webnovel

El Forjador de Vida

Hace mucho, perdimos la cuenta de los años, la raza humana sobrepoblada cruzo las estrellas, tomando nuevos mundos, encontrándose con innumerables vecinos y sufriendo o siendo bendecidos por los "estigmas". Mutaciones las cuales cambiaron el rumbo y la jerarquía del mundo, de todo y mi vida.

Verith · Sci-fi
Not enough ratings
84 Chs

Capítulo 43: Laurence y Rasputin.

Saludamos al patriarca.

Cientos de sirvientes y familiares, llegaron al Hangar privado de Niviro.

Alli descendio con cientos de inquisidores. Todos portaban trazos de su sangre, miembros de su familia.

- Bienvenido maestro Niviro - De entre todos los presentes dos personas se adelantaron, un anciano seguido de un joven. El par portaba la misma ropa, un traje arreglado, rojo con toques negros, un chaleco y guantes de color vino. Incluso su corte de pelo limpio, con una ligera barba, era compartida por el par.

- Laurence, veo que te mantienes en forma - Niviro sonreia mientras miraba al anciano.

Laurence era el mayordomo jefe de Niviro, en los temas del manejo de la familia, solo detras de Niviro, estaba el, siendo uno de sus viejos amigos mas intimos y confidente.

- No por mucho maestro, estos viejos huesos mios no podran soportar por mucho tiempo, por eso llevo unos años preparando a mi sucesor - Tras decir eso, el joven se inclino levemente.

- Este es Rasputin, es el joven con mas talento de mi descendencia, el me relevara en un futuro - Niviro miro al joven, pero no le hizo mucho caso.

Agarro el hombro de Laurence y comenzo a reir.

- A tus huesos aun le queda mucho tiempo, no tienes que ser tan pesimista, no es tiempo de juvilarte - A lo que el anciano se rio.

- Yo solo soy un anciano normal, no soy tan vivaz como tu, maestro, ademas, no deseo trabajar hasta la muerte, limpiar tus estropicios han agotado mi cuerpo, solo espero dejarle los problemas a los jovenes, para que puedan seguir tu ritmo - Niviro rio aun mas fuerte, mientras empujaba al anciano de camino a la fortaleza.

Laurence era uno de los pocas personas en todo el universo con la capacidad de regañar a Niviro, aun mas selecto es, siendo el mucho mas debil.

Poco tiempo despues, Niviro junto al par de joven y anciano, llegaron a su despacho.

El muy espacioso despacho, constaba de un escritorio, una gran mesa central con sofas a cada lado, las paredes fueron cubiertas por librerias extensas y repletas, por ultimo, el techo tenia varios niveles de altura, alli, vivian cientos de pequeñas arañas carmesies, estas al ver a Niviro, descendieron para ser mimadas.

- Nada como volver al hogar - Niviro dijo tras inspirar con fuerza. La nostalgia se esfunaba con el calido aroma hogareño.

Niviro se sento en un sofa, mientras le hacia un gesto a Laurence para que se sentase cara a cara con el.

El anciano no dudo en absoluto y sonrio al ver como Niviro accionaba un boton oculto de la larga mesa.

En medio de la mesa de madera, una seccion se abrio, elevando botellas hermosas con liquidos de colores y vasos de cristal.

Rasputin, comenzo a servir las bebidas para el par.

- Lo primero que nada, necesitare que me ayudes a preparar un par de cosas, puede que se lie en grade en un futuro muy cercano, por lo que tendras que estar atento - Niviro hablaba y reia, mientras que Laurence estaba a punto de palmearse la cara.

- Ves como siempre tengo que limpiar... Di lo que tengas que decir, al fin de cuentas soy tu mayordomo, es mi trabajo... Por ahora -

- Necesitare que reunas a la crema de la cosecha de la ultima generacion, aquellos con cuarenta años para abajo, quiero que esten pulcros y se hagan notar, me da igual hombres o mujeres, los quiero a todos. Los que puedan tendran que inscribirse para la academia militar y los que este, quiero que esten preparados y atentos - Laurence miraba extrañado a Niviro, entendia la razon profunda para esta orden,

- Quien es el o la joven que tanto deseas atar a la familia, es extraño que tu prepares un matrimonio politico - Niviro era un general nato, un inquisidor ferviente y fanatico, por lo que nunca le intereso la politica en lo mas minimo, para su familia, el matrimonio politico, fue un caso muy raro.

Niviro asintio, pero luego su mirada cayo en Rasputin y de regreso al anciano.- Los temas con los que vamos a tratar son extremadamente confidenciales, por lo quizas es mejor que el chico se marche, si algo sale de aqui, seria trajico para todos - El anciano entendio, pero no hizo que Rasputin se marchase.

- No te preocupes maestro Niviro, Rasputin a pasado la prueba de la tortura, con excelentes resultados - Cuando Niviro escucho eso, su mirada hacia Rasputin, habia ganado un toque de respeto, le asintio al inexpresivo joven.

La prueba de la tortura, era tal como sonaba, para aquellos miembros de alto rango en la familia de Niviro, de manera expontanea, son secuestrados y torturados de cientos de maneras, durante un par de años, si lograban aguantar sin decir nada o nada muy relebante, podrian mantener sus puestos o ascender, si no...

- Bien, lo primero, la Teocracia a ganado a un Pequeño Sanctus - Cuando las palabras de Niviro llego a los oidos del anciano, su mano que sujetaba el vaso no pudo evitar temblar, incluso el inexpresivo Rasputin habia reaccionado sutilmente.

- Maestro, si lo que dice es cierto, aunque sea en confidencia, no puede faltarle el respeto y dignidad a un Sanctus - Laurence no dudo en reprochar a Niviro, como alguien de la familia, tambien habia pasado por el entrenamiento para ser un inquisidor, su fe no rivalizaba con ninguna de las tropas del propio Niviro.

- Niño, te preocupas demasiado, no me atreveria a faltarle el respeto jamas a un Sanctus, en especial este, lo llamo asi, porque el me lo ha permitido - Laurence asintio, pero aun asi miraba dubitativo a Narciso.

- Lo segundo y mas importante, su poder es dar vida verdadera, con alma incluida-Cuando estas palabras cayeron, Laurence no pudo evitar dejar caer su copa, Rasputin estaba inmovil, pero esta vez del shock, nadie recogio el vaso, hasta pasado unos largos minutos.

- Alabado sea Conrad, el Dogma, la Teocracia... Doy gracias por que mis huesos aun persistan para ver este milagro - Niviro asintio hacia las palabras de Laurence.

-