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Dejame Ser Tus Ojos y Tu Seras Mis Oidos

Jeffrey Woods al cometer la estupidez de quemarse los parpados, quedo ciego debido a una infección en los ojos. Lo cual es asignado con Eyeless Jack, quien ha estado tenido problemas al ser atacado por algo no humano sin decirle a Slenderman de lo que esta ocurriendo. Ambos están disconforme con la situación en la que están, pero deberán depender del uno al otro para sobrevivir. Sin embargo, mas problemas les llegara a su puerta y todo se volverá mas complicado cuando ambos empiecen a sentir algo por el otro.

KingSaturnz · Others
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7 Chs

Chapter 7 FINAL

Smiley se prepara para ir al territorio de Slender. Lo más que esperaba que ellos se tardaran era una hora, si en una hora no llegaban… no, ellos van a llegar. Traía consigo mismo un maletín, en caso de que hubiera heridos y con las llaves en mano, salió del hospital. Camino hacia el estacionamiento, donde el único carro que había era uno negro. Smiley lo abrió y puso el maletín en el asiento al lado de él.

—Bueno, no perdamos más tiempo—se dijo Smiley mientras cerraba la puerta y encendía el carro. Sin más preámbulos, Smiley arrancó hacia el atajo que llevaba a la cabaña de Jack. Cuando llegó, se estaciono y apago el carro. Apretó con fuerza el volante y cuidando en no sonar el claxon, se recargó en él. —Un demonio no debe preocuparse—se dijo Smiley.

No era el momento indicado para eso, pero una memoria del pasado se reprodujo en su cabeza. Un hombre de pelo azul y la piel de un color más ligero que su cabello inundó su mente. El hombre usaba la misma bata de doctor que él, pero a diferencia de Smiley, él vestía una camisa azul claro con corbata negra. Aquellos ojos amarillos lo miraban con sorpresa y Smiley lo veía molesto.

—¿Qué ves?

—Perdona, es que pensé que no había alguien aquí

—Pues lo hay—dijo molesto Smiley. Era raro en él, molestarse. Siempre sonreía sádicamente, mostrando sus afilados dientes y actuando como todo un loco que claramente debería estar en un manicomio. Aquel día, un extraño doctor había tropezado en su hospital e iba a usarlo como su hogar, sin embargo Smiley lo encontró en la oficina cuando volvió. 

Aquel doctor sonrió, a pesar de lo claramente irritado que estaba Smiley. —Me llamo Dr. Pain, ¿Cuál es tu nombre?

Smiley se quedó callado un minuto. —Dr. Smiley—la sonrisa de aquel tal "Dr. Pain" se amplió más y se paro de la silla que Smiley reclamó como suya.

—Entonces, somo iguales

—No lo se, ¿lo somos?—preguntó Smiley con el ceño fruncido. El Dr. Pain rió entre dientes, como si el extraño comportamiento de Smiley le divirtiera.

—Para llamarte Dr. Smiley, se me es irónico que no sonrías del todo

Smiley se contuvo las ganas de golpear al otro doctor en la cara. —¿Oh enserio?—dijo Smiley con una sonrisa forzada.

—Oh, ahora si estas sonriendo

—¡Callate! ¿Por qué no mejor te largas?—dijo Smiley molesto y frustrado. Dr. Pain se acercó a Smiley. Smiley se alejó un poco, desconfiando de lo que el otro doctor le haría. Dr. Pain sonrió dulcemente antes de picarle inesperadamente a Smiley en su cadera. Smiley se sobresalta un poco, solo un poco. —¡Wuah! ¿¡Qué diablos!?

Dr. Pain se rié. —Perdona

Smiley lo mira con molestia, definitivamente este tipo tendría que irse. —Ya largate

El Dr. Pain solo lo mira como si fuera un niño travieso. —Nop, aquí me quedaré—dijo el peliazul. Smiley empezó a quejarse, pero Dr. Pain solo se reía y Smiley suspiraba cansado.

Smiley abrió los ojos y se recargo en el asiento. El pasado era inútil en situaciones como esta. Miro por la ventana el amplio bosque y miraba con cierta melancolía aquella imagen. 'Me preguntó ¿Cómo te estará llendo? ¿Aún te acuerdas de mí?' pensó Smiley. El pelinegro sacudió la cabeza. —Deja de pensar en estupideces, Smiley… él terminó largandose, eso querías, ¿no?

Pero algo muy dentro de Smiley, le hacía recordar el vació que aquella extraña amistad dejó atrás. '¿¡Acaso no te importo!?' Smiley chasqueó la lengua al recordar palabras innecesarias provenientes de un idiota. Smiley abrió su maletín y sacó un paquete de cigarrillos, sacó uno y lo prendió con su pirokinesis. 'Un doctor no debe de fumar' —Espero y estos tortolitos no se tarden.

Mientras tanto, Jeff y Sally estaban espalda contra espalda. Ambos con una cara de determinación y burla hacia los enemigos. Sus enemigos eran predecibles, al menos eso pensaba Sally. Pues los lacayos que fueron por ellos intentaron atacarlos al mismo tiempo. Jeff, quien se moría por apuñalar a alguien, empezó a cortarlos y apuñalarlos hasta que dejaran de moverse. Sally, por su parte, usaba sus puños y piernas para defenderse. Algo que aprendió de Masky y de lo que estaba agradecida. A diferencia de Jeff, ella solo los dejaba inconscientes. 

—¡Jeff, tenemos que irnos!—gritaba Sally al mismo tiempo que pateaba a uno de los encapuchados en la cara. Jeff, quien apenas cortó la garganta de uno de los enemigos, chasqueó la lengua. 

—¿Tenemos qué?

—¿No tienes que escapar?

—Touché—dijo Jeff, sonriendo con arrogancia. Sally sonrió, este era el Jeff que Ben y Sally conocían. 'Me alegro que haya estado con Jack' pensó Sally. Abriendo una oportunidad, ambos salieron del lugar. Jeff corría mientras que Sally flotaba. —A este paso, creo que ya tenemos una distracción—jadeó Jeff mientras corría.

Sally asintió. —Estoy de acuerdo, al menos será una tarea menos para ustedes—Jeff no dijo nada más, pero Sally sabía que tenía razón. Por otro lado, al mismo tiempo, Ben estaba dentro de la mansion de Slender. Hace mucho que ya no estaba ahí, lo cual le alegraba. Vivir en este territorio era como vivir en el infierno. 

Ben inconscientemente puso una mano en su cuello. —A trabajar se ha dicho—dijo Ben. Salió con cuidado de la habitación en la que estaba, pero se agacho cuando la puerta de la entrada salió volando en pedazos. Hoodie gruñó de dolor mientras estaba tirado en las escaleras junto con pedazos de lo que era la puerta principal. Se trató de levantar, pero era doloroso hacerlo.

—¡Hoodie!—gritaron Toby y Masky al mismo tiempo. Ben se asomó un poco y vio a la pareja proxy entrar. Ambos a cada lado de su compañero, ayudándolo a pararse. Ben vio a un extraño tipo entrar, llamas de color verde neón rodeaban sus manos y la mirada asesina en él hizo que le diera escalofríos.

—¡Vaya, vaya! A este paso, será fácil acabar con ustedes—dijo el chico antes de reírse como un psicópata. Ben, retrocede gateando a la habitación y cierra cuidadosamente la puerta. '¿Qué carajos es él?' pensó Ben. Miró a la televisión del cuarto en el que estaba y oyó como los proxys gritaban y trataban de pelear con sus vidas. Quería ayudar a Masky, pues a pesar de sus apariencias, era el único de los proxys que no era del todo cabron. Sin embargo, no podía hacer nada.

—¡Toby!—gritó Masky y Ben apretó los puños. 'No los ayudes, Ben. Ellos no harían lo mismo si tú estás en problemas' pensó Ben. Ben se mordió el labio mientras escuchaba a Masky desesperadamente luchar para vengarse de que habían herido a su compañero y a su pareja. Masky, quien disparó al enemigo, estaba en frente de Toby. Aunque Toby no podía sentir dolor, tenía bastantes heridas y quemaduras por parte del enemigo. Gateo hacia donde estaba Hoodie y trato de despertarlo.

—Hoodie… Hoodie, p-por favor… ayu-ayuda a Tim—jadeó Toby. Poco le importaba si llamaba a su pareja por su nombre en "horas de trabajo", pero sabía que no podrían con él. Hoodie se encontraba inconsciente y a Masky se le acabaron las balas. 

—¡Ahora sí estás muerto, hijo de perra!—gritaba el joven de ojos verdes neón. Sin embargo, antes de que lanzara sus queridas bolas de fuego verde, alguien saltó desde el segundo piso y lo cortó en la espalda con algo filosó. El joven gritó de dolor, las llamas rodeando sus manos desaparecieron. Toby y Masky miraron con sorpresa a Ben, sin embargo, este tenía puesto la máscara de Majora y en su mano la espada de Link.

—¡Váyanse!—gritó Ben, Masky parpadeó. Antes de que pudiera preguntar porque los salvó, el enemigo se volteó detrás suyo con mirada fulminante. 

—¿Quién tenemos aquí? A esta gente sí que le gusta bastante usar máscaras, ¿eh?—dijo el ojiverde con tono sarcástico. Volvió a encender sus llamas y ahora dirigía los ataques a Ben, quien los bloqueaba con el escudo que materializó. Masky, sin pensarlo, entendió lo que Ben hizo.

—Gracias—susurró Masky. Corrió hacia donde estaba Toby y lo cargó al estilo princesa. Toby quería protestar, pero estaba muy débil como para hacerlo. Salieron por la puerta de atrás y aunque era algo grosero dejar a Hoodie atrás, entre su compañero y su pareja, escogería siempre a su pareja. Además, el enemigo estaba ocupado con Ben ahora como para prestarles atención a ellos.

Todo aquel que estaba bajo contrato luchaba con sus vidas contra enemigos de los cuales no sabían nada. En algún lugar, un pintor recolectaba "pintura roja" de los enemigos. Habiendo terminado por su parte, agarró los botes de pintura llenos y de dos en dos se propone a ponerlos en su propio apartamento. Miro el cielo a punto de oscurecer y con indiferencia, caminaba de vuelta a su casa.

En otra parte, un maestro de marionetas reía sin cordura alguna ante los enemigos caídos bajo sus pies. —¿Qué pasa? ¿¡No pueden conmigo!?—gritó con burla el pelinegro. Ningún enemigo quería seguir luchando con él, lo cual aburrió a aquel maestro de marionetas. Sin nada más que hacer, comenzó a caminar hacia el apartamento que compartía con un pintor un tanto molesto.

The Rake se encontraba descontrolando, inundando el bosque con sus gritos inhumanos mientras mataba a los invasores. Lo único que tenía en la mente era matar, matar y matar. Eso era lo único que tenía que hacer y lo que era bueno.

Mientras tanto, el otro doctor miraba con cierta locura y desprecio a los enemigos caídos. Dejó solamente a uno con vida para sus experimentos, pero su sonrisa se borró al sentir una presencia que le resultaba familiar. Miró hacia su izquierda, pero a pesar de que lo único que veía eran árboles, podía sentir aquella presencia. Por un instante, su cara se vio envuelta en melancolía. Pero rápidamente cambió de vuelta a una sádica mientras regresaba la mirada al único enemigo con vida que tenía atado. —¡Vamos a ver de lo que estás hecho!—exclamó el doctor para después reírse como un loco.

De vuelta con el equipo de Jeff, ambos se encontraban rodeados otra vez y por más que Jeff los matara, seguían viniendo más. Sally, quien trataba de ayudar a Jeff, estaba a su límite. Jeff también estaba a su límite y cayó cansado de rodillas al suelo. —¡Jeff!—gritó Sally. Sally levito y rápidamente trató de llegar hacia donde estaba Jeff, quien iba a ser atacado. Sin embargo, el enemigo de repente vomitó sangre y cayó al suelo. 

—¿Pero qué?—Sally miró con sorpresa a un joven alto, más alto que Jeff. Tenía suturas en la cara y sus ojos verdes e indiferentes miraban al enemigo. Frunció el ceño y apuñaló bastantes veces al invasor, asegurándose de que ya no pudiera levantarse. 

—¿Sally?—Llamó débilmente Jeff, quien trató de levantarse. Aquél joven ayuda a Jeff a levantarse y a pesar de que lo miraba con odio, aquel joven lo ayudó sin decir nada.

—¿Jeff, estás bien?—Preguntó Sally, dejando de flotar y dirigiéndose hacia donde estaba su amigo. Jeff asintió y le agradeció a Sally por ayudarlo. —Jeff… yo no, yo no fui el que te ayudó

La sonrisa de Jeff iba apagándose. —Entonces…

—Sabes, ese canibal de verdad que le gustas—Aquella voz familiar hizo que Jeff se pusiera tenso. Volteo hacia donde estaba Liu y trato de agarrarlo de los hombros, pero Liu se alejó de él. Jeff sintió un punzada en el pecho y Sally lo miró preocupado.

—Liu, ¿en verdad eres tú?

Liu no dijo nada, solo miraba al suelo con el ceño fruncido. —No tenemos tiempo que perder—dijo y empezó a caminar. Ya casi llegaban a la cabaña y Jeff sintió muchas emociones mezclarse. Tristeza, enojo, alivio, culpa y entre otras. Sally y Jeff seguían a Liu, pero Sally empezaba a preocuparse.

—Jeff, ¿Él es tu hermano? ¿El que tanto hablabas?—susurró Sally, lo suficiente como para que Jeff lo escuchara. Jeff asintió solemne. Sally miró la espalda de Liu. 'Me preguntó por qué lo salvó' pensó Sally.

En la cabaña, Jack chasqueó la lengua y evade los ataques de el invasor. A diferencia de los  encapuchados, este era un joven de pelo rojizo violeta. Sus ojos eran negros con iris blancos. Poseía en sus manos una katana y en sus ojos se veía el odio. —Me sorprende que hayas durado mucho

—Gracias, si quieres te puedo enseñar—dijo Jack, sonriendo de forma burlona. El invasor frunció el ceño y esta vez, no atacó por enfrente. Al principio, Jack pensó que se había ido, pues por un instante desapareció. Sin embargo, cuando sintió su presencia y antes de siquiera bloquear el ataque. El invasor logró encajar su katana en el hombro derecho de Jack, re-abriendo la herida que ya tenía en ese lugar. Jack gritó de dolor, pero aprovecho para cortar la garganta del invasor con su bisturí. 

—¿¡ngh!?—El invasor se alejó de Jack, sacando la katana con la que había apuñalado a Jack. Las manos de Jack temblaban. Con su mano derecha, agarró el bisturí y con su mano izquierda apretó el lugar de la herida para prevenir la sangre. Al hacerlo, se estremeció de dolor, pero tendría que aguantarlo.

—¿Qué harás ahora?—preguntó Jack, mirando al invasor con desafió. El invasor no dijo nada, no podía. Pero antes de que pudiera contraatacar, paró en seco. Así se quedó unos minutos antes de gruñir molesto y regenerarse en la herida. 

—Tienes suerte, caníbal de mierda—dijo el invasor con enojo. Una mancha grande y negra rodearon los pies del invasor y este se hundía en él como si fuera arena movediza. Cuando estaba por completo hundido, la mancha desapareció. 

—¿Qué carajos?

—¡Jack!—la voz de Jeff interrumpió cualquier pensamiento que fuese a tener. Jack sonrió al ver a Jeff, pero luego se va apagando cuando nota a Liu atrás de Jeff. Jeff, quien corría hacia la dirección de Jack, lo abrazo. Jack soltó un gemido de dolor y Jeff lo dejó de abrazar. Puso sus manos en la cintura y lo miró con el ceño fruncido. —¿¡Te volviste a lastimar!?

Jack ríe nerviosamente. —Lo siento, pero tenía que hacerlo

—¡Claro que no! ¿Cuántas veces tienes que ser lastimado para que aprendas?

—¿¡Qué querías que hiciera!?

—Oh no lo se, dejame pensar… ¡Huír, idiota!

—¿Acaso querías que te dejara?

—A ver par de estupidos enamorados—dijo Liu con un tono de disgusto y molestia. —¿No tienen un pinche plan que seguir?

Jeff y Jack se sonrojaron. —Liu tiene razón, necesitan irse—dijo Sally. Jeff agarró la bolsa deportiva donde metieron la ropa y el libro, se la colgó en el hombro izquierdo y asintió. Sally, Liu, Jack y Jeff empezaron a correr hacia el atajo donde debía de estar Smiley esperandolos. Jack podía ver desde lejos el carro negro y sonrió. —Ya casi estamos cerca—dijo Sally, sonriendo también.

—¿¡A donde creen que van!?—una voz gritó. Todos se pararon en seco y voltearon hacia atrás. Masky, ya sin máscara, los miraba con el ceño fruncido. Sangre corría desde su sien derecha y en sus brazos cargaba a Toby. Toby tampoco tenía la máscara, pues no podía respirar bien de lo lastimado que estaba y Masky se la había quitado. Toby se veía demasiado herido y débilmente veía al grupo mientras se agarraba de Masky.

Sally caminó un poco hacia donde estaba Masky, pero no se acercó demasiado. —Dejalos ir, Tim

Tim los veía y recordó las palabras de Ben. Miró a su amado en brazos, no decía nada solo su respiración agitada se oía. Volvió su mirada al grupo, en particular a Jack y Jeff. Quería decir tantas cosas, pero nada salía de su boca. Tim cerró los ojos y se dio media vuelta. Sally veía como se alejaba y como Toby los veía con dolor sobre el hombro de de Tim. 

Sally los volteó a ver y dándose cuenta de la situación, sintió cierta envidia. —¿Qué esperan? ¡Vayanse!

—¿No vendrás con nosotros?—preguntó Jeff, su tono se oía un poco triste. Sally sonrió amable y puso una mano en su cuello.

—¡Gracias por la invitación! Pero, es mejor que me quede aquí

—Pero, Sally…

—Vamonos, están perdiendo tiempo—dijo Liu, dándose vuelta con cara seria. Jack y Jeff la miraban dudosos. Sally rió entre dientes. 

—Estaré bien, lo prometo—dijo Sally. —Ustedes saben que no me dejaré caer en las garras de Slender

Jack miró al suelo con cierta tristeza, pero Liu tenía razón. —Gracias—dijo Jack y con su mano débil, agarró el brazo de Jeff. Jeff quería protestar, pero hasta él sabía mejor que nadie. Smiley, quien ya había terminado su cigarro, vio toda la escena. El cielo ya estaba oscuro y parecía que una tormenta estaba por comenzar. Liu abrió la puerta donde estaba el asiento al lado de Smiley, agarró el maletín y lo puso en su regazo al mismo tiempo que cerraba la puerta.

Jack abrió la puerta de atrás y dejó que Jeff se subiera primero y luego él. Sally les decia adios con la mano y una sonrisa en sus labios. Jack le devuelve el gesto y el carro empieza a arrancar. Cuando el carro estaba lejos de la vista de Sally, el sonido del trueno seguido por la lluvia esconden las lágrimas y sollozos de Sally. Se dejó caer al suelo y gritaba a la noche oscura. Otra vez, otra vez sacrificó sus deseos de escapar para que alguien más pueda.

En la, ahora vacía, cabaña de Jack. Se encontraba Tim con Toby. Tim trataba las heridas de Toby lo más que podía. Cuando fuese mañana, irían con el segundo doctor. Toby lo miraba con una expresión Tim no sabía. ¿Decepción? ¿Enojo? ¿Lastima? No lo sabía y no quería. —No le diré nada a Slender—dijo Tim. Toby no dijo nada, pero cuando terminó de vendarlo. Cuando se acostaron en la cama, Toby le dio la espalda y Tim sintió su alma quebrarse.

Slender se paró con sorpresa y enojo como la puerta principal de la mansión estaba destrozada. Se teletransporta adentro y ve a Brian sentado en la escalera con cara solemne. —¿Qué pasó aquí? ¡Me voy medio día y medio para una reunión y la mansión se ve destrozada!—exclamó indignado. Brian voltea su mirada arriba para ver a Slender, pero no dice.

Lejos de aquel lugar, en un apartamento. Dos artistas discutían como siempre lo han hecho, Rake buscó refugio en un pequeño túnel de la lluvia y aquel doctor veía por la ventana las gotas caer mientras tomaba un café. 

Para cuando Smiley llegó al hospital, Ben los esperaba afuera. —¡Jeff!—gritó Ben y corrió hacia su amigo para abrazarlo. Jack sonrió, Smiley se rió entre dientes y Liu solo los veía indiferentes. Mientras los mejores amigos se abrazaban y agradecian de haber sobrevivido, Jack miró a Liu.

—¿Cómo sabías que teníamos un plan?

Liu lo miró monótono. —Me encontré con Smiley y me dijo que los ayudara—dijo el hermano menor. Jack volteó a ver a Smiley, quien se unió a un abrazo grupal con Jeff y Ben. Jack suspiro, pero por ahora, todo había pasado. Jack les dijo que entraran porque la lluvia no pararía y tenía que recibir atención médica. Todos entraron al hospital, Liu vio sobre su hombro una figura en la lluvia pero esta desapareció al instante. 

Liu desvió la mirada y entró al hospital. —Esto se pondrá interesante—dijo Liu, sonriendo con mofa.