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Capítulo 4 Ciudad Tormentosa y el Legado de los StormKirin

Los primeros rayos de tormenta descendían sobre las antiguas calles de Ciudad Tormentosa, la capital del Condado de los StormKirin. La ciudad se alzaba majestuosamente en el corazón de Aldarath, un lugar donde la historia y el poder fluían como el propio Flujo Universal. La mansión de los StormKirin, un imponente edificio de piedra, se alzaba en el centro de la ciudad como un símbolo de su antiguo linaje y su influencia en la política y la sociedad del continente.

Thandaren caminaba por las calles empedradas de la ciudad, admirando la arquitectura y los intrincados detalles de los edificios que lo rodeaban. A su lado, el mayordomo Hans lo acompañaba, guiándolo por los lugares más emblemáticos de Ciudad Tormentosa.

Los edificios de la ciudad eran cuanto menos pintorescos, equipados con largas púas metálicas en los tejados desconcertaban a los turistas que visitaban por primera Ciudad Tormentosa. Muchos de ellos quedaban extrañados, pero esa curiosidad quedaba saciada cuando aparecía un tormenta, cosa bastante habitual en esta región.

A medida que los años pasaban en el continente de Aldarath, el conocimiento y la maestría en el Flujo Universal se habían convertido en pilares fundamentales de la sociedad. Pero no solo se utilizaba esta poderosa energía para la guerra y la defensa; también se había convertido en una valiosa fuente de comercio y prosperidad.

El comercio de Flujo Universal se extendía por todo el continente, y las piedras del caos, que otorgaban poderes elementales, eran uno de los productos más codiciados. Los practicantes del Flujo Universal, utilizábamos estas piedras para ampliar nuestras habilidades y realizar proezas sobrenaturales.

Una de las mayores actividades comerciales en Ciudad Tormentosa era la transformación de los rayos de tormenta en Flujo Universal, listo para ser comercializado. Una vez era convertida en flujo, era utilizada para abastecer las necesidades de la ciudad, desde la iluminación de las calles hasta la alimentación de los artefactos mágicos que la población utilizaba en su vida diaria. Y lo que sobraba se vendía al Mercado Áureo por un jugoso precio.

Los edificios de la ciudad estaban equipados con sofisticadas bobinas que capturaban la energía eléctrica de los rayos que caían durante las tormentas. Esta energía se convertía hábilmente en Flujo Universal y se almacenaba en contenedores especiales.

La historia de los StormKirin estaba entrelazada con los avances tecnológicos que habían transformado su condado y, en última instancia, contribuido al bienestar de su gente. Era mi abuelo, Rai StormKirin, quien había sido el visionario detrás de estos avances.

El condado StormKirin se encontraba en una de las regiones más inhóspitas de Aldarath, donde las condiciones climáticas extremas a menudo llevaban a la hambruna y la desesperación. Mi abuelo, sin embargo, se negó a aceptar la inevitabilidad de la escasez de alimentos y las condiciones adversas. Fue él quien desarrolló la tecnología para aprovechar la energía del Flujo Universal de una manera completamente nueva.

Las gigantescas bobinas que se encontraban en lo alto de los edificios de Ciudad Tormentosa, originalmente diseñadas para capturar la energía de los rayos, se habían vuelto aún más cruciales bajo la dirección de mi abuelo. Utilizando esta energía, desarrolló sistemas de cultivo controlados por el Flujo Universal que permitieron a los habitantes del condado StormKirin cultivar alimentos en condiciones aparentemente imposibles. Estos sistemas revolucionarios producían cosechas abundantes, incluso en medio de las peores tormentas.

Además, Rai StormKirin había introducido la tecnología de conversión de Flujo Universal en piedras del caos artificiales. Esto no solo les proporcionó una fuente constante de energía, sino que también permitió a los habitantes del condado desarrollar habilidades sobrenaturales, lo que los convirtió en una fuerza a tener en cuenta en Aldarath.

Mi abuelo fue un pionero y un héroe en su tiempo, y sus logros tecnológicos habían asegurado la supervivencia y la prosperidad de nuestro condado en una región tan hostil.

El Bastión StormKirin era una maravilla arquitectónica y tecnológica diseñada también por mi ilustre abuelo. Este imponente edificio se alzaba en medio de Ciudad Tormentosa, sirviendo como el centro de operaciones y la residencia de la familia StormKirin.

Desde el exterior, el Bastión era una estructura majestuosa y única. Sus altas torres se erguían hacia el cielo, adornadas con intrincados detalles de metal que brillaban bajo la luz de los rayos de tormenta. Las paredes del Bastión estaban construidas con un material especial que absorbía y almacenaba la energía de los rayos, lo que le daba una apariencia inconfundible.

En el interior, el Bastión era igualmente asombroso. Sus amplias salas estaban decoradas con obras de arte y objetos antiguos que contaban la historia de la familia StormKirin y su linaje de practicantes del Flujo Universal. Grandes ventanales permitían la entrada de la luz de tormenta, que se canalizaba a través de intrincados conductos y bobinas de energía que proporcionaban electricidad a toda la estructura.

El Bastión StormKirin no solo era el hogar de la familia StormKirin, sino también un faro de conocimiento y tecnología en Ciudad Tormentosa. La visión de mi abuelo, Rai, había creado un legado que continuaba inspirando a las generaciones futuras, incluyéndome a mí.

Los jardines que rodeaban el bastión eran una maravilla de la naturaleza, llenos de exóticas flores y árboles centenarios. Un estanque sereno, alimentado por un arroyo que fluía desde las montañas cercanas, estaba habitado por peces de colores brillantes. Thandaren recordaba cómo solía jugar en estos jardines cuando era niño, bajo la atenta mirada de sus padres.

En el corazón de la ciudad se encontraba la Plaza de Ciudad Tormentosa, un lugar de encuentro para comerciantes, artistas callejeros y ciudadanos en general. En el centro de la plaza se alzaba una estatua de un Kirin, un símbolo de poder y protección. Los mercados y tiendas circundantes ofrecían una amplia variedad de bienes, desde artefactos mágicos hasta deliciosos manjares.

Thandaren y Hans continuaron su recorrido hasta llegar a una de las Academias del Flujo Universal, una prestigiosa institución de enseñanza donde jóvenes talentosos de todo el condado venían a perfeccionar sus habilidades. La academia estaba ubicada en el corazón de Ciudad Tormentosa y era conocida por su riguroso programa de estudio.

Aunque la Academia del Flujo Universal más venerada sería la ubicada en la capital del Imperio.

La Academia Ancestral.

Thandaren se dirigió a Hans, el leal mayordomo de la familia StormKirin, con una pregunta que lo había estado atormentando desde que recibió la carta de su padre. Hans estaba ocupado organizando algunos documentos en el estudio de la mansión StormKirin cuando Thandaren se acercó.

"¿Hans, sabes dónde se encuentra el Templo del Kirin?" preguntó Thandaren con una mirada de determinación en sus ojos.

Hans, un hombre de mediana edad con cabello canoso y una expresión tranquila, se detuvo y miró a Thandaren con seriedad. Sabía que la pregunta de Thandaren no era casualidad y que estaba relacionada con su destino y legado.

"El Templo del Kirin se encuentra en el corazón de la Jungla Estática, joven Thandaren", respondió Hans con calma. "Es un lugar peligroso y misterioso, donde los Guardianes del Kirin custodian los secretos ancestrales de nuestra familia."

Thandaren asintió, tomando nota de la respuesta de Hans. Sabía que enfrentar la jungla y llegar al templo sería un desafío formidable, pero era un paso necesario en su camino para portar el bastón de Ataraxio y descubrir más sobre el Flujo Universal.

"Gracias, Hans. ¿Que me podrías contar sobre la Jungla Estática? , dijo Thandaren con gratitud.

Hans asintió y comenzó a explicar: "La Jungla Estática es una región extremadamente peligrosa de Aldarath. Su nombre proviene de las constantes tormentas eléctricas que azotan la zona. Los rayos caen sin cesar, y la energía del Flujo Universal fluye de manera descontrolada, creando un entorno altamente volátil."

Thandaren escuchó atentamente mientras continuaban caminando. Quería obtener la mayor información posible antes de enfrentarse a la jungla.

Hans continuó, "Además de las tormentas eléctricas, la jungla alberga criaturas salvajes y peligrosas que han aprendido a sobrevivir en ese ambiente hostil. No es un lugar al que uno deba entrar sin una preparación adecuada y un propósito claro."

Thandaren asintió, consciente de los riesgos que enfrentaría. Sabía que no podía tomar a la ligera la travesía hacia el Templo del Kirin y que debía estar completamente preparado antes de aventurarse en la Jungla Estática.

"Hans, ¿hay alguna información adicional que pueda ser útil para mi viaje?" preguntó Thandaren, determinado a absorber todo el conocimiento que su leal mayordomo pudiera ofrecerle.

Hans consideró la pregunta de Thandaren por un momento antes de responder con seriedad. "Es importante estar bien equipado para tu viaje a la Jungla Estática, joven Thandaren. Asegúrate de llevar provisiones adecuadas, como alimentos, agua y suministros médicos. También deberías considerar obtener una vestimenta resistente a la electricidad para protegerte de las tormentas."

Thandaren asintió, tomando nota mental de las sugerencias de Hans. Estaba decidido a estar preparado para cualquier desafío que la jungla pudiera presentarle.

"Además," continuó Hans, "debes estar mentalmente preparado para la soledad y la incertidumbre. La Jungla Estática es un lugar donde la mente y el espíritu pueden ser puestos a prueba. Mantén tu determinación y recuerda tu objetivo."

Thandaren y Hans continuaron su camino a través de las animadas calles de Ciudad Tormentosa, dirigiéndose hacia el lugar que Hans había mencionado: el Mercado Aureo. Mientras avanzaban, Hans comenzó a explicar con más detalle la importancia y la influencia de esta poderosa organización económica en el Imperio.

"Estamos llegando al Mercado Aureo, joven Thandaren," dijo Hans con una voz llena de respeto. "Es la entidad económica más influyente en todo el Imperio, incluso más poderosa que el mismo emperador en términos de riqueza y recursos. Su creencia fundamental es que la armonía crea riqueza, por lo que siempre se mantienen neutrales en los conflictos internos del Imperio."

Thandaren asintió, intrigado por esta perspectiva. "¿Neutralidad absoluta en todos los conflictos?" preguntó. "Eso debe ser un desafío en un mundo tan dividido como el nuestro."

Hans asintió con solemnidad. "Así es, joven Thandaren. Pero el Mercado Aureo es conocido por su integridad y su compromiso con la prosperidad. Sin embargo, hay una excepción a su neutralidad: su férrea oposición a los Vaxiones, los invasores alienígenas que amenazan nuestro mundo. En ese caso, están dispuestos a usar sus recursos para luchar contra esa amenaza."

Thandaren entendió la importancia de la neutralidad del Mercado Aureo y su compromiso en la lucha contra los Vaxiones. Mientras se adentraban más en Ciudad Tormentosa, se dio cuenta de la complejidad de las fuerzas que moldeaban el destino de Aldarath y la importancia de encontrar su propio camino en medio de ellas