Capítulo 42: Terminando la llamada

- Así que ya esta todo solucionado, bien, menos mal, nos habías puesto muy nerviosos - Laura pudo tranquilizarse volviendo a hablar con la tía Marian.

- Si vieses como esos bastardos me han dejado la casa, tengo cristales por todos lados, las puertas rotas, incluso dentro de la sopa encontré algunos fragmentos del mobiliario. Pero todo a salido bien, ellos se han ido y no ha pasado nada, dale gracias a tu hermanito, parece que es oficial - - Lo es tía, pero esto no puede contarse, por favor, guarda el secreto - Marian entendió.

- Claro mi niña, los labios de esta anciana están sellados, estoy deseando aprovechar una peregrinación a la capital y ver su estatua - En ese punto fue Dariel quien interrumpió la llamada.

- ¿Qué estatua? - Marian sonrió, aunque esto no fue visible, ya que estaban únicamente por llamada de voz. Miro a su alrededor y su hija, junto con su marido he hijo, estaban en la cocina, rehaciendo la comida. Marian se alejo, se fue a su habitación.

- Es tradición, que cada Sactus, todos los que han habido durante la historia de la Teocracia, son representados con grandes estatuas, entonces cuando los pelegrinos llegan, una de las paradas prioritarias es rezarle a esas estatuas. Siendo este el caso, en un futuro, podre ir y rezar a tu estatua, serás venerado por toda la existencia de la Teocracia - Marian, aunque no portaba el fanatismo de los Inquisidores, era una verdadera creyente de Conrad, por lo que esperaba el día de la inmortalización de Dariel.

- Gracias Tía, pero prefiero recibir tu visita y tu comida, a que le reces a una estatua mía - Dijo Dariel. Esta frase le saco una gran sonrisa a Marian.

- Jajaja, claro que te cocinare, siempre que quieras, a la hora que quieras, mientras tenga vida en estos huesos, te llenare hasta dejarte bien redondo y alegre - Al escucharlo, los hermanos comenzaron a reír, sabían que la tía no mentía en absoluto, su cariño hacia ellos fue autentico.

- A todo el personal, comenzaremos la travesía por el portal en unos minutos, no habrá comunicaciones durante el transcurso del viaje, recuerden estar preparados en caso de turbulencias - La voz de un operador retumbo por la nave.

- Tía, parece que tendremos que colgar, nos quedaremos sin señal en poco, te llamaremos pronto y te pondremos con el doctor, el también te extraña - Laura explico, sonriendo para el final, lo que Dariel no pudo evitar perderse.

- Es verdad, se queja constantemente de que la comida de la nave es insípida comparada con la tuya - Marian sonreía de oreja a oreja.

- Jejeje, ves Laura, el mejor arma contra un hombre es su estomago, lo mismo a la inversa Dariel, tenéis que aprender a hacer buenas comidas - El par sonreía, tenían una sonrisa traviesa, pero asintieron y colgaron.

Justo a los segundos el Doctor llego a la casa y al ver la sonrisa de ambos, tuvo un escalofrío, no sabia el porque, pero lo tuvo.

- Bueno niños, vamos a pasar por el portal, me dijo Magne, que nos quedásemos sentados en el sofá por ahora, que es posible algunas turbulencias en el desplazamiento - Los niños asintieron, ya estaban en el sofá de todos modos.

Laura como era habitual, puso su querida música, mientras que Dariel jugaba con la cria de Hidra, la cual llamaron Nana, por sus canciones.

La pequeña Hidra se había vuelto muy familiar con todos, igual de Desdel.

Dariel le pregunto a Toriel si se la podría quedar, lo que este obviamente no se negó, parecía contento de que se lo pidieran, personalmente, al ver como Dariel jugaba tanto con el animal, ya tenia intención de regalárselo.

De esta manera, la familia gano otro miembro, uno el cual solo hacia caso a Dariel, pero no les importo, la cría era adorable, pero ninguno olvido lo peligrosa que era su especie, por eso, nunca se acercaban a la pequeña si Dariel no estaba cerca.

De golpe un tambaleo afecto ligeramente a la nave, a los presentes en su interior no los afecto en nada, tenían gravedad artificial y era difícil ser muy afectador, pero el temblor se noto.

- Doctor, ¿sabe algos sobre los portales? Tengo curiosidad - Dariel pregunto a Oswald con ojos brillantes, pero este negó.

- Los portales son un secreto militar, no se como funcionan, pero su construcción es terriblemente cara, tengo entendido que incluso Señores de los Sectores, no pueden permitirse ni uno, incluso los de nivel medio - Dariel comenzó a mirarlo aun mas extrañado. Al verlo, Oswald entendió.

- Los Señores de los Sectores, son los gobernantes de fracciones del universo, bajo la bandera del Reino de los Cien Soles, siendo estos, sus cien soles. Como tal, son personas muy influyentes y ricas, gobernando docenas de planetas, incluso cientos para los mas poderosos -

- Entiendo, bueno, quizás le preguntare a Toriel o Brunilda, estoy seguro que ella lo sabe - Aunque Dariel no lo noto, Oswald y Laura si.

Dariel ya hablaba de los Magnus Domius, por su nombre, como si fuesen el vecino, esto les mostro que la distancia en las posiciones de esta familia, era muy grande, al punto de que si Dariel quisiera saber un secreto militar, tan solo tendría que preguntar.

En la Capital de la Teocracia, comenzó ha haber mucho revuelo.

Esto se debía que en el sector, había llegado un invitado, una gigantesca flota negra y roja.

Estos eran miembros de la Teocracia, pero la gente los temía, sobre todo esta flota en particular.

La Noche de la Penitencia, la flota de Niviro, había llegado.

Muchos soldados comenzaron a descender, a sus hogares, mientras que el propio Niviro, también lo hizo, su hogar, también estaba en la Capital, en una sección del planeta, un continente mediano, le pertenecía a el y a su familia.