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Ángel y Demonio

¿Qué ocurre cuando mueres? ¿Vas al cielo? ¿Vas al infierno? ¿Quién lo decide? Hiyami es una chica de 16 años que por una mala jugada de la vida termina envuelta en un accidente. Cuando pensó que su vida había terminado, aparece ante las personas que decidirán el destino de su alma, ¿ira al cielo? ¿ira al infierno? ¿Qué pasaría si su alma no puede ir a ninguno de los dos reinos? Hiyami tendrá que descubrir como lograr que su alma alcanza el cielo o el infierno, pero ¿Cómo lo hará?

RisingTempest · Fantasy
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Capítulo 2: Mundo Espiritual

Cuando Hiyami recupero al conciencia, se encontraba en el hospital, sentía dolor en todo el cuerpo, pero, aun así, logro sentarse. Mientras miraba por la ventana las aves volar, se preguntaba qué demonios había sucedido;

- Recuerdo haber salido a hacer entregas antes de ir a la escuela, sentí un golpe y estaba en un lugar oscuro, con 3 personas, eran… - decía Hiyami mientras intentaba recordar – ¿¡Dios y el Diablo!' Nah, creo que el golpe me afecto más de lo que penaba.

Mientras seguía mirando atentamente por la ventana, sintió que alguien golpeaba la puerta de su habitación.

- Adelante – dijo Hiyami volviéndose a acostar.

- Hola Hiyami-chan, ¿te sientes mejor? – pregunto un anciano.

- ¡Señor Miyagi! – exclamo Hiyami - ¿Qué está haciendo aquí?

- Vine a verte, me asuste tanto cuando escuche que habías tenido un accidente… Realmente pensé lo peor – dijo mirando al techo el Sr. Miyagi.

- Vamos, vamos, viejo, soy fuerte, ¿crees que un pequeño golpe era suficiente para mandarme al otro mundo? – dijo Hiyami mientras se tomaba el brazo en muestra de fuerza.

- ¿Hmm? – sonrió el Sr. Miyagi mientras se acercaba a Hiyami y le daba un pequeño golpecito en el brazo.

- Ay, ¡ay! – se quejó Hiyami mientras hacia una mueca de dolor – está bien, me duele un poco aún.

- Eso pensé – dijo el Sr. Miyagi mientras se volteaba a mirar por la ventana – de verdad me asuste Hiyami-chan, pensé que te perdería como la perdí a ella, incluso los doctores dijeron que estuviste muerta por un minuto, aun se preguntan cómo diablos paso eso, aunque a mí solo me importa que estés aquí ahora, con eso me basta.

- Viejo... – dijo en voz baja Hiyami mientras recordaba que la esposa del Sr. Miyagi había muerto en un accidente automovilístico hace unos años atrás cuando era pequeña - ¡No te preocupes viejo! No podrás deshacerte de mí tan fácilmente.

- Eso espero Hiyami-chan – dijo el Sr. Miyagi mientras caminaba hacia la puerta – los doctores dijeron que te dejarían acá un par de días para hacerte exámenes y comprobar que estas bien, luego te darán el alta.

- ¿¡Eeeh!? – exclamo Hiyami – quiero irme ahora viejo.

- Jajaja – río el Sr Miyagi – aprovecha de descansar, cuando vuelvas retomaras los entrenamientos que estas perdiéndote ¿oíste?

A pesar de las burlas finales del Sr. Miyagi, Hiyami estaba realmente agradecida de estar al cuidado de una persona tan buena como él.

Los siguientes días pasaron sumamente rápido, al parecer Hiyami solo tenía contusiones leves, lo que sorprendía bastante a los doctores puesto que fue, literalmente, arrollada por un carro a una alta velocidad y además, se estrelló contra un muro de concreto. Durante su recuperación todo iba normal y en 3 días Hiyami ya podía hacer casi todas sus cosas sin dolores en el cuerpo, por lo que le darían el alta.

El día que Hiyami fue dada de alta comenzó normal, arreglo sus cosas (ropa y algunos mangas que le había llevado el Sr. Miyagi) y se dispuso a ir rumbo a la salida. Cuando todo parecía normal, el mundo de Hiyami comenzó a distorsionarse, a pesar de que era día Domingo, y que el hospital debería estar relativamente vacío, había una gran cantidad de personas caminando por el pasillo, pero ahí no terminaban las sorpresas, cuando Hiyami pensó que chocaría contra una de esas personas, esta simplemente la atravesó. Ese fue el primer indicio para Hiyami de que algo no estaba bien. Seguido a eso, intento tocar a las personas que había en el pasillo, pero se repetía el hecho de atravesarlas, por lo que Hiyami pensó solo eran imaginaciones suyas y continuo hasta la salida. Allí la esperaba el Sr. Miyagi.

- veo que estas completamente recuperada – dijo el Sr. Miyagi mientras sonreía.

- Por supuesto viejo – dijo Hiyami enérgicamente – como dije fue solo un golpe y las recuperaciones que me hicieron en el hospital fueron bastante efectivas.

- Me alegra oír eso – dijo alegre el Sr. Miyagi – ahora volvamos a casa, tienes que prepararte para tu entrenamiento, jeje.

- Igh – exclamo Hiyami – pensándolo bien, creo que debería descansar otra semana, de hecho, un mes no estaría mal.

- ¿Pero no eras tan fuerte? – pregunto el Sr. Miyagi – juraría que te oí decir que un golpe no era suficiente para ti, así que planee un entrenamiento más fuerte para que se ajustara a tu nivel.

- Ah, creo que volveré a morir – dijo Hiyami mientras suspiraba – bueno, supongo que será mejor que estar acostada leyendo mangas en un hospital.

Mientras iban camino a su casa, Hiyami no dejo de ver cosas extrañas suceder a su alrededor: primero, un zorro enorme, realmente enorme saltaba de techo en techo velozmente intentando atrapar a una serpiente que se escabullía igual de rápido hasta que llego a una calle y arraso con un cartel, aun así, la gente no se sorprendió y no parecía darle importancia. Cuando pensó que ya lo había visto todo ese día, un berro con cabeza de pez paso por delante de ella, por lo que ahogo un grito y dio un salto hacia atrás asustada.

- ¿Qué paso, Hiyami-chan? – pregunto curioso el Sr. Miyagi.

- ¡Cuidado! – grito Hiyami – ¡hay un perro-pez frente a ti!, o un pez-perro, ¡pero esta frente a ti!

El Sr. Miyagi miro intrigado frente a él solo para ver que no había nada

- ¿Estas bien? – pregunto el Sr. Miyagi . aquí no hay nada.

- Debes estar bromeando – dijo Hiyami sorprendida – ¿en serio no vez nada?

- Aun debes estar sufriendo secuelas de tu accidente Hiyami-chan – dijo el Sr. Miyagi mientras seguía mirando lo que Hiyami le había indicado – volvamos a casa luego para que puedas descansar, ya avise a la escuela que te ausentaras algunos días más para descansar.

- Si... debe ser eso -dijo intrigada Hiyami – volvamos a casa.

La siguiente parte del trayecto no fue diferente, Hiyami seguía viendo cosas raras que la gente parecía no notar, aun así, seguía sorprendiéndose cada vez que algo corría o volaba frente a ella.

Cuando llego a su casa, se recostó en su cama y se preguntó en voz baja por que estaba viendo tantas cosas extrañas.

No deberías ser capaz de ver espíritus ni nada parecido – dijo una voz a su derecha.

¿Verdad? – respondió Hiyami rápidamente - es muy extraño.

- Debe haber sido, probablemente, porque murió y volvió a la vida – dijo otra voz a su izquierda.

- Hmm, tal vez eso pudo haber… - dijo Hiyami mientras abría sus ojos y se daba cuenta de que había dos pequeñas esferas flotando a sus lados – ¡espera!, ¿Qué diablos está pasando? ¿qu-quienes o que son ustedes?

- Soy un ángel – dijo la esfera blanca de la izquierda.

- Y yo un demonio – dijo la esfera negra de la derecha - nos enviaron para observarte mientras pasan tus 6 meses de vida

- Ya veo – dijo Hiyami pensativa - ¿realmente morí?

- Así es – dijo el ángel – y como tu alma estaba totalmente equilibrada entre el bien y el mal, Dios y Diablo acordaron que te devolverían la vida por 6 meses hasta que tu alma se inclinara hacia algún lado.

- Ahh – suspiro Hiyami - supongo que tendré que comenzar a hacer buenas acciones si quiero ir al cielo.

- Hmm, ¿Por qué todos quieren ir al cielo? – dijo intrigado el demonio – el infierno es igual de bueno.

- ¿Cómo puede ser bueno un lugar en el que torturan a la gente? – pregunto curiosa Hiyami.

- Eso es porque los cuentos que les dicen a los humanos sobre el infierno están totalmente equivocados – dijo el demonio mientras flotaba alrededor de la cabeza de Hiyami – solo los asustan y los condicionan a hacer lo que está bien aceptado.

- ¿Cómo es el infierno entonces? – pregunto Hiyami aún más curiosa.

- Es un lugar como cualquier otro, donde las almas que no eran lo suficientemente buenas van a parar, pero eso no significa que todas sean malas personas ni mucho menos – dijo el demonio – solo las personas que han cometido atrocidades como matar terminan en la zona de las torturas, los demás solo disfrutaran su post-vida como si estuvieran en el cielo, solo que gobernado por Diablo.

- ¿En serio? – pregunto entusiasmada Hiyami - ¡diablos! Ahora no sé a dónde quiero ir.

- Tómatelo con calma – dijo el ángel – aunque ambos son lugares decentes, lo importante es que aproveches los meses de vida acá en el mundo terrenal con tus seres queridos, ya puedes ver después donde quieres ir y lo que harás para llegar allí.

- Tienes razón – dijo Hiyami desanimada – solo me quedan 6 meses de vida… Por cierto, ¿Qué eran las cosas que estuve viendo de camino acá y en el hospital?

- Los que viste en el hospital eran yuurei – dijo el ángel – para hacerlo mas simple son personas que tuvieron una muerte indeseada o prematura y que no han podido alcanzar el descanso, incluso cuando sus almas ya fueron juzgadas, a menos de que resuelvan lo que les quedo en el mundo, no podrán encontrar su descanso ni en el cielo ni en el infierno.

- Y los que viste en las calles eran yookai – dijo el demonio – también son fantasmas, pero a diferencia de los yuurei, los yookai pueden compartir el mismo espacio dimensional que los humanos, generalmente viven apartados de los humanos, pero algunos deciden convivir con ellos en paz.

- ¿A qué te refieres con que los yookai comparten espacio dimensional con nosotros? – pregunto Hiyami.

- Por un lado, los yuurei existen en un plano dimensional diferente a los mortales, pueden estar en el mismo lugar, pero no en la misma dimensión, esto hace que, aunque algunos puedan verlos, no puedan interactuar físicamente con ellos – dijo el ángel.

- Por otro lado – dijo el demonio – los yookai comparte tanto el espacio como la dimensión en la que estamos, por lo que pueden interactuar libremente con los mortales, aunque estos no puedan verlos.

- ¿Pero no es peligroso? – pregunto Hiyami – aunque los humanos no puedan ver a los yookai estos podrían hacerles daño.

- Eso es cierto – dijo el ángel – aunque por lo general los yookai conviven con los humanos de forma pacífica, algunos prefieren provocar caos y disfrutan con el sufrimiento de la gente, de hecho…

- ¿De hecho? – pregunto Hiyami intrigada.

- Algunos de los incidentes más grande que han ocurrido en la historia han sido provocados por yookai, aunque las personas lo maquillen diciendo que son accidentes -dijo el demonio.

Todos se quedaron en silencio durante unos segundos hasta que Hiyami hablo.

- Dejando ese tema de lado, ¿por qué puedo verlos?

- Como mencionamos hace un momento, puede ser debido a que moriste, y estuviste con esos 3 – dijo el demonio.

- Por lo general, las personas son incapaces de ver o sentir a los espíritus, esto se debe a que no pueden usar energía espiritual – dijo el ángel.

- ¿Energía espiritual? - pregunto Hiyami.

- Es la energía del mundo – dijo el demonio – los humanos poseen una pequeña cantidad, pero de donde verdaderamente proviene es de la naturaleza, del ambiente, de lo que nos rodea.

- A pesar de que la gente tenga pequeñas cantidades de energía espiritual, no pueden usarla, a menos de que nazcan con la capacidad de ello y se entrenen para poder hacerlo – menciono el ángel.

- ¿Cómo puedo ver entonces a los espíritus si yo no puedo usar energía espiritual? – pregunto Hiyami.

- Ahí es donde entra tu estadía con Dios y Diablo – dijo el demonio - es probable que antes de eso tu con suerte hayas tenido algo de energía espiritual, pero después de haber estado con esos 2, tu cuerpo parece haber aprendido a absorber y acumular energía espiritual, supongo que fue una reacción a la gran cantidad de energía que había en ese lugar.

- En casos normales, por mucha energía que hubieras acumulado, tu alma finalmente iría al cielo o al infierno, pero al volver a tu cuerpo, provoco que ahora estés llena de energía espiritual – continuo el ángel.

- ¿Entonces cuando se me agote la energía que mi alma acumulo dejare de verlos? – pregunto Hiyami.

- Si – dijo el ángel – o eso sería en casos normales, pero luego de que tu alma volviera a fusionarse a tu cuerpo, aprendiste involuntariamente a estar constantemente absorbiendo energía espiritual del ambiente, por lo que será difícil que dejes de ver espíritus.

- Todo esto me parece bastante bueno para ser cierto la verdad – dijo Hiyami pensativa – de hecho, ver fantasmas me parece bastante mono ahora que entiendo todo.

- Ahora que lo sabes debes ser aún más cuidadosa, ya que los yookai se interesaran por ti – dijo el ángel.

- Así es, tienes una gran cantidad de energía espiritual, lo que les llamara la atención – dijo el demonio – en el peor de los casos atraerás algún yookai malvado que haga un desastre de proporciones estratosféricas.

- Como los que mencionaron anteriormente – dijo Hiyami algo preocupada – ¿qué tan grandes son los accidentes producidos por yookai?

- Si quieres puedes verlo por ti misma – dijo el demonio - ¿conoces el hospital abandonado a las afueras de la ciudad?

- No me digas que… - dijo Hiyami antes de ser interrumpida.

- ¡Imposible! – dijo el ángel – a pesar de que el lugar es aparentemente seguro aún podría haber algún residuo de lo que paso.

- Pero si eso paso hace años, me gustaría ver con mis ojos – dijo Hiyami con una mirada seria – quiero ver de lo que son capaces los espíritus, y creo que la mejor forma de dimensionarlo es yendo a ese lugar.

- Haa – suspiro el ángel – ¿al menos sabes defenderte? A pesar de que no haya nada, siempre es mejor estar preparados para lo peor.

- Si – dijo Hiyami – se artes marciales, el Sr. Miyagi me enseño desde pequeña, sobre todo a combatir con el bastón, pero ¿cómo podría pelear con algo que no puedo tocar?

- Como dijimos, tal los yookai pueden interactuar con las personas, de igual manera las personas pueden interactuar con ellos, por lo que en el peor de los casos podrías pelear contra uno – dijo el ángel.

- Incluso podrías purificarlo – menciono el demonio – tienes grandes cantidades de energía espiritual, por lo que un buen golpe a un yookai debería mandarlo al más allá de los yookai.

- Debería – repitió el ángel – aun así, es mejor jugar a la defensiva.

- Entonces todo arreglado – dijo Hiyami levantándose - ¡mañana partiremos al hospital abandonado?

A la mañana siguiente Hiyami debía descansar, aun así, le dijo al Sr. Miyagi que quería ir a la escuela, pero que no iría a trabajar, por lo que no debía preocuparse. El Sr. Miyagi, aunque dudoso, la dejo ir deseándole un buen día.

- Primera misión; escaparse de casa, completa – dijo Hiyami imitando la voz de un espía.

- No creo que cuente como escape cuando incluso le avisaste al que te cuidaba – dijo el demonio.

- Silencio – dijo Hiyami susurrando – nos pueden descubrir.

- Si, si, lo que digas – dijo el demonio.

Desde que partió siente un escalofrío, tenía el presentimiento de que algo pasaría, aun así, siguió rumbo al hospital. Cuando llego, los escalofríos no hicieron más que aumentar, el entusiasmo de Hiyami iba en picada y 5 minutos después de entrar solo quería huir. A pesar de sentir presencias, no veía nada, ni siquiera yookai rondando, por lo que comenzó a sospechar que en ese lugar no había nada. Solo para comprobar se dirigió a la morgue del hospital, ya que era el lugar que más energías podría haber almacenado y donde era más probable encontrar algo, si es que había.

Cuando llego a la puerta de la morgue un frio intenso recorre cada una de sus células, y una presión en el aire le hacía difícil incluso el respirar con normalidad. Entro, pero para su tranquilidad no había nada, solo trozos de metal y algunas mesas tirados en la habitación.

- ¿En serio? ¿esto es todo? Desperdicie medio día para venir acá y lo que encuentro es... Un hospital más vacío que mi estómago – dijo enojada Hiyami - aah ya basta, me largo de aquí.

- Aun así, es raro – menciono el ángel – aunque no hubieran yookai, al menos deberían estar aquí algunas de las almas de las personas que murieron en el incidente, es imposible que todas hayan cruzado al cielo o al infierno.

- Es verdad – respondió el demonio – siempre hay unos cuantos yuurei rondando estos lugares.

- Pero ya lo vieron ¿no? – dijo Hiyami aun enfadada – aquí no hay nada, vámonos de acá.

Apenas se giró, una ola de viento la golpeo por la espalda, el frio se hizo intenso y una presión aún más fuerte emanaba desde detrás de una caja metálica en el centro de la habitación. Hiyami lentamente volvió a girarse solo para pegar un grito que debieron escuchar hasta en el más allá, al medio de la habitación, sobre una caja de metal, se podía apreciar algo que a los ojos de alguien relativamente normal como Hiyami, no tenía una explicación clara, era como una distorsión en el espacio, como el de las películas de ciencia ficción, y desde su núcleo algo se asomaba. comenzó con un brazo saliendo desde su interior, era monstruoso, de color verde oscuro, como el agua de un pantano, luego salió otro brazo hasta que finalmente aparece un cuerpo completo, era un yookai, pero no era como los que Hiyami había visto, su apariencia era horrible, sacada de una serie de terror, la criatura medía alrededor de 2 metros, era robusto y tenía múltiples burbujas alrededor de su cuerpo que estaban casi por explotar. Cuando Hiyami logro levantar la vista y ver el rostro del yookai ahogo un grito al ver un rostro desfigurado que le sonreía.

- Qu-qu-quien eres tú? – pregunto Hiyami mientras temblaba - Estoy acá para saber más de los yookai y los incidentes que pueden causar.

- ¿Ohh? Veo que tienes agallas niña, ¿vienes a mis dominios sola y me hablas de esa manera? Creo que valdrá la pena el tiempo que pase sin divertirme.

- ¿De dónde saliste? – pregunto Hiyami mientras retrocedía.

- ¿Hmm? Ya veo, no sabes absolutamente nada – dijo el yookai - como premio por tu valentía te daré una pequeña lección, los yookai como podrás notar, vivimos en el mismo mundo que ustedes, aun así, cuando un yookai se hace demasiado poderoso es sellado en una dimensión diferente para que no puede provocar desastres, yo era un yookai normal, pero adquirí poder y me volví demasiado fuerte para este mundo, ¿has escuchado de la masacre de este hospital?

- Si recuerdo bien, hubo un incidente hace 40 años aproximadamente donde murieron más de 200 personas, nunca se supo la causa y el caso fue archivado por falta de pruebas – dijo nerviosa Hiyami.

- ¿Verdad? Ese espectáculo no fue causado nada más y nada menos que por mí , quien iba a pensar que ese día había una fiesta porque un paciente había logrado superar una enfermedad mortal, ¿quién iba a pensar que moriría el mismo día en que comenzaba una gran vida? - dijo sarcásticamente el yookai.

- Espera, ¿tu fuiste el que provoco eso? – pregunto Hiyami aún más asustada.

- Exacto! – dijo el yookai riendo a carcajadas - Vi la oportunidad y la tomé, fue maravilloso ver sus caras aterrorizas sin saber que les pasaba mientras eran masacrados, y hubiera sido aún más grande si esos bastardos no me hubieran sellado en la otra dimensión, aun así encontré la manera de salir de esa dimensión, y puedo volver, el problema es que incluso colocaron una barrera poderosa alrededor del hospital para que no pudiera salir , por lo que he estado aislado de la gente por muchos incluso esos estúpidos fantasmas de los que murieron acá huyeron al bosque.

- No puede ser – dijo Hiyami - ¿Cómo puedes sonreír después de matar a tanta gente?

- ¿Por qué me sentiría mal? – respondió el yookai – soy fuerte, los fuertes pueden hacer lo que les plazca, incluso matar, de hecho, ver el sufrimiento de las personas hace que mi sangre hierva y me emocione, por eso estoy agradecido de que después de tantos años, haya llegado alguien con quien puedo divertirme.

El yookai miro fijamente Hiyami mientras sonreía y se lamia lo que parecía ser su labio. Hiyami estaba congelada, se había mentalizado para pelear contra uno que otro yookai, pero esto era algo distinto, era mucho más fuerte y no dudaría en matarla, no podía pelear contra algo así, de ninguna manera. Aun sabiendo todo eso, Hiyami era incapaz de huir, sus piernas estaban pegadas al piso, temblaba, y tenía tanto miedo que con suerte podía respirar.

En la sala se produjo un silencio aterrador, nada ni nadie nadie se movía, estaba claro que, si Hiyami hacia un mal movimiento terminaría mal, aun así, mientras tomaba aire se decidió a pelear, era todo o nada, estaba a punto de avanzar cuando mientras pestañeaba, vio un chorro de un líquido viscoso que iba a toda velocidad hacia ella. A duras penas logro reaccionar y el líquido solo le rozo la mejilla, el leve contacto de la sustancia viscosas le provoco una gran quemadura en la cara a Hiyami, 1uien rápidamente salto y se ocultó tras unas mesas de metal.

- Maldición, ¡maldición! - pensaba Hiyami - es imposible, no podre ni siquiera acercarme.

- Eso, eso, niña, juguemos a las escondidas, déjame saborear tu sufrimiento - cantaba el monstruo mientras daba pasos que resonaban por toda la habitación.

- Oye, escondiéndote solo harás que te maten - dijo el ángel.

- Si, si, vamos, atácalo, después de todo es solo un yookai - continuo el demonio

- ¡Están locos! - susurro Hiyami - si me toca me mata, es imposible que pueda vencerlo

- Nah, lo estas sobreestimando - respondió el demonio - no es ágil, por lo que, si lo golpeas rápido, seguro que desaparece, con la cantidad de energía que tienes brotando, un toque será suficiente para purificarlo

- ¿Purificarlo? ¿Pero si ni siquiera hace 40 años entre varias personas pudieron, ¿cómo es que yo lo hare? – dijo Hiyami desesperada.

- Hmm, a diferencia de ellos, tú puedes usar tu energía espiritual, antiguamente las personas solo usaban talismanes para pelear, por lo que contra enemigos relativamente fuertes solo podían usar sellos para mandarlos a la otra dimensión. - dijo el ángel – aunque nos hubiéramos evitado esto si no hubiéramos venido, ya estamos acá, por lo que si juegas bien tus cartas ganaras.

- Vamos, es todo o nada – dijo el demonio entusiasmado.

- Aah demonios - pensó Hiyami - necesito acercarme lo más rápido posible y darle un golpe

- Eso sí, debes usar algún arma para golpearlo, no sabemos si sus grumos explotaran cuando los toques, deberás tener cuidado con el líquido – menciono el ángel.

- ¿Genial, otro problema que agregar - dijo Hiyami - ¿entonces tengo que golpear y retroceder?

- En teoría si, aunque si tu golpe lo destruye antes de que sus grumos exploten no debería pasar nada – dijo el demonio . aun así, cuando lo golpees, huye lo más rápido que puedas.

- Otra incertidumbre - dijo Hiyami tapándose la cara con una mano - bueno, si esto no sale bien, quiero decirles que fue un gusto haber pasado con ustedes este día, amiguitos.

Entonces Hiyami respiro hondo, y tomo la pata de una mesa que estaba tirada y la usó como arma en su mano derecha, y con la izquierda tomo un trozo de metal. Lanzo sobre su hombro el trozo de metal, el yookai lo vaporizo con su acido, mientras eso sucedía, Hiyami empujo una mesa con ruedas hacia su derecha y el yookai se abalanzo sobre la mesa, mientras este saltaba, Hiyami salió de su escondite por la izquierda, y corrió hacia el monstruo, este al verla sonrió, y mientras iba en el aire, uno de sus poros laterales se abre, cuando Hiyami estaba a 2 pasos de él, este le arrojo el ácido y parecía que Hiyami estaba perdida.

- Demasiado predecible, señor grumos - dijo Hiyami mientras se deslizaba por el suelo y hacia una especie de baile limbo - demasiados grumos para tan poco cerebro.

Hiyami entonces, con algo de suerte, esquivo el líquido, y mientras se deslizaba paso por debajo del monstruo quien iba aun en el aire, y uso el Fierro que tenía para golpear en el vientre al monstruo. Para su sorpresa, Hiyami logró partir en 2 al monstruo, su arma improvisada había atravesado la masa de grumos como si de una cebolla se tratara. después de cortarlo, Hiyami dio un salto rápido para ubicarse detrás de otras mesas antes de que algunos grumos explotaran. Cuando se asomó sobre las mesas, Hiyami vio los últimos trozos burbujeantes del yookai vaporizándose, como si estuvieran hirviendo agua, hasta que desaparece completamente. Entonces Hiyami cayó al suelo.

- Estuviste genial, ¡incluso lo humillaste con esa frase! - dijo eufórico el demonio.

- Te luciste - dijo el ángel mientras sonreía

- Aaah, ¡vamos! - dijo Hiyami al borde de las lágrimas - estaba tan asustada, ni siquiera recuerdo que le dije, ¡quiero irme a mi casa!

- Vamos, vamos, ya terminaste, incluso el portal de donde salió el yookai desapareció – dijo el demonio

Cuando Hiyami se disponía a ponerse de pie, noto que a su alrededor habían llegado personas, pero no eran humanos normales, eran yuurei.

- Tranquila, solo queremos darte las gracias - dijo uno

- ¿Ustedes fueron los que murieron aquí hace 40 años? – pregunto Hiyami algo triste.

- Si, pero no te preocupes, gracias a ti pudimos volver acá, y ya que eliminaste a ese monstruo, nuestras almas podrán descansar en paz – dijo otro.

- De verdad espero que puedan descansar en paz – dijo Hiyami.

- Gracias de nuevo – dijo el yuurei del principio mientras todos comenzaban a desaparecer envueltos en luces de colores.

- Supongo que no estuvo tan mal después de todo – susurro Hiyami mirando hacia el techo.

- ¿Crees que valió la pena venir acá? – pregunto el ángel.

- No lo sé – respondió pensativa Hiyami – no se si fue bueno o malo, pero supongo que fue una experiencia para pasar los meses que me quedan.

Cuando caminaban hacia la salida del hospital, Hiyami noto que alguien la observaba, se giró y vio que en la ventana había silueta que la observaba. Cuando Hiyami iba a preguntar quién era, la silueta desapareció.

- ¿Vieron eso? - pregunto preocupada Hiyami.

- ¿Qué cosa? - preguntaron al unísono el ángel y el demonio

- ... Nada - dijo Hiyami aun preocupada - debe haber sido mi imaginación.

Mientras Hiyami y compañía salían del hospital, la silueta en el techo realizaba una llamada telefónica.

- El yookai se había liberado de la prisión como habían previsto, pero ya está purificado - dijo la silueta.

- Buen trabajo, como siempre – responde la voz por el teléfono.

- Lamento informar que yo no hice nada, una chica, acompañada de un ángel y un demonio lo hizo, cuando llegué el trabajo estaba terminado – dijo la silueta.

- ¿Un ángel y un demonio? – respondió la voz por el teléfono – aprovechando que la misión que te encargamos está cerca, y que aún faltan dos días, mantén vigilada a esa chica, si ocurre algo infórmame de inmediato.

- Entendido – respondió la silueta.

- Contamos contigo, Ryota – termino la voz por telefono.