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El Coleccionista.

El protagonista es muy OP desde el comienzo. Viaje por distintos mundos de películas, series, manga, libros, novelas ligeras, juegos, etc. Es reencarnación con cumplimiento de deseos y un gran inmenso harem. Escribo por placer y cuando tengo tiempo. Los capítulos antiguos, los voy a ir editando poco a poco, pero como me cuesta mucho hacerlo, le doy más prioridad a escribir nuevos capítulos. Se que a mucha gente no le gustará esta obra, no obligo a nadie a leerla y no pido piedras ni hago demandas de donación. Gracias por leer y espero que disfrutéis de lo que escribo.

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Capítulo 11

"Beki te traigo nuevas hermanas, vienen de Troya, ¿podrías enseñarlas como funcionan las cosas aquí?" (yo)

Suelto de la captura a Briseida y a Criseida.

"Beki estas señoritas son Briseida y Criseida, eran las hijas de los sacerdotes de Apolo.

Suelto a Helena, Andrómaca, el resto de las hijas ,Hécuba, las concubinas y las sirvienta del rey Príamo, mientras las señalo, le digo los nombres de cada una a Beki y sus antiguas identidades, para que Beki las conozca.

"Ahora señoritas esta será vuestra nuevo hogar y este va a ser vuestro nuevo mundo. Todas sois iguales, sin importar lo que fuerais antes de llegar aquí. Ahora todas sois mis esclavas y mi familia. Ella es Beki una diosa y mi primera mujer, ella os explica como funciona este mundo y que podéis hacer en él. Además podéis elegir en qué ocupaciones podéis invertir vuestro tiempo." (yo)

Les doy un elixir de vida y juventud eterna y a algunas se lo tengo que hacer beber personalmente.

Después de que lo beben todas, sigo explicando.

"Las únicas cosas obligatorias son las horas de las comidas y si hay algún evento para el cual os solicite presencialmente. Cualquier duda o pregunta puedes ponerte en contacto con Beki o conmigo directamente. Fuera de esta habitación hay unas cuantas hermanas más que viven aquí. Espero que todas os llevéis bien." (yo)

La mansión se ha convertido en un palacio bastante grande, si no pudiera transportarme perdería bastante tiempo en ir a buscar a quien necesito.

Busco en el mapa a Minerva y me traslado a su posición. Según aparezco a su lado, noto como me cae agua encima y escucho un fuerte grito de sorpresa.

Resulta que se estaba duchando justamente ahora. Aprovecho para abrazarla y guardo mi ropa en el inventario.

Se da cuenta que soy yo y se tranquiliza un poco, pero se pone nerviosa por otros motivos.

Recorro todo su cuerpo con mis manos, mientras aprovecho para darle un beso en los labios.

Como no abre la boca, le doy un pellizco en el trasero y cuando intenta quejarse aprovecho el momento para invadir su boca con mi lengua y persigo a la suya escurridiza. Exploro todo el interior de su boca y juego con su lengua.

Empezamos a besarnos más apasionadamente mientras masajeo todo su cuerpo.

Mi mano termina entre sus piernas y la otra en su pecho. Jugueteo con sus partes privadas y sus pezones que se están poniendo duros como piedras.

Mi pene esta creciendo en volumen y firmeza, y alzándose como el mástil de una vela, preparándose para la batalla que está por venir.

Levanto un poco su pierna y coloco la punta en la entrada y la frotó varias veces para estimular más la zona.

Mientras aún nos estamos besando, empujo las caderas con fuerza y dilato de golpe todo su interior.

Sintiendo un gran dolor de desgarro. Empieza a caer un poco de sangre junto con el agua de la ducha.

Espero un poco a que su cuerpo se ajuste y empiezo a bombear la cadera primero poco a poco y ganando velocidad de forma constante.

Minerva deja salir gemidos y jadeos de placer y dolor, cada vez con más volumen y más fuertes. Cada vez más frecuentes y más alto.

Cuando tiene su tercer orgasmo me corro y sigo empujando las caderas.

La cojo las dos piernas y la sostengo totalmente. Ella enrolla sus piernas en mi cintura y continuamos follando sin pausa.

Minerva se ha corrido varias veces más y parece exhausta después de dos horas, pero mi pene continúa con fuerza y a plena potencia. Decido probar a dilatar y masajear su ano con un dedo y nuestros jugos como lubricante. Después de varios minutos de masaje y un poco de presión introduzco un dedo suavemente en su culo.

Ella se sobresaltado un poco e intenta poner resistencia, pero continuo besándola y masajeando con el dedo su culo, sin dejar de metérsela rítmicamente por el coño.

Cuando mi dedo entra cómodamente, la dejo en el suelo de pie y la ayudo a apoyarse en la pared de la ducha dándome la espalda.

Pongo la punta de mi pene en su agujero del culo y empiezo a empujar lento, pero sin mostrar piedad y sin detenerme. Ella sube el tono de los gemidos y casi parece que está gritando.

Puede ser que una mezcla de grito y gemidos de placer.

Empujo mi polla hasta que los huevos golpean contra su coño y empiezo a entrar y salir produciendo ruido de bofetadas cuando golpean cada vez que entro hasta el fondo.

Después de un buen rato de más de una hora, ella no puede más y dejó salir una gran carga de semen en su ano. La saco de su culo y veo como chorrea fluidos por sus dos agujeros.

La llevo a la cama como una princesa y tapo con una sabana. La dejo dormir para que pueda descansar y que se levante cuando quiera.

Me acuesto a su lado, la abrazo y me duermo junto a ella, que está desmayada.