Capítulo uno: Los ángeles existen

-Amor, amor, amooooooor- dije haciendo un puchero para que me prestara atención-.

- Eh? Dime mi amor- dijo Alejandra, con su tan hermosa y predecible mirada-.

Alejandra y yo llevamos 4 años juntas, y la verdad, estos 4 años que he estado con ella, han sido los mejores de toda mi vida.

Es que tan sólo hablar de ella me vuelve loca, desde su hermosa piel clara, a la cual adornan pequeños lunares, hasta su maravilloso pelo castaño oscuro. Es simplemente perfecta, aunque mayor que yo, aún así la amo.

- ¿Podemos entrar?¿sí?- Dije mirándola de forma tierna y señalando aquella tienda de accesorios para el cabello-

Ella rió ante mi tan tierna petición, ella sabía que a mí me encantaban las chucherías para el cabello.

- Claro que sí mi amor- dijo y me tomó de la mano, dirijiéndonos hacia la entrada de la tienda-.

Íbamos entrando apenas, cuando me separé de ella, ¿el motivo? Un precioso prendedor con forma de gatito brillaba en un estante lejano, sin duda, no lo íba a perder de vista, así que corrí a su encuentro.

- Amor espera!- dijo ale mientras, entre risas, me seguía el paso- pareces una niña chiquita en una tienda de dulces- me dijo acariciando mi cabeza

- Es que míralo, tan tiernoooooo- dije admirando aquel prendedor como si fuera la cosa más maravillosa del mundo-.

- mmmh, vale, te lo compro amor- dijo, mientras lo tomaba de entre mis manos y se acercaba a la caja-

-No amor, ¡espera!- dije mirando el precio. Joder, que me gustaba y todo, pero se me hacía bastante caro para ser un simple chunche- No lo compres, es caro... mejor éste- dije mientras le enseñaba un collar que igual me había gustado, un llamador de ángeles.

-Llamador de ángeles...- susurró ale mientras leía la etiqueta-

- Sí, y creo que funcionó porque veo una hermosa angelita delante de mí- dije para sonrojarla-.

Efectivamente, se había sonrojado con mi comentario, era tan linda verla así.

- ¡Amor!- dijo fingiendo indignación para después besarme la frente- Funciona sólo cuando los ángeles los usan, y tú eres uno-.

- ¿S- se supone que esto es una competencia de sonrojos? Me vas ganando- dije haciendo un pequeño berrinche de broma-.

- Esto no se quedará así- Dijo pagando el collar, nos dirijimos a casa.

Esa tarde después de salir del centro comercial, fuimos a la casa a descansar un poco y a ver series en Netflix.

[ale PDV]

-Amor, sabes que te amo demasiado, ¿verdad?- aquella voz me desconcentró de la película.

- Sí mi cielo, lo sé, ¿porqué mi amor?- Volteé, estaba teniendo otro episodio de sensibilidad con esa película, era muy normal en ella- Ay mi amor, no llores princesa- dije y la abracé, a lo que ella respondió ocultando su rostro en mi pecho-

- Y-yo- dijo con aquella dulce voz que tanto me encantaba- es que te amo- dijo sacando su rostro sonrojado y mojado por las lágrimas- Te amo demasiado, eres la mejor novia del mundo-

-Mi cielo, tú eres mi mundo- dije inclinándome para darle un dulce beso que ella correspondió con tanto amor. Nos separamos del beso.

- Sabes, cuando te miro, estoy convencida de que los ángeles existen- dije mientras tomaba el collar y se lo colocaba en el cuello- eres mi ángel guardián, pequeña- ella se sonrojó y me sonrió-

- Soy tu ángel guardián porque no quiero que nadie más se te acerque- Hizo un puchero. Se veía tan linda al celarme, sin embargo reí ante su cambio de humor repentino

-Mi celosita preciosa- apreté sus cachetes

- Sí, tuya- Dijo inclinándose sobre mí para que la abrazara, cayendo dormida sobre mí, no sin antes regalarme una hermosa sonrisa-.

Y es que aquello que le había dicho era verdad, ella era mi ángel guardián; me dormí escuchando su respiración, y admirando la belleza inigualable que poseía.