguntarle sobre lo de ayer y mejor preguntarle a Erika. "Si, pero antes, no habrá un lugar para bañarse?"

Anon alza una vista y mira atentamente mi ropa. "No te preocupes por eso, esa cosa que llevas puesta como ropa parece que te hará sudar mucho después del entrenamiento. Así que será mejor que te bañes después."

Aunque lo que decía Anon era verdad, no podía evitar sentirme un poco sucio. "Bueno... ¿Al menos me dices como llegar al patio?" Pregunto un poco desanimado.

Anon señala detrás de mí. "Ve por donde viniste, si sigues encontrarás la cocina y una puerta abierta. Estaré con ustedes en unos minutos".

Le agradezco a Anon y sigo como me indicó. Cuando llegue a la cocina, me doy cuenta de que no se parece a nada que haya visto antes, incluso en lo medieval. "¿Una esponja exhalando fuego...?"

Mientras miro maravillado la cocina, Alguien entra por la puerta.

"Buenos días." Veo a Erika quien tenía unos anteojos de color rojo puestos. "¿Te sientes bien?"

Cuando me saluda, la miro a los ojos una vez más, Pero, miro rápidamente hacia otro lado recordando vagamente lo que me dijo Anon ayer.

"No te preocupes." Una vez más, la voz de Erika llama mi atención, y cuando la miro, está mas cerca de mí. "Esa era el segundo Don de mis ojos, no era mi intención utilizarla contigo, pero creía que tenía mis anteojos conmigo".

Ella se acerca, estando delante de mí, decido mirarla a los ojos. Aunque no habían perdido su oscuro encantó, no note nada inusual que me dejara mareado o me atrajera como lo que había sucedido ayer.

"¿Bien?" Erika me llama una vez más. Saliendo de mi ensoñamiento, logro procesar todo lo que me dijo. "¿Segundo Don?"

Erika da media vuelta y camina hacia la puerta. "Te lo contaré más tarde, ¿Qué tal si primero entrenamos un poco?"

Erika sale hacia el patio y no me queda más de otra que aceptar su propuesta, "Uff... Este mundo es cada vez más misterioso", reflexiono un poco para mi mismo y camino hacia la puerta.